Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capitulo 183: El ridículo de Ergnade

Traducido por Herijo

Editado por Sakuya


Cuando guié a Eric a la sala de conferencias, tanto Wiegraf como el Comandante General Rolentsor lo recibieron como si no hubiera habido ningún problema entre ellos, iniciando inmediatamente los preparativos para la declaración formal de ataque. La anterior renuencia de Eric a autorizar el ataque, al no beneficiar a nadie si se mencionara, y siendo conocida únicamente por nosotros, se mantuvo como un secreto a voces.

De cualquier forma, este tedioso problema finalmente se ha resuelto. En lo que respecta a los preparativos para la declaración de ataque, no es un asunto en el que necesite implicarme. Simplemente debo esperar las siguientes órdenes.

Para maximizar nuestro tiempo en otras tareas y asuntos varios, Ergnade y yo dejamos la sala de conferencias primero, ya que nuestra presencia en ese momento no tenía sentido.

—¿Eso sigue importándote al final? —preguntó Ergnade.

—Tan irrespetuoso, era de esperarse.

—A quién te refieres, me pregunto.

En nuestro camino a los campos de entrenamiento, Ergnade soltó una risa despreocupada mientras caminaba a mi lado. Su expresión, sugiriendo que no abandonaría este tema, me irritaba, por lo que suspiré.

—No me molestaría que te acercaras un poco más a mí, aunque apuesto a que habría ganado la apuesta si hubiera sido así.

—¿Podrías dejar de apostar sobre las personas?

—Si lo recuerdo, lo haremos la próxima vez.

Lo más probable es que Ergnade apostara sobre si Eric cedería ante mí al final o no. Los participantes en su juego de apuestas eran él mismo, Wiegraf y el Marqués Rolentsor. Teniendo en cuenta sus personalidades y su comprensión de mí, creo que Wiegraf, el antiguo estratega del Fuerte Jugfena, probablemente ganó la apuesta. Su mente es aguda.

—Porque la actitud de Eric no se suavizó en lo más mínimo tras llegar aquí, pensé que no sería capaz de cambiar. Probablemente, también conseguiste anular su resentimiento hacia ti debido a su pérdida de estatus, ¿no es así?

—Bueno, se ha desarrollado en una contienda de facciones, hasta el punto de que una facción ha sometido completamente a la otra.

Ergnade aludía a que la llegada de Eric aquí también había afectado su relación con el príncipe heredero, en resumen, perdió su favor. Deseo mantener una distancia política adecuada con el príncipe heredero y Grays, quienes probablemente se convertirán en el próximo rey y archiduque, respectivamente. En ese sentido, Eric, cuyo estatus es un tanto bajo a pesar de su rango noble, es ideal para actuar como una barrera entre nosotros.

Eric, quien es hijo de una concubina, desató toda una guerra de facciones en la escuela de nobles debido a una disputa personal resultante de mi duelo simulado con Sieghart. Al final, el Marqués Rolentsor, el comandante de mayor rango del ejército real, y el Archiduque Dovadain se enteraron de ello y tuvieron que tomar medidas.

Esto fue, sin duda, una mancha negra en el expediente de Eric. Por supuesto, su estatus social y su poder se verían drásticamente mermados.

—Bueno, me sorprendió que abandonara su rígida mentalidad y cambiara. Pensé que no serías capaz de persuadirlo y que tendríamos que entrar en batalla sin la capacidad de atacar a nuestro gusto.

Estaba muy consciente de ello. Como último recurso, planeaba, incluso si provocaba una caída tremenda en la moral del ejército real, hacer que el ejército de Kaldia y las tropas del Fuerte Jugfena masacraran a los soldados esclavos enemigos que actuaban como escudos humanos, a los que el ejército real no podía enfrentarse. Si fuera necesario, también estaba preparada para solicitar refuerzos del Marqués Genas.

—No estaba dispuesta a permitir que continuara pensando de la manera en que lo hacía.

—Bueno, así es como resultó. Pero, aunque no fuera necesario, ¿por qué te esforzaste en mejorar tu relación con él?

Fruncí los labios en una expresión de desconcierto. ¿Había planeado desde el principio cambiar de tema a esto?

—Quiero decir, me preocupaba porque me parecía familiar, es…

Justo cuando suspiré profundamente, Ergnade estalló en risas. Mientras soltaba carcajadas, lo miré con los ojos entrecerrados. Por eso detestaba hablar de ello en voz alta. Pensé en llamar a Rashiok y hacer que jugara con Ergnade para vengarme de él por esto.

Fue en ese momento cuando un sonido retumbante y bajo resonó a lo lejos, acompañado de un temblor en el suelo. Ergnade y yo nos quedamos inmóviles y nos miramos mutuamente.

—Eso provino del subsuelo.

—¡Los niños secuestrados…!

—Iré primero. Deberías llamar a Rashiok para que te acompañe.

Asentí mientras Ergnade se adelantaba ajustándose su uniforme negro. También planeaba seguirlo de inmediato, pero primero salí al pasillo y soplé un sonido agudo con mis dedos para llamar a Rashiok.

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