Traducido por Herijo
Editado por Ayanami
—Este corredor lleva a la librería. El edificio adjunto que puedes ver desde la ventana es la cafetería. Si sigues derecho por el pasillo y entras a esa habitación estarás en la biblioteca. Los estudiantes pueden tomar prestado cualquier libro que quieran, pero asegúrate de regresarlos cuando termines de usarlos… creo que eso sería todo. ¿Hay algún lugar al que les gustaría ir?
—Yo estoy bien Iouta
—¿Azusa?
—No es nada. ¡No te preocupes! ¡Gracias!
—Deja de soñar despierta, Azusa. Necesitas prestarle atención a Iouta, quien se tomó la molestia de usar parte de su tarde para mostrarnos las instalaciones de la escuela —Dijo Tsukiharu mientras palmeaba el hombro de Azusa, provocándole escalofríos.
—Eres linda cuando estás asustada —Susurró Tsukiharu.
Estoy asustada, estoy realmente asustada. Siento como si estuviera a punto de darme un infarto. Quiero ir a casa tan pronto como sea posible.
Azusa estaba temblando después de percatarse de quien era el otro estudiante transferido. Tsukiharu Hiragi, el chico que un mes antes no solo la había secuestrado, sino que también había peleado con Kyouya y le había clavado varias navajas de plata. Solo recordar ese día causaba que sus hombros temblaran, a pesar de que su herida había desaparecido por completo gracias a Kyouya.
En el momento en que lo vio quería salir corriendo del salón de vuelta con Kyouya, pero la clase estaba llena de estudiantes que desconocían lo que había pasado entre ellos. Habiéndose percatado de lo poco natural que hubiera sido salir corriendo como loca, Azusa decidió esperar a que finalizara el día. Espero, espero, cada segundo que recorrían las manecillas de su reloj de manos que avanzaban demasiado lento comparado con el rápido palpitar de su corazón.
Cuando finalmente habían terminado las clases, siendo hora de ir a casa, fue cuando Iouta se acercó a ella.
—Estaba planeando mostrarle los alrededores a Tsukiharu. ¿Te gustaría acompañarnos?
Había una sonrisa plasmada en el rostro de Tsukiharu mientras recorría su cuello con su dedo índice, haciendo una clara referencia a que lo mataría si no los acompañaba. Estaba tan claro como el día que Iouta sería su siguiente víctima si los dejaba solos. Sentía como si estuviera dejando a una linda e inocente oveja al cuidado de un lobo con piel de cordero. Azusa quería llorar o más bien ya estaba sollozando internamente.
Y así es como terminaron las cosas.
—Increíble, que hermosa puesta de sol. Supongo que es hora de regresar a casa. Te acompaño Azusa. Tengo varias cosas que hacer en esa dirección —Se ofreció Iouta.
—Entonces iré a casa. Estaba pensando en pasar a la tienda de discos de camino. ¿Sabes de alguna buena para visitar, Iouta?
—Está en la misma dirección que la casa de Azusa, ¿porque no vamos juntos?
—¡¿Qué?! —Azusa no pudo evitar gritar ante la despreocupada invitación de Iouta.
Justo cuando estaba pensando que al fin sería libre.
Tsukiharu hizo pucheros, como si fuera un cachorro abandonado en la lluvia —Oh lo lamento, ¿preferirías estar sola con Iouta? ¿Estoy molestando?
—¿Qué? ¿No quieres que Tsukiharu nos acompañe?
—Yo… nunca dije eso —Respondió Azusa en un tono mecánico.
Pudo haber elegido ir sola a casa, pero no había garantía de que Iouta seguiría en una sola pieza la próxima vez que se vieran. Sería complicado arrastrar solo a Iouta a casa sin causar alguna especie de malentendido. Por lo que, a pesar de que tenía varias opciones, solo una era viable.
Caminar a casa acompañada de los dos muchachos…
Azusa sostenía su dolorido hombro mientras caminaba a lado de Iouta, la puerta de la escuela estaba a la vista, lo que quería decir que estaba totalmente exhausta sin siquiera haber salido del campus. Dudaba honestamente de que pudiera llegar entera a casa si las cosas seguían así. Se limpiaba disimuladamente las lágrimas causadas por el miedo.
No puedo llorar frente a este sujeto.
Se podía observar una sombra solitaria en las puertas del colegio, recargada en la pared, como si estuviera esperando a alguien. Cabello negro revoloteaba en el viento y su espalda en dirección a Azusa, pero no había forma de que no reconociera esa silueta.
