Durante la ausencia de Albert, Tang Feng no tuvo restricciones para moverse, y los lugares a los que más acudía, aparte de su habitación, eran el balcón y el jardín, así como el estudio de Albert.
Simplemente sacaba un libro que le interesaba del estudio y lo llevaba al jardín o al balcón para hojearlo, aunque la mayor parte del tiempo estaba conversando con los sirvientes cercanos. En comparación con obtener conocimiento de los libros, Tang Feng prefiere interactuar con diferentes personas y encontrarse con diferentes perspectivas. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 20: Un vaso de agua helada”