¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Detrás de escena: La definición de amabilidad

Traducido por Ichigo

Editado por Dimah


—Isma. ¿Puedes volver hoy a la mansión?

Era raro que mi hermano, quien pertenecía a una unidad diferente a la mía, me convocara al castillo.

Casi ladeé la cabeza confundido porque me había llamado repentinamente, pero enseguida entendí lo que quería decir.

Si no me equivoco, padre se dirigía hoy al feudo. Por lo tanto, mi hermano debería volver a la mansión después del trabajo, probablemente haya surgido algo.

En principio, aunque padre estuviera fuera de la mansión durante unos días, no era necesario que mi hermano o yo volviéramos. No había razón para preocuparnos por la gestión de la mansión, que en su ausencia, realizaban los criados. Sin embargo, por ejemplo, si un sirviente “necesitaba que se tomará una decisión, pero no era urgente”, esperaban a que su amo, o alguien a cargo, regresará. Sobre todo, si lo habían mencionado antes de que padre se fuera. Afortunadamente, hoy no tenía turno de noche, así que no había nada que necesitara mi atención urgente.

—Puede ser posible.

Mi hermano asintió en silencio.

—Ya veo. Hoy estoy de guardia.

—Entendido. Entonces iré a casa en tu lugar, hermano.

Él asintió una vez más cuando escuchó mi respuesta.

No dijo ni una sola palabra sobre padre, pero ya somos hermanos desde hace más de dos décadas. Aunque sólo hubiera dicho unas pocas palabras, la nuestra no era una relación en la que yo no pudiera entender lo que quería decir.

Después de despedirme de mi hermano, escribí el formulario de solicitud de ausencia por una noche que le presentaría primero al subcomandante. Es molesto rellenar el formulario ya que la petición no sería rechazada en primer lugar… O eso es lo que algunos pensaban, pero el punto de trasladarse al dormitorio era para que “pudiéramos responder inmediatamente en casos de emergencia”. No tendría sentido si ocurriera algo inesperado y nos quedáramos preguntando: “¿Dónde está?”. Bueno, hay una buena razón por la que no tengo un compañero de habitación en la residencia. Este formulario no era necesario si sólo pasábamos la noche afuera mientras no estábamos de servicio. El subcomandante llegó a decir: —Tu solicitud es realmente extraña, y tenía la impresión de que me iría por un tiempo.

—Mi padre está en el feudo, y a mi hermano mayor lo llamaron de repente para que estuviera de servicio. Mi hermana menor probablemente también esté ansiosa.

No era que me estuviera haciendo una pregunta o tratando de encontrar la razón detrás de mi partida… Aproveché esta oportunidad para decir que mi hermana menor estaba ansiosa, pero no era así como yo pensaba que lo estaría. Se trataba de una simple charla.

Entonces, el subcomandante asintió.

—Ya veo.

Y luego, gimió un poco.

—Hmm… Isma, no hay nada que necesite tu atención en este momento, ¿verdad?

—No, nada.

Si tuviera trabajo que hacer, entonces, en primer lugar, no pediría quedarme fuera, pero debe tener una razón para preguntar. ¿Cuál es? ¿He olvidado algo? Estoy seguro de que no… Pensé en ello, y luego él pronunció algunas palabras inesperadas.

—Entonces, puedes terminar por hoy. Tampoco tienes que volver corriendo mañana.

—Pero…

Estaba confundido por esta repentina declaración, empero, el subcomandante asintió.

—Está bien.

Y continuó mientras parecía satisfecho

—A veces, es bueno tener tiempo para mimar a tu hermana, ¿verdad?

Agradecí la propuesta en sí.

Aunque francamente, solo quiero dormir.

Anoche, el coche de la Reina entró en una zona prohibida y pisó una red de alarma mágica, lo que hizo que toda la noche estuviera atendiendo el percance. Me alegro de que no haya pasado nada grave, pero tengo sueño, y me han dicho algo asi cuando todavía estoy somnoliento.

¡Vale! Vamos a casa.

Me incliné y me preparé para irme. Pero, me detuvieron antes de que pudiera abrir la puerta.

