Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 128: Juicio caótico (1)

Traducido por Herijo

Editado por Sakuya


Tomé el consejo de Gunther y entregué al invasor a la policía militar, convirtiéndose en una investigación oficial.

Consideré el hecho de que el invasor pudo haberse disfrazado de sirviente, pero su ropa es bastante estándar para aquellos que sirven a las familias nobles de rango inferior. Estas ropas generalmente se hacen a medida, por lo que no hay forma de que se pudiera haber hecho un trabajo apresurado solo por el bien de este ataque. Tal vez, sabiendo los altos riesgos asociados, llevó esta ropa de todos modos pensando que le ayudaría a lograr su objetivo.

Pero, como se descubrió que el escudo de la familia Ogren estaba cosido en los forros interiores de su ropa, esto puede ser tratado como una evidencia definitiva de que el Vizconde Ogren estaba tramando un ataque, o incluso un intento de asesinato contra mí.

A la noche siguiente, los involucrados, la Vizcondesa Kaldia, el Vizconde Ogren, el presunto objetivo del invasor, Feria Rogshia, y su padre el Vizconde Rogshia, todos fuimos llamados a una iglesia ubicada en el distrito noble para un juicio convocado por la rama judicial de los sacerdotes.

Esta disputa entre los nobles de rango inferior como nosotros se convirtió en un gran alboroto causando, que muchas otras personas también se alborotaron, lo que provocó que la iglesia reprimiera casi 100 actos ilegales de los nobles en este corto período de tiempo.

Para nosotros tres vizcondes, hoy había tres sacerdotes aquí, incluyendo un sacerdote juez, y todos tenían expresiones extremadamente estrictas mientras comenzaban a escribir los registros para el juicio.

El Vizconde Ogren, quien fue básicamente obligado a venir aquí después de caer en mi trampa, aún parecía calmado en la superficie. Sin embargo, el odio en sus ojos estaba inesperadamente dirigido en dirección al Vizconde Rogshia en lugar de  mí.

En cuanto al Vizconde Rogshia, él estaba mirando hacia atrás en dirección del Vizconde Ogren con una mirada terriblemente fría. Todavía no conozco la naturaleza exacta de su relación, solo sentía que aún me faltaban algunas piezas del rompecabezas mientras los miraba de un lado a otro.

Bueno, el objetivo real del ataque era Feria de todos modos, y solo estoy técnicamente involucrada porque Feria estaba conmigo en el momento del ataque. Mientras observaba volar chispas entre los Vizcondes Ogren y Rogshia, ahora, ¿cómo debería llevar esto a cabo hoy? Pensé en los agitados cuatro días anteriores y repasé mentalmente todo lo que había ocurrido.

El escenario que establecimos fue que cuando Feria se enteró de que su amiga Eliza Kaldia se había enfermado con fiebre, vino corriendo desde la escuela noble para visitarla. Desafortunadamente, mi enfermedad había sido contagiosa, y Feria también enfermó. Como también estaba enferma, simplemente se quedó descansando en mi residencia en lugar de regresar a la escuela.

Esa fue la “razón” que creé para que Feria permaneciera en mi residencia. Envié mensajes tanto a la escuela noble como al Vizconde Rogshia informándoles que ella estaba enferma.

Ese día también envié otros tres mensajes. Uno fue a la Casa de los Lores, informándoles que estaría ausente al día siguiente. Otro fue a la residencia del Conde Terejia, informando de la situación actual, mis predicciones sobre lo que iba a suceder y dejándole saber sobre mi próximo plan. El último mensaje fue al territorio Kaldia. Convocé a Ratoka, Gunther, Teo y Rashiok a la capital real.

—Entonces, cuando la Vizcondesa Kaldia regresó a su residencia desde la Casa de los Lores, descubrió que los soldados de su ejército, que se alojaban en su residencia, acababan de capturar a un intruso.

El sacerdote juez confirmó la situación el día del incidente conmigo, y yo asentí y dije que sí en afirmación.

—Dado que usted estaba presente en la Casa de los Lores durante el tiempo del ataque, no estuvo presente mientras ocurría el ataque. Parece que la mayoría de los sirvientes también estaban afuera por el momento, por lo que es una suerte que nada le sucediera a la señorita Feria.

Esto es lo que cree el juez, pero, por supuesto, todo es inventado. Ratoka fue el que estuvo presente en la Casa de los Lores, no yo, y yo estaba personalmente al mando en la escena misma que llevó a la captura del invasor.

Le eché una mirada a Feria, ya que ella sabe la verdad de lo que ocurrió. Sí, esto está bien, solo mantén la calma sin decir nada innecesario. Y si todo esto logra romper el compromiso con los Ogren, ella puede casarse con Cornell Freche como quiere.

—Es hora de hacerte algunas preguntas, Vizconde Ogren. El atacante llevaba ropa de sirviente bordada con el emblema de la familia Ogren. Su autenticidad ya ha sido confirmada por nuestros expertos. Es una prueba contundente de que usted también debería asumir la responsabilidad de este ataque.

—De hecho, la persona que atacó la residencia Kaldia llevaba ropa de sirviente de mi familia. Sin embargo, no recuerdo haber contratado a alguien así. Si revisan los registros de empleados en mi residencia, estoy seguro de que pueden averiguarlo por sí mismos.

El Vizconde Ogren fingía estar herido por esta acusación.

— Ya veo. —dijo el juez.

Estoy un poco impresionada de que el Vizconde Ogren ya falsificó algunos documentos en su residencia, con solo un día para prepararse, en caso de una búsqueda. Incluso si registramos toda su casa, probablemente significa que no se encontrará nada extraño.

El Vizconde Rogshia solo seguía lanzando miradas furiosas sin parar al Vizconde Ogren. Supongo que debería darle crédito por ser noble también, parece una persona completamente diferente de tener ese comportamiento gentil cuando lo conocí por primera vez.

—Además, ¿qué razón podría tener yo para atacar a la prometida de mi propio hijo?

—No sé qué intentaste hacer con mi hija, pero ciertamente puedo pensar en un motivo, Vizconde Ogren.

Al escuchar la voz helada del Vizconde Rogshia, la reacción del Vizconde Ogren fue casi cómica mientras adoptaba una postura defensiva.

—Yo también tengo la intención de presentar una queja oficial contra el Vizconde Ogren. Hubo un serio problema con el negocio que dirigimos juntos: porque el Vizconde Ogren intencionalmente inició este problema. Estoy seguro de que debió haber estado tratando de amenazar a mi hija para que yo no presentara una acusación.

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