Traducido por Yonile
Editado por Sharon
El príncipe Elliot estaba de mal humor.
—Maldita sea, Rachel… Te destruiré. —Mirando por encima de su hombro, llamó al hijo de un conde que estaba entre sus seguidores—. ¡¿Cómo está la condición de Margaret?!
—Me temo que no se ve bien. Todavía está en condición crítica.
El chico negó con la cabeza, con una expresión solemne en su rostro. El estado de ánimo de Elliot se estaba volviendo aún más violento.
—¡Maldición! Ese demonio… ¡debería matarla ahora mismo…! ¡Por hacer que Margaret esté así…! ¡Maldita sea! Ah, ¿no hay alguna forma de que podamos sacar esa maldita plaga de aquí de inmediato? ¡¡Grrrrr, vamos a prender fuego a la mazmorra y cocinarla hasta que muera!! —gritó tan fuerte como pudo. Luego sus hombros cayeron. Porque justo detrás de él…
—Hehehe… Los impresionantes abdominales de Adam… Ah, tan maravilloso…
Margaret estaba envuelta en un momento de felicidad, la saliva se le escapaba de los labios con los ojos nublados mientras estaba en un ensueño. Ya habían pasado tres días, pero su alma todavía se negaba a volver.
El hijo del conde pasó a dar un informe con una mirada sombría.
—Asumiendo lo peor… la posibilidad de que se convierta en una fanática devota de Adam Stuart es…
—¡¿Qué?! ¡Entonces tendremos que detenerla si se trata de eso! Maldita sea, ¡¿por qué no hay ningún médico para este tipo de enfermedad?!
Observando cómo Elliot gritaba, desvariaba y descargaba su ira en los muebles de la habitación, sus seguidores susurraban entre sí mientras se amontonaban en un mismo lugar.
—Si sigue así, podría terminar incendiando la mazmorra más tarde…
—Sí… pero ¿quién crees que se encargará de iniciar el fuego?
—Como si tuviéramos que adivinar… Como se esperaba, matar a alguien para castigarlo es…
—Algo… ¿no hay nada en absoluto para apagar su ira…?
Sin que Elliot se diera cuenta, sus seguidores comenzaron a decir algunas ideas.
—Bien, vamos con esto.
—Eso es. Esto definitivamente debería permitirle desahogarse.
—Bien… Su Alteza, ¿puedo preguntarle algo?
Con los resultados de la reunión preparados, el hijo del marqués Wolanski actuó como representante de los demás y levantó la mano.
—¡¿Qué?!
—Es un plan para vengarse de la cada vez más descarada señorita Rachel de una sola vez.
—¿Hoh…?
Habiendo captado su interés, Wolanski y los demás comenzaron a explicar su plan. Poco a poco, la rabia de Elliot comenzó a disminuir, el entusiasmo aumentó en su lugar, y cada uno de los seguidores compartió un guiño entre ellos.
—¡Bien, hagámoslo! Llevaremos a cabo el plan esta noche, ¡así que haz los preparativos!
—¡Sí!
Desafortunadamente, los ocupados y jóvenes seguidores no se dieron cuenta que había un pequeño objeto pegado a la cortina que ondeaba con la brisa.
♦ ♦ ♦
—Ookk.
—Bienvenido a casa. ¿Qué tan lejos llegaste hoy?
Rachel le dio una cálida bienvenida a Haley después de que se colara por la ventana de ventilación. Una vez lo bajó y sostuvo en sus brazos para cepillar bien su pelaje, el mono se acercó a la mesa auxiliar sintiéndose renovado.
—¿Ooki, ook, ook?
Haley se llevó el dedo a la frente, girándolo como si dijera que alguien estaba loco antes de cerrar el puño como si estuviera jurando venganza.
—Ah, ¿entonces fuiste a visitar a Su Alteza Elliot?
Haley siguió adelante, cogió un bolígrafo cercano y lo golpeó contra su trasero, imitando cómo alguien encendería una cerilla para iniciar un fuego.
—Hmm, ¿tienen la intención de disparar algunos fuegos artificiales fuera de mi ventana?
