Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 22: Disfraz

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya


Tal y como esperaba Tang Feng, no ganaron nada en el Festival de Berlín. Aunque «El cazador de demonios» no ganó ningún premio en su primera parada en el circuito de premios, esto no desanimó al equipo ni a los ejecutivos de la empresa. Tang Feng pensaba que los buenos resultados de taquilla de la película ya eran suficientes para hacer feliz a mucha gente.

¿Por qué hacer películas? Para ser francos, aparte de algunas películas hechas específicamente para ganar premios, la mayoría de los inversores quieren que sus inversiones sean rentables.

Conseguir tanto éxito de taquilla como premios no es fácil, y requiere una mentalidad tranquila.

Según el plan original, debía visitar a la pequeña Annie justo después del festival. Pero considerando que Lu Tian Chen necesitaba unos días más para recuperarse y disimular mejor, Tang Feng y Charles decidieron disfrutar de una luna de miel en Alemania.

Esto era en parte para dar tiempo a Lu Tian Chen a recuperarse y en parte para crear la ilusión para aquellos que los observaban de que Tang Feng y Charles estaban profundamente enamorados, sin ninguna conexión con el otro hombre.

El gran oso estaba, por supuesto, encantado. Lo que más le gustaba era besar a Tang Feng delante de Lu Tian Chen, aunque la mayoría de las veces, el puño del actor lo frenaba.

—Sí, comprendo. Volveré en unos días. No llegaré tarde —Tang Feng colgó el teléfono y se giró hacia Lu Tian Chen, el cual estaba sentado a su lado—. Las malas noticias se han confirmado. Xiao Yu acaba de llamar para decir que la empresa celebrará una reunión interna dentro de medio mes. Es probable que sea entonces cuando tu padre haga su gran entrada y tú seas destituido. ¿Estás deseando que llegue?

—¿Estás echando sal en mis heridas? —Los labios de Lu Tian Chen se curvaron ligeramente, pero su expresión se volvió gradualmente seria—. Pero esto podría ser lo mejor.

El actor no se entrometió demasiado en los asuntos familiares de Lu Tian Chen, ni tenía posición para intervenir. Lo que podía hacer era limitado, como intentar proteger a este chico hasta que sus heridas sanaran.

—¿No hay posibilidad de reconciliación entre padre e hijo? Después de todo, son familia.

—Gracias por tu preocupación —dijo Lu Tian Chen, mirándole—. No te causaré ningún problema.

—Ya me has causado muchos problemas. Está bien, no hablemos de cosas sin sentido. Es sólo que no me gusta ver a los miembros de una familia haciéndose daño —Tang Feng se levantó y se dirigió hacía su maleta para comprobar si había olvidado algo.

De repente, Lu Tian Chen dijo algo que hizo reír a Tang Feng: —Lo siento.

—¿Por qué te disculpas conmigo?

—Soy muy egoísta. No puedo dejar pasar las cosas y no me gusta que me controlen. No puedo usar la resistencia para suavizar la relación con mi padre —dijo Lu Tian Chen palabra por palabra—. Este tipo de personalidad también es muy peligrosa.

—Cada uno tiene sus propias búsquedas e ideas —Tang Feng no lo iba a forzar. Si fuera él, intentaría mantener la armonía familiar porque era lo que más valoraba.

Pero, para un hombre con la personalidad de Lu Tian Chen, podría no ser tan fácilmente aceptado.

Puesto que el actor no había experimentado lo que el otro había pasado, no tenía derecho a exigirle que hiciera nada como un santo.

—Haz lo que creas correcto y lo que quieras hacer. Con eso basta —añadió Tang Feng con una sonrisa—. Algo de lo que no te arrepentirás.

Lu Tian Chen sonrió ligeramente.

♦ ♦ ♦

Después de permanecer en Alemania durante unos días, Tang Feng llamó a la pequeña Annie para concertar una cita. No importaba el gran problema que tenía ahora a su lado, no podía dejar de ir a verla.

Apegarse al plan original hacía que las cosas parecieran más genuinas.

Lu Tian Chen se disfrazó como su guardaespaldas. Afortunadamente, los guardaespaldas que solía tener Charles no eran muy robustos. Con una máscara realista de alta tecnología, se mezcló sin ninguna diferencia notable. Después de todo, tenía formación profesional, por lo que incluso convertirse en guardaespaldas de otra persona no sería cuestionado.

Tener a su jefe como guardaespaldas le sentaba bastante bien.

Con Charles y dos guardaespaldas, Tang Feng compró caramelos y ropa bonita de niña de camino a casa de Annie. Antes de que llegaran a la puerta, la pequeña vino corriendo hacia ellos emocionada.

—Tío Tang, eres muy malo. Prometiste visitar a Annie, pero sólo has venido ahora. ¡Te odio, te odio! —Sus pequeños puños comenzaron a golpear al hombre.

—Ouch, el tío va a ser golpeado hasta la muerte por ti —dijo Tang Feng con una sonrisa, levantando a Annie.