¡No me digas que lo va a rechazar! Pensé, pero el subcomandante dijo:

—Uh… También…

Está extrañamente indeciso. Es raro que sea así. Pensé en ello mientras esperaba que continuara su frase. El subcomandante finalmente me hizo su solicitud, parecía serio.

—Erm… Ya que te vas a casa, ¿podrías pedirle a tu hermana algo de esa medicina para traerla?

—¿Esa medicina?

—El medicamento perfumado. Tengo la sensación de que es realmente efectivo. Gracias.

Hermana, has hecho un fanático sin saberlo. 

Cordelia fue con padre al feudo hace dos meses. En esa ocasión, él recibió un tratamiento que utilizaba una compresa para aliviar sus hombros rígidos, y ella me contó un poco del resultado. Parecía encantada, así que bromeé: —Yo también quiero probarlo. En cuanto lo dije, la niña me preparó inmediatamente varios tipos de aceites esenciales.

Puede usarse como sedante para la rigidez de hombros causada por la fatiga ocular, algo que se utilizaba para el cansancio crónico… Así de fácil, me obsequió varios frascos y diferentes combinaciones de recetas. También me dio una bonita toalla para usar como compresa. Parecía algo que padre había elegido para ella. No me importa recibirla, pero ¿no es esto algo que padre compró para ella? ¿Está bien que lo use yo?

Bueno… De todos modos, lo utilicé cuando volví a mi habitación en el dormitorio. Entonces, un día el subcomandante vino a mi cuarto y me preguntó: —¿Qué estás haciendo?. Le expliqué brevemente lo que era y me dijo que quería probarlo la próxima vez, así que se lo presté… Sin embargo, le gustaron los aceites esenciales más de lo que yo esperaba.

Al principio se contuvo, pero cuando se acostumbró a las visitas, se apareció siempre que quiso. Vino tan a menudo que tuve que mentir diciendo: “Ya lo he usado todo”.

Ahora lo entiendo. “Pasa tiempo con tu hermana”, me decía… Pero lo que probablemente quería manifestar era “ve con tu hermana para que puedas traer más aceites esenciales”. 

No le vi ningún problema y, antes de salir de la habitación, respondí vagamente:

—Si tiene existencias.

Me pregunto cómo reaccionaría Cordelia si se entera de esto, pensé mientras hacía los preparativos para que un carruaje me llevara a casa. Probablemente no se enfadaría y solo diría: —No dejes que otros lo usen.  Pero estaba un poco preocupado. Supongo que debería haberle pedido permiso antes… Aún así, que el subcomandante viniera a mi habitación fue una completa sorpresa, de tal manera que ¿qué podía haber hecho?

No es una mala persona. También es mi superior. No podía negarme. 

Bueno, dejando de lado mis circunstancias, Cordelia es genial al producir un producto de una flor que un adulto, y quien además es el subcomandante de la Guardia Imperial, querría. Puede que no le llamen la atención los aromas en sí, a los que mi hermana ha dado mucha importancia, pero sabe perfectamente lo eficaz que es la compresa. 

Me pregunto si se entera que Cordelia sólo tiene ocho años. Si todavía querría los aromas sabiendo que los hace un niño, entonces significa que Cordelia es increíble. 

Porque ya tiene la capacidad de ser reconocida por los que no están a favor de la Casa Pameradia, es decir, por los de afuera. ¡Qué chica tan increíble! 

♦️ ♦️ ♦️

—Bienvenido a casa, joven Isma.

—Lo siento, Hans. He llegado más tarde de lo que pensaba.

—Está bien. ¿Le apetece cenar? Podemos prepararla ahora mismo. La señorita Cordelia está comiendo en este momento.

—Si ese es el caso, entonces, por favor, hazlo. Iré a cambiarme —respondí y, en lugar de ir directamente a mi habitación, fui a ver a Cordelia primero.

Esa chica cree que mi hermano va a volver a casa, no yo. Así que quiero decirle que he vuelto en su lugar.

Eso es todo lo que quería hacer. Eso era todo lo que planeaba hacer.

Pero me congelé por un segundo cuando llegué al comedor.