Haley asintió. Rachel abrazó al mono con fuerza una vez más, acariciando su cabeza mientras elogiaba sus esfuerzos.
—Gracias Haley, ahora puedo hacer un plan para contrarrestarlo. ¿Puedo pedir tu ayuda un poco más?
—¡Ookk!
♦ ♦ ♦
Tarde esa noche.
Los hombres se acercaron en silencio al edificio de la mazmorra al amparo de la oscuridad.
—Parece que las luces están apagadas.
—Sí. Esa chica debería haberse quedado dormida… justo ahora.
Elliot y los demás se abrieron en abanico alrededor de la ventana de ventilación y dejaron en silencio las pocas velas que habían traído. Entonces todos empezaron a desenvolver los bultos que habían traído.
Estos eran juguetes de última moda: fuegos artificiales similares a cohetes fáciles de usar. Cuando se encendían, volaban al azar hacia el cielo, explotando y creando un fuerte sonido justo antes de que se acabara la pólvora… Y estarían disparando estos juguetes directamente en la celda de Rachel. Estas cosas serían un buen arma si fueran más grandes, pero en este momento su poder destructivo sólo era un ruido escandaloso.
No obstante, eso era todo lo que necesitaban para el objetivo de esta noche.
—Ku, ku, ku… Esta noche, veremos la expresión nerviosa de esa mujer. Bien, dispara.
—¡Sí!
Todos los hombres abrieron las bolsas con la gran cantidad de fuegos artificiales que habían comprado. Cada uno agarró uno al azar, preparándose para disparar… Pero cuando intentaron encenderlo, se escuchó un ligero estallido desde la ventana de ventilación… y luego el mismo tipo de fuegos artificiales que estaban a punto de encender volaron hacia ellos. Eran muchos.
—¡¿Uoh?!
—¡¿Qué?!
Debido a que todos los hombres se habían dispersado para intentar rodear la ventana, alguien podía disparar fácilmente desde allí en cualquier dirección y darle alguno de ellos. Los fuegos artificiales que seguían disparando uno tras otro rompieron la posición de los hombres.
—¡Maldita sea, se nos adelantó!
—¡La señorita Rachel es solo una persona, ¿cómo dispara tantos a la vez?!
Aunque habían siete, no, ocho personas respondiendo ansiosamente al fuego, la pequeña ventana de ventilación era un objetivo difícil de alcanzar, y eso sin los fuegos artificiales inexactos que a menudo volaban hacia ninguna dirección en particular.
—¡¿Por qué?!
—¡¿Oye, por qué esto no funciona en absoluto?!
El bando de Elliot cayó en el caos como si nunca hubieran tenido un plan para empezar.
—Esto también es bastante divertido.
Desde el principio, Rachel había estado disparando fuegos artificiales después de colocarlos sobre una hoja ondulada. Una vez encendidos, atravesaban las ranuras de la hoja y salían volando de la mazmorra. Nunca antes había lanzado fuegos artificiales, pero su precisión era mucho mejor que la de Elliot y los otros chicos que los apuntaban en una dirección general.
—¡Ooki! —Haley también se estaba divirtiendo poniendo los fuegos artificiales en la hoja.
—¿Crees que ya es hora de nuestros fuegos especiales?
—¡Ooki!
—¡Cálmense! Solo tenemos un objetivo, así que si todos apuntamos juntos, ¡podemos ganar! —Elliot estaba tratando de controlar el caos en sus filas.
De repente, un disparo hizo un ruido fuerte y escandaloso, completamente diferente al que hacía eco antes.
—¡¿Qué es eso?!
—¡El sonido y la potencia son tan diferentes!
A medida que estos nuevos fuegos artificiales continuaron disparándose, el hijo de un barón, que también se había convertido en aprendiz de caballero, pudo descifrar qué eran por su silueta mientras volaban por el aire.
—¡Ella ha reunido los fuegos artificiales! Tres, cuatro de ellos …… ¡¿Les ha atado con petardos alrededor?!
