Una doncella competente – Capítulo 1: Un milagro increíble (5)

Traducido por Den

Editado por Meli


Por fin, tras muchas vicisitudes, el festival estaba a tan solo unos días.

—¡Larga vida a Su Alteza el príncipe heredero!

—¡Larga vida al imperio!

Una semana antes del inicio del festival de la fundación del imperio, al igual que en la Pascua de la iglesia católica, se llevaban a cabo varios eventos, cubriendo las calles de la capital con un ambiente festivo.

El verdadero gobernante del imperio, el príncipe heredero Rael, también estaba ocupado preparándose para la celebración.

—¿Hay algún problema con los preparativos del festival?

—No. —Negó con la cabeza Orn, el primer ministro—. Todo marcha según lo planeado.

—Bien, es el primer festival en años, así que nada puede salir mal. Todo debe ser perfecto. El pueblo ha estado esperando este evento.

La guerra contra el reino Cloyan desembocó en la guerra civil entre los príncipes. Ahora el pueblo estaba sumamente cansado. Por ello, el príncipe Rael quería aliviar su sufrimiento a través de este festival.

—Cuando comience el festival, distribuye generosamente entre la gente la carne y el alcohol que hemos estado almacenando.

—Sí, lo haré.

—También sería una buena idea conceder una reducción de impuestos especial solo por este año, ya que hasta ahora se han visto agobiados con todo tipo de cobros a causa de la guerra civil.

Luego, ambos discutieron sobre las medidas a tomar respecto a la opinión pública.

 —Por cierto, Su Alteza, se ha producido algo inaudito.

—¿Qué es?

—El Imperio de Occidente ha enviado una delegación de felicitaciones.

—¿El Imperio de Occidente? —preguntó Rael sorprendido.

—Es inesperado, no hay registros de que haya ocurrido algo así con anterioridad.

—Sí, ciertamente lo es, no existe ninguna relación entre ambos imperios.

El Imperio de Occidente y el Imperio de Oriente, habían estado luchando durante cientos de años porque cada uno reclamaba su legitimidad sin reconocer la existencia del otro.

En particular, las relaciones empeoraron después de que el Imperio de Oriente se apoderara del reino Cloyan hace unos años.

Sin reconocer oficialmente su ocupación, continuaron combatiendo para hacer del estado de Cloyan su territorio.

Continúan buscando a la princesa Morina, la única sobreviviente de la familia real del reino Cloyan, ¿verdad? Para evitar disputas innecesarias, debemos encontrarla lo antes posible.

Si el enemigo la encontraba primero, las cosas se complicarían. Era seguro que la apoyarían para reclamar la soberanía de la región de Cloyan.

Si encuentro a la princesa antes que ellos y la convierto en mi esposa, el problema se resolverá, sin embargo, no consigo averiguar su paradero.

—En cualquier caso, ¿por qué envían de repente una delegación? —le preguntó a Orn.

—Existen varias posibilidades.

Rael golpeteó la máscara de hierro con el dedo.

—Para espiar.

—Sí, o están tratando de encontrar defectos.

—¿Defectos?

Orn asintió con seriedad.

—Es el primer festival desde el comienzo del reinado de Su Alteza, por lo que su intención podría ser encontrar algún defecto que lo desacredite.

—Es posible. —Estuvo de acuerdo con la suposición.

—Si se produjera algún problema durante el festival, podrían circular rumores inútiles al respecto.

—No me gusta. —Rael frunció el ceño.

Por supuesto, no tenían por qué desconfiar del Imperio de Occidente. Sin embargo, le disgustaba que lo despreciaran y ridiculizaran por un simple error. Hería su orgullo.

—¿Cuántos hombres hay en la delegación?

—Eso… Un total de doscientas personas —dijo Orn con desconcierto.

—¿Qué? ¿Doscientas personas? —repitió el príncipe.

Era una cifra incomprensible. Por lo general, el tamaño de las delegaciones de cada país era inferior a diez personas.

—La mayoría son caballeros.

—¿Caballeros? ¿Qué? ¿Están planeando hacer una demostración de su fuerza militar? —declaró Rael con voz fría—. Está bien. Si muestran el más mínimo indicio de sospecha, puedo matarlos de inmediato.

Por mucho que fueran doscientos caballeros de élite, no sería difícil someterlos dentro del territorio.

—Me gustaría demostrarles nuestra fuerza, enseñarles a esos bastardos occidentales una lección.

Ante el espíritu cada vez más feroz del príncipe heredero, Orn se apresuró a agitar las manos en negación.

—No es así, al parecer son escoltas.

—¿Escoltas? ¿De quién?

—No lo sé. Sin embargo, según el informe de la guarnición que los inspeccionó, parecían estar protegiendo a alguien importante. Aparte del responsable de la delegación, el conde Shöber, puede que los acompañe otra persona de la que no hemos sido informados.

—Mmm. Con tantos efectivos, es casi como si escoltaran a la familia imperial. Quizá venga algún miembro… —dijo Rael.

—Investigaré más al respecto.

—Sí. ¿Cuándo es el banquete de bienvenida de la delegación?

—En la víspera del festival, dentro de tres días. Se espera que lleguen el día anterior.

—Ya veo. ¿Dónde será la cena?

—En el Palacio de los Lirios. Peter, quien lleva siendo el jefe de cocina del palacio imperial desde hace mucho tiempo, está a cargo de la cena de gala.

—¿El Palacio de los Lirios? —cuestionó Rael tras un momento de reflexión.

—Sí, su papel original es el de recibir a los invitados distinguidos. ¿Por qué? ¿Hay algún problema?

—N-No.

Orn ladeó la cabeza al ver al príncipe actuando de esa manera.

—No es nada. No tienes que preocuparte.

Rael vaciló debido a que recordó a alguien que trabajaba ahí.

La palabra “Palacio de los Lirios” le había recordado a Marie. Una mucama, concretamente una mucama de bajo rango encargada de tareas poco importantes.

¿Por qué de repente pensé en ella? Qué extraño. Ella es solo una sirvienta que pertenece al Palacio de los Lirios y sirve ahí.

La excluyó de sus pensamientos. No obstante, también se preguntó si volvería a verla durante el banquete, pero de inmediato negó con la cabeza.

La cena estaría a cargo de una sirvienta de clase media de alguna familia aristócrata, no de una doncella de rango bajo como ella, que haría todo tipo de tareas entre bastidores.

Tareas… Parecía débil, debe ser duro, una vez más, pensó involuntariamente en la chica de cuerpo pequeño que estaba arreglando sola el Jardín de los Cisnes.

El Príncipe Cruel volvió a sacudir la cabeza, mostrándose sorprendido.

¿Por qué sigo pensando en cosas innecesarias?

—De todos modos, el banquete es una cortesía para dar la bienvenida al Imperio de Occidente y a delegaciones de otras naciones, así que dile al chef que sea minucioso —ordenó con firmeza.

—Sí, entendido.

