Un día me convertí en una princesa – Epílogo – Capítulo 15

Quizá Jennette haya hecho una buena acción como una princesa angelical al ver cómo empujo a Claude hacia el Palacio Rubí.

De repente, pensé en Jennette, quien había venido a verme recientemente. Para ser honesta, aparte de Lily, parecía que Jennette era quien más se preocupaba por Athanasia en este mundo.

No una vez, sino cada vez que tenía la oportunidad, venía a visitarme y verificaba mi condición con una expresión preocupada.

Uf, pero Claude es el único padre que tengo…

—Ya veo.

Incluso cuando Jennette me instó a mostrar su rostro por un tiempo, respondí de esa manera. ¡Cómo me habría dolido si hubiera sido la verdadera Athanasia en mi lugar en este momento!

—Viniste a pasar un rato… Entonces no molestaré a su majestad recomendando un asiento. Por favor, siéntete como en casa.

Pero, no importa lo molesto que estuviera, no podía dejar de actuar ahora…

Después de todo, ni siquiera era la princesa Athanasia aquí, por lo que no podía asumir la responsabilidad de la tormenta que seguía. Aun así, no pude evitar sentirme mal por Claude, así que no lo forzé a sentarse y me despedí de inmediato.

—¡Haa!

—¿Oh, princesa?

Entonces, los cortesanos cercanos oyeron el sonido de una respiración apresurada. Se sorprendieron cuando hice como si estuviera evitando a Claude en la puerta. Claude también arqueó las cejas como si mi reacción fuera inesperada.

Maldición, si fuera la verdadera Athanasia, habría sido lo suficientemente astuta como para quedarme un poco más con Claude, por lo que todos se sorprendieron. Por supuesto, cuando la verdadera Athanasia volviera, tendría que lidiar con un nivel insoportable de intimidación, pero…

…Pensé que esto estaría bien. Dado que Claude no está interesado en Athanasia de todos modos, ¿no se limitaría a pensar que ´comió algo que le cayó mal´ o ´se siente un poco rara después de lastimarse´.

Claude es el tipo de persona que odia ver a Athanasia mendigando por amor, así que debería estar feliz de que no lo molesté. Después de todo, vine aquí por la solicitud de Jennette.

No obstante, estaba bien tocar el vello de la nariz de Claude, pero no al punto de querer arrancárselo. Así que fingí ser una chica débil y mostré una mirada lánguida.

¡Lo que acabo de decir no tiene ningún significado! ¡No intenté deshacerme de ti frente a mis ojos porque no quería parecerme a ti! ¡Es cierto! Por supuesto…

De repente, la mirada de Claude hacia mí cambió. Observé que su rostro tomaba un tono diferente, un escalofrío diferente al anterior.

—Eres una chica descarada. —Fue en el siguiente instante cuando la boca de Claude, que había estado cerrada, se abrió—. No eres Athanasia ¿Quién demonios eres tú?

En el momento en que escuché su voz fría, me sobresalté genuinamente hasta el punto en que el corazón se me cayó. ¿Qué, qué, qué? ¿Quién soy?

¿Se dio cuenta de que no soy la verdadera princesa Athanasia en este momento?

—Esta no es la Athanasia que solía conocer. ¿Quién eres?

¡Sí, no soy la que solías conocer!… Quería gritar, pero no podía. Entré en pánico y luché por calmar los latidos de mi corazón. Sin embargo, en el momento en que me encontré con los ojos de Claude, que brillaban más que nunca, me encogí como si me hubiera convertido en un conejo frente a una bestia.

—Padre es… No me conocías lo suficientemente bien como para decir eso en primer lugar.

Como si esa arruga se hubiera expresado, las voces que siguieron salieron sin dudarlo, a diferencia de hace un momento.

Esta vez, Claude se quedó en silencio durante un rato después de escuchar mi voz, que no solo estaba fingiendo ser débil, sino que sonaba genuinamente lánguida y marchita. Después de un rato, la nitidez de sus ojos, que me habían estado mirando como si quisieran perforarme, disminuyó ligeramente.

