La Princesa derriba banderas – Capítulo 97: Los viajes de la princesa reencarnada (2)

Traducido por Ichigo

Editado por Sakuya


Acostarse contra el duro y frío suelo de una cueva húmeda, nunca iba a ser cómodo. Podía sentir las afiladas rocas en mis mejillas. Pero no quería levantarme ni moverme, en realidad, desde el horrible aullido de algún animal del exterior.

No podía caminar ni un paso más. Soy patética, era lo que pensaba. Y sentía cada palabra.

Después de disfrutar de nuestro descanso en medio de la montaña, pensé que estábamos apuntando a la cima, pero parece que ese no era el plan. Pronto, el camino se desvió cuesta abajo, directo al bosque. Cuando el camino comenzó a subir de nuevo, el sol ya se estaba poniendo. Al llegar a la cueva, todo mi entorno se había vuelto completamente negro.

—Marie, ¿puedo tocar tus pies un momento?

Cuando abrí los ojos, Wolf estaba arrodillado ante mí.

Insistió en quitarme los zapatos. Asentí con la cabeza sin pensar mucho y él los quitó con cautela. Wolf me limpió los pies con un paño húmedo y me aplicó algún tipo de medicina. Sentí una sensación agradable y cerré los ojos.

—Puedes dormir así, si quieres.

Su suave y maternal voz invocaba a la niña que había en mí y me mandaba a dormir. Aun así, sacudí la cabeza y me resistí. Escuché una pequeña risa de costado cuando me vieron actuando a mi edad.

Tan terca —susurró—. Te dije que te llevaría en mi espalda, pero te negaste, y seguiste diciéndome que aún podías caminar, aunque te doliera todo el cuerpo.

Lo siento. Estoy reflexionando sobre eso. Incluso si no quería que me llevara ese pájaro, no tenía que rechazar la oferta de Wolf, ¿verdad?

Bueno, tal vez sólo estaba siendo un poco obstinada…

En cualquier caso, no me pareció bien aprovecharme de Wolf cuando aún trataba de evitar responder su pregunta de “maestro”. No iba a tratar de depender de él en un futuro próximo.

—Eres realmente terca… pero también tienes las agallas para seguir adelante con tus decisiones.

No esperaba elogios del tipo que estaba acariciando mis pies. Mis ojos abiertos se encontraron con su habitual mirada gentil.

Me sentí incómoda y cambié de tema hacia Crowe, preguntándole dónde estaba. Parecía que había salido a recoger leña.

—Está bien. Ya está hecho. Con esto, no creo que haya mucha hinchazón mañana por la mañana

Mi pie fue golpeado ligeramente cuando terminó su tratamiento. No sabía qué me había dado, pero ahora me sentía mucho mejor. Así que no sólo era ungüento antiinflamatorio, ¿también actuaba como alivio del dolor?

—Esto es increíble…

Mientras murmuraba para mí, Wolf levantó la cara. Había estado en medio de una cuidadosa limpieza de los equipos que estaban esparcidos por el suelo.

—¿Está interesado en contratarnos ahora? —dijo Wolf con un guiño, pero yo sólo pude devolverle una amarga sonrisa. Se rió después de ver lo mala que fue mi reacción—. Ya que todavía estoy reteniendo algo de información, no es justo forzarte a elegir ahora, ¿verdad?

—¿Información? ¿Te refieres a lo que Crowe estaba hablando antes?

Las razones de Wolf, para ser contratado, aún no estaban claras. ¿Fue por su propio deseo? ¿O se decidió como el próximo jefe del clan? Crowe había hecho esas preguntas.

Wolf asintió y reflexionó sobre una respuesta durante unos segundos.

—Si tuviera que dar una respuesta, no sería ninguna de las dos, creo. La idea de tener a alguien más como amo de mi clan, es algo que quería como el próximo jefe. Pero personalmente puse fe en ti, Marie, por mi propia voluntad.

—Estoy lejos de estar cualificada para ese puesto.

Ese tipo de papel requeriría un estatus aristocrático para poder financiar a todo el clan. Tampoco he olvidado lo que Wolf dijo sobre tener buen sentido común junto a la riqueza. Esta responsabilidad no era adecuada para una princesa como yo.

Y, aun así, incluso después de saber que era de la realeza, Wolf no se echó atrás en lo más mínimo e hizo una oferta. Aunque estaba feliz de que tuviera un buen concepto de mí, no creía que tuviera lo necesario para dirigir un clan.

—Y aquí está lo más importante… —habló Wolf lentamente.

Me trajo de vuelta para que me concentrara en sus próximas palabras.

—Mi elección no tiene el consenso total del clan.

—¿Eh…?

Wolf parecía avergonzado por lo que acababa de decir. Cuando le preguntaron, “¿No es este el peor de los casos?” simplemente se encogió de hombros para decir que sí.

Odiaba su manera indiferente de hablar. Yo no era quien para hablar, pero Wolf estaba realmente presionado.

¿Me reconocería el Clan Kua? ¿Y me aceptarían como su amo? No eran sólo esos dos puntos los que me preocupaban, sin embargo; había otra cosa importante. Si el Clan Kua realmente no necesitaba un amo, ¿debería interferir con ellos en absoluto?

—Esa fue una información extremadamente importante. Por favor, no te la guardes para ti.

—Hemos intentado hablar de nuestros planes muchas veces, pero esos viejos descartaron la idea y no tenían nada de eso.

—Así que decidiste por todos los demás de todos modos… Mira, puedo ser un forastero, pero incluso yo creo que todo este tema debe ser planeado con más cuidado.

—No tiene sentido llorar por la leche derramada. Ya es demasiado tarde.