Pero ¿era una coincidencia? Mientras tenían esa conversación, Marie, en quien pensaba el príncipe heredero, estaba ayudando al chef Peter a preparar la cena.

♦ ♦ ♦

El Palacio de los Lirios estaba ocupado organizando el banquete de bienvenida.

—Marie, ¿puedes ayudarme?

—¡Sí, chef! —asintió ante las palabras de Peter, mientras ordenaba la vajilla para la cena—. ¿En qué puedo servirle?

—Voy donde almacenamos la carne de ternera joven para el churrasco [1], el plato principal para la cena de mañana. Quiero comprobar que no hay ningún problema. ¿Puedes venir conmigo?

—Sí, iré ahora mismo. —Dejó la vajilla y siguió al hombre.

—Estamos a un día del festival, por lo que estás muy ocupada, ¿verdad? ¿No estás cansada? —dijo Peter sonriendo.

—Oh, estoy bien. También es duro para usted, ¿verdad?

—Bueno, el período de fiestas es el más agotador para personas como nosotros.

Peter le preguntó a Marie sobre esto y lo otro con un rostro tranquilo. Desde antes, ya la trataba con amabilidad, como si fuera su hija.

—Gracias por tu gran trabajo. Te estás volviendo muy famosa entre las doncellas del Palacio de los Lirios; te colman de elogios.

—N-No es así.

—No. A diferencia de antes, ahora rara vez cometes errores. Aunque estoy muy ocupado preparando el banquete, desde tu llegada a la cocina puedo respirar tranquilo.

Después de terminar el arreglo del Jardín de los Cisnes, fue asignada a hacer los preparativos para la cena de gala del Palacio de los Lirios, a donde pertenecía originalmente. Cuando llegó a la cocina, fue elogiada por ayudar tanto a los cocineros, demostrando sus habilidades extraordinarias.

—Aun así, todo esto es una gran presión y responsabilidad, ya que es de suma importancia para Su Alteza el príncipe heredero. Así que gracias por tu ayuda.

—¿Para Su Alteza el príncipe heredero?

Marie, que estaba avergonzada por los repetidos cumplidos, se sorprendió ante su mención.

—Sí. Puesto que es el primer evento en que recibiremos delegaciones diplomáticas de cada una de las naciones, no debe haber ningún problema. El prestigio del imperio está en juego. Especialmente esta vez, dado que es inusual que asista una delegación del Imperio de Occidente. Por eso creo que Su alteza está prestando especial atención.

Peter era bastante despreocupado, pero como el príncipe heredero estaba observando con atención cada uno de los preparativos, sentía mucha presión. No podía evitarlo. Todos le temían.

Ahora que lo pienso, el príncipe vendrá a la cena dentro de dos días.

Tembló por dentro. Se estremecía con tal solo pensar en la máscara de hierro. No quería enfrentarse nunca a él.

Lavaré los platos en la cocina, así no me toparé con él.

Prometiendo no salir nunca de la cocina ese día, dijo algo para animar a Peter:

—No se preocupe demasiado. Las habilidades culinarias del chef son las mejores del palacio imperial.

Ante sus palabras, Peter sonrió.

—Gracias. Incluso si no soy el mejor del palacio imperial, hago lo que puedo.

—El plato principal de la cena es churrasco de ternera, ¿verdad? —preguntó Marie.

La cena contará con más de veinte tipos de platos diferentes, que van desde tres clases de sopas hasta deliciosos aperitivos para abrir el apetito; entrantes fríos acompañados de salmón, tres variedades de entrantes calientes, y platos de carne con ensalada.

Entre los numerosos platillos, el más importante era el plato principal. La mayoría de las veces servían un churrasco de res de excelencia.

—Sí, la carne de ternera de la más alta calidad se ha estado añejando a bajas temperaturas desde hace un mes.

—¿A bajas temperaturas?

—Sí, no importa cuán buena sea la carne, si no la dejas madurar el tiempo suficiente y la cocinas, estará seca y dura. Por eso añeja a baja temperatura, para obtener el mejor sabor posible. —Al llegar al almacén, Peter sacó la llave y abrió la puerta que conducía bajo tierra—. Ya hemos llegado, así que lo entenderás cuando lo veas por ti misma. Coge esa lámpara y baja con cuidado por aquí.

—Ah, ¡sí!

Descendió con mucha precaución por las escaleras empinadas.

Hacía tanto frío, como si fuera pleno invierno, que tiritaba.

—¿Por qué está tan frío? —murmuró.

—Porque estamos muy bajo tierra. Si pones la carne en un lugar tan frío como este, madurará sin estropearse y tendrá un sabor más intenso.

Marie se quedó asombrada por sus palabras. ¿Se podía hacer madurar la carne así? Era un método inesperado.

—Increíble.

—Sí, la carne sabe mucho mejor si se añeja adecuadamente.

—Pero, si la conserva así, ¿no se estropeará si cambia el ambiente?

Tras su pregunta, el rostro de Peter se ensombreció por un momento.

—Esa es la cuestión. Si no se supervisa adecuadamente durante el añejamiento, las bacterias se propagan y, a menudo, todo se echa a perder y debemos tirarlo. Por tanto, hay que medir bien la temperatura y la humedad antes de ponerla a añejar.

—Entonces, ¿estas carnes están bien? —preguntó con cautela Marie.

—Este almacén mantiene bien el frescor, por lo que la carne no se estropea. Por ello no suelo preocuparme porque se deteriore mientras madura. Sin embargo, estos días ha surgido un problema —respondió Peter aún con rostro sombrío.

—¿Cuál?

—Quizá debido a la lluvia de los últimos días, el aire en el almacén sea más húmedo. Y me preocupa que la carne se vea alterada.

—Ah…

—El banquete es dentro de dos días, así que, si la carne se daña, no tendremos carne de alta calidad para el plato principal.

Marie entendía lo que decía el chef.

Más de doscientas personas asistirían a la cena de bienvenida. Debían usar solo carne de buena calidad.

Sin embargo, ni siquiera el palacio imperial podría conseguirla en uno o dos días.

—Entonces ¿por eso vino?

—Sí, para comprobar si hay carne dañada. Si el aire es húmedo, las bacterias pueden proliferar y la descomposición puede propagarse a su alrededor —explicó Peter y, luego, comenzó a examinar detenidamente la carne.

Comprobó que no hubiera partes en descomposición, que el olor no fuera extraño y que el color no hubiera cambiado. No obstante, encontró bastantes carnes defectuosas.

—Será mejor que tiremos esto.

—¿Está descompuesto?

—Sí, y quizás por el mal tiempo, está peor que cuando vine ayer —respondió Peter, parecía preocupado. Si se echaba a perder la carne y se interrumpían los preparativos para el banquete, sería responsabilidad suya—. Tendré que venir mañana también.

Al día siguiente, Marie fue al almacén con Peter. Nuevamente, parte de la carne se había dañado. Estaba peor que ayer.

