Traducido por Tsunai
Editado por Sakuya
—Como es mi cumpleaños, sabes que no puedes venir con las manos vacías, ¿verdad? Si no traes un regalo, no te dejaré entrar.
—¿Tu regalo no fue el retrato?
—¡Ah!
—Parece que lo olvidaste.
*Piar* *Piar*
La brillante luz del sol se derramaba sobre nuestras cabezas mientras el canto de los pájaros se mezclaba con el cálido ambiente.
♦ ♦ ♦
33. El regreso de Lucas
—Solías valorarme muchísimo, de una forma que es difícil de describirlo solo con palabras.
La luz del sol se acumulaba en la cima del lago como cuentas de vidrio, haciendo que pareciera que había burbujas. Estaba a punto de explicarle a Claude nuestra maravillosa relación antes de que perdiera sus recuerdos, mezclando algunas mentiras con la verdad.
—Te digo que llegó al punto en que habrías traído la luna o las estrellas si las hubiera querido.
Actualmente estábamos sentados uno al lado del otro en el bote que flotaba en el lago. Un patrón de ondas tenues se reflejaba en nuestras caras cuando la luz del sol rebotaba en la superficie del agua.
Por supuesto, Claude no parecía estar prestando atención a mis palabras pero, ¿cuándo tendría la oportunidad de burlarme de este modo de él?
—Parece que estás mintiendo, ¿no?
Lo miré y dejé escapar un “hmph”. Giré la sombrilla en mi mano y decidí lanzar un ataque indirecto.
—Bueno, entonces, ¿cómo explicas el hecho de que guardaste todos mis dibujos al lado de tu cama, o el hecho de que has estado creando videos de mí sin que lo supiera?
—Estoy seguro de que eso no fue obra mía.
Claude puso una cara aterradora, levantó una ceja e inmediatamente negó mi comentario. Pero no funcionó conmigo.
—Vaya, vaya. Me quedé bastante sorprendida. No pensé que aún conservarías esas cosas, sin mencionar el hecho de que incluso usaste magia para preservar mis dibujos y evitar que se deterioraran.
—Es obvio que alguien más hizo eso y estaba gastando una broma…
—¿Qué pasa con las piedras de visión? No fueron sólo una o dos las que se encontraron en la caja fuerte. Los magos de la torre me dijeron que se asustaron muchísimo cuando entraste, les arrojaron piedras de visión y les ordenaron que hicieran copias.
Claude guardó silencio.
—Félix y Lily me dijeron que ellos también estaban en shock.
Parecía que Claude se había quedado sin palabras.
Pero era de esperarse, ya que, después de todo, estaba sacando a relucir cosas que no existían en sus recuerdos actuales.
Una vez más, una expresión de “voy a matar a ese bastardo loco” apareció en su rostro mientras entrecerraba los ojos. Y era sin duda en el “bastardo loco” de su yo pasado, en quien debía estar pensando.
—¿De verdad era alguien así…? —murmuró con voz escéptica, como si estuviera hablando solo.
No estaba segura si me lo estaba preguntando a mí o si se lo estaba preguntando a él mismo, pero decidí responderle.
—¿No te lo dije?
Ahora estaba seguro de lo que Lucas me había dicho el año pasado, y mis siguientes palabras estuvieron llenas de una emoción inusual.
—Me quisiste más de lo que puedes imaginar.
Ante mis tímidas palabras, Claude tenía una expresión ilegible en su rostro y permaneció en silencio por un momento mientras me miraba fijamente. No reconocía ni negaba mi afirmación.
Disfrutando de la situación actual, comencé a tararear mientras miraba el lago resplandeciente.
—¿De verdad estarás bien incluso si no hacemos nada especial? —preguntó en ese momento.
En realidad hoy era mi cumpleaños. Claude realmente había venido al Palacio Esmeralda a verme y actualmente estábamos disfrutando de un momento acogedor solo nosotros dos.
Tan pronto como le propuse dar un paseo en barco juntos, él me lanzó una mirada que decía: “¿Esto es lo que querías hacer en un día como este?”.
