Traducido por Shisai
Editado por Sakuya
Corregido por Shiro
Cinco años después, Chi Yan ayudó con éxito a la compañía de su tío a superar la crisis bajo la dirección de Ye Ying Zhi, tras lo que se estableció en la ciudad de Shiming con naturalidad.
Du Mingjing quería darle algunos consejos al principio, pero pronto descubrió que los métodos de su sobrino eran extraordinarios; la situación estaba fuera de su alcance, y, así, le dio libre reinado. En secreto, sospechaba que ese pequeño bribón había estado ocultando sus habilidades todo este tiempo, las cuales reveló porque no podía soportar ver a su tío en una situación tan desesperada.
Al inicio, independientemente de cuán grande o pequeño fuera el problema, Chi Yan siempre le pedía su opinión a Ye Ying Zhi, dejándolo tomar todas las decisiones. Sin embargo, más tarde, a medida que se fue familiarizando con el trabajo, tuvo la capacidad de decidir por sí mismo, consultando a su amado solo las tendencias generales. Toda su persona parecía haber pasado por una transformación, siendo incluso su temperamento distinto a como era antes. Poco a poco, se convirtió en el nuevo y famoso talento de ciudad de Shiming.
No obstante, tal y como dijo Ye Ying Zhi, las riquezas y la fama son cosas transitorias. No estaba de acuerdo con que otros asuntos ocuparan demasiada energía y atención de Chi Yan, por lo que, optó por que este se tropezara de vez y cuando y fuese puliendo sus habilidades de manera lenta aunque segura.
Pero sus vidas diarias no estaban exentas de conflictos.
Por ejemplo, una vez Chi Yan terminó de asistir a una cena a las once de la noche y regresó tarde a la casa que recién había comprado en la ciudad de Shiming.
Después de estacionar el auto en el garaje, caminó hacia la puerta principal, pero nadie le abrió. Chi Yan estaba un poco intoxicado, pero, esto le hizo ser consciente de que la persona que estaba esperándolo en casa, debía estar enojada. Gracias a dios había recordado llevar consigo sus llaves.
Usando la llave, entró y, justo cuando cerró la puerta y estaba a punto de encender las luces, la habitación quedó iluminada en un tono mortalmente pálido, en lugar de la calidez amarillenta original, tal y como en una película de terror. Incluso se oía el zumbido silencioso de la electricidad. La espaciosa sala de estar había quedado envuelta en una atmósfera sombría, siniestra y aterradora al extremo, dando la sensación de que un fantasma vengativo y malvado podía aparecer de la nada.
Si hubiese sucedido al inicio, Chi Yan se habría muerto de miedo, pero después de convivir con Ye Ying Zhi durante siete años, ya no había nada qué temer.
—Ye Ying Zhi, si rompes la bombilla con tu parpadeo, será mejor que la cambies para mañana —dijo con calma, deteniéndose junto a la entrada para quitarse los zapatos.
Esas palabras parecieron generar un cambio. El espeluznante parpadeo se detuvo al instante y una cálida luz inundó la sala de estar.
Acto seguido, un par de fuertes brazos helados abrazaron su cintura desde atrás, y un gélido aliento golpeó su cuello.
—Un chico tan malo, debe ser hoy castigado.
—Está bien, está bien, me equivoqué —le siguió el juego, levantando sus manos en señal de rendición—. Castígame como quieras, como tú quieras…
No era como si pudiera escapar, además, resistirse era en vano, y ni siquiera eso quería hacer. En su lugar, tomó la iniciativa y se dio la vuelta, envolviendo el cuello del otro con sus brazos.
♦ ♦ ♦
En el segundo piso de la casa, había una habitación que siempre estaba cerrada. Nadie tenía permitido entrar, ni siquiera la ama de llaves que allí trabajaba.
