Apaga las Luces – Extra 8 (II)

Mason, resignado, se acercó a Noah. Este aún fruncía ligeramente el entrecejo, pero al ver al otro caminar hacia él, relajó la expresión y sonrió.

—¿Trescientos mil por dos horas? ¿Sabes? Mi salario anual, cuando estaba en Zii, era de cuatrocientos veinte mil. ¿No es natural que me sienta tentado? —comentó Mason, encogiéndose de hombros. Seguí leyendo “Apaga las Luces – Extra 8 (II)”

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