Solo soy la hija “normal” de un duque – Capítulo 8: Vamos al castillo

Traducido por Lugiia

Editado por Yonile


Ha pasado un mes desde entonces.

Como resultado de hacer mi mejor esfuerzo cada día, creo que mi relación con mi familia se ha vuelto considerablemente favorable. La condición física de mi madre también lo es. Ahora ya es capaz de llegar al jardín y su tez ha mejorado.

¡Pero usa todas sus fuerzas para hacerlo!

Manya tiene que ofrecerle su hombro en el camino de regreso.

Y entonces, una mañana, cuando me dirijo a despedir a mi padre lo cual ya se ha convertido en un hábito…

—¿Vamos juntos…?

—¿Qué?

Padre… ¿no has omitido muchas cosas en esa frase? Al verme inclinar la cabeza, me explica correctamente sus palabras.

—¿Quieres ver mi lugar de trabajo…?

—¡Shí!

Esta será mi primera salida desde que renací, por lo que le respondo de inmediato. El inexpresivo de mi padre parece estar algo encantado.

Me levanta con facilidad en sus brazos y subimos el carruaje.

En el camino, estoy sentada a su lado pero me es difícil ver desde la ventana, así que me subo a su regazo para poder hacerlo.

—Wow~

Es la primera vez que salgo. Como pensaba, el paisaje urbano en este mundo está construido con ladrillos.

Ah, acabo de ver un hombre bestia. Quiero tocarlo.

Todavía es muy temprano, así que la mayoría de las tiendas están cerradas.

Quiero ver el paisaje durante el día también~

Mientras miro por la ventana sin perder interés, el castillo entra en mi vista. Mi padre trabaja allí. Actualmente, es el primer ministro.

Incluso en el juego, se le llamaba “El Gélido Primer Ministro” ya que disparaba rayos congelados.

Puede que se le malinterprete por su naturaleza taciturna, su rostro inexpresivo y su entrecejo arrugado, pero en realidad es una persona torpe y encantadora.

Ah~ ¡La timidez de nuestro padre es adorable!

Al llegar al castillo, me prepara una silla y me sienta. Luego, comienza a revisar una montaña de documentos en su escritorio.

—Pade…

—¿Qué sucede?

—¿Tienesh que teminah todo eshto en un día…?

—Salgo temprano de la casa y regreso tarde porque no puedo terminarlo en un día.

Qué compañía tan explotadora es el gobierno de la realeza. Mi padre me prepara un libro ilustrado de mi serie favorita para que no me aburra. Ah, desde que llegué a este mundo he querido leerlo. Está tan ocupado y aún así me lo ha preparado…

He tomado una decisión.

Mejoraré su ambiente de trabajo. Y luego, nos iremos de viaje con toda la familia para que pueda descansar.

Ahora bien, observemos lo que podría hacer primero.

—Arc… entrega esto y diles que lo rehagan. Hay demasiados defectos.

—Sí.

—Este también.

—Sí.

—Y este.

Hay muchos documentos para rehacer, ¿eh? Le pido a Arc que me los muestre y me los entrega rápidamente. ¿Está bien hacerlo, ayudante del primer ministro? Puede que sea un pariente, pero sigo siendo un forastero, ¿sabes?

Aprovechando la oportunidad, hago que me diga dónde están los defectos. Me los señala y me doy cuenta que están principalmente en las peticiones. Además, los nombres y el contenido están escritos por diferentes personas, así que es difícil de comprobar.

—¿Po que no crean un formatoh unifome y hacen que los defectosh los arreglen en la recepción?

Arc reacciona inmediatamente a mi murmullo.

—¿Formato uniforme?

—Shí. Los defectosh podrían reducirshe si tuviera un formatoh de antemano. También se volvería fácil de comprobarh.

—¡Le traeré una pluma y un papel, señorita! ¡Por favor, redacte el formato!

—¿Eh?

No hagas que una niña de tres años trabaje… pero aun así lo haré. ¡Ya verás! ¡¡Te mostraré cómo se hace!!

Manteniendo la cortesía en mi mente, redacto un formato para las peticiones y también intento hacer un borrador para el presupuesto ya que estoy en ello. Hmm, hmm, se ve bien. Me felicito a mi misma mientras lo miro.

—Ac, está listoh.

—¡Wow, la señorita es un genio! ¡Eche un vistazo, primer ministro! ¡Su hija de verdad es un genio!

—Mi hija es un ángel. ¿Genio? ¿De qué estás hablando?

Mi padre está tan concentrado en su trabajo que no nota la conversación entre Arc y yo. Como se espera de él, va a su propio ritmo.

Más bien, ¿qué es eso de que soy un ángel? Soy una humana, ¿de acuerdo?

Arc le explica las cosas y entonces me mira.

—Haz varias copias de esto. Notifícalo y distribúyelo a todos los departamentos. En el futuro, todos los documentos que no usen este formulario serán rechazados.