—¡Qué movimiento…!
Incluso si entendían que estos fuegos artificiales no tenían ningún poder en especial, todavía existía esa conmoción que causaban cuando aterrizaban junto a ti. Además, el sonido y el poder de la explosión era más poderoso de lo que ellos esperaban…
Una situación en la que siete, no, ocho personas estaban siendo superadas por una sola.
Pero la verdadera tragedia aún no había comenzado.
—¿Eh?
Mientras uno de los hombres se preparaba para realizar el siguiente disparo, se quedó un poco confundido cuando notó que no había más fuegos artificiales en su saco. Miró a su alrededor para ver a dónde podrían haber ido… y vio que un mono también había recogido las bolsas de todos los demás, y que estaba a punto de encender todas sus mechas a la vez.
—¡E-Espera! ¡Si enciendes esos así…!
Al mismo tiempo que el mono saltó hacia atrás, el fuego que había encendido se extendió, lo que provocó que los fuegos artificiales de alrededor explotaran, volando erráticamente en todas direcciones.
—¡Uwaa!
—¡¡C-Corran!!
Todo el mundo corría sin rumbo fijo mientras los fuegos artificiales volaban en cualquier dirección sin ton ni son, explotando a sus pies. Para ayudar al caos, el mono también estaba encendiendo algunos petardos adicionales, arrojándolos por aquí y por allá.
Y luego, vino la mayor tragedia de todas.
Una vez que todas las explosiones finalmente llegaron a su fin, una figura apareció repentinamente ante Elliot después de que se sentara completamente exhausto.
Él levantó la cabeza… y vio a la principal dama de la corte.
—Su Alteza… Creo que tuvimos una charla sobre esto el otro día, pero supongo que realmente no entendió, ¿eh…?
—Ah, no…
—Mi oficina es un buen lugar para un sermón, ¿no cree? ¿O quizás prefiere sentarse en seiza [1] en la entrada principal para que las personas que tienen que trabajar en el turno de noche lo vean?
—La oficina…
♦ ♦ ♦
—Eso fue horrible…
Elliot regresó con pasos pesados a la sala de estar.
Había recibido un sermón que parecía que nunca terminaría, luego pasó a regañar a los subordinados que habían ideado un plan tan espantoso, y ahora estaba mentalmente agotado en todo tipo de formas… En este punto, solo quería dormir un poco. Ya no pensaba en nada, solo quería tumbarse en su cama.
Quitándose la chaqueta en la sala de estar, abrió la puerta de su dormitorio y decidió dormir con la camisa puesta tal como estaba… pero de repente golpeó la última tragedia de la noche.
Cuando Elliot abrió la puerta de su habitación… se encontró con un mono.
—¿Hah?
Se frotó los ojos, pero el mono seguía allí. Tenía una mirada seria en su rostro y una antorcha en su mano.
—¿Eh? ¡Espera, eso es…?!
El mono le arrojó la antorcha, aprovechando la oportunidad que se dio cuando él se estremeció al pasar a su lado.
—¡Maldita sea! ¡Guardias! ¡Un mono incendiario se está escapando!
Sin entender completamente lo que él mismo estaba diciendo, sería imposible que alguien más pensara que un mono había llevado una antorcha a su dormitorio.
—¡¿Rachel, de repente ha enviado a alguien a provocar un incendio…? !
Solo había un tonto en el palacio real con un mono de pelo blanco como mascota. Elliot pisó la antorcha que le había arrojado para apagarla, preguntándose con qué exactamente había prendido fuego.
Después de un rápido recorrido por la habitación, verificó que el mono no había encendido ninguno de sus muebles.
En realidad, no había nada ardiendo y estaba empezando a pensar que tal vez él no había planeado prenderle fuego a nada allí. Sin embargo… terminó encontrando algo en esa habitación que no estaba allí antes.
—Qué diablos… ¿Esto es…?
Cuando Elliot siguió recorriendo su habitación, encontró algunas cacerolas tiradas esparcidas por el piso. Probablemente había unas diez.