No, ya lo sabía. Cordelia cenaba sola. Era inimaginable verla comer con los sirvientes. Se veía tan pequeña y tranquila mientras comía sola en este gran comedor. La escena parecía más solitaria de lo que pensaba.

—Oh, ¿hermano Isma? Bienvenido a casa.

—Ah, no hace falta que te levantes. Sigue comiendo. Estoy en casa, Cordelia. Nuestro hermano está ocupado con el trabajo hoy, así que he vuelto. ¿Te sorprende?

—Sí, un poco. Pero estoy feliz de que hayas regresado.

Ha crecido para ser una niña tan buena. Medité sobre ello mientras recordaba esa sensación incómoda.

Porque, ¿no es esto demasiado solitario?

Por supuesto, la propia persona no parecía pensar que hubiera ningún problema con este ambiente.

Porque ella siempre ha estado comiendo de esta manera. Para mi hermanita, esto era “normal”. Probablemente no se le ocurrió que tener una comida así era algo solitario.

Para empezar, en casa nunca había estado en una mesa de comedor bulliciosa. Frecuentemente comía con mi hermano y, aunque conversábamos, siempre era yo quien tomaba la iniciativa; así que no habíamos hablado de nada emocionante. Mi hermano maduró antes de tiempo, y a mi no me importaba, ya que él era así. Si mi hermana mayor estuviera aquí, tal vez habríamos dialogado un poco más, pero ella solía comer con mamá, quien estaba encerrada.

Sin embargo, ahora almorzaba en el comedor del dormitorio y del castillo, así que estaba acostumbrado a una escena algo más animada. Por supuesto, el comedor de la residencia no bullía como un bar y la gente se comportaba mejor.

—¿Hermano…?

—Oh, nada, lo siento. Hoy estoy aquí para que me cuentes cualquier cosa sin dudarlo.

Cordelia debió sentir algo raro ya que me quedé en silencio y rápidamente traté de suavizar las cosas, pero la expresión de interrogación en su rostro no desapareció.

Pues claro que no… Insistí.

—Estoy aturdido porque tengo un poco de hambre.

Sí, eso es bueno. También podría usarlo como excusa para quedarme aquí. 

—Hans…, ¿después de todo, te importa que espere mi comida aquí?

—No, por supuesto que no.

Me cambiaré de atuendo más tarde. Suelo comer con ropa así de todas formas. No es un problema. La expresión de Hans no cambió, pero pude sentir que me miraba con unos ojos ligeramente cálidos. Está bien, da igual. Perdí todas las ganas de volver a mi habitación después de ver esta escena. 

Le dije a Cordelia:

—Continúa comiendo tranquilamente, no me molesta.

Y me llevé el aperitivo a la boca.

Qué delicioso. Hoy me he esforzado al máximo para poder beber esto…

Eso no es todo. No tiene sentido que me quede aquí si sólo bebo alcohol en silencio. 

—¿Qué hiciste hoy, Cordelia?

—Me ocupé de los parterres porque hoy llegaron nuevas semillas.

—¿Lo hiciste? Pareces contenta.

—Sí. Por fin puedo hacer cosas nuevas, y es divertido.

—¿Quieres ir a buscar plantas de nuevo?

—¿Podría…?

Se contuvo de aceptar mi invitación, pero parecía feliz y sonrió.

No es gran cosa, pero si ella estaba así de contenta, entonces yo quería hacerlo. Es demasiado si piensa que esta forma aburrida de comer es natural. 

Aun así…, me pregunto si está contenta por ello. No estoy muy seguro.

No quería dudar de su sonrisa, pero tengo experiencia en esto.

También actuó con mucha naturalidad en ese momento, así que me pregunto… si también está preocupada ahora.

También había una frase llamada “exagerar”.

Si es así, podría ser bueno para mí simplemente dejarlo… Pero, no fue de esa manera. Francamente hablando, creo que sólo me estoy metiendo con ella para mi propia satisfacción. Puede que a esta niña ni siquiera le disguste comer sola, y que se le ocurran muchos planes para su investigación favorita. Por lo tanto, no sería un problema para ella si no me involucro en sus asuntos en absoluto.