¡Padre, qué decisión tan rápida!

Eh, ¿no habrá una reunión? ¿Has decidido aceptar mi idea? ¿Está bien hacerlo? ¡¿Realmente lo está?!

—Entonces mi hija es un ángel y un genio… La traje para alegrarme un poco el día, pero… qué resultado tan inesperado. Buen trabajo, Rosalia.

Estás muy cansado, padre. ¡Haré lo mejor que pueda como tu sanadora personal!

—Pade, eresh un buen chico también. Has estadoh trabajando duroh.

Cuando le doy una palmadita en la cabeza, se sacude como si estuviera atragantándose con algo. Tan tímido como siempre…

—Pade, quiedo ayudar.

¡Con el fin de reducir tu carga de trabajo!

—Quiedo ayudar y terminar rápidamenteh pada cenar con todosh.

—Entendido.

Me deja la clasificación de los documentos y me siento en el suelo. Debo clasificar aquellos con contenidos similares.

En caso de que haya un error de cálculo, tengo que anotar dónde se encuentra. Quiero un ábaco. ¡Estoy haciendo lo mejor que puedo usando uno en mi mente!

Después de ordenar la mitad de los documentos, los llevo al escritorio de mi padre y rápidamente los procesa. ¡Es un hombre muy hábil!

—Arc, deberías seguir su ejemplo. La clasificación de Rosalía es fácil de entender. Más bien, ve y aprende de ella.

—¡Sí! Disculpe… señorita, por favor enséñeme.

¿Qué…? ¡Padre! ¿Cómo le das tal trabajo a una niña de tres años?

¡No, Arc! ¡No aceptes tan rápido! No me hagas una reverencia…

Ha… ¡Te enseñaré! Lo haré, ¿de acuerdo?

♦ ♦ ♦

Después de un momento, ordenamos una gran cantidad de documentos.

—No puede ser… nuestra señorita de verdad podría ser un ángel…

—Un ángel milagroso…

Los dos hombres agotados de allí, deténganse.

No me muestres tus respetos, Arc.

Haré cualquier cosa, incluso arrodillarme. Solo detente.

No te distraigas tampoco.

Ha… Gracias por esfuerzo.

—Disculpe… he traído documentos.

Un tembloroso funcionario civil entra a la habitación. Es pequeño y delgado.

—Ponlos allí, Arc.

—Prepararé algunos documentos para que los tomes, espera allí un momento.

—S-Sí…

El funcionario civil está muy asustado. ¿Le tiene miedo a mi padre? Es verdad que a veces lanza rayos congelados, pero no da miedo, ¿sabes?

De hecho, hace eso más que todo cuando está pensando.

¿El poder mágico que ocasionalmente se filtra cuando está molesto y hace que baje la temperatura es aterrador? Sí. También me asusta un poco su irritación.

Sin embargo, ha traído tantos documentos…

Padre da miedo→ no quiere ir a su oficina→ le trae los documentos al último momento. Además, como nadie quiere hacerlo, todos le ponen la carga al tímido subordinado… y el círculo continúa.

Intento comprobar la fecha límite de los documentos.

Como pensaba… la mayoría de ellos están a punto de vencerse. Tal vez mi padre y Arc lo entiendan pero no quieren lidiar con ello frente a mí.

—Pade~

Primero que nada, decido intentar cambiar la imagen de mi padre.

¡Mira lo amoroso que es!

Ah, el funcionario civil se ha vuelto una estatua.

Arc, ríe cuando sea el momento de reír, por favor…

—Su hija, es muy l-linda, ¿verdad?

—Sí, ella es el ángel de nuestra familia. No te daré su mano.

¡¿Qué estás diciendo, padre?! No, esto es una ventaja para mi plan de evitar las banderas de la muerte… ¡Pero nadie desea casarse con una niña de tres años! ¡El funcionario está obviamente confundido!

¡Arc! Esos documentos que acabas de aplastar son los que te acaban de entregar, ¿verdad? ¡No lo aguantes más y ríete! No destruyas esa montaña de documentos, ¿de acuerdo?

—No, yo… ya estoy casado. Sólo pensé que tienes una hija encantadora…

Ah, está casado…

Al escuchar eso, mi padre comienza a presumir muy feliz de su hija.

¡Deja de alabarme en mi presencia! ¿Qué es esto? ¿No eres tímido?

¡Arc! ¡Ya deberías comenzar a ayudarm…! ¡Tú! ¡¡No es momento de reírse hasta el punto de perder el aliento!!

Al final, el desafortunado funcionario civil le hace compañía a un padre alardeando de su hija y cuando se va, lo saluda normal sin ningún temor.

A pesar de que mis nervios están agotados, todo resultó bastante bien… creo…

2 respuestas a “Solo soy la hija “normal” de un duque – Capítulo 8: Vamos al castillo”

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