Tiempo después, un ladrón de poca monta atacó distintos hogares dentro de ese distrito de villas. Luego de tener éxito en algunas oportunidades, se decidió por la casa de Chi Yan, enfocándose específicamente en esa habitación cerrada. Entonces, tras invertir una gran cantidad de esfuerzo y conseguir entrar, se encontró con una sala de luto. Había un altar en el centro, y sobre este una ofrenda y una placa negra con letras doradas que decía: Aquí yace el espíritu de Ye Ying Zhi del Clan Ye.
—¿Por qué entraste a mi sala de luto? —preguntó una voz indiferente, asustándolo.
El ladrón giró la cabeza para mirar a su alrededor. No había nadie. Al final, llamó a la policía para que se lo llevaran.
Cuando vio llegar a los policías, lloró como si fuesen sus familiares los que hubiesen ido por él, y les dijo que había un fantasma y rogó que se lo llevaran.
♦ ♦ ♦
Con el tiempo, Chi Yan se convirtió en el famoso soltero dorado de la ciudad de Shiming, nunca contrayendo esposa. Y no solo nunca tuvo esposa, tampoco se le conoció ninguna relación ambigua con alguien.
Sin embargo, cada día de San Valentín, cumpleaños y otras ocasiones especiales, cuando había oportunidad, reservaba una habitación privada en un restaurante que le gustaba, donde organizaba dos juegos de utensilios y pedía comida para dos, aunque al final comiera solo él. Quienes sabían de esto, quedaban siempre muy confundidos.
Luego, comenzó a correr un rumor. Según las confesiones borrachas del mejor amigo del presidente Chi, este una vez tuvo un amor inolvidable. Sin embargo, ese amante falleció y, desde entonces, tomó la firme decisión de vivir su vida solo y nunca volver a hablar de dicho amor.
Chi Yan admitió en silencio este rumor, y sus labios quedaron sellados respecto a ese tema luego de ello.
Por supuesto, la verdadera razón por la que mantuvo la boca cerrada fue porque tenía miedo de equivocarse y revelar algo contradictorio. Después de todo, no conocía los detalles de la trama de Xu Jiang ni lo que realmente le dijo a todos.
En realidad, Chi Yan no sabía cómo celebrar ocasiones especiales. Para parejas normales, los cumpleaños, los días de San Valentín chinos y occidentales, Navidad, Año Nuevo, aniversarios de primera reunión y aniversarios de bodas ya eran más que suficientes. Sin embargo, el tercer joven maestro no solo cumplía años, también un día funerario, y no solo había días festivos humanos, también de fantasmas.
Para expresar su afecto, Chi Yan reservó una mesa para dos en el restaurante favorito de Ye Ying Zhi durante cada Festival Fantasma por tres años consecutivos.
Esto hizo que todos los camareros de ese restaurante levantaran las cejas.
¿Una persona normal haría algo como esto? A pesar de que su amor más querido ha fallecido… No hay necesidad de reservar específicamente una mesa para dos cada Festival Fantasma y comer solo en conmemoración de los muertos, ¿verdad?
Los presentes no pudieron evitar ver a Chi Yan con un toque de reverencia y miedo, como si su presencia provocara un escalofrío. Ese día, todos los camareros que lo atendieron temblaron de miedo, sin siquiera atreverse a mirar hacia el asiento vacío, ya que la sensación persistente de que alguien estaba allí sentado los embargaba.
Al final, fue Ye Ying Zhi quien le dijo con una sonrisa:
—¿Qué tal si pasamos festivales de fantasmas en casa de ahora en adelante?
Ese año, para el año nuevo chino, Chi Yan llevó a Ye Ying Zhi a un pico cercano por la noche para ver fuegos artificiales.
Bajo el brillante despliegue de fuegos artificiales, el perfil de Chi Yan parpadeó transitoriamente debido a los fragmentos chispeantes en el cielo.
—Ying Zhi, ya han pasado siete años —dijo mirando a su amado.
