Villana mimada por el príncipe vecino – Capítulo 59: El Anillo de Aquasteed

Traducido por Sharon

Editado por Ayanami


En el Gran Reino de Marineforest.

El subterráneo del Palacio Real era un enorme laberinto, y allí se encontraba la “Habitación Sellada del Rey”.

Los oscuros pasadizos olían a humedad.

Las paredes estaban compuestas de ladrillos de color ceniza e iluminados por una luz leve que no se sabía de dónde procedía. Lo más probable, es que se tratara de magia, pero nadie preguntó al respecto.

Esto se debía a que todos estaban abrumados por el aire del lugar.

—Pensar que algo así existía bajo el Castillo… —Aquasteed suspiró, mientras miraba el camino que se extendía frente a él.

En lugar de sus ropas normales, estaba vestido como un caballero. Los demás también tenían ropas cómodas con las que moverse, en caso de que algo sucediera.

Elliot sostenía una lámpara, mientras miraba el mapa del castillo.

Era claro que este lugar subterráneo fue construido al mismo tiempo que el Palacio, pero no había signos de él en el mapa.

—…Este país tiene una larga historia. Quizás no hay muchos documentos del tiempo en que el Castillo se construyó. Aun así, es terrible que nadie supiera de este lugar.

—Hay algunas cosas que superan las capacidades humanas.

Aquasteed suponía que fueron las Hadas y el Rey, los que manejaron el sitio.

Una voz sonó por el pasillo que, a diferencia de la del príncipe, era muy alegre.

— ¡Oh! ¿A quién le importa eso ahora? ¡Vamos a apresurarnos e ir!

— ¡Señorita Akari, correr es peligroso!

—Está bien. Te preocupas demasiado, princesa Tiara.

Akari sonrió. Su cabello estaba atado y vestía unos pantalones cortos que le permitían moverse con rapidez. No podía contener su emoción de estar en ese lugar, todo se podía ver en su rostro.

—No debería haber nada demasiado peligroso aquí abajo. Todo está bien.

—Tú también, Señorita Olivia…

Eso significa que hay algo moderadamente peligroso…Tiararose suspiró. Esperaba que pudieran llegar al “Cuarto Sellado del Rey” sin que nadie saliera herido.

Principalmente, estaba preocupada por Akari y Olivia.

—Bueno, vamos —Elliot rió incómodo y tomó la delantera.

Akari y Olivia le siguieron inmediatamente. Las siguió Tiararose, mientras que Aquasteed y Grail cerraron la marcha.

Las mujeres, que no eran fuertes en combate, quedaron en el centro.

Después de caminar un rato, el camino se dividió en dos. De inmediato, las voces de Akari y Olivia gritaron al mismo tiempo.

— ¡A la derecha!

—… ¿Se debe al poder de la Oración Sagrada, Señorita Akari? —Elliot la miró con sospecha.

—Oh… —Akari pensó por unos momentos, y asintió como si no hubiera pasado nada. Tiararose sonrió y pensó en lo conveniente que era tener el poder de la Oración Sagrada.

Al mismo tiempo, estaba celosa de esas dos personas, por haber logrado jugar el escenario oculto del Rey Hada en sus vidas pasadas.

♦ ♦ ♦

Caminaron por casi una hora.

Entonces, al final del largo camino, vieron una luz. Había una elegante puerta con dos lámparas a sus lados en forma de flores. La pared misma, tenía grabados de Hadas que parecían estar protegiendo algo.

—Realmente está aquí…

Elliot no había estado convencido del todo, hasta ahora, así que su mandíbula se cayó cuando la vio. Y, entonces, rápidamente comenzó a escribir en un cuaderno que trajo con él.

Todos parecen tan emocionados.

Por supuesto, como se trata de un evento del juego, ella también tenía curiosidad. Aun así, Tiararose no veía por qué necesitaban apresurarse tanto…

E incluso involucraron a Aquasteed y Grail. Sentía que ya les estaba causando suficientes problemas con la pérdida de su memoria.

—Ahora ¡vamos, princesa Tiara! Estoy segura de que tus recuerdos regresarán aquí.

— ¿Huh…?

Akari tiró de la mano de Tiararose, mientras tocaba la puerta, la cual se abrió suavemente.

Dentro del cuarto había un altar en el centro. Las paredes de la habitación circular estaban cubiertas con pinturas de humanos y Hadas viviendo juntos felizmente.

El “Cuarto Sellado del Rey”. Tiararose y los demás lo encontraron fácilmente.

—… ¿Quién eres?

