El Perseguido – Capítulo 10: Día de Año Nuevo

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya

Corregido por Shiro


Pronto llegó el final del año. El mes anterior había sido tranquilo, nada había pasado. Después de que Chi Yan, con temor, se fue a su casa al día siguiente, no hubo ningún problema, por lo que lentamente se relajó.

La única diferencia fue que, no se atrevió a volver a pedir comida a domicilio. Comenzó a cocinar en casa, sirviendo a Ye Ying Zhi más comidas caseras.

Como regalo de Año Nuevo, la compañía había entregado a cada empleado dos cajas de frutas, una caja de verduras y una gran bolsa de nueces. Las nueces eran pequeñas, pero aunque sabían bien, eran difíciles de descascarar.

El día de Año Nuevo, después de comer, se sentó frente al televisor, masticando nueces. No lograba moderar su fuerza y terminó destrozando la mayoría de ellas. Se las arregló con las migajas y aquéllas que resultaban intactas, las ponía en el altar.

La persona a quien no podía ver, estaba sentada a su lado. Cada vez que dejaba una nuez, la persona le lamía los dedos ligeramente; a veces, cuando Chi Yan arrojaba una nuez a su boca, la cosa se inclinaba y le lamía la punta de la lengua.

Los que pudieron, se fueron a casa para celebrar. En cuanto a aquellos como él que no tenían un hogar al que regresar, o cuyas casas se encontraban en otros estados, se reunieron y organizaron una cena. A pesar de que fue invitado, Chi Yan los rechazó. No se atrevía a estar fuera después de las 12 a.m., y sus colegas habían planeado pasar la noche en una villa en las afueras, lo que para él sonaba como un trasfondo de una película de terror. Apenas se había recuperado del susto anterior hace un mes y no era capaz de soportar si algo fuese a suceder de nuevo. Por lo tanto, cuando se enteró de sus planes, instintivamente se mantuvo alejado.

Pero era inevitable que se sintiera solitario celebrando las vacaciones sin compañía. Había comprado una botella de vino por la mañana y había bebido un vaso en la cena. Ahora, estaba por su cuenta comiendo nueces, y tenía una inexplicable sensación de tristeza. Los sonidos festivos del programa de televisión, así como los mensajes sonoros de buenos deseos que recibió en su teléfono, se sentían distantes.

Ninguno de estos le pertenecía.

Cuando era un niño, también sentía lo mismo después de que lo dejaran solo. Pero al menos entonces, tenía a sus abuelos que lo mimaban. Ahora que ya no era así, ¿a quién podría maldecir? Para disipar esta repentina sensación de melancolía, sacó otro vaso de vino, llenó ambos y colocó uno sobre el altar. Alzando el suyo, Chi Yan sonrió.

—Salud, Tercer Maestro. Feliz año nuevo, estaré a su cuidado el próximo año también. —Luego se bebió todo el contenido de un solo golpe.

Qué hacía celebrando el Año Nuevo con una botella de cenizas y una tableta espiritual. El sacerdote Zhang ya le aclaró que el Sr. Ye no había dejado nada más que sus cenizas, y que eran solo éstas las que tenían el efecto especial. Instalar el altar y orar a su espíritu, solo era para mostrar respeto y gratitud hacia el difunto.

Pero al igual que un niño que desarrolla sentimientos hacia sus juguetes, él naturalmente también desarrolló afectos y dependencia hacia “Ye Ying Zhi” quien lo había protegido tantas veces.

Comenzó a responder a sus mensajes, y envió buenos deseos a sus amigos mientras bebía vino. Pronto terminó toda la botella, y aunque el licor no era fuerte, no era un buen bebedor, por lo que empezaba a sentirse aletargado. Para entonces, ya eran las 12 a.m.; se frotó los ojos y se preparó para acostarse. Llegó tropezando al baño, se lavó rápidamente y se tiró sobre la cama. Antes de perder el conocimiento, pensó oscuramente cómo ningún sonido sería capaz de despertarlo esta noche.

En su estado de somnolencia, había olvidado apagar las luces en la sala de estar. La luz caía sobre su cama, justo donde estaba envuelto en las mantas, durmiendo pacíficamente.

Un suave suspiro se escuchó en la casa. Se desvaneció muy rápido e incluso de haber estado otra persona allí en ese momento, habría pensado que era una ilusión.

Inmediatamente, las luces en la sala parpadearon un par de veces, y luego se apagaron.

El otro ocupante de la casa entró sin prisa al dormitorio y se sentó al borde de la cama. Extendió la mano y acarició suavemente la cara de la persona que yacía dormida, antes de inclinarse lentamente y lamerle un lado del rostro.

Ligera y pausadamente, como un demonio saboreando un cadáver ensangrentado delante de él.

“Él” no quería que la otra persona durmiera pacíficamente, y parsimoniosamente como de costumbre se deslizó en la cama, tirando de las sábanas y metiéndose debajo de ellas.

A pesar de estar profundamente dormido, Chi Yan se estremeció por el repentino escalofrío e hizo un sonido, como refunfuñando, antes de quedarse quieto de nuevo, con las cejas fruncidas.

La cosa se rió entre dientes, y usó sus dedos para suavizar el ceño fruncido, antes de plantar un beso en su frente.

Lo envolvió en sus brazos, y comenzó a besarlo lentamente. Sin embargo, pronto este contacto ya no era suficiente para satisfacer sus deseos, incluso teniéndolo firmemente entre sus brazos. Como una brasa humeante, las llamas crecieron desde lo más profundo de su alma, haciéndose cada vez más calientes, eventualmente envolviendola.

De repente, con un pitido, el calentador se encendió y las rejillas de ventilación comenzaron a oscilar.

La cosa retiró las sábanas del cuerpo de Chi Yan, y se colocó encima de él, tomándolo con avidez…

A la mañana siguiente, Chi Yan se despertó sintiéndose extremadamente cansado, como si hubiese pasado la noche plagado de sueños, pero no lograba recordar nada. Su cuerpo estaba ligeramente dolorido como si hubiese realizado un largo recorrido. Por lo general, esto solo ocurre cuando duerme en un colchón inadecuado, sin embargo, su cama actual la tenía desde hace bastante tiempo y nunca tuvo ningún problema con ella. Aun así, descartó esto como un efecto secundario por haber bebido excesivamente, aunque se cuestionó nuevamente ya que ni siquiera tenía dolor de cabeza. Y seguramente ese poco de vino no le daría a uno resaca.

Cuando habló por teléfono con Xu Jiang, sin darse cuenta lo mencionó, y este le dijo:

—Científicamente hablando, este es un caso de transferencia de dolor. —Él por su parte se reprochó haberle preguntado, pero con la broma de su amigo, le restó importancia por completo.

Fue solo al final del mes que descubrió que algo andaba mal. Su factura de electricidad nunca había sido tan alta antes. Aunque la calefacción central no era la mejor, y la casa siempre estaba un poco fría, nunca había tenido que encender el aire acondicionado para calentar la habitación. Sin embargo, el monto era como si lo hubiera estado usando todos los días durante todo el mes.

Aun así, esto no fue suficiente para alarmarlo, aunque tenía sus sospechas, nunca fue alguien histérico. Hasta esa noche después de su ducha, mirándose en el espejo mientras abrochaba su pijama, fue que vio en su pecho, al lado de su pezón, que había una marca roja, así como cardenales que parecían marcas de dedos.

Como las que dejaría un amante impaciente y exigente.

Shisai
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2 respuestas a “El Perseguido – Capítulo 10: Día de Año Nuevo”

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