Te equivocaste de casa, villano – Capítulo 22: ¿Debería arruinar la historia original? (8)

Traducido por Shroedinger

Editado por Hime

Pero afortunadamente, ese no fue el caso.

—Los niños del orfanato de la calle Red Ferret desaparecieron. Me sorprendió mucho antes, cuando me enteré de esto en la clínica.

En ese mismo momento, una tenue luz atravesó los ojos de Yuri.

Niños desaparecidos en un orfanato.

Eso sonó muy similar al incidente que anunció el comienzo de la novela en la que Anne-Marie era la protagonista femenina. ¿Pero no debería ser hora de que empezara la historia?

Yuri inclinó la cabeza.

Por otra parte, había pasado un tiempo desde que Lakis Avalon se le había aparecido. Entonces, ¿significaba que todos los eventos estaban ocurriendo un poco antes?

Un momento. Dejando de lado el tema de Lakis, si el incidente del orfanato realmente había sucedido cerca, entonces…

¿Eso significaba que el lugar donde vivía la heroína cuando comenzó la novela era en realidad esta calle Ferret? ¿No decía que era una casa en mal estado? ¿No decía que era una casa demasiado pequeña para que la heroína viviera con su hermana menor?

Yuri recordó la descripción de la novela y miró a la persona frente a ella con los ojos llenos de dudas. Y pronto lo entendió.

Bien, esta dama aquí era la hija de una familia rica.

Yuri se dio cuenta de que una casa que a ella le parecía buena, no era más que una pequeña y destartalada para Anne-Marie. Al darse cuenta de este hecho, Yuri sintió por alguna razón que su espíritu la abandonaba.

Quién sabía cómo Anne-Marie tomaba el ligero cambio en la mirada de Yuri, pero su expresión se volvió sombría y habló.

—Escuché que pronto, debido a esto, enviarán a alguien de arriba para investigar la calle Ferret.

—Qué cosa más aterradora. Pensar que algo así sucedería tan cerca.

—¿Correcto? Tal vez porque Hestia tiene una edad similar, así que estoy aún más preocupada. Sería genial si todos los niños regresaran sanos y salvos…

Anne-Marie parecía estar preocupada por los niños extraviados. Con el incidente de las personas desaparecidas ocurriendo tan cerca, ella también estaba preocupada por su hermana pequeña. Cuando Anne-Marie trabajaba, Hestia estaba sola en casa.

Yuri recordó el contenido de la novela y abrió la boca.

—Tú y Hestia…

Justo en ese momento, un pequeño sonido parecido a alguien tosiendo vino del otro lado de la puerta detrás de Yuri.

La pelinegra dejó de hablar inconscientemente. Como había notado antes, Anne-Marie tenía buen oído, por lo que parecía haber escuchado lo mismo.

—Uh, ¿Supongo que tienes un invitado?

—Hm, bueno… sí.

En realidad, es el villano quien originalmente debería haber estado haciendo una escena en tu casa.

Pero como Yuri realmente no podía decir eso, respondió con evasivas.

—Oh no, yo no sabía eso, y te he estado reteniendo por mucho tiempo. Date prisa y entra.

—No, está bien. No ha pasado mucho tiempo desde que salí.

Pero Anne-Marie no parecía tener la menor intención de continuar con la conversación. Con la rubia instándola, Yuri ya no dijo nada más.

—Bien, entonces tenga cuidado, señorita Anne-Marie. Gracias de nuevo por el regalo.

—De nada. Nos vemos mañana, entonces. Buenas noches.

Así, Anne-Marie regresó a la casa de al lado.

Y después de confirmar que había entrado, Yuri también se dio la vuelta y abrió la puerta.

♦♦♦

Cuando Yuri entró en la casa, la atmósfera se volvió incómoda nuevamente.

Lakis estaba en medio de ponerse una camiseta, pero se detuvo ante la aparición de Yuri. Pronto, comenzó a moverse con calma nuevamente. Su cuerpo envuelto en vendas estaba cubierto por una camisa blanca.

Yuri se preguntaba qué decir sobre lo que había ocurrido. Y cuando sintió la mirada de Lakis en la canasta en su mano, inconscientemente la extendió.

—¿Quieres galletas?

Por supuesto, justo después de que las palabras impulsivas salieron de su boca, se arrepintió.

Por otro lado, Lakis estaba irritado por el bicho que comenzó a animarlo y regañarlo tan pronto como Yuri regresó a la casa. Solo logró detener su fuerte alboroto después de que él lo amenazara brutalmente.

Al escuchar la pregunta de Yuri, Lakis la miró brevemente antes de asentir con la cabeza.

Ella se sintió aliviada por dentro.

Bien, la mejor manera de lidiar con esto sería simplemente enterrar en secreto lo sucedido anteriormente.

—La persona que acaba de pasar me los dio.

Pero cuando metió la mano en la canasta para sacar una galleta y dársela a Lakis, de repente se detuvo debido a un pensamiento que pasó por su mente.

Espera, debería estar bien darle una galleta hecha por la heroína a Lakis, ¿Verdad? Sí, no pensó que solo esto pondría una bandera de amor en la heroína.

—Aquí tienes. Va a estar deliciosa.