—Esto es muy grave. Está aumentando demasiado la humedad. Lamentablemente, a este ritmo, todo se echará a perder —dijo Peter inquieto.

—La cocinaremos mañana, así que solo tenemos que mantenerla fresca por hoy.

—¿La carne se puede estropear de un día para otro?

—Podría deberse a que la carne en mal estado sigue aumentando.

Mientras discutían preocupados la situación actual, llegó una persona inesperada. Se trataba del conde Gilbert, el director general del palacio imperial, quien supervisaba cada uno de los trabajos, incluido el banquete de bienvenida.

—No hay ningún problema con los preparativos para la cena, ¿verdad? Asistirán invitados distinguidos de la mayor parte de Europa, por lo que debes servir los mejores platos —dijo Gilbert, acariciando un lado de su bigote—. Es importante para Su Alteza el príncipe heredero, así que no debería haber contratiempos.

—Conde, en realidad ha surgido un pequeño problema… —comentó Peter dubitativo.

—¿Cuál? —Gilbert enarcó una ceja.

—De hecho…

Peter explicó que el mal tiempo había hecho aumentar la humedad en el almacén subterráneo y, por tanto, parte de la carne se había estropeado. La descomposición podría continuar.

Ante ello, Gilbert se puso furioso.

—No… ¡¿Qué significa eso?! ¡¿Cómo diablos has estado conservando la carne?! ¡¿Te has vuelto loco?!

El chef agachó la cabeza con el rostro pálido. Aunque no era su culpa que aumentara la humedad del aire, no podía evitar la reprimenda, ya que él estaba a cargo.

—Lo lamento.

—Por muy malo que fuera el tiempo, ¡deberías haberla almacenado correctamente! ¡Ese es tu trabajo! —lo culpó Gilbert, irritado—. Ja —suspiró—. Esto es muy grave. Entonces, ¿insinúas que no puedes servir carne de alta calidad para el banquete de mañana?

—No es eso. La estamos examinando con atención, por lo que son pocas las probabilidades de que surja algún problema. Sin embargo… el aire todavía está húmedo, así que creo que deberíamos preparar carne adicional por si acaso.

—No puedes hacer eso —negó con la cabeza.

—¿Qué deberíamos hacer…?

—Desconozco cuántos asistentes serán, pero es imposible que en este momento puedas preparar carne para cientos de personas. Por supuesto, podrías utilizar miles de carnes de baja calidad, sin embargo, si sirves eso a las delegaciones en el banquete de la víspera del festival, solo nos dejarás en ridículo. El plato de la cena de mañana debe ser de la mejor calidad.

Peter guardó silencio. El director general del palacio tenía razón. No sabía qué tipo de burlas oiría a sus espaldas si invitaban a personalidades distinguidas de cada país y servía platos de mala calidad en la cena.

—Por lo tanto, asegúrate de hacer todo lo posible para evitar que la carne se eche a perder. Si surge algún problema con los preparativos, tú tendrás la culpa. ¿Entendido?

—Sí… Está bien.

Gilbert resopló y se marchó.

—Chef… —llamó Marie.

—Todo saldrá bien. Estaré muy atento. —Sacudió la cabeza, como diciendo que no se preocupara.

Pero Marie también se había dado cuenta de que la descomposición de la carne, debida a los cambios en la humedad, no era algo que se pudiera evitar aunque se vigilara con cuidado. En particular, era una gran señal de peligro que la carne almacenada se estropeara.

A medida que pasa el tiempo, la descomposición aumenta.

Lo peor era que ni siquiera sabían si las bacterias ya se estaban propagando por la carne.

¿Hay alguna forma de evitar que la carne se pudra? —Recordó que sus sueños podían hacer milagros—. Ojalá pudiera tener alguno de esos sueños para ayudar al chef.

Sin embargo, no importaba cuán habilidosa la volvieran sus sueños, no había forma de impedir que la carne se echara a perder. Todo lo que podía hacer era rezar para que no pasara nada.

Señor, por favor, ayúdanos a concluir el banquete sin ningún incidente.

♦ ♦ ♦

Fue debido a esa oración que esa noche Marie tuvo un “sueño”. Un sueño lúcido en que se convertía en una persona diferente.

¿Qué sueño es esta vez?

Hasta ahora, la experiencia había demostrado que el sueño estaba relacionado con lo que sucedería en el futuro. Tal vez había una pista para ayudar a Peter. Sin embargo, esta vez el contenido del sueño era algo extraño. Sí estaba relacionado con la carne, pero no era lo que ella quería.

«¡Damas y caballeros! Han estado esperando esto durante mucho tiempo. ¡Finalmente ha llegado el momento de determinar el ganador del tan esperado concurso de Grand Beef Master!»

En el sueño, estaba participando en un concurso de cocina de carne. Marie estaba confundida y sin palabras.

¿Qué es esto? ¿Por qué de repente un concurso de cocina de carne?

Ella era una de los dos finalistas restantes. Su oponente era un hombre rubio y ella una mujer asiática de cabello negro. Ambos aguardaban la crítica de los jueces sobre sus respectivos platos de carne.

«El primer plato es el filet mignon [2] del chef Joseph. Es un plato que se defiende únicamente con la textura del solomillo de la más alta calidad, sin utilizar ninguna técnica. ¡Su sabor tierno es celestial!»

A continuación, el presentador de la competición anunció el plato elaborado por la mujer asiática.

«Por otro lado, el segundo plato es todo lo contrario. La carne utilizada es de segunda calidad, aquella empleada en los hogares. No obstante, a través de una técnica sencilla pero excelente, se ha modificado su sabor, el cual es comparable al del de mejor calidad. El sabor tierno pero sabroso nos hace cuestionarnos si realmente es el plato que conocíamos.»

Luego, el presentador expuso su nombre.

«¡Y el nombre de este plato popular es…!»

♦ ♦ ♦

—¡Marie! ¡Marie! ¡Despierta!

Se despertó ante la repentina voz que la llamaba. Antes de que siquiera pudiera pensar en el significado de su sueño, escuchó unas palabras apremiantes.

—¡Ha ocurrido algo grave! ¡Debes ir de inmediato al Palacio de los Lirios!

—¿Eh? ¿Qué ha pasado? —dijo, abriendo mucho los ojos.

¿Quizá…?

—¡Creo que ha surgido un problema con la carne del plato principal de la cena de bienvenida de hoy! ¡Ahora todo el Palacio de los Lirios está en estado de emergencia!

Se le encogió el corazón. Estaba preocupada por que ocurriera algo así y, al final, ¡había sucedido!

Corrió hacia la cocina del Palacio de los Lirios y se encontró a Peter de pie con la tez demacrada.

—¿Chef?

Él y los ayudantes de cocina hablaban con rostros pálidos.

—Estaba bien cuando lo comprobaste anoche, ¿verdad?

—Sí, chef. Definitivamente lo estaba.

—Entonces, ¿por qué? Ah.

