Querida “amiga” – Capítulo 5: Hermana, no socialices con esa mujer

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


—Odio tanto a esa mujer, hermana. Es como un zorro malvado —dijo Martina, con amargura.

Martina debe odiar mucho a Dorothea si se refiere a ella como “esa mujer”. En mi vida anterior era hija única, así que me alegra tener una hermana menor. Es incluso mejor que ella odie a Dorothea tanto como yo.

Le sonreí a Martina con indulgencia.

— ¿Por qué?

—Creo que solo te está usando. No te considera una verdadera amiga —A pesar de ser muy joven, Martina se dio cuenta de inmediato. Desde el principio, Dorothea nunca consideró a Mariestella como una verdadera amiga —no me gusta cuando estás siendo utilizada. ¿Qué estás recibiendo de ella? Hermana, no socialices con esa mujer. Eres mucho más bonita e inteligente que Dorothea, ¿por qué estás saliendo con ella? ¿Quieres que te presente a mis amigos?

Oh, que linda, los pensamientos de mi hermana son tan maravillosos que sonreí sin siquiera darme cuenta.

—No te preocupes demasiado, Martina —la tranquilicé con voz suave.

—Pero estoy preocupada. Eres tan inocente. No puedes sentir el mal.

—Realmente, no tienes que preocuparte. Tu hermana mayor no es tan amable como crees.

— ¿Eh? —Martina inclinó la cabeza confundida. Ella es muy linda. Tragué inconscientemente, y se lo expliqué.

—Estoy diciendo que no me hará daño, no como crees que pasará.

— ¿Oh, en serio? —Dijo Martina con voz aturdida, y asentí con una sonrisa.

—Sí, Martina. Así que no tienes que preocuparte demasiado.

—Ja, ¿de verdad? —Martina tomó mis manos y me miró con ojos emocionales. —Estoy tan contenta. ¡Me alegra que hayas vuelto a la normalidad ahora!

Sonreí y dejé un pequeño beso en su frente, luego, ella hizo otra pregunta.

—Pero, ¿por qué cambiaste de opinión de repente? Solías gritarme cuando la maldecía. Dijiste que una niña no debería decir cosas como esa.

Mariestella… ¿eras realmente tan ingenua y estúpida? Permanecí en silencio por un momento, escogiendo las palabras correctas, me aclaré la garganta y continúe.

—Ah…bueno, solo pensé en lo que dijiste antes. Y creo que tenías razón.

— ¿De Verdad?

—Sí. No me dejaré guiar por ella, lo prometo Martina.

— ¿Lo prometes? —Extendió su dedo meñique derecho, es tan linda que pensé que me volvería loca. No hay una gran diferencia de edad entre nosotros dos, entonces, ¿cómo puede ser tan encantadora y linda?

Enganché mi dedo meñique alrededor del suyo, con una sonrisa feliz. Solo después de que nuestros pulgares se tocaran, ella soltó su meñique.

—Vamos, hermana —dijo sonriendo. —Vamos a cenar. Madre y padre te han estado esperando.

♦ ♦ ♦

Hasta donde sé, las familias de todo el mundo, rara vez, se sientan juntas a la mesa, a la hora de comer. Por ninguna razón en particular, pero todos, simplemente, no es algo que se haga con frecuencia. Por supuesto, también es posible que se deba a que hay miembros de la la familia que no están en buenos términos entre sí.

—Oh Dios mío, Marie está aquí.

—Marie, ¿disfrutaste tu fiesta de té?

La condesa Bellefleur me recibió tan pronto como entré en el comedor. Me avergonzó la inesperada hospitalidad, pero, mantuve la compostura y fingí ser su hija. En verdad, su hija ha desaparecido, y estoy ocupando su lugar. Sería imposible engañar a estos padres a la perfección, pero, al menos, tenía que intentarlo.

—Estoy en casa, madre, padre.

No sabía si esperaban que los abrazara o algo así, pero, mi primera impresión de Lady Bellefleur es que es una mujer muy amable. Tiene una cara que parece brillar con amor y benevolencia. Me di cuenta de donde heredó Mariestella tanta belleza. La soya crece de la soja, no de las alubias rojas, después de todo.

—Vamos a sentarnos, niñas. Hoy llegamos un poco tarde a nuestra comida.

A las palabras de la condesa Bellefleur, me apresure a sentarme a la izquierda del conde Bellefleur, y Martina se sentó a mi lado. Después de un momento, los sirvientes trajeron platos al comedor, incluidos los aperitivos. Comer este tipo de comida extravagante, era raro en Corea, me sorprendí al ser la primera vez que los veo. Mariestella, probablemente, no comía su comida descuidadamente, así que tuve que reprimir mi apetito.

—Marie está comiendo mucho hoy.

Sin embargo, no pude controlarme por completo, y el comentario terminó apareciendo en medio de la comida. Molesta por las palabras del Conde Bellefleur, sonreí torpemente y busqué una excusa.

—En realidad, estuve bastante ocupada antes, y no pude comer bien… ¿sabes?

—No, cariño. ¿De qué estás hablando? —Dijo el conde Bellefleur.

La condesa Bellefleur ofreció una sonrisa comprensiva.

—Solo decimos que nos hace felices el verte comer bien. Por lo general, no te gusta comer.

Me quedé boquiabierta cuando escuché eso. El cuerpo de Mariestella no es delgado sin ninguna razón. A ella no le gustaba comer. Fue la primera vez que escuché que esa clase de persona existe en el mundo. Afortunadamente, la condición actual de Mariestella no parece requerir una dieta de inmediato.