—Eso es cierto.

Afortunadamente, Claude pareció haber aclarado sus sospechas. Para ser honesta, no creo que haya dicho nada de eso porque dudara sinceramente de mi identidad. ¡Vaya susto, Claude! ¡Esa mirada da miedo!

Claude se dio la vuelta con el dobladillo de su ropa revoloteando, como si hubiera perdido interés en mí nuevamente.

—No hay nada más que ver, así que me iré. No vuelvas a usar tus habilidades de manipulación con Jennette.

¿Eh? ¿Crees que use a Jennette y que Jennette te mandó al Palacio Rubí por mi orden? ¡Oh, eso es vergonzoso! Lo que más odio ver en este Palacio Imperial en este momento eres tú.

—Princesa, por favor vuelva a tu habitación y descansa.

Lily, que nos había estado observando a Claude y a mí con ojos ansiosos, se acercó a mí. Pareció aliviada cuando Claude desapareció silenciosamente sin causar ningún problema.

—Está bien, dormiré temprano hoy.

Después de ver a Claude, me cansé rápidamente y volví a mi habitación sin energía.

Lily me miró con ojos compasivos y luego salió de la habitación después de decirme que descansara un poco. Me acosté en la cama por un rato y fingí estar dormida, luego pateé la manta y me levanté de nuevo.

Ugh, estoy cansada, pero no puedo dormir ahora. Me metí en la cama mostrando mi agotamiento frente a Lily, así que supongo que no vendrá a mi habitación, ¿verdad? Aun así, por si acaso, coloqué el peluche bajo la manta y usé la teletransportación. Al siguiente instante, llegué al bosque de juncos donde me encontré con Lucas la última vez.

—¡Hey, Lucas!

Llamé a Lucas para que mi voz resonara en el silencioso cielo nocturno.

—¡Lucas, idiota! —Francamente, era una idea descabellada, pero confiaba en que Lucas respondería a mi llamada.

—¿Por qué me llamas así en medio de la noche?

Después de todo, apareció tranquilamente bajo la luz de la luna.

—¿Me extrañaste tanto? Solo han pasado unos días desde que nos conocimos, ¿no es demasiado agresivo?

Oye, ¿de qué está hablando este niño?

—¡Bastardo! ¡Eres realmente un desquiciado incontenible! ¡Malvado! ¡Eres un psicópata malvado!

Maldije a Lucas. Después de venir aquí, las cosas que le sucedieron a este tipo pasaron por mi mente como un caleidoscopio. ¡Es tan injusto e indignante!

Lucas escuchó en silencio mientras lo maldecía con una sonrisa en su rostro. Luego inclinó la cabeza y dijo:

—Es extraño. ¿Por qué me maldices y a la vez no estas enojada?

—¡Tonto!

Lo escuché hablar y lo insulté al mismo tiempo.

—¿Estabas tan triste que no te llevaron a la torre? No puedo evitarlo porque me estoy aferrando a vivir y morir de esa manera. Te llevaré, así que, por favor, cálmate.

—¡Quien debe calmarse! ¡No tengo curiosidad por nada de eso y no quiero ir!

—¿En serio? —Lucas me miró con ojos burlones y sonrió profundamente.

Me sorprendió su expresión. ¿Este chico está insinuando una amenaza de nuevo? Reí exageradamente.

—Vámonos, entonces, te seguiré.

Miré a Lucas y apreté los dientes antes de hablar. Luego, sonrió satisfecho.

Dios, lo odio. ¿Le gusta siempre salirse con la suya? ¿Eh? ¿Le parece genial?

—Vamos. —Luego me tendió la mano—. Si usas magia, ambos nos sentiremos incómodos, ¿verdad?

—¿Sin magia? No se trata solo de no usarla en contra del otro. ¡Date prisa!

Estaba furiosa por la ridiculez de Lucas, pero agarré la mano del chico frente a mí, reprimiendo mi irritación.