— ¿Huh?

Tiararose había estado mirando el altar cuando la voz de Aquasteed resonó detrás suyo. Él también había estado mirando el altar, pero ella no podía ver a nadie.

Mientras Tiara se preguntaba a qué se refería, Akari y Olivia jadearon.

Ah, ya veo. Es parte de la historia del juego.

La expresión de Grail no había cambiado, pero la mirada confundida de Elliot mostraba que él tampoco podía ver a nadie. Al igual que las dos mujeres que estaban emocionadas.

—Señorita Akari, ¿esto e-es…?

—Shh, ¡guarda silencio, Tiara! —Dijo Akari, y el cuarto se llenó de silencio.

Aquasteed estaba agradecido, ya que ahora podía pensar sobre el Anillo que traería los recuerdos de Tiararose de vuelta.

¡No! ¿Siquiera es posible hacer uno aquí?

No estaba seguro de por qué lo pensó, pero algún tipo de instinto en su interior se lo hizo saber.

—Un invitado en el cuarto. Han pasado años…cientos de años.

— ¿Quién es…?

—Bienvenido, descendiente —dijo el hombre, interrumpiendo a Aquasteed. Entonces sonrió.

Tenía el cabello azul oscuro como Aquasteed, atado. Sus ropas eran blancas y lucían fuera de ese tiempo. Vestía una larga capa que se extendía en el suelo bajo sus pies.

Aquasteed miró al rostro ilegible detrás de la sonrisa y pensó en cuán diferente parecía esta persona comparado con él.

— ¿Hace cuántas generaciones fuiste el rey…?

—Para ser preciso, fui el primero.

—Pheles Marineforest —dijo Aquasteed de inmediato.

—Bien dicho —respondió el viejo rey.

Nunca olvidaría el nombre del primer rey.

—Ha pasado tiempo, Grail.

—Ah, te ves bastante bien, Phel.

Por un segundo, Aquasteed quedó estupefacto, pero rápidamente se dio cuenta de que era obvio. A diferencia de los humanos, los Reyes Hada viven por un largo tiempo. No sería sorprendente que estuviese vivo desde antes de que Marineforest se estableciera.

De alguna manera, Grail lucía feliz cuando él llamó su nombre.

Deben haber sido muy cercanos.

Se decía que hace tiempo las Hadas y humanos eran mucho más cercanas de lo que son ahora. Aquasteed creía que se debía al poder del viejo rey.

Deben haber trabajado mucho más duro en ese entonces, para lograr ser amados por las Hadas. La mayoría de los documentos del Castillo eran viejos, con sólo unos pocos recientes. Pero quizás, eso no era tan sorprendente.

El primer rey no sólo construyó Marineforest, sino que fue aceptado por los Reyes Hada. Aquasteed no podía hacer nada más que respetarlo.

—Así que mi descendiente tiene el Anillo de Grail, pero, ¿quién tiene el de Pearl?

—Mi esposa.

—Oh, ya veo. Ahora que lo pienso, todavía no pregunté tu nombre.

Pheles miró a Aquasteed y Tiararose, y ofreció su mano. El príncipe la sacudió, mientras daba su nombre.

—Aquasteed, ¿eh? Es un buen nombre.

—Gracias.

—Y esta es Tiararose. Ya veo. ¿Y dices que es la única en ser bendecida por Keith? Qué maravilloso —Pheles miró a Tiararose sorprendido y dijo —Keith debe haberse vuelto blando.

—Para nada —replicó Grail rápidamente.

— ¡Eso pensé!

Pheles aplaudió con fuerza y rió. Repentinamente, lucía algo infantil. Aquasteed lo observó, mientras se preguntaba cuál sería su verdadero ser.

¿Y por qué el primer rey estaba aquí?

Seguramente, él no es el monstruo que fue sellado.

Aquasteed se preguntó si estaba allí para vigilar al monstruo. Pero, considerando que en este lugar uno podía crear los Anillos, quizás su presencia se relaciona con eso o podrían ser ambas.

—…Ahora…

Pheles chasqueó los dedos y en un instante, el altar en el cuarto se transformó en un trono. Aquasteed escuchó a Tiararose y las demás jadear detrás suyo, y se preguntó con sospecha qué sucedería después.

No pensaba que debieran temer a algo malvado, pero todo era impredecible.

Nunca antes sentí que una sonrisa me pudiese causar tanto miedo.

—Hmm, qué mal que los otros no puedan verme.

—Eres un fantasma, Pheles. Sólo algunas personas pueden verte —le consoló Grail, mientras Pheles se quejaba.