Pero simplemente le di una brillante sonrisa y lo arrastré de la mano.
—Vamos, papá. Parece que no lo sabes.
Mi papá todavía tenía una expresión de malestar en su rostro, pero solo le di una sonrisa torcida mientras continuaba: —Pasar tiempo contigo siempre es especial para mí.
*Plaf.* *plaf.*
El sonido del agua salpicando llegó a mis oídos. Claude me miró en silencio con sus enjoyados ojos. Pronto, sus ojos azules se cubrieron de un índigo profundo, parecido a un abismo.
—Si por casualidad mis recuerdos nunca regresan, ¿qué vas a hacer? ¿Te vas a ir?
Ahora era yo quien lo miraba distraídamente. A primera vista, la expresión de su rostro era de indiferencia, por lo que sería difícil para cualquier otra persona captar la ligera vacilación.
—¿Por qué sigues diciendo algo así?
Esta persona frente a mí era un poco lamentable, pero entrañable al mismo tiempo.
Aunque los momentos eran raros, cada vez que este hombre, que perdió sus recuerdos, me mostraba su lado débil y vulnerable como ahora, me dolía el corazón y no tenía más remedio que mirarlo con cariño.
—Incluso si no me consideras tu hija, yo seguiré pensando en ti como mi padre. E incluso si tus recuerdos no regresan, no importa.
Fui sincera con mi pensamiento de que estaba bien incluso, si él nunca recuperara sus recuerdos sobre mí.
—De todos modos, yo conservo todos los recuerdos por ambos. Así que, papá…
Era feliz mientras permaneciéramos juntos.
—Por favor, quédate donde estás.
Mientras dije las palabras con una sonrisa, Claude una vez más permaneció en silencio mientras me miraba fijamente.
Continuó quedándose conmigo todo el día.
Después de nuestro paseo en barca, regresamos al Palacio Esmeralda, disfrutamos de un tentempié, jugamos al ajedrez y pasamos más tiempo juntos; no fue tan diferente de un día normal. Pero después de la cena, además compartimos el pastel especial que Lily había preparado para mí.
A pesar de que no fue muy diferente a un día normal, aun así fue un día bastante agradable para mí, ya que pude pasarlo con mi papá.
Cuando llegó el momento de que Claude regresará al Palacio Garnet, fui a despedirlo antes de regresar a mi habitación.
Tan pronto como abrí la caja de música que Lily me había regalado por mi cumpleaños el año pasado, una suave melodía comenzó a fluir en el tranquilo aire de la noche.
Salí a la terraza en ropa de dormir y me apoyé en la barandilla. La luna esparcía una luz plateada en la oscuridad.
Ah, hoy fue muy divertido. Aunque no hice nada grandioso para mi cumpleaños, no creo haber tenido un cumpleaños que me hiciera tan feliz antes.
Debido a que este era el primer cumpleaños en el que Claude había venido a verme, Lily, Félix y todas las demás personas en el Palacio Esmeralda parecían haber estado emocionados.
Los postres que habían traído con los tentempiés, la comida que habían preparado para la cena, así como el menú súper lujoso del que se habían jactado.
Claude había sido inesperadamente bueno en el ajedrez, así que terminé perdiendo varias veces seguidas. Entonces, durante la última ronda, fingí estornudar y sigilosamente derribé el tablero.
Como me divertí mucho hoy, decidí dejar que mi mamá, Diana, se quedara con mi papá durante las horas restantes. Entonces, cuando Claude lanzó una expresión ilegible en mi dirección, simplemente lo despedí con una sonrisa.
Coloqué mi cabeza en mi brazo que estaba encima de la barandilla y sentí la brisa fresca pasar por mis mejillas. Mi cabello, que brillaba blanco bajo la luz de la luna, se balanceaba suavemente mientras colgaba debajo de la barandilla.
Claude apareció en mi cumpleaños por primera vez, pero los que siempre habían estado conmigo en su lugar, Lucas y Blackie, ya no estaban…
Miré a lo lejos aturdida, perdida en mis pensamientos.
