Una vez más en la luz – Capítulo 10

Traducido por Den

Editado por Yusuke


También podría parecerse a su madre. 

¿Y si se parecía a su madre?

La emperatriz Iris, quien ingresó al palacio hace dos años, era una belleza inmensamente elegante con cabello plateado y hermosos ojos de color iris.

Era serena y amable, con una disposición finita como una corriente que fluye. Muchas damas de la corte tenían una impresión favorable de ella. Por lo tanto, esperaban en secreto que se pareciera más a la emperatriz.

Porque si era una niña adorable que era exactamente a Iris, con solo verla estarías feliz.

Sin embargo, por ahora este asunto no tenía ninguna conclusión.

Ya sea que se pareciera a su madre o a su padre o a ambos, Aisha sería inmensamente hermosa.

La moneda especial grabada con la imagen del emperador era extremadamente cara para tenerla.

Era así por una razón: el emperador tenía una gran belleza.

Era un hombre guapo y decente que era lo suficientemente apuesto para llamar la atención de todos. Tenía la característica peculiar de poseer un ambiente relajante que contrasta con su dignidad, su cabello dorado y abundante, y sus ojos azules como el cielo otoñal.

Además, Iris era Iris.

Tenía un hermoso cabello plateado que parecía que la galaxia se vertía sobre él y ojos violetas que brillaban con una luz misteriosa, como una flor que es bañada por el rocío de la mañana. Tenía un encanto elegante.

¿Cuán hermosa sería la princesa nacida de estos dos?

Su charla prosiguió.

Los aristócratas comenzaron a cambiar el tema a Esis.

—Hmm, hmm, escuché que el príncipe heredero Esis quiere mucho a la princesa Aisha.

—Oh, eso también lo escuché. El príncipe heredero incluso le regaló a la princesa la piel del oso que atrapó en el pasado.

Otros dijeron que reunía muñecas que eran tan grandes como su cuerpo, hermosas flores y preciosas frutas especiales en su espalda como una ardilla para entregarlos  constantemente a la princesa como regalos.

Que extraordinario era por pasar tiempo pensando en su hermana menor a tan temprana edad. Las damas de la corte lo elogiaron rápidamente y debido a eso los aristócratas sintieron más curiosidad por su apariencia.

—Escuché que hay algo que el príncipe heredero preparó para hoy. ¿Alguien sabe qué podría ser?

—Bueno, debe significar algo para él. Es una persona de gran corazón.

La atmósfera del salón de banquetes parecía fluir con facilidad.

No había nada que fuera insuficiente en el banquete que fue preparado con todo el poder de las damas de la corte. Hasta el punto en que la gente no sabía cuánto tiempo llevaban admirando.

Aunque era extraño que el banquete durara un mes, todavía confiaban en el emperador Tyrion.

Podremos entenderlo una vez la princesa Aisha haga su aparición. 

Con ese razonamiento, las personas en el salón de banquetes esperaron a la princesa Aisha con los cuellos estirados.

Hmm.

El emperador los miró satisfecho.

Poco después, la voz del guardia de la puerta resonó desde más allá de la puerta.

—La emperatriz Iris de Elmir. El príncipe heredero Esis de Elmir. Y…

La mirada de todas las personas se centró en la puerta.

Y en ese momento, todos se sorprendieron ante la revelación de la apariencia del bebé.

Se podía ver en varios lugares del salón de banquetes a los aristócratas boquiabiertos.

Las personas con los ojos bien abiertos no tenían nada que decir. Varios de ellos no pudieron superar sus emociones y cerraron la boca.

Su único pensamiento fue idéntico: ¡Un ángel! ¡Es un ángel! 

El bebé con cabello plateado, que era rizado como una nube esponjosa, y ojos azules, parecía como un ángel que caía del cielo hacia ellos. Hasta el punto en que hubo una ilusión de alas batiéndose detrás de ella cada vez que la bebé giraba un poco la cabeza.

No, ese podría ser realmente el caso.

Aisha de Elmir, la princesa, era una bebé que emitía una sensación muy peculiar.

