Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 20: Un vaso de agua helada

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya


Durante la ausencia de Albert, Tang Feng no tuvo restricciones para moverse, y los lugares a los que más acudía, aparte de su habitación, eran el balcón y el jardín, así como el estudio de Albert.

Simplemente sacaba un libro que le interesaba del estudio y lo llevaba al jardín o al balcón para hojearlo, aunque la mayor parte del tiempo estaba conversando con los sirvientes cercanos. En comparación con obtener conocimiento de los libros, Tang Feng prefiere interactuar con diferentes personas y encontrarse con diferentes perspectivas.

La criada lo llevó directo a un jardín al aire libre. Cuando el hombre con un traje tang apareció en el jardín, las criadas retrocedieron conscientemente. Tang Feng vio a Albert en medio del jardín de un vistazo. El rubio se encontraba sentado bajo una sombrilla y le sonrió mientras se levantaba.

—Me sorprendió que hayas tomado la iniciativa de pedir verme —Albert hizo un gesto de invitación, indicando que se sentara.

—No veo la supuesta sorpresa en tus ojos —Tang Feng se acercó, pero en lugar de sentarse, se paró frente a su anfitrión—. Ningún sirviente se atreverá a hablar sobre su maestro con los invitados sin la autorización del mismo, especialmente cuando el nombre de su maestro es Albert. Me hiciste saber deliberadamente que Su Qicheng y Li Xidong también están en la isla. Al mismo tiempo, los estás usando para hacerme saber más sobre ti por boca de otras personas. Si tu propósito era lo que yo pienso, entonces tuvo éxito.

—Eres muy inteligente, ¿no quieres sentarte? —Incluso después de ser descubierto, Albert lo aceptó con franqueza, como si fuera natural que Tang Feng viera a través de todo esto y que no fuese anormal notarlo.

Esa era la Esmeralda que tenía en mente, inteligente y valiente.

—¿No crees que es más eficiente pararse y hablar? —Tang Feng levantó los labios ligeramente, sin intención de sentarse por ahora—. Es mejor comer cuando se ha terminado de hablar de lo que se debe hablar y no se tiene algo en la cabeza que uno quiere resolver.

—Acerca de eso… —Albert miró al hombre—. Estoy de acuerdo contigo, entonces, mi querido Tang Feng, ¿de qué quieres hablar conmigo?

—Antes de eso quiero hacerte una pregunta.

—Por favor, hazla.

—Hiciste tanto para traerme hasta aquí, ¿por qué me dejaste solo en la habitación? Y si querías verme, ¿por qué no tuviste el coraje de venir en persona en lugar de dejarme tomar la iniciativa de encontrarte a través de la información que me daban las criadas?

No necesitaba fingir frente a Albert, ese tipo era demasiado perspicaz. Descubriría con facilidad cualquier pequeño truco que intentase en privado. Tang Feng no creía que fuera una buena elección jugar trucos frente a personas inteligentes.

Las personas inteligentes y bien intencionadas pensarán que no lo han visto, mientras que Albert puede darte un cuchillo para hacerte desaparecer solo para evitar molestias.

—Soy contradictorio, ¿entiendes? —respondió el rubio mostrándose indignado y algo turbado, sus ojos cayeron al mar lejano, su voz parecía baja y melodiosa, como la narración de una magnífica obra de teatro—. Quiero verte desde lejos crecer poco a poco y disfrutar de este gratificante proceso. —El hombre sonrió y continuó—: El proceso puede tener un sabor tan profundo que en ocasiones los resultados parecen menos dulces. —Albert cambió bruscamente el tono—. Pero al mismo tiempo, me encuentro en conflicto. Te aprecio mucho y te quiero tanto, te vi crecer, volverte más fuerte y a la vez te vi caer en un pozo en llamas.

Los agudos ojos del hombre se dispararon hacia Tang Feng, y su tono comenzó a agravarse.

—¿Las personas que simbolizan el amor, la sinceridad y la valentía siempre se encuentran con la misma experiencia? Mientras Esmeralda se enamoró del hombre equivocado, el coqueto Febo, tú te enamoraste del mujeriego Charles. Mientras Esmeralda fue perseguida por el malvado Archidiácono Frollo, ¿no experimentaste algo similar con Lu Tian Chen?

—Lo estas pensando demasiado —Tang Feng sonrió con amargura. Su relación con Charles y con Lu Tianchen tenía un poco de similitud con la historia de Esmeralda, pero solo un poco.

La razón por la que Albert lo asociaría con ella era esencialmente porque tenía un concepto preconcebido, siempre pensando que él era la diosa “Esmeralda” en su mente, una hermosa aspiración, un sueño derivado de la ficción.

Pero, de hecho, independientemente de la existencia de Esmeralda en la historia, él y ella son dos personas completamente diferentes, que viven en mundos completamente distintos.

Albert simplemente estaba inmerso en la ilusión de que él era el campanero Quasimodo y se decía a sí mismo que en realidad era una persona amable, a pesar de su “fea” apariencia.

La “apariencia” de Albert era su forma de ser, su profesión y su posición.

Quizás Albert no se lo decía a sí mismo, pero estaba firmemente convencido de ello.