Había una pila de resina de pino y astillas de madera mezcladas encima de un plato debajo de la cacerola. Era este combustible mezclado al que el mono había prendido fuego. La cacerola se estaba calentando a temperatura media y, tras una inspección más detallada, vio que estaban llenas de aceite y granos de maíz.
Elliot no sabía qué eran las palomitas de maíz.
Antes de que pudiera hacer algo (por supuesto, incluso si hubiera intentado apagar el fuego de inmediato, no lo habría logrado con facilidad), el primer grano explotó fuera de la cacerola.
—¿Eh? ¡¿Qué?!
Solo hubo un débil estallido, pero rápidamente se aceleró hasta convertirse en algo más.
Una gran cantidad de granos blancos volaron hacia él.
En un abrir y cerrar de ojos, la situación se había salido de control. Fue golpeado de arriba abajo por un violento aguacero de granizo blanco.
—¡Ay, ay! ¡¿Qué es esto?!
Y luego el poderoso olor del aceite llenó la habitación…
Los caballeros de guardia que entraron corriendo a la habitación no pudieron hacer nada para ayudar. Tampoco sabían qué eran las palomitas de maíz y no estaban seguros de si echarle agua solo empeoraría las cosas.
Los granos blancos continuaron creciendo en número incluso cuando la principal dama de la corte entró corriendo en la habitación… y cuando la explosión que nadie entendió terminó, la habitación de Elliot estaba cubierta por una cama de granos blancos y esponjosos.
♦ ♦ ♦
Un Wolanski exhausto caminaba por un pasillo cerca del jardín trasero. A mitad de camino quiso descansar un poco, así que se sentó en unos escalones un poco más lejos.
—Haa… Estoy agotado.
La tensión de los esfuerzos inútiles de hoy fue particularmente mala. Nunca hubiera pensado que la señorita Rachel sería capaz de realizar un contraataque con sus propios fuegos artificiales… ¿Tenía esas cosas con ella desde que fue encarcelada por primera vez? Realmente era una dama terrible.
—Ah… sería genial ser abusado por una noble con un pecho plano…
La señorita Rachel era exactamente lo contrario. Era alta y hermosa, carecía de esa aura tierna.
—Ella también es despampanante desbordando sus propios encantos naturales, por supuesto… pero después de todo, la señorita Margaret es mejor.
Coincidiendo consigo mismo, miró hacia delante… y encontró un mono. Parecía que estaba de paso mientras llevaba una cesta a la espalda. Seguramente su nombre era…
—¿Henry…? —¿No era la mascota de la señorita Rachel? Estaba casi seguro.
—¡Ook!
El mono negó con la cabeza con seriedad, pero Wolanski estaba bastante seguro de que no habría dos de esos monos en el palacio real. No estaba seguro de por qué este mono estaba tratando obstinadamente de negar lo obvio, pero bueno, no era como Su Alteza, por lo que no intentaría intimidar a la pobre criatura.
—Particularmente no me importa si merodea por el castillo… ¿o estás haciendo alguna travesura en alguna parte?
No estaba seguro si el mono realmente pudiera entenderlo, pero decidió hablar con él de todos modos. Como era de esperar, Wolanski no tenía forma de saber que estaba de regreso después de causar un gran desastre en la habitación de Elliot.
—¿Hm?
Antes de que se diera cuenta, Henry había comenzado a acercarse, mirándole la cara. Aparentemente, las mascotas tendían a ponerse ansiosas cuando estaban cerca de personas que no eran sus dueños.
Henry metió la mano en la cesta de su espalda y sacó una naranja. Luego se la enseñó a Wolanski.
—¡Ooki!
—¿Qué? ¿Para mi? Qué buen chico eres…
Henry le entregó la naranja antes de sentarse junto a él. El mono lo miró como diciendo: “Si necesitas desahogarte, te escucharé”.
—Ya veo, las mascotas son así de lindas.
Comprendiendo las intenciones de Henry, las quejas comenzaron a fluir lentamente de sus labios. Su irritación y sus quejas fueron exhibidas.
