La Legión del Unicornio – Capítulo 16: El taller de Mageless

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné


Tal como Caín había predicho, temprano a la mañana siguiente, el Ministro de Finanzas tomó la iniciativa de enviar una cálida carta de bienvenida. El contenido de la carta elogiaba el éxito de la Legión del Unicornio en su primera misión, al mismo tiempo que indicaba que apoyaría plenamente sus futuros esfuerzos. Junto con la carta había una lista de suministros militantes, todo en la lista, podía ser adquirido a través de canales reales y, siempre que estuviera dentro de la cantidad indicada, el precio podría reducirse en una gran cantidad o incluso ser gratis.

—Parece que el duque Elmond era más rico de lo que imaginábamos —El caballero escaneó la lista sobre el hombro del elfo, silbando—. La variedad de cosas que podemos elegir es comparable a las de la Guardia Real. La armadura que usa Hazlett es en realidad sólo la tercera en la lista.

— ¿Basado en la calificación?

—No, en precio. —respondió el caballero, apoyando la barbilla en su mano—. El segundo lugar, Escamas de Dragón, está demasiado centrado en la defensa general, requiere de tres personas para ayudar a ponerlo. En cuanto al primer lugar, Ángel, con el peso y la protección que aporta ni siquiera se puede considerar una armadura completa, básicamente sólo se puede usar como decoración; digo, ¿quién querría usar en batalla algo cubierto con patrones de lirio y con un par de alas en la cabeza?

— ¿Y tu armadura? —preguntó el elfo con curiosidad.

El caballero tomó la lista, hojeando algunas páginas, señalando la última línea en la sección de armaduras pesadas.

—Aquí, armadura pesada de tipo universal, cinco monedas de oro y doce de plata. La mía fue comprada de segunda mano en el mercado negro, a ni siquiera a mitad de su precio original. Y, a pesar de eso, el vendedor todavía salió ganando. Esa cosa definitivamente había sido robada de un alma desafortunada que se desplomó al costado del camino, cuando la usé por primera vez, el olor a cadáver aún presente me hizo sentir como si fuera un caballero de la muerte.

—Antes, cuando te negabas a hablar con la gente, además de tener miedo de ser reconocido, también era por esta razón.

—Quizás —Con respecto a este tema, parecía que el caballero no quería decir mucho—. Por el lado bueno, gracias a esa armadura, soy inmune a cualquier ataque odorífero.

—Dado que debemos cambiarla tarde o temprano, no la uses hoy. —El elfo vio como la cara del caballero palideció de inmediato y agregó riendo—. No te preocupes, no pasaremos por la calle que va hacia el mercado.

El Taller de Mageless era la tienda de armas y equipamiento más famosa de la ciudad, no había ninguna otra que se le comparara.

Un mercenario no podía permitirse este tipo de productos caros, por lo que los clientes eran principalmente nobles de familias militantes. A lo sumo, las peleas a las que se enfrentarían serían sólo caza y competencias anuales, así como duelos para ganar algo de admiración femenina. Pero en términos de equipo, la inversión de cada persona podría ser igual a la de un ejército. Por un lado, era porque nunca se preocupan por el mantenimiento regular de la armadura, por otro lado, porque muchos artesanos comenzaron a satisfacer sus gustos, creando todo tipo de equipo que era hermoso y elaborado, pero casi sin sentido práctico, para venderlos como bienes materiales.

Pero el Taller de Mageless era popular, no sólo porque su artesano podía tallar patrones detallados incluso en la punta de las espuelas, sino que había otra razón determinante, el propietario del taller, el señor Mageless, era un enano.

Creado por un enano sugería misterio, magia y la tecnología más avanzada, más avanzada de lo que los artesanos humanos podrían seguir. Incluso mucho tiempo después de que la Era Legendaria hubiera terminado, esta palabra aún estaba llena de encanto.

Según las historias, el antepasado del señor Mageless era extraño incluso entre los enanos. Cuando los otros de su raza decidieron esconderse en las profundidades tierra, cortando todos los lazos con la sociedad humana, él guió a sus cinco esposas, dieciocho hijos y varios primos y parientes e insistió en quedarse en la Capital de Oro. Utilizó completamente el don de comerciante que corría por sus venas y esta habilidad fue heredada por el maestro actual del taller. Dado su éxito, el taller ya no vendía sólo armaduras; herramientas mágicas como cajas de joyas que eran más grandes en el interior, delicadas aves mecánicas para entregar cartas de amor, etc., todo tipo de productos se volvieron populares. Debido a las cantidades limitadas, los comerciantes del mercado negro pudieron ganar bastante de la reventa.

Pero el mayor avance del señor Mageless era un equipo específico que había sido exclusivamente diseñado para nobles. Desde los atributos hasta la apariencia (naturalmente, sobre todo por la apariencia), todo era hecho a pedido del cliente. Botas con suelas más gruesas para personas bajas, armadura ligera y ajustada que utilizaba materiales especiales para enfatizar el pecho, reducir la barriga cervecera o un mensaje de amor oculto en los patrones grabados para alguna dama. Cada pieza ayudaba a su propietario a ser el centro de atención en ciertos eventos. El precio, naturalmente, superaba con creces el de las armaduras funcionales.