—No importa cuántos años. Mientras vivas, estaré a tu lado. —Ye Ying Zhi se apoyó contra él y lo atrajo a sus brazos—. A-Yan, Feliz Año Nuevo.
Cuando solo quedaban veintiún píldoras en la botella, Chi Yan sabía que su tiempo estaba llegando a su fin.
Chi Yan yacía enfermo en su cama, y sostenía la mano envejecida de su amante canoso.
—Ying Zhi, ¿es momento de que parta? —preguntó con tono pacífico.
Ye Ying Zhi no tenía que envejecer, pero utilizó algún método desconocido para que su apariencia coincidiera con la de su amado con el paso del tiempo.
—Sí —respondió también con tranquilidad y sosteniendo su mano con fuerza.
—¿Vendrás conmigo?
Ye Ying Zhi se inclinó hacia Chi Yan y le susurró con suavidad al oído como lo hizo cuando eran jóvenes.
—Lo haré. No importa adónde vayas, te acompañaré.
Chi Yan sonrió, finalmente aplacado, y cerró los ojos.
Lo siento, Ye Ying Zhi. Te hice esperar durante tantos años, pero todavía quiero egoístamente que me acompañes.
♦ ♦ ♦
En la interminable eternidad existe un número infinito de mundos. Hay mundos que nacen a cada minuto, incluso a cada segundo. Hay otros que se destruyen a cada minuto, incluso a cada segundo. Algunos son extremadamente similares, mientras que otros son muy diferentes. Cada mundo sigue su propio camino.
Incluso dentro del mismo mundo, la decisión de una sola persona, de no seguir el camino preestablecido, puede crear un nuevo mundo. Quizás existas en este mundo, pero, en otro, donde ninguno de tus numerosos antepasados de la 18va generación nació,naturalmente, no existirás.
Las leyendas dicen que estos mundos infinitos existen en la forma de un largo río en la eternidad; fluyendo sin fin.
Las leyendas dicen que las almas circulan entre estos mundos infinitos, hasta que un día, agotan su energía y desaparecen permanentemente.
Miles de millones de almas e innumerables mundos. A ojos de la eternidad, no son más que un pequeño grano de existencia.
♦ ♦ ♦
Dentro del dormitorio de una universidad, llamaron con suavidad a la puerta. Chi Yan despertó, sobresaltado, de un sueño no muy agradable.
Recordaba vagamente el bodhisattva autodisciplinado y compasivo, y el cuerpo frío que lo abrazaba con fuerza.
—¿Quién osa tocar tan temprano en la mañana? —gritó impaciente, sin abrir los ojos. No esperaba una respuesta. Después de todo, a menudo estaba solo en esa habitación para dos personas.
¿Quién hubiera pensado que una voz indiferente respondería?
—La flor de durazno que adeudas.
Los ojos de Chi Yan se abrieron de golpe y miró la otra cama, pero no había nadie. Entonces, observó a su alrededor y vio a su compañero de cuarto arreglando su manga con los ojos entrecerrados. Parecía que acababa de despertarse no hace mucho; su cuello abierto exponiendo parte de su pecho pálido, aunque musculoso.
Probablemente, él había sido quien le había respondido al azar.
—Ye Ying Zhi, ¿volviste ayer? —lo saludó con una sonrisa radiante.
El otro chico, aunque sonrió, no parecía estar sonriendo, y levantó la cabeza para mirar al joven de mirada soñolienta.
—Sí. Probablemente sea mejor que abras la puerta primero. Además… parece que tuviste un maravilloso sueño húmedo anoche.
¿Qué sueño mojado? ¡Obviamente fue una legítima pesadilla!
Chi Yan era demasiado perezoso como para negarlo.
—Un momento, ya voy —gritó en su lugar a quien estuviera en la puerta. Agarró con prisa una camiseta y pantalones, se los puso en un instante y se dirigió hacia la puerta mientras se peinaba con los dedos.
