El Perseguido – Capítulo 26: Regalando cenizas de hueso

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya

Corregido por Shiro


Chi Yan observó al primer pasajero que estaba a dos filas de él. La ventana reflejaba la cara del mismo, era completamente anodina al punto que nadie la recordaría después de verla, una expresión aburrida, un par de ojos mirando fijamente a través del cristal.

Aunque inmediatamente después se le puso la piel de gallina. De repente notó algo. Ese hombre no estaba mirando por la ventana. ¡En cambio, estaba utilizando el reflejo de la misma para verlo!

Chi Yan alcanzó su pecho por reflejo, pero no podía sentir nada ahí.

Las cenizas de hueso de Ye Ying Zhi él las había tirado horas antes. El jade espiritual había perdido la mayor parte de su efectividad. El Sr. Tang ya había sido arrastrado a una situación deplorable y casi muere. Bastaba con decir que no tuvo tiempo para preparar ningún artículo de protección de vida antes de irse.

Realmente no debería haber sobreestimado su suerte. Con su constitución, encontrarse con un autobús fantasma mientras corría afuera en la oscuridad de la noche realmente no era tan sorprendente. En el fondo, sabía que ningún espíritu o demonio se había atrevido a acercarse porque estaba al lado de Ye Ying Zhi durante casi todo el año, estuvo tan tranquilo en ese lapso de tiempo que bajó la guardia por completo. Sin mencionar que toda su atención estaba en el gran jefe que lo esperaba en casa, naturalmente, no había tenido oportunidad para pensar en protegerse contra los alevines pequeños.

Inesperadamente se subió a un autobús fantasma. Era difícil escapar de este tipo de situación. Quién hubiera pensado que antes de ver a Ye Ying Zhi, moriría aquí.

Además del miedo, se sintió un poco arrepentido.

Incluso si el final es el mismo, preferiría morir en manos del tercer maestro Ye.

—Lo siento. No pude cumplir mi promesa —murmuró en silencio.

Chi Yan levantó las comisuras de sus labios, su sonrisa reveló un poco de amargura.

En ese momento, el vehículo se detuvo. Las puertas se abrieron y el viento de la noche entró de repente, soplando ese aire que induce al sueño.

Chi Yan miró sorprendido, pero sus manos aún estaban apretadas con los puños cerrados, sin atreverse a caminar descuidadamente, quién sabía si estaban en la tierra o en el infierno, si el recién llegado era humano o algo más.

Ninguno de los “pasajeros” se movió.

Una persona abordó casualmente el autobús. Llevaba algo parecido a la ropa de Chi Yan, una camisa blanca de manga corta y un pantalón negro, como si fuera un empleado de oficina normal. Pero sus manos estaban vacías, y parecía completamente despreocupado y libre del cansancio común de un trabajador. Además, su aspecto era sobresaliente y tenía un aura imponente, claramente no era alguien con quién jugar.

Cuando Chi Yan lo vio, sin darse cuenta soltó sus puños fuertemente apretados.

La repentina aparición de quien solía hacerlo sentir estresado, nervioso, asustado y temeroso hizo que ahora suspirara de alivio. En resumen, este vehículo fantasma y su extraño espectáculo ya no merecían su miedo.

A pesar de todo, olvidó de momento que este era el espíritu maligno más fuerte que había conocido en toda su vida.

La palabra “Ye” quedó atrapada en su garganta. Chi Yan lo observó con los ojos muy abiertos mientras el hombre se iba acercando a él con cada paso que daba. Al final, incluso se sentó en el asiento junto a él.

Era como las otras “personas” en el autobús, sin sombra.

—¿Por qué estás aquí? —le preguntó Chi Yan, volviéndose hacia él.

—No estabas en casa a pesar de que es muy tarde, así que vine a buscarte. Alguien podría secuestrarte. —Ye Ying Zhi respondió como lo haría un marido normal y preocupado. Él continuó—: No regresaste después de tanto tiempo. Pensé que podrías haberte arrepentido otra vez. ¿Quién hubiera pensado que serías tan tonto como para subir al autobús equivocado? —habló mientras lo observaba con ojos sonrientes, riendo. Era como si fueran una pareja de amantes, y esas cosas que sucedieron, nunca hubiesen ocurrido.

La forma en que sonrió fue especialmente carismática. Incluso como espíritu, era más guapo que las personas vivas. Chi Yan vio su sonrisa y no pudo evitar ponerse rojo.

El vehículo siguió avanzando sin un solo tirón, su luz incandescente seguía siendo la misma pálida de muerte, sus pasajeros todavía estaban completamente rígidos, sus ventanas seguían siendo un escenario nebuloso de tono negro. Sin embargo, ya no se dio cuenta de estos detalles.

A él no le importó. Después de todo, Ye Ying Zhi estaba a su lado.

—Ye Ying Zhi… —Abrió la boca, con ganas de continuar, pero Ye Ying Zhi extendió su dedo índice derecho y lo presionó contra sus labios para evitar que lo hiciera y con su mano izquierda lo ayudó a levantarse.