—¡Kyouya!
—Oh, Kyouya.
Azusa espontáneamente corrió hacia su dirección, haciendo que Kyouya voltease en respuesta a su voz, atrapándola entre sus brazos.
—¿Qué sucede?
—¡Kyouya! ¡Tenía mucho miedo! —Dijo Azusa con su rostro aún enterrado en el pecho de Kyouya. El ligero tono de voz nasal en la voz de Azusa hizo que Kyouya frunciera el ceño.
—¿Estás llorando?
—No lo estoy
Aun sorprendido, Kyouya palmeo ligeramente la cabeza de Azusa mientras ella enterraba aún más su rostro en su camisa.
—Ya no hay razón para que estés asustada, no es así —Interrumpió Tsukiharu, la mirada de Kyouya rápidamente cambió de Azusa hacia el chico que caminaba casualmente hacia su dirección. Kyouya rápidamente separó a Azusa de su pecho y la puso detrás de él para protegerla.
—Mucho tiempo sin vernos demonio rojo. Me alegra que estés bien.
—¿Qué haces aquí?
Iouta finalmente alcanzó a Tsukiharu y se paró un poco atrás de él, curioso por la reacción de su hermano.
—¿Conoces a Tsukiharu, Kyouya?
—¡Ve a casa ahora, Iouta! —Le advirtió Kyouya.
—¿Por qué? Creí que podría visitar a Ichy primero.
—Entonces ve a la mansión, pero puedes irte primero ¿no?
—Ah… ok, está bien —Iouta camino inconforme de vuelta a la mansión.
Tsukiharu soltó una risa lenta una vez que ya no se encontraba a la vista —Con que es el hermanito pequeño del demonio rojo. Otro beneficio de ser su amigo.
—Lo preguntaré una última vez… ¿Qué haces aquí?
—Me transferí a esta escuela. Quería ser el compañero de clase de Azusa.
—¿Qué es lo que buscas?
—La respuesta obviamente es Azusa. No puedo arrebatártela ya que formó un contrato contigo y serias capaz de detectar si la enveneno, ¿cierto? Así que, de momento, pensé que el mejor curso de acción sería convertirme en su amigo. Una vez que descubrí que asistiría a esta escuela, decidí que sería divertido asistir con ella. Un plan asombroso ¿no crees?
—Qué lástima por ti, pero ahora que sé que estás asistiendo a esta escuela ella ya no vendrá a clases.
—Ya veo… Una lástima de verdad. Tenía la esperanza de que Iouta y el resto de nuestros nuevos compañeros sobrevivieran un poco más.
—No hay necesidad de que esta escuela siga si Azusa no asiste, ¿cierto?
El agarre de Kyouya alrededor del brazo de Azusa se hizo más fuerte.
—Odiarías si todos ellos murieran, ¿no es así, demonio rojo? ¿Vas a pelear conmigo? ¿A mitad del pueblo? La cantidad de inocentes que morirían en el proceso me entristecería un poco, pero si es lo que quieres…
—Lo repetiré cuantas veces sean necesarias: Soy un pacifista. Si es posible, no quiero lastimar a nadie. Así que hagamos un trato. No lastimaré siquiera un pelo de nadie de aquí, ni el más mínimo raspón. Eso incluye a Azusa obviamente. Lo juro. Prometo que no la lastimaré ni física ni mentalmente de ninguna forma. A cambio, Azusa se convertirá en mi compañera de clase. Quiero que nos convirtamos en amigos.
—Me niego.
—No te estaba preguntando a ti Demonio rojo, Azusa tiene el derecho de decidir.
Azusa levantó su voz desde detrás de la espalda de Kyouya —¿Realmente no harás nada? ¿Solo serás un compañero de clase nada más?
—¡Hey!
—Solo seré tu compañero y nada más.
—¿Y si me niego?
—Sabes la respuesta…
—No tienes que escuchar a alguien como él. Lo solucionaremos de una forma u otra. No te preocupes —Dijo Kyouya, tratando de convencerla, pero ella seguía pensando profundamente.
—No pediré que me respondas de inmediato. Puedes darme tu respuesta mañana. Asistiré normalmente a clases en la mañana y nuestro trato estará grabado en piedra si asistes a clases. Si no vienes acabaré con todos los alumnos. ¿Qué tal suena eso? —Tsukiharu camino casualmente hacia donde se encontraban.
—Nos vemos mañana —Dijo mientras pasaba de ellos y se dirigía a casa.