Parada afuera, estaba Gu Xixi.
¿Cómo supo que era Gu Xixi? ¿Acaso no abrió la puerta a propósito para que lo hiciera yo?, maldijo en secreto.
Gu Xixi ladeó la cabeza con una sonrisa en su rostro y levantó la bolsa de plástico en su mano.
—Hermano Chi Yan, te traje el desayuno.
Hacia una chica que lo perseguía de manera tan persistente, Chi Yan no tenía el corazón para rechazarla, por lo que le agradeció de buena manera.
Gu Xixi parecía querer entrar y conversar un rato. Sin embargo, al asomarse y ver a Ye Ying Zhi sentado junto al escritorio cuando Chi Yan se movió hacia un lado, se detuvo de inmediato.
—Hermano Chi Yan, veo que tu compañero de cuarto todavía está aquí. No te molestaré, entonces. Hasta luego —dijo con una leve sonrisa.
A Chi Yan le pareció que Ye Ying Zhi debió asustarla, ya que su expresión era como si advirtiera a todos que no se acercaran a menos de mil metros de él. Por lo general, tanto hombres como mujeres, de manera inconsciente, sentirían ternura hacia una joven belleza como Gu Xixi. Sin embargo, su compañero de cuarto parecía aborrecerla un poco. Cada vez que la veía, su rostro bajaba unos tres grados de temperatura en comparación a cuando veía a otros, y esta parecía ser la causa del terror que esta chica sentía hacia él.
Ye Ying Zhi no era mayor que Chi Yan, pero, aun así, él también escuchó rumores de este hombre frío y distante que, en apariencia, trataba a todos con indiferencia.
No obstante… Chi Yan no podía evitar sentir que Ye Ying Zhi, en realidad, era bastante gentil con él, aunque este no fuese más que un pensamiento delirante y descarado. En ocasiones pasadas, ha reído con él… No, la verdad, reía bastante a menudo en su presencia, y hasta ha llegado a burlarse de él.
—Ying Zhi, comamos el desayuno juntos —dijo, tomando el desayuno que Gu Xixi le entregó.
Ye Ying Zhi todavía sonreía de manera peculiar.
—¿Cómo puedes atreverte a comer cosas al azar? Sándwiches de carne como esos bien podrían estar rellenos de carne humana.
El sándwich de carne, originalmente caliente y delicioso en su mano, de repente se convirtió en algo difícil de tragar.
—¿Cómo podría ser tan fácil encontrar carne humana…? —intentó refutar.
Ye Ying Zhi asintió, mostrando que estaba de acuerdo.
—También podría ser carne de ratas.
Chi Yan perdió por completo su apetito.
En ese momento, Ye Ying Zhi sacó una olla arrocera.
—Cociné a fuego lento y al vapor un poco de gachas con piña ayer por la tarde antes de volver y también calenté algunos bollos rellenos de carne que traje de casa. Comamos juntos.
Gachas con piña y bollos de carne de res, por no mencionar que fueron hechos personalmente por Ye Ying Zhi…
En un instante, Chi Yan se rindió sin una pizca de resistencia.
Ye Ying Zhi se sentó a su lado y lo vio comer con una leve sonrisa.
—¿Por qué no estás comiendo? —preguntó Chi Yan avergonzado.
—Comí antes de que despertaras. Come —le respondió, aún sonriente.
¡Qué cálido y gentil! Definitivamente no es un tipo frío y distante. ¡Incluso trajo su propia olla arrocera multiusos a la escuela para cocinar!
La imagen del Príncipe de Hielo del departamento de filosofía, se hizo pedazos en su mente.
Chi Yan asintió y continuó comiendo, sin siquiera percatarse de cuando su compañero de cuarto usó una servilleta para recoger la bolsa de plástico que contenía el sándwich de carne y la arrojó a la basura.
Super enamorada de su primera vida TT
A ver que nos depara esta jeje
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