Chi Yan se dio cuenta de que justo después de hablar, el autobús se había detenido sin que él lo notara. La puerta lateral se abrió. Ninguno de los otros pasajeros se movió. Solo el hombre a su lado se puso de pie para sacarlo de allí.

Justo afuera estaba la pequeña arboleda en el parque que estaba a 2 cuadras de su casa.

Qué fascinante parada de autobús.

Ye Ying Zhi continuó guiándolo hacia el interior del bosquecillo.

—Ye… Ye Ying Zhi. —Finalmente logró emitir un sonido, mirándolo cautelosamente—. ¿Vas a comerme?

Escuchó acerca de leyendas de espíritus malignos que devoraban gente antes. En cuanto a Ye Ying Zhi, no parece que sea de los entes comunes que tratan de buscar sustitutos. Como él fue quien tomó las cenizas de hueso, probablemente necesitaba pagar su deuda con toda su carne y hueso.

El aludido se volvió para mirarlo con una sonrisa que no alcanzó sus ojos.

Chi Yan pensó que era una confirmación silenciosa y dudó un poco antes de susurrar una súplica:

—¿Puedes no comerme aquí sino en casa?

Incluso si él había sido el primero en perjudicar al otro, todavía era codicioso y quería preservar un poco de dignidad. No quería convertirse en un cadáver en la naturaleza.

Luego Ye Ying Zhi cambió de dirección, llevándolo a casa.

—Está bien, comeré en casa.

Aunque originalmente quería llevarlo a pasear por el parque.

♦ ♦ ♦

Solo después de llegar a casa y mirar su reloj fue que se dio cuenta de que ya era la 1 de la mañana.

Luego de entrar, Chi Yan lo siguió mirando con ansiedad.

No sabía cómo los espíritus malignos comían a las personas, dónde mordían primero, si devoraban las personas vivas o si las mataban antes de hacerlo, o si dolería.

—Ve a lavarte. ¿Por qué estás atontado?

—Oh… —contestó Chi Yan antes de seguir la orden que le acababan de dar.

Luego Ye Ying Zhi lo hizo subir a la cama. Él obedeció y se sentó ingenuamente en ella, distraídamente acariciando las sábanas de color beige. Si lo comían en bocados separados, ¿se iban a ensuciar las sábanas? Aunque realmente le gustaban las que estaban puestas.

Ye Ying Zhi lo siguió, demasiado perezoso como para hablar esta vez. Lo metió directamente bajo las sábanas y apagó las luces del dormitorio.

—¿Ye Ying Zhi? —lo llamó por su nombre, no tenía idea de qué hacer a continuación. Su voz sonaba especialmente cálida en la oscuridad de la tranquila noche.

—Duerme. No te comeré hoy. Es demasiado tarde. ¿No tienes que trabajar mañana? No te preocupes, esperaré hasta mañana.

Ye Ying Zhi vio su cara somnolienta y no pudo evitar reírse. Antes en su rostro claramente se apreciaba un miedo mortal. En cambio ahora, recostado a su lado aún podía dormir profundamente.

Completamente sin reservas, indefenso.

Al día siguiente, Chi Yan se despertó con el olor del desayuno como de costumbre.

Ye Ying Zhi levantó su dedo índice y asomó la frente, dejando un rastro de frialdad.

—Levántate. Ya son las 7:30 a.m.. Si llegas tarde al trabajo, deducirán tu bono, ¿verdad?

Se incorporó de inmediato, sin saber si temerle a Ye Ying Zhi o a las deducciones adicionales.

Junto a la cama estaba un conjunto de ropa nueva recién lavada y planchada. Las prendas que usó durante los días que estuvo con Tang Guangyuan ya habían sido guardadas.

Mientras desayunaba, Ye Ying Zhi solo le entregó su maletín con su teléfono, billetera, llave del auto, etc., adentro.

Chi Yan nunca se había imaginado que algún día, el hombre llamado “tercer joven maestro” se convertiría en su asistente personal. Se frotó la nariz, abrazó su bolsa, observándolo como lo haría un pequeño animal sentado en la silla.

—Después de salir del trabajo, recuerda comprar ingredientes. Debes llevar más vegetales y menos carne.

—Si.

—Necesitas estar muy saludable para que yo te coma.

Incluso con lo tonto o despistado que era, aún fue capaz de entender que cuando Ye Ying Zhi dijo “comer” solo lo estaba engañando.

Pero si no quería su carne o su vida, entonces realmente no sabía qué quería hacer el tercer maestro Ye.

En ese momento, el hombre se levantó y caminó detrás de él, atándole algo alrededor de su cuello. Sus dedos estaban un poco fríos, pero era como una persona normal que había nacido con una temperatura central más baja. No estaba helado, sino que estaba dentro del rango aceptable para una temperatura corporal humana.

Chi Yan bajó la cabeza y vio una pequeña botella de porcelana extremadamente familiar.

Sabía que contenía las cenizas de hueso de Ye Ying Zhi.

Pero esta vez, el dueño se las estaba regalando personalmente, e incluso se las puso.

Sintió que Ye Ying Zhi se inclinaba y le susurraba al oído.

—Esta vez, cuídalo bien. No tienes permiso para quitártelo. Y definitivamente, no está permitido tirarlo.

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