La mirada de Wolf se perdió en la distancia. Yo quería replicar, pero después de ver su cara, me quedé sin palabras.

—Tenemos grandes habilidades y conocimientos, pero ¿qué sentido tiene guardarlos todos para nosotros? Me niego rotundamente a quedarme en estas montañas recónditas el resto de mi vida, contento de no hacer nada y no salvar a nadie. No dejaré que me arruinen la vida de esa manera.

—¿Wolf…?

—El Clan Kua vive en lo profundo de las montañas, y la única forma de contactar con el mundo exterior es a través de la venta de medicinas. No hay ningún lugar que frecuentemos, y por eso se dice que somos difíciles de encontrar. Pero si buscas lo suficiente, la posibilidad de encontrar a uno de nosotros no es nula.

Eso es absolutamente cierto.

La información que me dio Georg decía que vivían en lo profundo de las montañas al sureste de Flamme. Si se sigue husmeando a pie en esas montañas y en los pueblos cercanos durante mucho tiempo, no es imposible encontrar a alguien del Clan Kua.

—Además, no todos los que quieren encontrarnos son necesariamente buenas personas. De hecho, lo normal es que sean los inútiles los que vuelven una y otra vez.

Wolf se quitó la camisa, exponiendo las cicatrices debajo. Pensando en ello, por ser farmacéutico, sorprendentemente había soportado muchas heridas. Entonces me di cuenta de hacia dónde se dirigía el tema y mi cara se puso azul.

—Algunas de nuestras medicinas valen más que el oro para algunos compradores. Hay muchos idiotas que tratan de matarnos o capturarnos para poner sus manos en alguna de nuestras mercancías, pensando que es dinero fácil.

Finalmente me calmé y me concentré en la realidad una vez más. Wolf se reía de lo que decía con una expresión alegre. Sin embargo, pude notar la profundidad de las heridas en su corazón.

—En el clan, algunas personas han propuesto que no deberíamos ni siquiera pisar un solo pie fuera de la montaña. Dicen cosas como “Deberíamos romper todos los lazos con el mundo exterior. Mientras podamos vivir tranquilamente de nuestros cultivos, no necesitamos dinero de los forasteros”. Pero, ya sabes, si nos volvemos así, ¿qué sentido tiene nuestra existencia? El conocimiento transmitido a través de las generaciones de nuestros antepasados perdería todo el significado.

Los ojos de Wolf brillaban con una gran determinación. Tan luminosos que ni siquiera una pared sería capaz de bloquearlos.

—Viendo a tanta gente morir innecesariamente sólo para salvar nuestro propio pellejo… ya no puedo hacerlo más.

Escuchar sus verdaderas intenciones, por primera vez, de verdad se sintió pesado.

Después de notar que me mordía los labios en silencio, las cejas de Wolf se tejieron mientras enderezaba su postura. Poco después se hizo un silencio incómodo hasta que Crowe volvió con algo de leña.

Parece que me dormí después de una comida ligera. Me sentí mal al dejar el puesto de observación a esos dos, pero gracias a ellos me he recuperado bastante bien.

La medicina de Wolf también fue muy efectiva. El dolor de mi pie desapareció por completo.

Nos fuimos por el estrecho camino. La visibilidad era bastante mala gracias a la falta de sol por la mañana.

Luché para no perder de vista a Wolf que caminaba delante de mí.

—Llegaremos pronto.

Ha pasado una hora desde que dijo eso.

¿Cuánto tiempo más es “pronto”, me pregunto? Los pies de Wolf dejaron de moverse justo cuando escupí un suspiro.

Al notar que estaba mirando algo, me acerqué a su lado. Filas de casas comenzaron a emerger de la niebla de la montaña.

—Vaya.

Era un pueblo tranquilo que estaba atrapado entre dos montañas.

Un delgado sendero serpenteaba entre las casas de la ladera, casi como un río. Junto a ellas había animales cercados y cultivos de granja. Más allá de eso, vastos campos se extendían hasta donde el ojo podía ver.

—¿Es esta la aldea del Clan Kua?

—Sí. Aquí es donde nací. Aunque no hay nada que ver aquí —Wolf rápidamente siguió hablando—. Seguiré adelante. Puedes quedarte aquí por ahora.

—¿Eh? ¡¿Vas a dejarnos atrás?!

Entré en pánico y lo detuve rápido. De ninguna manera iba a quedarme en un lugar extraño que no conocía. Wolf me agarró de forma suave por los hombros para calmarme.

—Enviaré a un amigo de inmediato. Voy a ir a convencer a mi padre, así que hasta entonces, quiero que te quedes escondido en su casa.

—No puedo decir si estoy escuchando una brillante estrategia en el lugar o algún plan suicida.

—Bueno, el hecho de que te conozca es algo que nunca hubiera soñado que pasara.

Mientras suspiraba incrédula, Wolf, por el contrario, se reía a carcajadas sin un ápice de fatiga.

—No te preocupes. Volveré a por ti. Espera y verás.

—No hay necesidad de eso.

Otra voz se cortó en nuestra conversación.

Cuando miré hacia atrás, una punta de lanza se me clavó en la cara. Crowe, que se suponía que era la retaguardia, no se veía por ningún lado, y en su lugar había un completo desconocido. Pronto me di cuenta de que el desconocido no estaba solo. Y antes de poder hacer nada, Wolf y yo estábamos completamente rodeados.

—Gracias por la cálida bienvenida —gruñó Wolf con una voz baja y sarcástica, su espalda contra la mía.

Estos eran probablemente los otros miembros del clan, y no parecía que estuvieran del lado de Wolf.

Espera, ¿esto no significa que estamos en un gran aprieto?

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