—¿Estoy pensándolo demasiado? —Albert se rio por lo bajo, su risa era como el viento frío en el mar, haciendo que la gente sienta un escalofrío. Se levantó y posó una mano sobre el hombro de Tang Feng—. O… ¿estás tan hundido en las implacables garras del destino que ni siquiera te das cuenta? —susurró suavemente, aunque cada palabra era más pesada que cien kilos de piedra.

Cayó sobre Tang Feng, como si golpeara una bolsa de arena, como si no tuviese mucha fuerza.

El actor inclinó la cabeza poniendo sus ojos en la mano que el rubio le puso en el hombro, extendió la suya y la apartó, diciendo: —Si mi propio destino ni siquiera está claro para mí, ¿cómo pueden otras personas verlo claramente? Albert, ¿has visto bien tu propio destino?

—Siempre lo he visto con claridad —dijo a la ligera.

—¿Quizás ni siquiera percibes que estás en las profundas garras del destino? ¿Tal vez tu supuesta sobriedad es una ilusión? ¿Cómo puedes saberlo? —Tang Feng de repente se sintió ridículo después de decir estas palabras, poniéndose a la altura del otro.

Cuanto más filosóficas se vuelven las cosas, más confusas se ponen, era mejor no explorarlas y vivir una vida sólida, ahorrando el enredo de estas.

—Está bien, dejemos este tema. Parece que tenemos que sentarnos y hablar sobre eso más tarde. No quiero quedarme así de pie hasta la noche.

Considerando que su disputa puede continuar, Tang Feng finalmente eligió sentarse y hablar mientras comía.

El rubio parecía seguir pensando en lo que había dicho, entrecerrando los ojos ligeramente y mirando quién sabe dónde.

—Tus palabras hacen reflexionar a la gente.

Tang Feng se acercó y empujó a Albert para que se sentara en una silla. El repentino movimiento del hombre rápidamente sacó al otro de sus pensamientos.

—Es fácil confundirse si pensamos demasiado, vayamos al grano —dijo el actor con sus manos sobre los hombros del rubio.

Los ojos turquesa destellaron con una pizca de fluctuación. Cuando Tang Feng estaba a punto de darse la vuelta y marcharse a su propio asiento, Albert de repente extendió la mano y tiró de él. El actor tropezó unos pasos y se vio obligado a sentarse en el regazo del hombre en una postura incómoda.

Tang Feng frunció el ceño ligeramente y trató de ponerse de pie. Pero Albert lo empujó de nuevo, sosteniéndolo directamente por la cintura con tal fuerza que sus manos pálidas se sentían como el acero.

Muy bien, otro profesional.

Este descubrimiento hizo que el actor se sintiera algo frustrado. Originalmente pensó que un hombre de aspecto pálido como Albert debería ser alguien que no supiera cómo trabajar duro. Pero por la forma en que se movió hace un momento, hablando de la manera en que lo hizo y en términos de fuerza, definitivamente no era un tipo con el que fuera fácil lidiar.

¿Por qué a todos los peces gordos hoy en día les gusta practicar artes marciales? 

Si bien el rubio no dijo una palabra y solo lo miraba fijamente en esta postura, como hombre, Tang Feng no supiera lo que era esa cosa dura contra él, ¡habría vivido toda su vida más su última vida en vano!

—Albert, déjame ir.

Tang Feng no tenía miedo de tener sexo con Albert. Esto no era algo de lo que esté preocupado. Lo único que lo inquietaba era que una vez que el otro consiguiera lo que quería, lo arrojaría al mar y con él, Su Qicheng y Li Xidong también lo seguirían para alimentar a los tiburones.

Fue horrible. ¿Por qué tenía que estar considerando tantas cosas?

El hombre pálido con ojos azules permaneció en silencio mientras su mano acarició lentamente la cintura del oriental, lo que hizo que Tang Feng pensara en la serpiente verde esmeralda con la que sonó hace unos días.

Cuando la mano fría de Albert se posó sobre la nuca del actor, de repente ejerció su fuerza.

—¡No! —clavó sus manos en los hombros del rubio, negándose a dejar que la distancia entre ellos se acortará.

La presión sobre el cuello de Tang Feng no disminuyó en absoluto, como si el impulso oculto en lo más profundo fuera como un volcán a punto de entrar en erupción.

El actor no se movió, Albert se movió él mismo, levantó la cintura y trató de besarlo en los labios, pero Tang Feng dejó una mano entre ellos.

—¡Dije que no! —agravando el tono, decidió aprovecharse de la psicología de Albert y dijo—: ¿Cuál es la diferencia entre tú y ellos?

En el momento en que estas palabras salieron a la luz, equivalía a dar la razón a las palabras anteriores de Albert de forma disimulada.

Lo verdadero y lo falso se mezclaron, haciendo imposible distinguir la diferencia.

Tang Feng solo pudo apostar que su razonamiento es mayor que su propio impulso físico.

Al final, realmente ganó la apuesta.

Albert lentamente lo soltó y Tang Feng inmediatamente se levantó y se sentó frente al otro tratando de poner una fachada tranquila.

Su anfitrión le hizo una seña a un sirviente cercano y pidió: —Un vaso de agua helada.


Shisai
¡Bien! Me alegra que lograse resistirse y que funcionase. Aunque mientras más se niegue a Albert, éste más interés tendrá en él.

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