Quizás algún artesano veterano podría dudar del señor Mageless, pensando que había abandonado el orgullo de ser un artesano, cambiando para buscar dinero sucio. Pero esa no era la verdad. Los productos creados por el Taller de Mageless, incluso si eran artículos comunes que se encontraban en todo el mercado, definitivamente eran los mejores entre todos los demás.

Decían que el señor Mageless tenía más de medio siglo, de barba gris y que no parecía ser tan acogedor como decían las leyendas. Mageless miró al elfo y a sus compañeros, tomando la lista.

—No tengo los materiales para esto, eso está agotado, esto ha estado fuera de producción desde hace mucho tiempo…

En un momento tachó la mitad de la lista y se las devolvió.

—No se molesten en ir a otros lugares de la ciudad para encontrarlos, de todos modos planean obtener sus productos de aquí. Para evitar problemas, los comerciantes que transportan materiales de artesanía cambiaron de trabajo, quién sabe cuándo volverán a comenzar la producción. Pueden mirar en la tienda para lo que queda.

Con respecto al comportamiento grosero del señor Mageless, al elfo no le importó, después de decir gracias, comenzó a buscar lo que restaba de la lista.

El sireno se sintió atraído por el ave mecánico en el estante y comenzó a interrogar implacablemente al señor Mageless, aunque este respondía sin entusiasmo. En cuanto al caballero de pie junto al elfo, tal vez porque el trauma de un evento en particular que había sucedido anoche aún no se desvanecía, permanecía inusualmente tranquilo en público.

—Caín, esta parece ser la única armadura que queda con atributos mágicos, ¿es adecuada para ti?

Santa Cruz, eso es lo que normalmente usan los paladines, no está mal. —respondió el caballero.

— ¿Y sobre tus armas?

El caballero echó un vistazo, sacudiendo la cabeza, —No puedo ver nada práctico, tampoco en cuanto al escudo, sólo usaré el viejo, ¿y tú?

—Hay algunos adecuados, —dijo el elfo con un poco de pesar—. Pero por alguna razón ninguno de ellos viene en un set…

— ¿Por qué preocuparse por eso? —El caballero extendió sus manos—. Ya no encantan las armaduras, por lo que tener un set no es útil.

—Pero por alguna razón ahora tiñen el cuero —respondió el elfo—. Probablemente sientan que así es más fácil esconderse en ciertos entornos.

—Ya veo —El caballero sonrió, mirando atentamente la lista—. Así que… mm, el efecto de las Botas de Desierto y el Cinturón de Tundra con los Pantalones de la Jungla junto con la Rodilleras de Lava y una Capa de Medianoche… Wow, eso es…

—Incluso si no me preocupara por la apariencia —el elfo respondió levantando una ceja—, en cualquier entorno esta combinación te haría un objetivo en movimiento.

—Está bien incluso si te preocupas. —El caballero respondió lentamente, mirando al elfo de pies a cabeza.

—Caín… no te imagines cosas extrañas. —respondió secamente el elfo.

— ¿Alguna vez alguien te dijo que, a pesar de que eres bastante inexpresivo cuando te enojas, tus orejas se levantan?

A pesar de ser difícil de detectar, sólo por un momento, las mejillas del elfo se tiñeron de un rosa pálido.

Luego dijo alegremente, —Caín… cuando regresemos, podríamos pasar por el mercado.

—Todo lo que digo es que los colores de la armadura no son permanentes, puedes solicitar que los cambien —El caballero dio marcha atrás de inmediato, respondiendo con una sonrisa—, mi señor.

El elfo lo miró estoicamente por un momento, antes de devolver su atención a la lista.

—Aunque no hay necesidad de que se una a la lucha, Shelly también necesita un equipo para protección. Su altura es similar a la de un enano, probablemente no sea posible encontrar un equipo tan pequeño en un taller humano. Señor Mageless, ¿tiene una armadura ligera para este niño?

Antes de que el enano pudiera responder, Shelly interrumpió, — ¿Por qué no una túnica de mago? Ya he probado con armaduras ligeras y son pesadas, ¿por qué se llama armadura ligera cuando es tan pesada?

Nemoné
Que buena pregunta Dorothy.jpg

Los ojos de señor Mageless se abrieron de par en par. — ¿Qué dijiste? ¿Dilo otra vez?

—Si es tan pesada, no debería llamarse armadura ligera. —Asintió el sireno.

—No, no, me refería a lo anterior. ¿Una túnica de qué?

— ¿Una túnica de mago?

—Túnica de mago, túnica de mago… —El señor Mageless murmuró esas palabras varias veces, revelando una expresión muy impresionada—. ¿Es usted un mago, señor?

—No —Shelly negó con la cabeza solemnemente—. Pero iremos a la Academia de Magos. Escuché que allí usan eso, ¿así que es lo que llamarías mezclarte con la multitud?

— ¡Van a la Academia de Magos! —El señor Mageless estaba tan emocionado que casi se desmayaba—. ¡Dios! ¿Por qué no lo dijeron antes? ¡Casi, casi les di algo de metal inútil a los señores que se dirigen a la Academia de Magos! ¡Por favor, esperen un momento! ¡Voy a buscar algunas cosas! —saltó, corriendo a la habitación interior casi tropezando en el camino.

— ¿La Academia de Magos… es tan famosa entre los enanos actuales? —preguntó el elfo confundido.

—No lo sé —El caballero sacudió la cabeza—. Normalmente aparte de las herramientas mágicas, los enanos no deberían estar relacionados con la magia.

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