La Reina que pretende ser independiente – Capítulo 37: Debajo del cielo estrellado

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya

Corregido por Sharon


[POV: Shane]

Llegó una invitación a la ceremonia nupcial de Urie. Aunque desafortunadamente no puedo asistir, planeo al menos enviar una carta y obsequios.

La invitación vino con una foto de la pareja: Urie y su amante. Él sonreía felizmente en la imagen, y la persona entre sus brazos era innegablemente un chico guapo.

Según la carta que Alex envió, Urie había ido a un orfanato para ofrecer condolencias de parte de la Orden de Caballeros. Allí, se había enamorado del joven a primera vista y parecía haber ganado su corazón.

En este momento parecía que habían ido a Orania para llevar a cabo su romance apasionado, aunque ese giro de la trama es algo que escuché de rumores.

Cuando le mostré esta imagen a Leo-sama, su reacción reveló que creía sin lugar a dudas que la alegría de Urie debía ser una mentira.

Aunque podrías decir que Leo-sama y yo habíamos confirmado nuestros mutuos sentimientos, no hubo un cambio repentino en nuestra relación.

Sin embargo, las recientes “Reuniones de Otelo”, antes poco frecuentes, se convirtieron una vez más en algo cotidiano.

Esas reuniones no tenían la sensación de “una batalla de ingenio” ni nada por el estilo. En cambio, tenían una atmósfera suave y tranquila donde Leo-sama y yo compartíamos besos de vez en cuando, frotando suavemente nuestros labios.

Esta noche también salimos a la terraza después de haber terminado nuestro trabajo.

Sentí que el cielo estrellado de este mundo, que en su mayoría carecía de iluminación artificial, era mucho más hermoso que las estrellas que había visto en Japón.

Hablar debajo de este cielo era una costumbre que comenzamos recientemente.

Hoy había preparado un licor agridulce hecho de cítricos.

—Me disculpo por haberte hecho esperar.

Le ofrecí a Leo-sama un vaso y me senté a su lado.

—Gracias. Las estrellas son tan bonitas como siempre.

—Lo son, ¿verdad? Cuando estaba en Orania, también solía mirar a menudo el cielo.

En aquellos días, miraba las estrellas sintiendo nostalgia y añoranza por Japón, pero ahora la soledad que había sentido se desvanecía gradualmente.

—Las flores de Orania son bastante bellas, ¿verdad? Shane, sé que te gustan las flores, pero ¿cuál consideras tu favorita?

Mi favorita definitivamente es la glicina. Pero… Todavía no he visto ninguna en este mundo. Incluso si trato de describirla, no tengo la confianza de poder transmitir la singularidad de su forma…

Mis pensamientos entonces se interrumpieron cuando recordé el libro ilustrado que traje conmigo desde Japón.

—Tengo algo precioso que mostrarte. Por favor, espera un poco.

Corrí de vuelta a mi habitación, y regresé con el libro ilustrado. Habían pasado siete años desde la primera vez que vine a este mundo, y después de haber abierto este libro en innumerables ocasiones, sus esquinas se habían redondeado. Aun así, la belleza de las imágenes todavía estaba en buen estado. Señalé la glicina dentro.

—Esta es la flor que más amo. Se llama ‘glicina’, pero desafortunadamente nunca la he visto en este lugar.

En el momento en que Leo-sama vio esta imagen que había sido iluminada por la magia, su expresión facial cambió ligeramente. Parecía algo sorprendido.

Pero en el siguiente momento, su expresión volvió a su estado habitual.

—Es una hermosa flor. Tiene el mismo color que los ojos de Shane.

Aunque dijo eso, me dolió tener que mentir sobre el color de mis propios ojos. A pesar de que ahora hablamos de muchas cosas, todavía no fui capaz de revelar ese secreto.

Me preocupaba no poder quedarme con él si se supiera que la Emperatriz Consorte vigente posee ojos de un color tan ominoso. [1]

Aunque sé que Leo-sama no es ese tipo de persona, entiendo que no está en condiciones de decidir tal cosa por sí mismo.

Leo-sama miró el libro ilustrado durante mucho tiempo. Y de repente, como si se hubiera resuelto a sí mismo, me hizo una pregunta.

—Shane, si estás dispuesto… ¿Podrías decirme tu verdadero nombre?

Nunca podría decirle el color de mis ojos. Por eso, espero no tener que ocultarle otras cosas.

—Eso está bien para mi, pero no te sorprendas. Mi verdadero nombre es en realidad ‘Haruto’.

—¿Realmente? Es lo mismo que el mío, ¿no?

Lo había sorprendido después de todo. Cuando lo vi así, no pude evitar sonreír.

—Mi nombre tiene varias letras únicas con significados adjuntos.

Mientras decía eso, tomé un poco de humedad de mi vaso y escribí el kanji 「晴 都」 sobre la mesa.

—Esto se lee ‘Haruto’. Aunque cada letra tiene su propio significado, juntas significan “una tierra de días auspiciosos”.

Cuando lo expliqué, Leo-sama agarró mi mano mientras se veía un poco alegre.

—Deseo cambiar con mis propias manos este país que se ha sacudido por el conflicto por una tierra brillante. ¿Estarías dispuesto a crear una ‘tierra de días auspiciosos’ conmigo?

Había pasado mucho tiempo desde que escribí mi nombre en kanji, por lo que las letras resultaron mucho más torpes que antes. El japonés hablado era, en su mayor parte, algo a lo que ya no podía recurrir, así que poco a poco empecé a ser incapaz de recordar las palabras.

Cuando pensé en cómo gradualmente estaba empezando a olvidar lo que sabía de Japón, sería una mentira decir que no me había angustiado.

Sin embargo, sentí que quería hacer todo lo que estuviera a mi alcance para vivir aquí, en este país… Junto a Leo-sama.

Con nuestras manos conectadas, devolví un apretón a su mano y respondí:

—Sí.


[1] 皇帝正妃 Concubina Imperial del Emperador.

Próximo capítulo… R-15, ¡preparen sus corazones!

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