—Debido a la gran afluencia de humedad durante la noche, la carne que en principio presentaba leves síntomas de descomposición se ha deteriorado considerablemente. Dejé abiertos los orificios de ventilación para evitar que esto sucediera…

Observando la situación, parecía que la mayor parte de la carne se había echado a perder debido a que la humedad aumentó durante la noche y, como consecuencia, las bacterias que habitaban en ella se propagaron masivamente.

—¿Y si la condimentamos con especias fuertes? Así no se notará el cambio de olor.

—No es algo que se pueda ocultar. —Peter se mordió los labios.

—Entonces ¿qué hacemos?

—Contacta con el mercado de carne y diles que preparen urgentemente carne fresca para el plato principal.

—Pero, chef, eso bajará la calidad de los platos.

Los ayudantes de cocina parecían sorprendidos.

—Lo sé. Sin embargo, en la situación actual, es inevitable —respondió con una mirada angustiada en su rostro.

Después de la cena, tendré que asumir la responsabilidad. ¿Qué tipo de castigo recibiré?, se lamentó para sus adentros.

Peter recordó a Rael, quien había masacrado a todos sus hermanastros y había ascendido al puesto de príncipe heredero. Ese banquete de bienvenida ponía en juego su prestigio como príncipe heredero del imperio. Era poco probable que él, el Príncipe Cruel, se quedara de brazos cruzados ante el sujeto que había degradado su reputación.

En el peor de los casos, puede que me mate.

—Posiblemente este… será mi último plato.

—¡Chef Peter! —exclamaron los cocineros con tristeza ante el tono amargo de su voz.

Marie lo miró entristecida. También estaba preocupada por el castigo que recibiría por no preparar debidamente la cena.

¿Hay alguna manera en que pueda ayudar?, pensó nerviosa.

No quería que fuera castigado por el Príncipe Cruel. Era cierto, que era su responsabilidad conservar la carne que se utilizaría para el plato principal, pero, estrictamente hablando, se debía a una fuerza mayor. Las personas no podían controlar la humedad. No, a pesar de eso, quería ayudar a quien la trataba con cariño.

Por favor… una manera…

En ese momento, se le ocurrió algo: ¡cómo hacer un plato principal de alta calidad usando carne de baja calidad! Todo gracias al sueño que había tenido. El plato que preparó la mujer asiática tenía un sabor excelente incluso cuando lo hizo con carne de baja calidad.

No obstante, ¿podría considerarse como plato principal?

Aunque estaba preocupada, enseguida asintió decidida.

Si procede de mis sueños, puede ser aceptado. Su sabor no se degrada en comparación con el de otras grosse pièce [3].

La mujer de su sueño sublimó de la mejor manera los platos que se hacen en los hogares comunes. Por eso pudo llegar a la final de la competición, superando los platos elaborados con los mejores ingredientes.

Ese plato sin duda satisfaría el apetito de las delegaciones diplomáticas.

La pregunta es, ¿cómo se lo digo al chef?

Estaba angustiada. Era solo una doncella de bajo rango que lo ayudaba con los quehaceres de la cocina. Cocinar era la especialidad de los cocineros. No importaba lo bien que estuviera haciendo su trabajo últimamente, era muy atrevido de su parte pretender discutir sobre ese campo.

¿Qué hago?

Mientras estaba sumida en sus pensamientos, una voz inesperada los interrumpió.

—¿Hay algún problema con los preparativos de la cena?

Su cuerpo se puso rígido. El chef Peter, los ayudantes de cocina y las otras sirvientas también dejaron de moverse, sin poder creerlo.

¿Por qué está aquí?

Era una voz que nunca olvidaría.

Los ojos de Marie temblaron con disimulo debido al miedo grabado profundamente en su corazón.

—¡Salve a Su Alteza el príncipe heredero!

Se trataba del príncipe heredero que usaba una máscara de hierro como símbolo.

En la cocina reinaba un silencio sepulcral.

El príncipe era, por lo general, una fuente de terror para los sirvientes, y ahora que había surgido un problema, no hay nada más que decir.

—Estuve meditando si venir o no debido a que estaría interfiriendo de forma innecesaria, pero justamente tenía algunos asuntos que atender en el Palacio de los Lirios, así que vine… Y al parecer hice bien. ¿Qué problema hay con los preparativos de la cena? —preguntó Rael, frunciendo el ceño.

Nadie respondió mientras los escudriñaba con la mirada.

—Hablad.

Al final, Peter, la persona a cargo, le contó que la carne que se utilizaría para el plato principal se había estropeado.

—¡Lo lamento mucho, Su Alteza! ¡Es culpa mía! —El chef inclinó la cabeza como si hubiera cometido un crimen digno de muerte.

El príncipe guardó silencio por un momento. Todos estaban aún más aterrorizados porque no podían ver su expresión facial debido a la máscara de hierro que cubría la mitad de su rostro. En sus cabezas, se imaginaron que el Príncipe Cruel desenvainaría su espada y degollaría a Peter.

Sin embargo, en ese momento, Rael declaró en voz baja:

—¿Y qué? La grosse pièce es el plato fuerte de la cena. Ya que no podremos servir el churrasco de ternera que originalmente ibas a hacer, ¿qué tipo de plato vas a cocinar?

Peter tragó saliva.

—Antes que nada, avisaré al mercado de carne y les diré que preparen otra carne.

—¿Otra carne? Si usas carne de baja calidad, ¿no disminuirá mucho la del plato?

Rael tenía una expresión preocupada oculta tras la máscara de hierro. Se servirían innumerables platos durante el banquete, sin embargo, el más importante era el plato principal de ternera. Si servían una grosse pièce impropia en un banquete al que asistirían representantes de múltiples naciones, definitivamente se burlarían de ellos.

Los demás no me importan, pero me molesta pensar que los bastardos del Imperio de Occidente se reirán a nuestras espaldas.

El príncipe heredero no quería escuchar las burlas de su viejo enemigo. Por otra parte, mientras permanecía inmóvil y en silencio, todos los presentes en la cocina temblaban. Resultaba mucho más aterrador porque no decía nada.

—¿Usarás carne de baja calidad para el plato principal?

—¡Lo siento! ¡Máteme!

—Deja de pedir perdón. Ya ha sucedido, así que ahora es el momento de encontrar una solución. ¿No hay otra manera?

—Si hubiera otro modo…

—¿No hay alguna forma de hacer una grosse pièce aceptable con carne de baja calidad?

Ante las palabras del príncipe heredero, los chefs parpadearon sorprendidos. Les era imposible cocinar platos con carne de mala calidad.

—Lo siento, Su Alteza. —Peter negó con tristeza—. No conozco ningún método para preparar un plato principal con ingredientes de baja calidad.

—El churrasco no debe ser la única manera de hacer una grosse pièce con carne de res, ¿verdad?

—Sí, pero es difícil superar el churrasco, que conserva el sabor natural de la carne sin importar la técnica que se use.