—Y así es. Estoy haciendo mi mejor esfuerzo, pero es imposible obtener resultados…
Ya sea que el mono entendiera o no lo que él estaba diciendo, asentía con la cabeza como concordando. Y cuando hizo una pausa en su historia, hizo un gesto como si dijera: “Un momento”, y luego desapareció en algún lugar… Regresó unos minutos después con una mini botella de whisky y un par de vasos pequeños.
—¡Ooki!
Los dejó en el suelo, vertiendo diestramente un poco del líquido de color ámbar en cada uno, antes de entregarle uno a Wolanski.
—¡Ooki!
—Oye, ¿de dónde sacaste esto?
—¡Ookiki!
—¿Eh? ¿Tu maestra? Ella solo se enojará contigo, ¿así que no debería preocuparme por eso? Henry, eres un hombre de verdad…
Wolanski se sintió abrumado por la admiración mientras golpeaba su vaso con el del mono.
Obviamente, Henry en realidad no bebió de su taza porque los monos no podían beber alcohol, pero el movimiento realmente ayudó a crear la atmósfera de que eran un par de amigos en una taberna hablando de sus sentimientos. Henry lo hizo bastante bien como anfitrión; siguió escuchando sus preocupaciones y asintió con la cabeza mientras seguía llenando su taza cada vez que la vaciaba.
Wolanski no tardó mucho en terminar completamente borracho, quejándose a Henry con el dolor de un oficinista maltratado.
—A Su Alteza realmente~ no le importa~ mi arduo trabajo.
—Ookiki.
—¡Sí, sí, tienes razón! ¡Ja, los problemas de un subordinado bien podrían ser los de un extraño!
—¡Ooki~!
—¿Lo entiendes? ¿Lo entiendes? ¡Así es!
—¡Ooki, ookiki!
—¿Debería abofetearlo con mi carta de renuncia? ¡Ja, ja, debería!
Aunque esto podría contar como si estuviera solo, fue agradable tener a alguien allí que escuchara sus problemas. Si la otra parte fuera otro noble o incluso alguien con quien estaba casado, sería difícil dejarse llevar por completo así.
Para cuando se acabó la botella, Wolanski se sentía mucho mejor.
—Está bien, debería irme a casa.
—¡Ookii!
—¿Eh? Oh, no te preocupes, cogeré un carruaje en la puerta. ¡Sí, gracias Henry!
Henry puso la botella vacía y los vasos que ya no necesitaba en su cesta, y luego trató de entregar algún tipo de paño duro.
—¿Hm? ¿Qué es esto?
—Ooki. ¡Kiikii!
—¿Algo bueno? ¿La mayoría de los chicos disfrutan mucho esto? Ja, ja, ja, gracias por el tesoro, con mucho gusto lo recibiré.
—¡Ookiki!
Dándole un fuerte apretón de manos de despedida, Wolanski se alejó bajo el cielo estrellado.
Sintió que todos sus problemas habían desaparecido. A partir de mañana podría hacer todo su mejor esfuerzo.
Entrecerró los ojos de buen humor, contemplando la luna llena de la noche.
Y luego, cuando intentó pasar por la puerta principal del castillo, los guardias lo detuvieron para interrogarlo debido a lo sospechoso que parecía.
♦ ♦ ♦
—Soy Wolanski, el heredero del marqués… Gracias por su arduo trabajo.
Al contrario de sus corteses palabras, el caballero que bloqueaba el camino de Wolanski tenía la sospecha escrita en todo su rostro. Otro caballero lo rodeó por detrás.
—Parece que ha bebido mucho… No hubo fiesta esta noche, ¿verdad? ¿Estaba bebiendo con Su Alteza?
—No, pero estaba bebiendo con otro amigo hace un momento.
—Hoh… ¿y esta persona que le estaba dando alcohol en el castillo real se llama…?
—Umm, Henry el mono.
Quizás si este fuera el Wolanski habitual, podría haber presentado la verdad de una mejor manera. Pero bebió mucho antes de esto. Y aunque pudo haber sido solo una mini botella de whisky, no era exagerado decir que beber tanto alcohol solo podía emborrachar a la mayoría de los humanos.