—¡Up!

Pero, ¿no está Lucas acercándose y luego levantándome en brazos como si fuera una princesa?

—No tienes miedo a las alturas, ¿verdad?

Habló de manera insincera y luego voló desde el suelo sosteniéndome en sus brazos. ¡No, pero este chico! Si hubiera usado este método antes, ¡no habría tenido que vomitar sangre!

Un pensamiento repentino cruzó mi mente y miré a Lucas nuevamente. Su rostro a la luz de la luna. Era obvio que la cara de Lucas que yo conocía era la misma.

Aparté la vista del rostro del chico, sintiéndome un poco inquieta. Una brisa fresca de la noche le rozó las mejillas. Como joyas esparcidas sobre seda oscura, la colorida Vía Láctea bordaba el cielo. La suave luz del edificio brillaba bajo sus pies.

¿Eh? Pero parece que estamos yendo muy lejos. Traté de ver hacia dónde se dirigía Lucas, pero mi visión no era lo suficientemente buena para distinguir el terreno, por lo que no pude.

De repente, una sensación de crisis me invadió, y le hablé en secreto a Lucas.

—Oye, ¿todavía estás lejos? Como dije la última vez, tengo toque de queda.

—Espera, estaremos ahí ahora.

Lucas dijo eso con impaciencia, pero aún tenía mis dudas. Después de un rato, me sorprendió la escena que apareció ante mis ojos y abrí la boca.

—Oye, ¡wow!

Al principio, pensé que era solo un cielo nocturno estrellado. Pero no fue así. Las nubes se levantaron y la torre, revelada bajo la luz de la luna, proyectó todas las estrellas del cielo nocturno en su pared exterior.

No, ¿es un reflejo, no una proyección? En cualquier caso, miré sin comprender la Torre Oscura que se elevaba majestuosamente hasta el punto de quedar atónita, aun abrazando la deslumbrante y brillante Vía Láctea. Era una belleza tan irreal que me quedé sin palabras por un momento.

Lucas estaba bastante satisfecho de que yo estuviera hipnotizada por la majestuosidad de la torre.

—Bienvenida a la Torre Oscura del Gran Mago —dijo Lucas, quien me puso en la cima de la torre, con orgullo—. Como eres el primer invitado, puedes sentirte máximamente honrada.

Ah, soy el primer invitado, eso es emocionante.

Hice una pausa por un momento, admirando el paisaje a mi alrededor, donde parecía como si un montón de estrellas estuviera cayendo.

Un momento… ¿Primer invitado? ¿Soy el primer invitado?

—¿Dónde está la princesa que secuestraste? —De repente, recuperé mis sentidos y recordé el propósito de mi visita aquí.

Whoa, whoa.

Casi olvido por qué vine aquí. El lugar era mucho más impresionante de lo que imaginaba, y me estaba perdiendo en la magnificencia sin darme cuenta.

Honestamente, pensé que, como un antiguo castillo, sería oscuro y sombrío, como si los fantasmas salieran.

—Ella no está aquí —dijo Lucas en un tono burlón, como si lo que pregunté fuese obvio.

—¿Qué? ¿Dijiste que estaba donde vives? ¿No es esta tu casa?

—Esta es la torre, pero el hecho de que ella esté aquí es, por supuesto, una mentira.

¿Qué? Este chico. ¿Estás diciendo que me mentiste? ¡¿Y por qué debería ser eso?!… Aunque bueno, de ninguna manera la llevaría a la torre… creo que soy un poco estúpida

Lucas me miró y levantó una ceja. La sonrisa que se extendió a la luz de la luna fue tan hermosa que me dejó sin aliento por un momento.

—Quería traerte a esta torre, no un reemplazo que se pareciera a ti —susurró Lucas, que se había acercado a mí, con una risa profunda. Me quedé momentáneamente aturdida.

—Es desagradable imaginar a alguien más además de ti en mi torre…