—¿Es así?

Rael suspiró bajo la máscara de hierro.

Esto es complicado.

En ese momento, un rostro familiar apareció frente a él. Un cuerpo pequeño con semblante tranquilo y una apariencia linda. Era Marie, la doncella con la que extrañamente se había estado topando desde la última vez.

Está trabajando en la cocina.

—Tú eres…

Cuando el príncipe la llamó de repente, Marie se sobresaltó.

—Soy la doncella Marie, Su Alteza —respondió, inclinando la cabeza.

¿Por qué yo, tan de repente?

No dijo nada en particular, sin embargo, su corazón latía con fuerza, nerviosa por todas las cosas que había hecho hasta ahora. Mientras tanto, el príncipe la observó detenidamente y pensó: Los dulces que me diste el otro día eran muy deliciosos.

Los dulces que le entregó en el Palacio de los Cisnes tenían un sabor excelente. Estaban igual de buenos que los de cualquier pastelero del palacio imperial.

No sé si sus habilidades culinarias vayan más allá de la repostería.

Con eso en mente, le preguntó:

—¿Quizás conoces algún método?

Ante aquella pregunta, los cocineros a su alrededor se sorprendieron.

—¿Su Alteza? Es solo una sirvienta de rango bajo. No sabría nada sobre cocinar…

Sin embargo, el príncipe heredero solo negó con la cabeza.

—Le pregunto a ella, no a ti. —Luego miró fijamente a Marie con sus ojos azules escondidos tras la máscara de hierro—. Déjame preguntarte de nuevo: Marie, ¿sabes cómo hacer una grosse pièce aceptable con carne de baja calidad?

El corazón de Marie latía como loco.

¿Por qué me pregunta eso?

Por supuesto que lo sabía. Porque el sueño que tuvo anoche era la respuesta.

La grosse pièce se trata del plato principal del banquete, y en su mayoría es carne de res a la parrilla. El sabor de la comida se verá absolutamente afectado por la calidad de la ternera como ingrediente.

Pero no tiene por qué ser a la parrilla. Grosse pièce significa “un gran trozo de carne”. Mientras corresponda a ese significado, está bien preparar cualquier plato.

Por supuesto, no es como si los otros cocineros no lo supieran. Sin embargo, la razón por la que los platos principales son siempre carne a la parrilla era porque era difícil preparar un plato con “un gran trozo de carne” que supere al churrasco de alta calidad.

No obstante, si cocinamos el plato de la mujer de mi sueño, aunque se use carne de baja calidad, puede ser tan bueno como la ternera a la parrilla.

Justo cuando Marie estaba ordenando sus pensamientos, una voz fría la volvió a llamar.

—¿Por qué no respondes?

La joven se mordió los labios con la cabeza gacha.

¿Qué debería hacer?

Normalmente, habría hablado enseguida si con eso ayudaba al chef. Sin embargo, debido a que fue el príncipe heredero quien preguntó, dudaba en responder.

No debo captar más la atención del príncipe. Es suficiente con el caso del escultor y el músico.

El príncipe aún la buscaba a ella, la princesa Morina. Nadie conocía su rostro, así que no la descubrirían con tanta facilidad. Aun así, era mejor evitar su atención tanto como fuera posible.

Si recibo más atención y cometo algún error, mi verdadera identidad podría ser revelada. Entonces sería el fin.

Lo mejor que podía hacer en esa situación era fingir ignorancia. De esa manera, el príncipe heredero ya no estaría interesado en ella.

Sin embargo, no podía hacer eso.

Vio el rostro pálido de Peter, que estaba arrodillado.

Si hacía eso, el hombre que siempre había sido amable con ella sería castigado.

No, no puedes hacer eso, Marie.

Apretó los puños. No quería que el príncipe Rael se interesara en ella, pero de ninguna manera podía abandonar a Peter.

Señor, ¿qué hago?

Decenas de miles de pensamientos iban y venían en su cabeza. Se volvió a morder los labios suavemente.

Pero… está bien que sepa cocinar, después de todo, hay muchas sirvientas que saben hacerlo. Puede que no le parezca extraño. 

Aunque por supuesto lo mejor era fingir ignorancia. Lo sabía, sin embargo, era difícil hacerlo.

Al final, suspiró y dijo:

—Conozco… un plato.

—¿Marie?

Los cocineros la miraron asombrados.

—¿Cuál? —preguntó Rael con un brillo en sus ojos.

—Es un plato que solía hacer mi madre. Tiene un sabor dulce y tierno incluso con carne de baja calidad —explicó, controlando su corazón palpitante de miedo.

—¿Cómo se llama el plato?

Marie recordó el plato que cocinó la mujer en su sueño. Nunca había oído hablar de él, y probablemente no existía en esa época.

—Filete Salisbury [4].

—¿Filete Sa…lisbury? —El príncipe ladeó la cabeza ante el extraño nombre.

Marie asintió.

—Sí, Su Alteza. Es un plato en el que la carne se pica, luego se sazona con diferentes ingredientes, y se hornea en trozos grandes.

Filete Salisbury, comúnmente conocido como “filete de hamburguesa”.

—¿Es delicioso? —preguntó Rael con voz inquisitiva—. Picar la carne… No lo entiendo del todo.

Era un plato que nunca habían visto. Marie tampoco, si no lo hubiera experimentado en ese sueño de anoche.

Pero el plato es delicioso.

No se podía afirmar que fuera mejor que un churrasco de alta calidad, dado que había una gran diferencia en los ingredientes. No obstante, el filete Salisbury tenía un sabor delicado y único.

Al ser la primera vez que lo prueban, estoy segura de que cautivará las papilas gustativas de los representantes que solo están acostumbrados al bistec a la parrilla.

Además, el filete Salisbury sabía diferente dependiendo de quién lo cocinara. Y las habilidades culinarias de la mujer de su sueño eran las mejores. Después de todo, preparó un filete hecho de ingredientes comunes con la capacidad de alcanzar la final y competir contra la ternera de alta calidad.

—Considero que tiene un sabor diferente al del filete habitual, pero es delicioso.

Ante aquello, el chef miró a Marie nervioso. Le preocupaba que de un momento a otro el príncipe desahogara su ira con ella por hablar de una forma ridícula de cocinar.

—No sé. Carne picada… Para ser sincero, no creo que vaya a ser un buen plato —expresó. Sin embargo, sus siguientes palabras fueron completamente inesperadas—. Aun así, prepáralo.

—¿Qué?

—Marie, ¿cuánto tiempo necesitas para cocinar ese plato?

—No lleva mucho tiempo —respondió confundida.

—Entonces empieza a cocinar ahora mismo. Probaré tu plato y lo juzgaré.

Todos miraron sorprendidos al príncipe. ¿Quería probar un plato que no conocía?

—¿Qué estás haciendo? No tenemos mucho tiempo. Empieza ahora mismo.

—¡S-Sí, entendido! —Marie se puso manos a la obra.

