Traducido por Soyokaze
Editado por Ayanami
—Padre, ¿cómo me puedo hacer más fuerte?
Pensé que para volverme fuerte, lo más rápido sería preguntarle a alguien que ya lo es.
Podría haberle preguntado a Gilles directamente, pero mi intención es hacer un entrenamiento especial aparte. Así que, aunque él me esté enseñando, quiero sorprenderlo y dejarlo sin palabras con mis avances.
¿Padre se habrá tomado por fin un descanso de su trabajo?
Nada más ver a padre, que se estaba relajando después de tanto tiempo, lo primero que hice fue preguntarle eso sin previo aviso, dejándolo aturdido. Sé que fue muy repentino, pero es un asunto importante para mí.
—¿Por qué tan de repente…?
—Porque quiero volverme fuerte.
—Es muy raro ver niñas que digan que quieren volverse fuertes. Tú tienes a Gilles, así que no tienes que preocuparte por eso.
—¡Quiero volverme fuerte!
—H-Hey… Estás muy animada.
De principio a fin, padre, quien se veía aturdido ante mi vehemente réplica, trató de calmarme y me hizo una seña con su mano para que me acercara.
No tenía intención de desobedecerlo, así que me le acerqué obedientemente, al hacerlo, me tomó del brazo y me invitó a sentarme en su regazo.
Bueno, no es como si me disgustara, así que me subí a su regazo y me senté, pero tan pronto como lo hice, padre rodeó mi estómago con sus brazos y me abrazó fuertemente. Yo todavía no estoy en mi fase de rebeldía, por eso no tenía ningún motivo para rechazarlo, pero sí que me sentí solo un poquito avergonzada.
Padre sonreía suavemente, viéndome de reojo, teniendo su barbilla apoyada en mi hombro mientras me abrazaba. Sentía su sonrisa vibrar a un costado de mi mejilla, una sonrisa que, hasta cierto punto, no me hacía sentir como si fuera una niña mimada.
—¿Por qué te quieres volver más fuerte?
—Es para autodefensa, ya que existe la posibilidad de que me vea envuelta en diversos peligros de aquí en adelante.
—¡Vaya! Ese es un motivo muy concreto… —Padre me respondió con una cara seria. Al hacerlo, mostró una sonrisa algo problemática. Algo que ya me esperaba. Aun así, entrecerró sus ojos felizmente. Pero por otro lado, también se veía algo triste. ¿Acaso me lo estaré imaginando?
—¡Mi hija se está separando de mí a pasos agigantados! Me alegra que te hagas independiente, pero…
—La realidad es que no voy a poder depender por siempre de otros. Todavía quiero que me mimen, pero soy realista.
Ciertamente, todavía quiero depender de mi Padre y Gilles, eso me haría feliz, pero sé que no siempre va a ser posible. Pero sería problemático para mí si simplemente espero a que me ayuden cada que esté en peligro; no puedo quedarme sin hacer nada cuando algo pase. Al menos, tengo que poder defenderme yo misma, de lo contrario sería una molestia para los demás.
—Si por mi fuera, te seguiría mimando por mucho tiempo.
—Ya estoy suficientemente mimada.
Mi intención era dejarme mimar desde el momento en que me le acerqué de esta manera. Supongo que mi padre me está abrazando también con el propósito de mimarme.
Se siente tan bien que mi padre me consienta. La sensación cálida de la temperatura de su cuerpo, desprendía el aroma del inmutable astro rey y eso me hacía sentir a gusto.
—¿Quieres volverte fuerte a toda costa?
—Sí… Ya que aspiro a ser la mano derecha de Padre en un futuro cercano.
—¡Liz…!
—¡Ouch!, Padre, me lastimas…
Parece que se emocionó cuando le dije que quería ser su mano derecha y por eso me abrazó. No me molesta que lo haga, pero me abrazó muuuy fuerte. Sentí una presión enorme en mi estómago, como cuando uso un corsé, un corsé con presión humana. A pesar de que había estado adormilada, eso, naturalmente, me ahuyentó el sueño.
Ante el dolor, le di a Padre golpecitos constantes en sus brazos, y él, volviendo en sí, aflojó su agarre. A pesar de eso, no tuve el corazón de reprocharle debido a que me veía con tanto cariño.