Pero estoy seguro de que es solo porque no sabe. Esta chica es una genia. Incluso creo que lograría más si pudiera conseguir mayor información.

Sinceramente, nunca había pensado así. O más bien, sentí que sería mejor que pusiera cierta distancia entre nosotros. Pero ahora, realmente quiero ayudarla porque parece muy franca y trabajadora.

Una chica que cree que puede lograrlo. Es completamente diferente a mí, que me rendí porque me di cuenta de mis propios límites muy pronto. Por eso quiero ser de alguna ayuda para ella.

Pero, también considero que soy yo quien presiona mis propias expectativas sobre mi hermanita menor. Incluso sé que soy un mal hermano. Me gustaría poder quererla con un poco más de sinceridad.

Pensé, mientras comía el aperitivo que ya estaba colocado en la mesa… Entonces me di cuenta.

—El aliño parece que ha cambiado un poco…

Las verduras de la ensalada eran las mismas de siempre, pero el aliño era ligeramente diferente. Supuse que podría tratarse de una nueva receta y entonces, Cordelia sonrió alegremente.

—La receta del aliño sigue siendo la misma, pero las hierbas utilizadas son diferentes.

—¿Perdón?

—Los cocineros solían usar hierbas importadas, pero ahora están usando las hierbas que cultivé en mi invernadero. Las semillas que me consiguió el jefe de cocina ya han crecido, así que quise probarlas. También logré que utilizaran nuevas hierbas con el pescado y la carne. Los nuevos aromas igualmente se extraen de esta hierba.

Cordelia dijo eso y yo me encogí de hombros, le gustan mucho las hierbas medicinales, ¿no?

Sé que tengo mejor gusto que la mayoría de la gente, pero no como mucho en casa, así que no me di cuenta de esto enseguida… Pero el sabor es diferente, eh.

—H-Hermano…

—¿Qué pasa?

—Mmm… No es que sea una glotona o algo así, ¿de acuerdo?

Mis ojos se abrieron de par en par ante esas palabras.

Yo no pensaba así, pero las palabras de Cordelia ciertamente podían tomarse de esa manera. No, bueno, si estuviera obsesionada con la comida, entonces se habría centrado en otra cosa, como en los platos de acompañamiento… Pero como esta señorita parecía tan linda preocupándose por su propia reputación a su manera, opté por mantener la boca cerrada. Espero que ella pueda perdonar esto de mí. 

Pero, no quería empeorar las cosas, así que cambié de tema. Bueno, en realidad era una petición. 

Sí, se trata de la petición del subcomandante. 

—Cordelia, ¿podrías darme más de los ingredientes de la compresa que me diste antes?

—¿Eh? Por supuesto, puedo hacerlo.

Cordelia se sorprendió ante el repentino cambio de tema.

¿Era demasiado brusco? Pensé, mientras me sentía aliviado de que ella aceptara.

—Es genial. Al subcomandante le gusta mucho y vino a pedirme este favor.

—¿El subcomandante de…?

—Sí, el subcomandante del segundo cuerpo.

Cordelia se congeló por un segundo.

Su expresión decía que no entendía cómo los aceites esenciales habían llegado a manos de esa persona. Bueno, por supuesto, ella tendría ese aspecto, sí. Lo entiendo. Pero es la primera vez que la veo realmente desconcertada. Me miró fijamente y habló como si finalmente se hubiera resuelto.

—Entonces, a ese subcomandante le gusta el producto… ¿Es eso lo que estás diciendo?

—Sí.

—Si es así, entonces estaré encantada de dárselo. Si es posible, ¿podría el subcomandante hablarme de su estilo de vida y sus malas condiciones? Así puedo mezclar y combinar los aceites esenciales para que se adapten a él.

Ella tiene mucho valor. 

¿Era natural que se adaptara tan rápido, aunque estuviera sorprendida? Ya se había calmado y estaba haciendo propuestas de venta como una comerciante. 

Y eso no es bueno para usted, subcomandante. Mi hermana aceptó de buen grado. 

Pero, me siento un poco incómodo con una propuesta que haría feliz a mi superior. 