¿Puedo cocinar frente al príncipe heredero? ¿Y si comienza a sospechar?, sacudió la cabeza.

Si no actuaba ahora, no sabía qué clase de castigo recibiría Peter más tarde.

Estará bien que cocine.

Era un poco diferente de cuando era escultor y músico, porque incluso una sirvienta podía cocinar bien. Habiendo llegado a esa conclusión, se puso seria.

Primero debo picar las verduras para la masa. También necesito vino.

Era la primera vez que cocinaba, no obstante, su cuerpo se movía con naturalidad, como si se hubiera convertido en la mujer de su sueño.

El cuchillo golpeó la tabla de picar y, en cuestión de segundos, la cebolla y las verduras fueron troceadas.

Los cocineros, que presenciaban todo, abrieron los ojos como platos. Los movimientos de las manos de la doncella que solo hacía tareas sencillas, como lavar los platos, limpiar la cocina o clasificar la basura, eran tan ágiles como los de un chef de primera categoría.

—¿E-Eh?

—¿Cómo es posible?

Pero Marie no les prestó atención. Su mente estaba enfocada únicamente en preparar el plato a la perfección.

«Entonces, ¿cuál crees que es el mejor plato?»

Le vino a la mente lo que dijo la maestra de la mujer de su sueño.

«¿No es mejor cocinar con ingredientes de buena calidad para resaltar más el sabor de estos?»

«Es cierto. Sin embargo, creo que el mejor plato es aquel cocinado con ingredientes accesibles, así cualquiera puede comerlo alegremente.»

Sus manos siguieron moviéndose. Picó la carne y la mezcló con la cebolla, el huevo, las verduras y el pan rallado. Vertió una cantidad determinada de vino para aportarle un sabor único y delicioso.

¡La clave es la proporción de la mezcla!

Filete Salisbury, o filete de hamburguesa, era un plato que cualquiera podía preparar. Sin embargo, dependiendo de cómo se hiciera, el sabor variaba como el cielo y la tierra. La mujer del sueño, junto con su maestra, dedicó su vida a sublimar ese plato común al más alto nivel, y los resultados ahora florecían en las manos de Marie.

La carne debe cocinarse con cuidado para conservar la textura y el delicado sabor, pensó mientras lo hacía.

Un olor muy delicioso comenzó a esparcirse en la cocina.

El acabado debe ser lo más fino posible.

Sobre el huevo frito a medio cocer esparció la salsa demi-glace [5], confiriéndole un aspecto elegante junto con el vino de alta calidad. Concluyó decorando con cuidado el puré de patatas y las verduras asadas.

—Está hecho, Su Alteza.

Todos en la cocina, incluido el príncipe, la miraron asombrados. No parecía ser la Marie que conocían.

Rael imaginó que sería buena cocinando, pero nunca pensó que mostraría tal destreza con las manos.

No fueron simples movimientos con las manos… La comida se ve muy deliciosa.

En la bandeja blanca había carne picada con verduras asadas y un huevo a medio cocer. Tenía un aspecto que naturalmente abría el apetito.

—Tráelo aquí.

—Sí, Su Alteza.

Lo importante era el sabor, no la apariencia. El príncipe cortó un trozo, lo sumergió en la salsa y se lo llevó a la boca. En ese momento, sus ojos temblaron ligeramente.

Esto…

Era un sabor inesperado y excepcional.

—¿Cómo puede saber así la carne picada? —murmuró para sí mismo con incredulidad.

Sintió en su boca la textura suave de la carne que no se podía considerar de baja calidad. Y tan pronto como la masticó, su jugo manó, y el dulce y delicioso sabor excitó su lengua.

A pesar de que se corría el riesgo de volverse un sabor ordinario, el sabor del vino combinado adecuadamente con el del plato creó una armonía que lo transportó a un mundo de sabores desconocidos.

—Esto… es exquisito. Delicioso —murmuró varias veces sin darse cuenta.

Estaba tan sabroso que lo cautivó de inmediato, a pesar de que no le interesaban los manjares.

Por supuesto, aunque no se puede considerar mejor que el asado hecho con los mejores ingredientes, este plato exquisito posee su propio valor.

Habiendo llegado a esa conclusión, miró a la joven doncella. Todos esperaban ansiosos su veredicto.

—¿Te llamabas Marie? ¿Eres una sirvienta de bajo rango?

—Sí, Su Alteza.

—¿Podrás servir este plato como la grosse pièce del banquete de hoy?

Ante sus palabras, todos se miraron asombrados. Marie inclinó la cabeza.

—No soy lo suficientemente buena, pero haré todo lo que pueda.

—Si la cena resulta exitosa, te daré una gran recompensa.

Marie negó con rapidez. Solo trataba de evitar que Peter fuera castigado. Quería rechazarlo incondicionalmente al ser un premio entregado por el propio príncipe heredero.

—No es necesario, Su Alteza. Si mis insuficientes habilidades pueden ser de alguna ayuda para Su Alteza y el imperio, estaré satisfecha con eso.

—Como monarca, no puedo subestimar a alguien que ha hecho una gran contribución al imperio. En cualquier caso, te convocaré por separado después del banquete.

¡Estoy condenada! ¡No puedo creer que tenga que volver a ver al príncipe!, gritó para sus adentros.

De la forma que fuese, había captado el interés del príncipe.

Marie… Tendré que pensar en qué tipo de recompensa le voy a dar.

Era una persona que claramente otorgaba premios… y también castigos. Aunque podía pasar por alto los errores inevitables, nunca ignoraba los triunfos.

—Nos vemos.

Habiendo dicho eso, el príncipe heredero regresó al Palacio del León, donde residía. Marie parecía devastada ante la idea de volver a encontrarse con él.

¿Tengo que volver a verlo?

Está bien. Quería gritarle que, por favor, lo olvidara, sin embargo, ya había abandonado el Palacio de los Lirios.

—¡Marie!

—Ah, chef Peter.

—Gracias. ¡Muchas gracias! —Inclinó la cabeza sin vacilar ante ella.

Marie se sorprendió.

—C-Chef, ¿qué sucede?

—Estoy vivo gracias a ti. Si no hubiera sido por ti, no habría podido evitar el severo castigo de Su Alteza.

Los otros cocineros también se acercaron a agradecerle.

—Sí, Marie. Gracias a ti pudimos evitar su ira. Si no hubiera sido por ti, habría sido un gran desastre.

—N-No. Yo solo…

—Por cierto, ¿cuándo aprendiste a cocinar así? Pareces ser mejor manejando un cuchillo de cocina que yo.

Marie negó con la cabeza avergonzada. De hecho, casi nunca cocinaba.

—En el pasado… De todos modos, debemos apresurarnos y prepararnos para el banquete.

Así, la cocina del Palacio de los Lirios se volvió ajetreada. Marie cocinó diligentemente el filete de hamburguesa que le habían asignado.