Anne Marie a veces había horneado galletas como esta antes, por lo que Yuri podía garantizar el sabor.

Lakis se sentó en el pequeño sillón junto a él y le tendió la mano a Yuri, quien le estaba entregando la galleta. Esta vez, debido a que ambos estaban siendo extremadamente cuidadosos para que sus manos ni siquiera se tocaran accidentalmente, el incidente de antes no se repitió.

Por fin, la galleta que le dio Yuri entró en la boca de Lakis. Honestamente, un dulce como ese no era adecuado para un paciente como Lakis, pero como ninguno de los dos eran humanos comunes, no se dieron cuenta de ese hecho.

Y al instante siguiente, el rostro del rubio se endureció como una piedra.

“¿Veneno? ¿Es veneno?”

Por supuesto, las galletas en realidad no estaban envenenadas. Pero el sabor era así de malo. En la medida en que era comparable al desayuno preparado por Yuri.

«¡Urgh, esto sabe a mierda real…!»

Como el insecto silencioso compartía las papilas gustativas de Lakis, la sensación se le transmitió y gritó de dolor.

«N…no me digas que esto es lo que le gusta a la gente del este. ¿Entonces tenemos que seguir comiendo este tipo de mierda mientras estemos aquí? ¡¿Es así?!»

El insecto sintió una desesperación casi similar a la de cuando Lakis fue apuñalado en el estómago y su vida pendía de un hilo.

En realidad, cuando Anne-Marie estaba haciendo galletas con cuidado para dárselas a Yuri, por error le puso un poco de especia en lugar de azúcar, lo que hizo que el sabor fuera extraño, pero Yuri y Lakis no lo sabían.

Mientras estaba en estado de shock, Lakis vio a Yuri metiendo la mano en la canasta para conseguir una galleta para sí misma. Al instante, inconscientemente arrastró la canasta hacia sí mismo en una prisa por disuadirla.

—Uh… ¿Te gustan las galletas?

Yuri preguntó sorprendida por el comportamiento de Lakis. De repente, recordó a Snow de la cafetería. Lakis en ese momento, estaba mostrando una fijación en la canasta de galletas, como Snow, quien sostenía su girasol como un tesoro.

Tan pronto como Lakis escuchó la pregunta de Yuri, se sorprendió. Pero reprimió su deseo de protestar ferozmente y asintió con una sonrisa congelada plasmada en sus labios.

—Entonces solo tomaré una…

Los nudillos de Lakis eran claramente visibles mientras agarraba la canasta. Al ver eso, Yuri cambió sus palabras.

—No importa. Puede tenerlos todos, señor Lakis. Estoy bien.

Ella pensó que sería bueno tener al menos una considerando la sinceridad de Anne-Marie al darlo, pero la canasta ya estaba en los brazos de Lakis. Al parecer, él estaba terriblemente obsesionado con las galletas.

[Estas galletas, ¿Quién te las dio?]

Lakis garabateó una pregunta en el papel de la mesa.

—Lado…

Yuri estaba a punto de responder reflexivamente que su vecino de al lado se lo había dado, pero de repente se detuvo. Era la primera vez que veía a Lakis actuar con tanta avidez por algo.

¿Era este el poder de la heroína? Entonces, ¿No sería malo si le dijera quién me lo dio?

Con el papel que interpretó, podría suceder algo tan ridículo como “Eres la primera persona que me da un bocadillo tan delicioso”, presentando a Anne-Marie con un futuro de ruina nuevamente. Para ser justos, Lakis era un personaje tan impredecible, incluso en la novela, que era imposible saber cuándo o dónde se activaría su bandera de obsesión por la heroína.

—Simplemente, un vecino cercano me las dio.

Entonces Yuri respondió de manera indirecta.

Los ojos de Lakis brillaron con frialdad mientras mantenía la respuesta de Yuri en su mente. El bicho se desesperaba de que esto pudiera ser un sabor normal en el este, pero Lakis pensaba de otra manera. No sabía quién le había dado las galletas, pero tal vez estaban tratando de lastimar a la mujer frente a él.

No queriendo que Yuri tuviera la oportunidad de comer ese terrible bocadillo, comenzó a vaciar la canasta desde su asiento. Por supuesto, no había ninguna razón para que él protegiera la lengua y el estómago de la mujer frente a él.

«¡Uwaak! ¡Gah! ¡Oye, deja de comer ya! Tú, tú, ¿Planeas torturarme de nuevo como esta mañana?»

Sintiendo los ojos de Yuri sobre él, Lakis sonrió con indiferencia, ignorando los gritos que resonaban en su cabeza. Por supuesto, interiormente estaba rechinando los dientes ante el indescriptible sabor a mierda del bocadillo.

Pero sin conocer sus pensamientos internos, Yuri se puso un poco seria.

“¿No me digas que acabo de poner una bandera en Anne-Marie?”

Bueno, de hecho se había activado una bandera, pero una bandera de muerte, no de amor.

Pero como Yuri no estaba al tanto de ello, lamentó un poco haberle dado la galleta a Lakis en primer lugar.

Así, la noche pasó con los dos teniendo pensamientos diferentes a pesar de estar en la misma situación.

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