Aunque sólo era una bebé, sus abundantes pestañas reflejaban más allá de la elegancia, tristeza.

Sin embargo, al momento siguiente, cuando pestañeó, dio la sensación natural de la ternura e inocencia de un bebé.

En otras palabras, era una bebé con una belleza compleja que no podía definirse con una sola palabra.

Al momento siguiente, se dieron cuenta de que Esis estaba sujetando a Aisha.

¿Por el príncipe heredero? 

Como si la princesa no fuera pesada, el príncipe heredero que sólo tenía nueve años, la cargaba con una radiante sonrisa, como si estuviera conteniendo las palabras: “¡Es mi hermana menor!” 

Su apariencia era muy…

—Adorable…

Una noble no pudo soportarlo más y habló como si estuviera poseída.

Esa palabra se convirtió en el comienzo del mismo sentimiento desbordante de numerosos lugares.

Era tan…

La apariencia del adorable hermano mayor, que sujetaba a su pequeña hermana menor, realmente parecía una escena de un famoso cuadro.

Era un hecho que la escena era lo suficientemente adorable como para ser peligrosa para el corazón, y tan hermosa que debería preservarse permanentemente.

La princesa Aisha miró su alrededor con labios carnosos, sin estar familiarizada con lugares como este.

Entonces, varias personas finalmente no pudieron soportarlo y se tambalearon.

Realmente tanto hermano y hermana estaban dominando el palacio imperial con su ternura.

Sin saberlo, los aristócratas pensaron fervientemente en el festival de arte en la capital.

Hubo un rumor que decía que en el festival de arte se exhibiría un retrato de la princesa, ¿debería participar en la subasta? 

¡Ah! Tan adorable… Me gustaría poder tener una hija así… 

Quiero un retrato del príncipe heredero y la princesa juntos. 

En verdad todos se convirtieron en lamentables prisioneros que cayeron por su ternura.

♦ ♦ ♦

La luz del candelabro brillaba.

Pude ver a las personas tan pronto como entramos por la puerta.

Era una gran multitud. Hasta el punto que incluso me estremecí sin darme cuenta.

Sin embargo, Esis se movió sin vacilar como si estuviera familiarizado con este escenario.

Yo, a quien Esis sostenía, no tuve más remedio que seguir obedientemente sus pasos y mirar hacia adelante.

La emperatriz, que parecía un poco nerviosa, avanzó lentamente hacia al frente.

Justo en frente de ella estaba el emperador, que me observaba mientras estaba sentado. En su rostro floreció una sonrisa más cálida que cualquier otro día.

Pude escuchar a las personas hablando bulliciosamente.

Aunque no podía escuchar bien porque las voces se mezclaban. Intenté afinar mis oídos. Porque, dentro de mí sentía curiosidad por saber qué pensaban de mí.

Pero me di cuenta en un instante que no hacía falta separar las voces. Porque la mayoría de las personas decían lo mismo.

—¡Adorable…! —Las voces resonaron como un pequeño grito desde cada uno de los rincones del salón de banquetes.

¿Adorable? 

Sin darme cuenta, fruncí los labios con hosquedad.

Aunque eran las mismas palabras de las damas de compañía del palacio de la princesa, las palabras que escuchaba una y otra vez, no estaba acostumbrada.

Escuchar que era adorable me hizo darme más cuenta de que me había convertido en una bebé.

Sin embargo, que frunciera los labios hizo que las personas me encontraran más adorable.

—¡Ah…!

Pude ver a algunas personas tambaleándose en algunos lugares del salón.

Al final, dejé de fruncir los labios.

Esis llegó frente al emperador, caminando lentamente.

No pude evitar mirarlo.

Se levantó lentamente de su asiento. Luego, bajando de su asiento, se detuvo frente a Esis y estiró la mano.

Esis estaba sin palabras.

El gesto del emperador era obvio: era como si estuviera diciendo que me entregara rápidamente.

—Aisha es mi hermana menor —murmuró Esis con satisfacción.

Ante esas palabras, la mirada del emperador retrató las palabras de: “Rápido, entrégamela.”