Charles se quedó de pie con los brazos cruzados, hablando en voz baja con Lu Tian Chen, disfrazado de guardaespaldas.

—¿Por qué no me gustan nada los niños?

Lu Tian Chen lo ignoró y siguió a los demás al interior de la casa.

—¿Adicto a hacer de guardaespaldas? —murmuró Charles.

En cuanto entraron, Annie llevó a Tang Feng a su habitación para jugar.

Charles se acercó con una sonrisa.

—Pequeña monada, ¿puede el tío jugar contigo también?

—¡No! ¡Sólo quiero al tío Tang! —Annie lo fulminó con la mirada y estrechó la mano de Tang Feng, gimoteando—: Tío Tang, vamos arriba. Annie tiene mucho que hablar contigo; con nadie más, y menos con ese viejo feo.

Annie señaló a Charles, quien se rió entre dientes y dijo: —Adelante. Yo esperaré abajo.

—Lo siento, Annie está malcriada. Espero que no te enfades con ella —dijo el padre de Annie.

—Está bien, los niños son niños.

Pequeñas cosas molestas.

Al ver la frustrada, pero falsa sonrisa de Charles, Tang Feng rió suavemente. Después de saludar al padre de la niña, la llevó arriba.

—Annie, ¿dónde está tu madre?

Hoy, Tang Feng sólo vio al padre de la pequeña en la casa.

—Mamá… —la niña hizo una pausa y resopló—: Annie no necesita a mamá. Annie sólo necesita a papá.

—¿Te gusta mucho papá? —el actor preguntó mientras caminaba.

—Annie sólo tiene a papá. —La voz de Annie parecía más pequeña, y abrazó fuertemente a Tang Feng—. Pero ahora Annie tiene al tío Tang. ¿Puede el tío Tang quedarse y estar siempre conmigo?

Su voz tenía un tono suplicante que era realmente desgarrador.

—Pequeña, el tío Tang tiene que trabajar, pero vendré a verte siempre que tenga tiempo.

Esta debe ser la habitación. Tang Feng, sujetando a la niña con una mano, empujó suavemente la puerta para abrirla.

Las habitaciones de las niñas normalmente están decoradas de forma bonita, con un toque rosado y soñador, como la habitación de una princesa. La habitación de Annie, a primera vista, no parecía diferente de las habitaciones de la mayoría de las niñas.

Pero, fuera o no una ilusión de Tang Feng, le parecía que no era una habitación en la que se viviera habitualmente. Las habitaciones en las que se vive normalmente tienen una sensación de calidez, pero este lugar no tenía ningún aroma personal, más bien parecía una sala de exposiciones.

—Annie, ¿sueles vivir aquí? —Tang Feng dejó a la pequeña en el suelo.

Después de bajar, Annie cerró la puerta de la habitación y sonrió, tirando de la mano de Tang Feng.

—Papá dice que en realidad no eres tonto, sino muy listo. El tío es muy inteligente. Annie no se queda mucho aquí. —Tirando de Tang Feng para que se sentara en el borde de la cama, fue al armario y golpeó suavemente en el—. Papá, el tío Tang está aquí.

¿Papá?

La puerta del armario se abrió bajo la mirada del actor, revelando no un armario lleno de ropa, sino otra habitación. Y el «papá» al que Annie llamaba no era el amable hombre de mediana edad del piso de abajo, sino un hombre al que conocía muy bien: Albert.

Sosteniendo a la pequeña Annie, Albert se acercó tranquilamente con una leve sonrisa.

—Hace varios meses que no nos vemos.

—Tu hija es la pequeña Annie —Tang Feng recordó que el hombre había mencionado que tenía una hija, pero no esperaba que fuera Annie. Todo se conectó de repente en su mente. Se levantó de la cama y caminó hacia Albert—. Los asuntos de los adultos no deberían involucrar a niños.

Albert hizo que su hija mintiera para acercarse deliberadamente a él; eso no era algo que un padre debiera hacer.

—Annie, ve ahí —Albert señaló la habitación al otro lado de la puerta del armario.

Annie los miró a los dos, haciendo pucheros de mala gana.

—Annie —repitió el hombre, su tono más frío.

—No le hables así a la niña —Tang Feng frunció el ceño—. Ella es tu hija.

—Sí, es mi hija —Albert pareció burlarse, como si dijera que es su hija y no tiene derecho a entrometerse.

La pequeña se fue obedientemente a la otra habitación a través del armario, y alguien cerró rápidamente la puerta desde el otro lado.

—¿Cómo puedes hacer que tu hija mienta? Creía que la querías.

Albert se acercó a la ventana, mirando al exterior de espaldas a Tang Feng.

—Como mi hija, ella ha sido diferente de otros niños desde su nacimiento. Los débiles no pueden sobrevivir en este mundo donde se aprovechan de los débiles.

Girándose hacia Tang Feng, sonrió ligeramente.

—¿Por qué siempre te vas sin despedirte?

Shisai
¡Yey! Finalmente Tang Feng sabe que Annie es la hija de Albert.

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