—Cof, cof. Incluso Guilles se está esforzando. Dijo que se volvería lo suficientemente fuerte para poder vencerte.
—¿Guilles dijo eso…?
—Sí. Dijo que quiere que lo llegues a reconocer como tu igual. Es por eso que creo que yo también debo esforzarme.
Si a Guilles, siendo así de fuerte, le falta demasiado para llegar a su meta, yo, siendo su aprendiz, no hay forma de que pueda estar satisfecha con mi capacidad actual. Para poder defenderme a mi misma, siento que tengo que pulir mis técnicas mágicas.
Padre gruñía sin dejar de abrazarme porque mis motivos eran demasiado sinceros. El ligero movimiento constante en sus mejillas lo hacían parecer malhumorado.
Mi juicio no podría ser tan exacto, ya que estoy viendo a Padre hacia arriba desde una posición poco favorable, pero siento que, de alguna forma, por sus expresiones, se le hace difícil aceptar lo que le planteé.
—…Humm, para bien o para mal, ustedes dos están progresando.
—Oh, por cierto. Ruby dijo que quiere aprender esgrima.
—¿¡Qué!? ¿¡Ruby también!?
Padre, sin poder evitarlo, lanzó un suspiro exclamando un “¿en serio?” Apoyando su frente en mi nuca. Un serio murmullo hacía vibrar mis tímpanos con la frase “¿por qué tienen tanta prisa de independizarse de mí?”
Supongo que es porque Padre nos mima sin reserva… que se ha de sentir triste de que intentemos independizarnos. Pero en el caso de Ruby, todavía falta mucho para que pueda independizarse de nuestros padres, así que Padre puede estar tranquilo con él. Simplemente, Ruby está en la edad justa de querer que lo consientan.
—De todos modos, Ruby todavía no puede independizarse, todavía es muy pequeño.
—O sea que tú si piensas hacerlo.
—Más que independizarme de ti, quiero ser autosuficiente. Tarde o temprano debo ser capaz de valerme por mi misma.
—Dices que quieres valerte por ti misma… ¿Es que te quieres casar ya? ¡No! No puedo dejar que te cases todavía.
—¿Con quién me casaría?
Padre me abrazaba fuertemente, diciéndome que no me dejaría ir. Pero si ni novio tengo, ¿con quién se supone que me casaría? Si Gilles no estuviera, quizás ya tendría… ¡No, no, no! ¡Definitivamente él no tiene nada que ver! Mi mente me debe haber jugado una broma al haber pensado eso.
Le dije a mi padre, encogiéndome de hombros, que no tenía de qué preocuparse, pero, aun así, no dejaba de abrazarme. De todas formas, ¿cómo es que llegamos al tema del matrimonio, si lo único que quería saber era como volverme más fuerte?
—En todo caso, lo único que me interesa es volverme fuerte. ¿Qué sería lo mejor?
—Sobre eso, no hay otra forma más que esforzarte lo más que puedas.
—Tienes razón—. La respuesta de Padre fue tan natural que terminé dirigiéndole una sonrisa amarga, estando de acuerdo con él.
Bueno, se dice que no hay atajo para el aprendizaje y todo se resume a que la acumulación de bases sólidas es lo importante para avanzar.
No es que hubiera querido una ruta fácil y sin esfuerzo para lograrlo, pero lo cierto es que hubiese deseado acortar el camino lo más que se pudiera. Eso hubiera sido demasiado conveniente para mí. No queda de otra más que practicar con constancia y dedicación.
—Yo también tengo que dar todo de mí para ser mejor. No debo confiarme así de fácil.
—Pero si este momento estás a la cabeza del instituto de magia, Padre.
—Bueno… esa posición está bien para mi por ahora. Pero bueno, por lo pronto Liz, permanece bajo el cuidado de tu madre y mío.
—No comprendo muy bien, pero de lo que si estoy segura es que siempre seré la niña de ambos.
Mientras yo ladeaba la cabeza ante Padre, que parecía estar debatiéndose en sus pensamientos, me quedé un rato más en sus brazos.
Me pregunto cuáles son las inquietudes que lo están aquejando en estos momentos. No es como si fuera a dejar de querer a mis padres más a futuro.
Gracias por el capítulo, esperare con ansias el próximo capítulo