Aquasteed no se sorprendió al escuchar que era un fantasma. Ya que no era posible que un humano viviera por tanto tiempo.

—Aquasteed Marineforest.

—Sí.

—Aquí podrás hacer un Anillo. ¿Es por eso que viniste? —La voz era clara y parecía no aceptar ningún rechazo.

Por supuesto, la respuesta fue afirmativa, pero como el príncipe heredero de este país, necesitaba asegurarse de algo.

—Déjame preguntarte algo primero. Escuché que hay un monstruo aquí…

—Está bien. Está sellado y no se despertará.

—Ya veo. —Aquasteed suspiró de alivio, y miró directamente a Pheles.

—Tiararose perdió sus recuerdos cuando se puso el Anillo de la Reina del Mar…deseo hacer un Anillo Real para recuperarlos.

Estaba preocupado de que fuera a rechazarlo. ¿Hacer un anillo por una mujer?

Sin embargo, cuando miró a Pheles, se dio cuenta de que no era el tipo de persona que diría algo como eso.

—Muy bien —dijo Pheles de inmediato e instó a Aquasteed para que se acercara. Él caminó hacia el trono y se arrodilló.

Pheles rió satisfecho y dijó el nombre de Tiararose.

Como el Anillo es para ella, ¿no sería lo mejor tenerla cerca? —Explicó al mirar a Aquasteed.

Grail trajo a Tiararose y puso una mano en su hombro gentilmente.

— ¿Uhh…? —Ella estaba confundida, pero obedeció voluntariamente.

En el siguiente instante, su cabello voló en el aire y el viento sopló en el cuarto donde antes no había. Entonces, al ver a otra persona, sus ojos se abrieron.

— ¿Hay dos…príncipes Aqua?

—Soy Pheles Marineforest. El primer rey de este país, Tiararose.

— ¡Lo lamento! Soy Tiararose Lapis Marineforest. —Tiararose hizo una reverencia de inmediato y se arrodilló.

—Suficiente de formalidades. Ahora, vamos a hacer un Anillo.

Este no es el final, ¿verdad?

Al anunciar esto, Pheles sonrió de una forma que lucía igual a la de Aquasteed. Parecía muy feliz y te hacía olvidar que había un monstruo sellado cerca.

— ¡Ah, es cierto! Tiararose, no debes preocuparte.

—Yo, uh…

—No te preocupes del monstruo. Está sellado y no saldrá.

—Pero…

—Estoy feliz de que te preocupes por Marineforest. Podrás verme y escucharme siempre que Grail esté tocándote.

—Entiendo, lamento mucho que tenga que hacer esto, Rey Grail.

— ¡Oh! No me importa.

Después de este intercambio, Pheles llamó a la pareja para que se acercara.

—Ahora, Tiararose. Dale tu mano izquierda a Aquasteed.

Ella asintió e hizo lo que le dijeron. Aquasteed la tomó y la besó suavemente. Sus ojos usualmente eran amables y serios, pero ahora lucía como una persona diferente. Parecía estar nervioso y eso la hizo tragar con fuerza.

—Cierra tus ojos —le dijo Grail, mientras quitaba su mano de su hombro. Ella obedeció.

Ahora que no podía ver nada, lo único que su mente registraba era la calidez de Aquasteed, mientras él sostenía su mano. Su corazón comenzó a latir con fuerza, se preocupó de que los demás pudieran escucharlo.

—Yo, Pheles Marineforest, le entrego el Anillo Real a Aquasteed Marineforest.

Los dedos de Aquasteed trazaron el dedo izquierdo de Tiararose, donde se encontraba su anillo de bodas. Sin embargo, a través de su piel, ella sintió otro anillo.

El original y uno nuevo.

—Las palabras del voto… ¿Estoy seguro de que las sabes? —Le dijo el primer Rey.

— ¡Oh! Estrellas que observan las tierras de Marineforest. Yo, Aquasteed Marineforest, hago este voto. Aunque las tierras que sostienen este reino caigan con las estrellas, el brillo de este anillo nunca se desvanecerá…

En cuanto terminó de hablar, el anillo en la mano izquierda de Tiararose comenzó a brillar con fuerza.

3 respuestas a “Villana mimada por el príncipe vecino – Capítulo 59: El Anillo de Aquasteed”

  1. Qué bonito, el primer rey es como Aqua pero antiguo :v y con pelo largo (creo, porque decía que lo tenía “atado”), ya me lo imagino 😊
    Gracias por el cap.

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