Esis suspiró como si fuera inútil resistirse. Luego, me concedió de forma madura al emperador. El emperador sonrió y me cargó en sus brazos como si fuera un tesoro.

Después de decir que no podrías cargarme porque pensabas que me rompería… 

Suspiré para mis adentros, estupefacta.

Aunque había una multitud de gente, de alguna manera sentí que había una capa protectora entre la emperatriz, el emperador, Esis y yo. A pesar de que todas las personas estaban prestando atención, parecía como si hubiera un muro resistente que no se podía atravesar fácilmente.

Poco después el emperador hizo un anuncio con una expresión satisfecha.

—Gracias por venir al banquete para celebrar el cumpleaños de la primera princesa, Aisha.

No alzó la voz. Ya tenía la atención de todos.

Sonrió con sus ojos.

—Este banquete de un mes es únicamente por el bien de Aisha.

Su voz resonó en todos los rincones del salón de banquetes.

—Así que diviértanse. Y celebremos…

La gente levantó las cabezas y escucharon su voz.

—El primer cumpleaños de mi hija.

Ante sus breves pero enérgicas palabras, la gente alzó rápidamente la voz.

—¡Felicidades!

—¡Felicidades!

Luego, el emperador tomó el agua bendita, se mojó las manos y me bañó un poco la cabeza con ella.

El agua bendita formó gotas de rocío sobre mi cabeza.

Como el Imperio Elmir era el que más creía en el Dios de la Luz, el Templo de la Luz enriqueció el agua bendita.

El poder sagrado de la luz y mi compatibilidad con los espíritus eran bastante buenos.

Cuando recibí el agua bendita pude sentir que los espíritus junto a mí se alegraban. Estos chicos que flotan en el aire, bailaban con rostros emocionados.

Parece que están realmente felices. 

Sin darme cuenta estiré la mano mientras los observaba. Uno de los espíritus de la luz llamado “Rue” descendió, se sentó en mi mano y me sonrió alegremente.

¿Sonreí mientras veía esa escena?

Pude escuchar a alguien susurrar cerca de mí.

—¿Lo viste? ¿La princesa sonrió?

—¡Sí! Fue tan linda que sentí que no podía respirar…

Cuando escuché esas palabras, me esforcé para proteger mi dignidad como princesa. Sin embargo, ya había pasado bastante tiempo desde que aquellos que me habían visto parecían tener escrito en sus ojos “adorable”.

Al final me senté en el trono del emperador junto con él.

Era una posición extremadamente molesta. Pero no pude evitar la situación. Porque inmediatamente la gente se acercó y me felicitaron. Y llegó la hora de abrir los regalos.

La ceremonia precedió comenzando desde los aristócratas de rango más alto.

Fue una procesión interminable de la nobleza.

Tuve la oportunidad de considerar que había muchos aristócratas en la capital.

Comenzando con los duques, los marqueses y luego los condes…

Aunque los regalos que me dieron fueron diversos, no había duda de que los objetos eran todos raros y preciosos.

Los miré con una cara llena de curiosidad.

Se quedaban merodeando durante mucho tiempo frente al trono por lo adorable que era y luego regresaban a sus asientos.

El tiempo fluyó tediosamente.

Al principio fue fascinante, pero la ceremonia fue larga y aburrida.

—Huaa…

Al final no pude ganar contra el aburrimiento y bostecé, puede haber sido a causa de la constitución débil del cuerpo de un bebé.

Observé el baile de los bailarines y escuché la música de los músicos, pero no pude vencer al aburrimiento.

Fue entonces que…

Como si pudiera leerme la mente, Esis se levantó de su asiento.

Lo miré un poco sorprendida.

¿Qué podría ser? 

Parpadeé y de repente recordé el regalo que dijo que me daría.

Dijo que era un secreto hasta mi cumpleaños, ¿verdad? ¿Entonces me lo dará ahora? 

Sin embargo, curiosamente no había nada en sus manos.

¿Lo traerá un ayudante? 

Dudé un poco.

Esis se acercó a mí.

Pero sus manos estaban vacías.

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