♦ ♦ ♦

Finalmente, comenzó la tan esperada cena. Los diplomáticos tomaron asiento y conversaron.

—¿Cómo está, conde?

—Oh, cuánto tiempo sin verlo, marqués Drake. ¿Qué tal le va?

Aunque eran de países diferentes, los aristócratas con gran poder se conocían entre sí y a menudo se encontraban. El marqués Drake de Inglaterra y el conde Shöber se saludaron amistosamente.

—Muy bien. El conde tiene muy buen aspecto.

—Gracias.

—El príncipe heredero aún no ha llegado —dijo en voz baja el marqués mientras miraba alrededor de la mesa en el salón de banquetes—. Es probable que llegue justo antes del comienzo de la cena.

—¿Sabe qué clase de persona es el nuevo monarca del Imperio de Oriente?

—¿El príncipe heredero?

—Sí.

El conde Shöber, un noble del Imperio de Occidente, que mantenía una relación hostil con el Imperio de Oriente, se rio sardónicamente por lo bajo.

—No estoy seguro, pero abundan rumores de que es el Monarca de Sangre —le susurró al oído al marqués para que nadie lo oyera—. Comparado con nuestra Majestad Johannev III, no es más que un mocoso.

El emperador del Imperio de Occidente, Johannev III, tenía la misma edad que el príncipe heredero Rael. Puesto que dos personas de edades similares se convirtieron en soberanos de ambos imperios, la gente a menudo los comparaba.

—Escuché que la carne para este banquete no se supervisó debidamente y se estropeó. Así que me pregunto qué clase de plato servirán —dijo con voz sarcástica—. No importa cuán bárbaro sea el Imperio de Oriente, no nos servirán carne podrida para comer, ¿verdad?

Mientras escupía palabras maliciosas en secreto, el príncipe Rael entró con sus ministros, incluido Orn, y dio inicio la cena.

—Gracias por venir hasta aquí. No es mucho, pero hemos preparado este banquete con sumo cuidado, por lo que espero que disfruten de la comida.

El conde Shöber resopló ante las palabras del príncipe.

Es obvio que será como la comida de los pueblerinos del este.

Tomó el tenedor, teniendo en mente que se burlaría ante el menor problema con la comida. Pero pronto frunció el ceño. La calidad era mejor de lo que esperaba.

El entremés es decente. No está mal para estos bastardos del este.

Se sirvieron innumerables platos en la mesa. En todos ellos era difícil encontrar defectos.

Sin embargo, el plato fuerte del banquete es la grosse pièce. Veamos qué sirven, pensó el conde insatisfecho.

Ya se había enterado de que toda la carne preparada para el plato principal se había estropeado. En tales circunstancias, era imposible que el Imperio de Oriente pudiera servir un plato decente.

Pronto llegó el turno de la grosse pièce, el momento culminante de la cena. Además del conde Shöber, muchos de los diplomáticos estaban al tanto de que hubo un problema con la preparación del plato principal, por lo que observaron con interés el plato que se servía.

—¿Qué es eso?

Sin embargo, al verlo, abrieron mucho los ojos. Era la primera vez que veían ese tipo de plato.

—Su Alteza, ¿qué es esto?

Alguien le preguntó al príncipe, que estaba sentado en la cabecera de la mesa.

—Este es un filete único que hemos preparado con especial cuidado —respondió, cortando tranquilamente la carne con un cuchillo—. No los decepcionará, así que pruébenlo.

A pesar de las dudas, todos trincharon la carne con el tenedor. En particular, el conde Shöber sonrió para sus adentros y se llevó la carne a la boca.

¿No es carne picada? ¡No puedo creer que hayan servido esto como plato principal del banquete! ¡Qué ridículo! Como se esperaba de los bastardos del este.

En ese momento, masticó la carne.

Abrió mucho los ojos; estaba sin palabras. No era el único. Todos los presentes estaban incrédulos.

—Esto… ¿Cómo puede saber así?

Era inesperadamente delicioso. Tenía una textura suave y un sabor dulce y gustoso. Un nuevo tipo de sabor, completamente diferente al filete habitual, cautivó su lengua.

—Es la primera vez que veo un plato de este estilo. Está delicioso —exclamó alguien.

—Tiene un sabor completamente diferente al de la carne a la parrilla. Aunque se utilizó carne picada, e independientemente de la técnica empleada, la calidad del sabor no se vio comprometida en absoluto. La textura tierna también es espléndida.

—Es un manjar nuevo.

Los diplomáticos elogiaron el sabor que degustaron por primera vez. Incluso el conde Shöber, que estaba intentando ridiculizar al Imperio de Oriente, no pudo evitar reconocerlo.

—Su Alteza, ¿cómo se llama este manjar? —Alguien preguntó.

—Filete Salisbury. También conocido como filete de hamburguesa —respondió secamente.

—Filete de hambur… —murmuraron los presentes.

A partir de ese momento, el nombre “filete de hamburguesa” se extendió por todo el continente.

El banquete, que casi terminó en un fracaso, concluyó con gran éxito.

Las delegaciones, que no pudieron olvidar el sabor del filete de hamburguesa, regresaron a sus países y difundieron la receta. Así, el filete Salisbury se extendió por todo Europa, aunque eso sucedería más adelante.

El príncipe heredero pensó en Marie, la doncella que fue la principal contribuyente de la victoria. Si no hubiera sido por ella, las delegaciones se habrían burlado del Imperio de Oriente.

Es la primera vez que recompenso a una sirvienta, así que no sé qué tipo de premio sería el mejor. —Mientras meditaba, la recordó haciendo tareas—. Aunque es pequeña, trabaja duro. Su cuerpo parece frágil y delicado. ¿Debería trasladarla al Palacio del León?

El Palacio del León era el lugar donde él, el príncipe heredero, vivía, y donde quería que ella trabajara. Trabajar en el eje del palacio imperial era el puesto más honorable entre las sirvientas, por lo que estaba claro que Marie estaría muy complacida.

Sin embargo, su estatus social… No era una noble del imperio, sino una prisionera de guerra traída del reino Cloyan, ¿verdad?

Recordó lo que le habían informado sobre Marie. La mayoría de las sirvientas que trabajaban en el Palacio del León eran jóvenes de familias nobles del imperio. Por el contrario, la doncella Marie era una prisionera de guerra, por lo que no era una mujer libre, y mucho menos una noble. No obstante, el príncipe sacudió la cabeza.

Bueno, no importa mucho. Debe haber algún problema reglamentario, pero tendré que pedirle al Gran Chambelán [6] que lo compruebe.

Así, Rael decidió provisionalmente la recompensa que le otorgaría a Marie: servir en el Palacio del León, donde él residía.

Una recompensa que sorprendió tanto a Marie que se desmayó.

♦ ♦ ♦

Mientras tanto, cerca del Palacio de los Lirios, donde trabajaba Marie, se estaba preparando el alojamiento de una delegación diplomática. El conde Shöber, un enviado del Imperio de Occidente, viejo enemigo del Imperio de Oriente, hablaba con alguien.