Pero no era una pregunta sobre el alcohol lo que llamó la atención del caballero, sino el supuesto mono que se la dio. La mirada en los ojos de los caballeros durante su interrogatorio cambió.
—Su Excelencia, no es momento para bromas…
—¡Pero no estoy bromeando!
—Ya veo. Entonces, ¿con quién bebió?
—Ya te lo dije, Henry el mono.
—Ya veo… Pues bien, dejemos de lado mis cien dudas y digamos que bebió con un mono. ¿Por qué lo hizo?
Wolanski infló el pecho y dio una gran respuesta que solo el alcohol puede sacar.
—¡Ah, me estaba escuchando quejarme de mi trabajo!
—¿Se quejaba de su trabajo…? ¿Con un mono?
—¡Sí!
—¿Qué hizo el mono…?
—Hmm. ¡Me recomendó que si lo estoy pasando mal, debería abofetear a mi jefe con una carta de renuncia!
—¿El mono lo hizo…?
—Sí, por supuesto. Después de todo, no había nadie más además de Henry y yo.
—Ya veo…
Después de esa última pregunta, el caballero que estaba al frente miró al que estaba detrás de él. Este, encargado de cortar la ruta de escape del sospechoso, se fue por un momento, regresando con otro guardia de la puerta del castillo como respaldo.
—Por cierto… ¿qué es eso que sostiene, Su Excelencia? —Wolanski todavía tenía en la mano el “algo” que Henry le había dado hacía algún tiempo.
—Ahora que lo mencionas, ¿qué es?
Desdoblando la tela, vi que era algo para sostener los bultos en el pecho de una mujer.
—Parece algo de ropa interior para una joven…
—Hmm, lo es. Uno para alguien con el busto corpulento..
—Entonces, ¿le importaría decirnos dónde lo consiguió…?
—¿Esto? Henry me lo dio mientras bebíamos juntos.
—¿El mono?
—El mono.
El caballero no sabía qué más tenía que decir, así que les dijo a los otros guardias que esperaban que llevarían al joven a la oficina de la Orden de los Caballeros.
—¡No, espera, espera! ¡R-Realmente, conseguí esto de un mono!
—Dejando a un lado mis diez mil dudas… ¿Por qué este mono le dio a Su Excelencia ropa interior de una pobre mujer?
—¡Lo hizo como prueba de nuestra amistad!
—Oye, podría ser mejor obtener más refuerzos —susurró el caballero interrogado a uno de sus compañeros.
—Haré los preparativos.
—¡¿Por qué vamos por este camino?!
—El mero hecho de que se esté preguntando eso es asombroso… pero está bien, cambiemos la pregunta: ¿por qué cree que el mono le dio ropa interior femenina como prueba de su amistad?
—Ah, porque… ¿qué tipo de chico no disfrutaría de esto?
—Oye, ve a buscar a las mujeres cercanas que puedan haber sido agredidas. Después de llegar tan lejos, cualquier víctima a la que este tipo en celo pueda haber tenido en sus manos podría haber sido una mujer de alto estatus.
—Pensando en el estado mental de este tipo, tampoco creo que discrimine por edad.
—Esperen un momento, ¿por qué me tratan como si fuera alguien raro?
—El solo hecho de que tenga que preguntar es prueba suficiente… Perdóneme. Es porque está diciendo que un mono le dio esto.
—¡Pero conozco al dueño! Estoy seguro de que esta ropa interior que me dio Henry pertenece a la señorita Rachel Ferguson.
—Entonces dígame, ¿por qué no intentó devolverlo?
—¡Porque está lleno de la amistad de Henry!
—Oye, por ahora ve al calabozo y mira a la señorita Ferguson.
—¿Quizás deberíamos arrojar a este tipo a la mazmorra primero?
—¡¿En serio sugieres que juntemos a una noble dama y a un degenerado en el calabozo?!
Wolanski intentó protestar cuando los caballeros comenzaron a discutir abiertamente qué hacer con él enfrente suyo sin siquiera intentar susurrar en este punto.