Un ligero suspiro se escapó en el aire de la noche. Al estar sola, sentí que algo faltaba al intentar reclamar el espacio vacío.
Pero no debería sentirme así. Estaba feliz y por eso debería estar contenta y agradecida por lo que tenía ahora.
Se concedió el deseo, sin embargo…
—Te extraño —murmuré para mis adentros.
—¿A quién? ¿A mí?
Entonces, justo en ese momento, me sobresaltó la voz que parecía haberse mezclado con el aire de la noche como por arte de magia.
Permanecí congelada por un momento antes de girar la cabeza hacia el sonido.
El cabello negro, ligeramente teñido de azul bajo la luz de la luna, revoloteaba contra el fondo del cielo nocturno.
¿Hace cuánto tiempo había estado mirándome mientras estaba bajo la sombra de un árbol e irradiaba una abrumadora sensación de poder? El mismo hombre aterrizó suavemente en la terraza donde yo estaba.
—Al ver la tonta expresión en tu cara, debes haberte sorprendido mucho.
Por alguna razón, no pude responder con ninguna respuesta y terminé solo mirándolo en silencio.
Es decir, hasta que lo vi darme una sonrisa juguetona.
—Ya estoy de vuelta.
♦ ♦ ♦
34. Como era de esperar, da miedo
—Lucas.
Cuando por fin recuperé el sentido, dije su nombre.
Aún no podía creer que realmente estuviera frente a mis ojos, así que lo miré con ligera incredulidad.
—¿Qué es esto? ¿Estás tan feliz de verme que te quedas sin palabras?
Pero cuando las palabras burlonas llegaron a mis oídos, comencé a creer que este hombre frente a mí era en realidad Lucas.
—Escuché que hoy es tu cumpleaños.
Pero debido a que había aparecido de repente, justo cuando estaba pensando en él, todavía parecía una ilusión.
—Llegué justo a tiempo, ¿no?
Además, en lugar de la imagen de un niño a la que estaba acostumbrada, su imagen actual era la de un hombre adulto.
Con el cielo nocturno de fondo, sentí como si Lucas fuera un ser desconocido que no podía entender.
—Pero ¿qué es esto?
Entonces, hasta el momento en que abrió la boca con una mirada divertida en sus ojos, seguí mirándolo como si un gato me hubiera comido la lengua.
—¿Absorbiste a Blackie?
En ese momento, sentí como si me hubiera tragado un trozo de piedra.
—Tu cuerpo de repente se volvió rico en mana.
No había ni un solo indicio de reprimenda en su voz. Lucas sólo reviso en todas direcciones, asombrado de cómo la cantidad de mi poder mágico aumentó repentinamente.
—¿Cuándo regresaste? —pregunté, después de finalmente lograr abrir la boca.
—¿Por qué? ¿Quieres que me vaya otra vez?
—¿Comiste la fruta?
—Algún bastardo hizo un desastre con la fruta y no pude comerla. En cambio, comí algo aún mejor.
Afortunadamente, parecía que Lucas había encontrado lo que estaba buscando, ya que su rostro parecía bastante renovado.
—Ya veo, eso es bueno.
Qué extraño. Había muchas cosas que quería decirle cuando por fin regresara, pero por alguna extraña razón, sólo salieron palabras triviales.
Me sentí incómoda con esta persona frente a mí sin ningún motivo. No es que no estuviera feliz de verlo, es solo que, por alguna razón, me estaba costando pronunciar mis palabras.
—¿Mmm?
Parecía que Lucas también encontraba extraño mi comportamiento. Sus ojos carmesí escanearon silenciosamente mi rostro.
Incapaz de aguantar más, solté un ‘¡Uf!’ y cerré los ojos, extendiendo las manos para cubrirlos.
—¿De verdad tienes que permanecer en esa forma? ¿No puedes volver a tu forma más joven?
—¿Por qué debería?
—¡Porque no pareces tú mismo!
No podía decir qué expresión tendría porque tenía los ojos cerrados, pero lo escuché soltar otro “Hmm”.
Parecía que estaba disfrutando de mi reacción, pero también parecía irritado.