—El banquete fue mejor de lo que esperaba. ¿No es así, conde?

Era un joven. Tenía cabello y ojos negros, y un rostro fino. Además, los anteojos le daban una apariencia intelectual. Era un hombre muy apuesto, con un aire diferente al del príncipe heredero. Sin embargo, debido a su piel pálida, parecía enfermizo.

Ahora bien, la forma de hablar del conde Shöber con él era extraña. El conde tenía un gran poder en el Imperio de Occidente, pero se inclinaba ante el joven de aspecto enfermizo.

—Sí. Así es, Su Ma…

—Mi señor. ¿No te dije que me llamaras “mi señor”? No lo olvides. Ahora solo formo parte de la comitiva que te acompaña.

—Pero… ¿cómo podría atreverme…?

—¿Estás diciendo que desobedecerás mis órdenes?

El conde Shöber parecía que quería llorar. Su cara mostraba su incredulidad.

Su reacción era lógica. El joven era Johannev III. ¡Era el emperador del Imperio de Occidente, y su maestro!

¿Por qué volvió a hacer una locura?

El conde Shöber puso cara larga.

Johannev III ascendió al trono del Imperio de Occidente a la corta edad de quince años, y era considerado un monarca sabio que logró estabilizar el imperio, sumergido en el caos, por diez años. Poseía una hermosa apariencia, gran ingenio y amor por su pueblo. Aunque era un soberano perfecto, contaba con un defecto irremediable: que podía hacer locuras como la de ahora.

¿Por qué demonios se infiltró en el país enemigo? ¿Qué va a hacer si algo sale mal?

—Su… No, mi señor. Es muy peligroso. Por favor, considere volver al Imperio de Occidente ahora mismo…

—¿Peligroso? ¿Qué es peligroso?

El conde Shöber estuvo a punto de desmayarse ante su réplica despreocupada.

—Por mucho que se disfrace, aún puede ser descubierto.

—Bueno, por supuesto que me descubrirán. A menos que estos bastardos de Oriente sean ciegos.

El joven asintió con calma.

—Sin embargo, si se revela la identidad de Su Majestad, no sabemos cómo reaccionará el príncipe heredero sediento de sangre.

—Te preocupas demasiado. Está bien. Incluso si me atrapan, no puede hacer nada a menos que el Imperio de Oriente tenga la intención de empezar una guerra con nosotros.

—Sí, pero… no hay razón para que Su Majestad forme parte de la delegación de felicitaciones…

Aunque el punto del conde era válido, el joven negó con la cabeza.

—No estoy aquí para celebrar el festival del Imperio de Oriente. Lo sabes, ¿verdad? —Pausó, esperando una respuesta del conde—. Vine para confirmar los rumores de que Morina, la última princesa del reino Cloyan, «la Santa sin rostro», está aquí en el palacio del Imperio de Oriente.

Si Marie se enterara, se sorprendería. De los labios del emperador del Imperio de Occidente salió el asunto sobre los rumores que había sobre ella. Además, incluso sabía que se escondía ahí, en el palacio imperial, un secreto que nadie conocía.

—Princesa Morina —dijo Johan, esbozando una sonrisa—. A pesar de que realizó innumerables buenas acciones durante un año y medio como princesa, nadie conoce su rostro. Es por eso que en el estado de Cloyan la apodaron «la Santa sin rostro» —hablaba en un tono suave—. Gracias a eso, fue muy difícil seguirle la pista. Fue una coincidencia verdaderamente milagrosa que descubriera que ella estaba aquí en el palacio del Imperio de Oriente.

—¿Los bastardos de Oriente no saben nada de eso?

—Probablemente no. Si lo supieran, no la habrían dejado en paz.

El conde Shöber suspiró. Por supuesto que lo sabía. La princesa Morina era absolutamente necesaria para el gran plan que estaba trazando el emperador. Al tratarse de un plan de suma importancia, debía venir de inmediato. Aun así, no pudo evitar mirarlo preocupado.

—No tiene buena salud. ¿Y si sufre un “ataque” aquí?

El rostro de Johan se tensó ante la palabra “ataque”. A él también le preocupaba. No obstante, en seguida negó con la cabeza.

—Estaré bien mientras siga tomando mi medicina. En realidad, he mejorado mucho y no he tenido ningún ataque en el último medio año, por lo que he reducido mi dosis. Además, estamos viajando con mi médico por si acaso.

—Pero…

—Es suficiente. —Johan negó con la cabeza y agregó—. Se convertirá en mi mujer, por lo que ¿no debería comprobar con mis propios ojos qué tipo de mujer es?


[1] Churrasco es una palabra que denomina a distintas comidas que tienen en común ser «carne asada a la plancha o a la parrilla».

[2] El filet mignon es un término usado para referirse a diferentes cortes de carne provenientes del cerdo, la ternera o el buey. Se considera un manjar.

[3] Grosse pièce significa plato principal.

[4] El Filete Salisbury (denominado también filete de hamburguesa, torta de carne en Costa Rica, o filete ruso en España) es una preparación a base de carne picada de vacuno (algunas ocasiones de carne de cerdo, o incluso mezcla de ambas). La carne picada se suele hacer en forma esférica y luego se aplasta para que parezca un filete, se suele freír o hacer a la parrilla, y se sirve caliente acompañado de salsas. Este preparado de carne tiene muchos orígenes posibles, pero aparece descrito por primera vez en el Larousse gastronomique de 1938.

[5] El demi-glace es la salsa marrón de la cocina francesa que se usa sola o como base para otras salsas. Tradicionalmente se ha hecho mediante la combinación de partes iguales de caldo de ternera y salsa española, siendo esta última una de las cinco salsas madre de la cocina francesa clásica.

[6] El Gran Chambelán de Francia, fue un puesto político y nobiliario de la era del Antiguo Régimen, considerado como uno de los más altos oficiales y dignatarios de la corona de Francia y uno de los personajes más importantes de Estado hasta el siglo XVI. Posteriormente, fue perdiendo importancia política y se convirtió en un cargo meramente honorífico, pasando de ejercer un rol político de acción, a ser uno más próximo a la figura de un “consejero real”.

Su tarea inicial fue la dirección de la Cámara del Rey, así como guardar sus ropas y sus armas. Se trataba de un oficio que suponía una gran proximidad al rey y, por tanto, estaba confiado a consejeros próximos a la figura real. El Gran Chambelán firmaba las cartas y los documentos importantes, y asistía con el rey al juicio de los pares. Tenía la guardia del sello secreto y del sello del gabinete, recibía los homenajes devueltos a la Corona, hacía prestar los juramentos de fidelidad en presencia del rey, podía recibir homenajes en lugar del rey, recibir embajadores, preparar las ceremonias, etc.

Una respuesta en “Una doncella competente – Capítulo 1: Un milagro increíble (5)”

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