—Chicos, ¿creen que tengo como pasatiempo robar la ropa interior de la señorita Rachel?
—¿Eh? Bueno, para ser honesto…
—¡Dadme un descanso!
Wolanski se golpeó el pecho con orgullo… y luego, habló con el prestigio eterno que viene de ser el presidente de la Asociación de Petaísmo del reino.
—¡Es imposible para mí estar interesado en la ropa interior de la señorita Rachel! ¡Soy un petaísta! ¡Solo los bustos planos pueden mantener mi interés!
—¡Oye, agarra a tanta gente como puedas! ¡Sería un gran problema si dejamos escapar a este lolicon!
—¡Les acabo de decir que soy un petaísta! ¡¿Por qué me tratan como si fuera un lolicon?!
—¡Teniendo en cuenta todo lo que nos ha dicho hasta ahora, ¿cómo se supone que no vamos a considerarlo un lolicon?!
—¡Son todos unos idiotas!
Un hombre de sus creencias, Wolanski avanzó hacia los guardias, haciendo una gran declaración para que todos la oyeran.
—¡Los petaístas son personas que aman los bultos modestos! ¡Los lolicones son personas que aman a las niñas pequeñas! Estas dos cosas son completamente diferentes, ¡y es un error pensar que se parecen en algo! Hay un solo momento de superposición, ¡pero los intereses y preferencias son completamente diferentes!
—Sí, sí, escucharemos el resto en la oficina de la Orden de los Caballeros. ¡Ahora no se resista!
Ese día, aquellos que presenciaron cómo un joven noble era arrastrado por algunos de los guardias del palacio, lo vieron llorar con tristeza mirando al cielo.
—¡Se equivocan! ¡Son completamente diferentes! ¡Está bien, las petas no son lolis! ¡LAS PETAS NO SON LOLIIIIIIIIIIIIS!.
♦ ♦ ♦
A una hora inusual en la mazmorra, el guardia en jefe, Sofía, vino a entregar un informe.
—El grupo de Su Majestad el rey está regresando lentamente al capitolio. Yo quería discutir nuestra estrategia.
—Sí. Habrá un alboroto una vez que Su Majestad regrese, y no quiero ningún problema en ese momento.
Mientras sus maestras continuaban con su discusión, Haley estaba comiendo una manzana cuando recordó al joven que había conocido en un pasillo hacía poco tiempo.
Era un hombre descuidado que no acertaba con su nombre, pero también era un tipo divertido por la forma en que reía y lloraba. Estaba molesto por un montón de cosas que él realmente no entendió muy bien, pero como se fue a casa de buen humor, sus problemas probablemente se resolvieron.
Además, Haley le había dado lo que a todos los humanos les gusta. La maestra tenía muchos, así que probablemente estuviera bien.
Con suerte, podrá vivir una vida feliz.
Haley deseó eso desde el fondo de su corazón mientras miraba el cielo nocturno estrellado a través de la ventana de ventilación.
♦ ♦ ♦
—Su Alteza, según los chefs, estas cosas aparentemente se llaman palomitas de maíz. ¿Se las vas a comer?
—¡¿Por qué me importaría eso ahora mismo?! ¡¡Maldita seas Rachel, no puedo dormir así!!
[1] Seiza es un término japonés que describe la forma tradicional de sentarse de rodillas. Es una parte integral y necesaria de muchas artes tradicionales japonesas, como la ceremonia del té, la meditación, y ciertas artes marciales. También es la forma tradicional de sentarse mientras se está haciendo otras artes como shodō (caligrafía) e ikebana (arreglos florales), aunque con el incremento de muebles de estilo occidental, esto no es siempre necesario.
Dios, no tengo dudas de que Haley el mono es más listo que el príncipe y su grupo, o al menos entiende lo suficiente para estar en el lado correcto, el de Reachel por supuesto 🤭
Ese mono igual que su dueña puede ocasionar muchos problemas JAJAJAJAJAJAJA
Me encantan. Gracias por el capítulo ❤️