Te equivocaste de casa, villano – Capítulo 33. ¿Qué bandera es esta? (3)

Traducido por Shroedinger

Editado por Sharon


En ese momento, Yuri sintió una presencia acercándose al callejón donde ella estaba. Sus ojos rojos brillaron con pensamientos.

—Me aseguré de que este fuera un callejón que la gente no usa. ¿Quién es?

Por ahora, Yuri se escondió. Pero poco después, un pelaje marrón familiar apareció en su vista.

—¿Leo?

Cuando Yuri salió, frunciendo el ceño ante el encuentro inesperado, Leo se sorprendió y jadeó en voz alta.

—¡Y-Yuri!

Ahora, ¿por qué está este aquí también?

Leo no sabía qué hacer, así que se quedó en silencio con aspecto nervioso. Pero esta era una buena coincidencia.

—Leo. Toma esto y regresa primero.

Yuri le dio la caja de cristal que contenía el fragmento de la ruina. Y por si acaso pasaba algo, usó su hilo para pegarlo a Leo como un collar.

¿Eh? ¿Pensé que me regañaría?, pensó él, confundido. Pero Yuri no se enojó. Eso era lo único importante.

—¡Mn!

Los ojos de Leo brillaron e hinchó el pecho como si le dijera que confiara en él. Al ver a Leo así, Yuri le acarició la cabeza.

—Es peligroso, así que ten cuidado de no ser atrapado por nadie.

—¡Krreung!

—Te veo más tarde entonces.

Y así, los dos se separaron en ese oscuro callejón.

♦ ♦ ♦

—¡Señorita Yuri!

Cuando Anne-Marie y Hestia llegaron a la Torre del Reloj, Yuri ya estaba allí.

—Hola, Anne-Marie. Hola, Hestia.

—Hola, hermana Yuri —respondió la menor, algo abatida por haber sido regañada.

—Lo siento. Intentamos llegar antes, pero surgió algo a mitad de camino que nos retrasó —se disculpó Anne-Marie, luciendo arrepentida.

—No, está bien. Yo también llegué tarde.

Anne-Marie examinó sin darse cuenta la apariencia de la otra mujer, sin embargo Yuri se veía muy diferente de cuando tenía puesta la máscara blanca. Además, la enmascarada incluso había desaparecido en la dirección opuesta, por lo que concluyó que era una idea ridícula pensar que Yuri fuera la misma persona.

Una vez más, las chispas explotaron en el cielo nocturno. Yuri levantó la cabeza para mirarlo y comenzó a hablar.

—Los fuegos artificiales ya han comenzado.

Después de escuchar eso, Anne-Marie y Hestia también miraron hacia el cielo nocturno.

—Es bonito…

—Realmente lo es. Nunca había visto nada como esto antes.

Ambas hermanas quedaron impresionadas.

Antes, la mente de Anne-Marie estaba frenética apresurándose hacia la Torre del Reloj, por lo que no había podido admirar de manera adecuada los fuegos artificiales que explotaban sobre su cabeza. Había oído que fueron hechos por los alquimistas orientales, pero los coloridos fuegos que estallaban eran muy asombrosos.

—Señorita Yuri, gracias por venir hoy.

Yuri se volvió ante la voz que de repente vino de su lado y encontró a Anne-Marie sonriendo con su sonrisa más brillante hasta el momento.

—Honestamente, ha pasado mucho tiempo desde que tuve a alguien a quien llamar amigo, así que realmente quería venir a este festival con usted.

Yuri de repente se sintió un poco amargada.

Era fácil de imaginar. Anne-Marie debió haber sido perseguida por todos lados por los acreedores después de la muerte de su padre, por lo que no pudo establecerse y tuvo que mudarse de un lugar a otro. Aunque Yuri era igual que Anne-Marie respecto a la cantidad de amigos que tenía, sintió compasión por ella.

—También estoy agradecida de que me haya invitado, señorita Anne-Marie. Si no fuera por ti, casi me habría perdido esta escena.

Después, las tres caminaron juntas por las calles del festival.

Honestamente, a Yuri no le divertía tanto hacer este tipo de cosas. Pero cuando vio a las hermanas divertirse, sintió que no era tan malo pasar tiempo así a veces.

—¡Estaré distribuyendo flores a partir de ahora! ¡Por favor, vengan aquí si están participando!

Pasado un tiempo, empezaron a aparecer en la plaza personas cargando cestas de flores, una tras otra. Eran los encargados del festival que vinieron a decorar el final de la fiesta de primavera para la Ceremonia de Intercambio de Flores.

Para resumirlo en pocas palabras, la ceremonia era un evento cliché para que los jóvenes se reúnan. Sostener una flor era lo mismo que manifestar su deseo de participar en el evento.

Los detalles del evento también eran sencillos.

A partir de entonces, uno podía hablar con quien le llamara la atención, y de quererlo, podía subir al escenario para demostrar sus encantos, ya sea cantando o de alguna otra manera. Y luego, al final, si algo hacía sentir que era el indiciado, se le debía entregar la flor que estaba sosteniendo. Al final de la Ceremonia, la persona que conseguía más flores recibía el título de “Rey de las Flores” de ese año, y se le entregaba un premio.