El conde Bellefleur se volvió hacia su esposa.

—Oh, cariño, ¿qué pasó con ese viaje que ibas a hacer con la condesa Cornohen?

Lo miré confundida, ¿era parte de la historia de la novela? Hasta donde puedo recordar, no había ningún desarrollo parecido, pero, no era tan sorprendente, ya que la historia de Mariestella no forma parte de la novela. Independientemente de las circunstancias, sin embargo, entré en pánico cuando algo desconocido se desarrolló ante mí.

—Ah, bueno, me reuní con la condesa Cornohen antes y hablé con ella. Los negocios del conde Cornohen lo mantienen ocupado en estos días…está muy ocupado.

— ¿De verdad?

—Él siempre está ocupado. Nos miran descaradamente —interrumpió Martina casualmente, y el ambiente en la mesa se tensó repentinamente. Me moví torpemente. Por mi primera interacción con ella, sé que Martina es muy franca, pero no esperaba que ella también expresara su opinión frente a sus padres.

Eché un vistazo a la cara de la condesa. Ella no se veía muy feliz.

—Martina —la primera persona en romper el silencio fue el Conde Bellefleur. Miró a Martina desde debajo de sus severas cejas. —No deberías hablar así de un adulto.

—Lo sé, padre —dijo Martina, luciendo tan malhumorada como siempre. —Pero, es cierto. El Conde Cornohen tiene un gran negocio, y es cierto que nos ignora porque hace más dinero que nosotros.

El conde Bellefleur no dijo nada, no porque estaba enojado, sino porque no podía refutar una verdad. Incluso existe el hecho de que los Bellefleur y los Cornohen parecían lo suficientemente conocidos como para planear un viaje juntos, por lo que, tuvo cuidado de hablar. Pensé que solo Mariestella y Dorothea eran cercanas, pero, sería problemático si la relación se extendiera desde las generaciones de mis padres. Hay mucho que considerar.

La condesa Bellefleur decidió completar el silencio de su esposo.

—Aun así, es poco femenino hablarle a un adulto de ese modo.

Sin embargo, Martina continuó hablando de la manera menos femenina.

—Madre, padre, ¿no están enojados? ¡Parece que toda nuestra familia es manipulada por ellos! Madre y padre también deben sentirlo. ¡Nos están menospreciando!

—Martina, es impropio de un noble alzar la voz en la mesa. Considera lo que estás haciendo frente a tu padre.

— ¿Qué pasa con mi hermana? ¡Si alguien supiera como la trata, la gente pensaría que Mariestella es una sirvienta en lugar de tu hija!

— ¡Martina! —El conde Bellefleur gritó, y Martina saltó de su asiento. Ella miró con resentimiento a sus padres, luego, se levantó de la mesa y salió del comedor sin decir una palabra.

Me sorprendió la repentina tensión del estado de ánimo, pero no pude perseguir a Martina de inmediato. — ¿estás bien…? —Le pregunté cuidadosamente a la condesa.

— ¿Por qué no estaría bien, Marie? No te preocupes.

—Iré a hablar con ella. No lo dijo con malas intenciones.

—Lo sabemos, Marie —dijo la condesa Bellefleur con una cara oscura. —Pero, aunque Martina no está equivocada, hablar a espaldas de alguien no es digno de un noble. De lo contrario, seríamos igual a esas personas. ¿Es necesario contaminar nuestras bocas de esa manera?

La condesa Bellefleur es una buena mujer, no, debería decir que es recta e incorruptible. No sabía cómo reaccionar, así que solo sonreí torpemente.

Entonces, la condesa Bellefleur volvió el tema de conversación hacia mí.

—Estoy preocupada por ti. Es bien sabido en la capital que estás cerca de Lady Dorothea. Pero, a veces, me preocupa que te dejes influenciar por nuestra actitud y actúes como la criada de Lady Dorothea.

—Ah…

—Es cierto que no hablamos mal de los Cornohen, pero eso es, simplemente, porque no queremos que la relación se complique y seamos considerados chismosos, Marie.

—Lo que estamos diciendo es que no tienes que socializar con Lady Dorothea si no quieres, Marie. No hay razón para que seas consciente de nosotros.

Casi me ahogo por un momento, ya que era una preocupación que también compartiría si fuera un padre. Me tragué las emociones calientes en mi garganta y sacudí mi cabeza.

—No es así, madre, padre. No te preocupes. No soy la sirvienta de Dorothea, y no tengo intención de serlo en el futuro.

—Muy bien, Marie.

—También creemos en ti. Eres una niña inteligente, así que tienes tus propios pensamientos. Creo que nos preocupamos por nada —dijo la condesa Bellefleur con una sonrisa amable.

El conde Bellefleur se inclinó y hablo en voz baja y ansiosa.

— ¿Podrías ir y consolar a Martina? Tendré que disculparme con ella más tarde, pero…creo que sería mejor si vas primero.

Asentí felizmente.

—Por supuesto, padre. Haré eso.

5 respuestas a “Querida “amiga” – Capítulo 5: Hermana, no socialices con esa mujer”

  1. No entiendo porque la prota no se aleja enseguida de Dorothy, la tipa es una rata y no hay razones para seguir a su lado. Incluso si parece “sospechoso” cualquiera pensaria que es razonable que se aleje de ella si hasta todos saben que la trata de sirvienta

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