Uf, el título Rey de las Flores es solo…de mal gusto.

—Odio acortar esto, pero es tarde. ¿Regresamos? —les preguntó Yuri.

Las tres se apartaron mordazmente de la plaza. Ninguna parecía interesada en un evento así, así que decidieron que era hora de volver a casa. Además, Hestia parecía estar somnolienta. Cuando Yuri comprobó la hora en la Torre del Reloj, se dio cuenta que era la hora típica en que los niños se retiraban a dormir.

—Sí, creo que es una buena idea —concordó Anne-Marie.

Justo cuando estaban a punto de salir de la plaza, alguien les cerró el paso.

—Hola.

Una voz cantada con un acento extraño llegó a los oídos de Yuri. Sonaba extrañamente familiar, lo que hizo que frunciera ligeramente el ceño.

La persona frente a ellas era un hombre que llevaba una máscara de rana. Yuri no podía ver su rostro, pero era alto y tenía un cuerpo robusto. Sobre todo, vestía ropa elegante, por lo que destacaba.

De repente, recordó a Damon Salvatore, a quien vio en la casa de subastas. Pero la persona a la que se enfrentaba en este momento tenía el cabello rojo y un físico y un atuendo diferentes.

—¿Lo conoces? —le preguntó en un susurro a Yuri. Al parecer, Anne-Marie no sabía quién era.

—No… —comenzó Yuri, pero su voz se apagó hacia el final. Estaba teniendo una sensación de déjà vu.

Ese tono, ese físico… ¿Por qué me recuerda a cierto cliente habitual en su cafetería? 

Por supuesto, había una gran diferencia en su apariencia general, pero eso no era lo importante aquí.

¿Se sentía así porque conoció a Damon Salvatore, uno de los protagonistas masculinos secundarios hoy?

Al pensarlo, de repente empezó a sospechar mucho.

El hombre tenía el pelo rojo y podía ver ojos morados más allá del agujero de la máscara de rana. Además, aunque no hubo tal episodio en la novela, este era un momento importante que podría llamarse el punto culminante de este festival de primavera, y estaba bloqueándole el camino de la heroína con mucha confianza.

El hombre sostenía una rosa que se entregó antes en la plaza.

Oho, probablemente planeaba dárselo a Anne-Marie.

—¿Puedo ayudarte? —preguntó la persona en cuestión como si no hubiera visto la flor. Por su tono, parecía que pensaba que el hombre podría querer pedir direcciones.

—Quiero regalar esta flor a la más bella de aquí —dijo el hombre con tono alegre- Tenía el talento de hacer que algo que sonaría repugnante a cualquier otra persona pareciera refrescante. Y al instante siguiente, el hombre enmascarado de rana extendió su flor como si estuviera haciendo un espectáculo—. Creo que la rosa roja te quedará bien.

Yuri, que ya había preparado su mente para observar, se detuvo en seco.

—¿Te refieres a mí?

La persona a la que el hombre le tendió la rosa no era Anne-Marie, sino Yuri.

—Oh, Dios mío.

—Guau.

A su lado, las expresiones de Anne-Marie y Hestia eran muy similares ya que sus ojos se iluminaron.

Yuri abrió la boca para negarse. Ni siquiera estaba participando en el intercambio de flores e incluso si lo hiciera, no había ninguna razón por la que debería aceptar este tipo de cosas.

Pero de repente, la rosa frente a ella aumentó a dos.

El hombre agitó ligeramente la mano y esta vez se volvieron tres. Ante esta curiosa vista, la gente alrededor, incluidas Anne-Marie y Hestia, miraron al hombre con los ojos muy abiertos.

La cantidad de rosas siguió creciendo en la mano del hombre y pronto, fue un ramo completo.

De alguna manera, Yuri sintió que el hombre sonreía con picardía bajo su máscara.

Inmediatamente después, arrojó el ramo de rosas sobre su cabeza. Se convirtió en una gran cantidad de pétalos brillantes en un abrir y cerrar de ojos y se esparció por la plaza con una floritura. Era una vista mágica.

—¡Guau!

La gente vitoreó y aplaudió. Parecía que todos creían que el hombre pertenecía al Comité de Eventos del Festival de las Flores debido a su conducta excéntrica.

Anne-Marie y Hestia también quedaron cautivadas por la vista de pétalos brillantes flotando en el aire. Con la gente distraída, alguien se acercó a Yuri, quien sintió un toque suave en su cabeza.

Yuri se sorprendió al ver al hombre con máscara de rana acercándose. Poco después de lograr su objetivo, el hombre dio un paso atrás y, una vez más, agitó el brazo como un actor en el escenario.

—Bueno, entonces te deseo una noche maravillosa.

Luego desapareció en medio de pétalos que revoloteaban magníficamente.

Yuri levantó la mano y golpeó ligeramente donde la mano del hombre había pasado, junto a su oreja. Y como esperaba, sintió la textura de un pétalo.

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