—Por supuesto, el subcomandante se alegrará si puedes dispensar algo para él. Pero puede ponerse tan contento que se le escapara. Entonces, los otros miembros podrían quererlo. Estarás preocupada si eso sucede, ¿verdad?

—Eso es… Tienes razón. También me llevará mucho tiempo. Pero, si les hace felices, estaré encantada de hacerlo aunque pueda ser un reto.

Cordelia sonrió, y medité, es realmente una buena chica, pero justo después, me pareció escuchar las palabras, —La publicidad es importante después de todo, y me tragué las palabras… No es posible que haya dicho eso, probablemente. Sí, no es propio de una niña de ocho años ser tan calculadora.

—Debería darte las gracias, Cordelia, si hay algo que te preocupa puedes contar conmigo.

—¿De verdad?

—¿Qué es? ¿Estás preocupada por algo?

Le decía que lo tuviera en cuenta, pero no creía que tuviera algo por lo que estuviera preocupada ahora mismo. No puedo imaginarme nada que la inquiete.

—No iría tan lejos como para decir que me preocupa… Pero en realidad, me gustaría que me enseñaras a jugar a las cartas.

—¿Cartas?

—En realidad, el señorito Vernoux…

Ya veo… Así que, para resumir, sus problemas tienen que ver con el joven maestro de Flantheim. Es decir, el joven maestro de Flantheim aprendió un juego de cartas y le propuso jugar una partida. Sin embargo, Cordelia no conocía las reglas. Parece que sí le enseñó a jugar, pero solo se lo explicó, así que todavía no lo entiende. Por lo tanto, todavía no pueden jugar seriamente el uno contra el otro.

Bueno, por supuesto. Hay momentos en los que puedes exponer tu mano haciendo preguntas si son solo dos personas las que juegan. Por lo tanto, no era conveniente hacerlo cuando se juega uno contra uno.

Pero, si esa es la petición de Cordelia, entonces es pan comido para mí. De todos modos, sabía tanto de juegos de cartas que la gente me llama erróneamente jugador.

—No me importa. Es más fácil de entender si juegas el juego de todos modos. También le pediré a Hans que me ayude más tarde. Cordelia, deberías sentarte detrás de mí para poder ver mi mano. Te enseñaré lo que ocurre cada vez.

—Muchas gracias, hermano.

—A veces, juega también conmigo cuando aprendas las reglas. Ah, sí, igualmente debería invitar a nuestro hermano a divertirse con nosotros.

—Hermano Isma… eres realmente amable.

—¿Lo soy?

—Oh, ¿no te das cuenta tú mismo?

¿Qué cosas tremendas estás diciendo de repente? Parecía que se divertía desvelando un acertijo.

Pero, no entendía lo que quería decir…

—No soy amable.

Sin embargo, no estuvo de acuerdo conmigo y se negó sin cambiar su tono.

—Hermano es amable. Padre dijo que ser humilde no es una virtud, ¿sabes?

—No pretendo ser humilde en lo absoluto.

Empero, la expresión de Cordelia se nubló mientras hablaba.

—Lo siento, hermano. Te he puesto en un aprieto.

Y entonces dijo eso.

Maldita sea, he fallado. Mi tono podría haber sido un poco duro. ¿No eres un tanto infantil con tu hermana pequeña? Esas cosas se me pasaron por la cabeza, y las palabras que Cordelia dijo a continuación fueron absolutamente inesperadas.

—La gente que es amable no suele decir que lo es, ¿verdad?

—Oh, sí. Supongo… ¿Y?

Al mirarla más de cerca, su expresión no estaba nublada, sólo estaba inclinando las cejas.

Entiendo lo que dice Cordelia. La gente lo hacía en broma, pero nunca había visto a una persona amable decir “soy amable”. 

—Hermano, si realmente no crees que eres amable en absoluto, entonces me preocupará que seas un mujeriego por naturaleza, ¿sabes?

—Mujerie…

¿Dónde aprendió esa palabra? ¿En un libro? ¿La aprendió de un libro o de Ronnie?

Pero, si lo niego ahora, ella concluirá que soy un mujeriego. No quiero que eso suceda. 

—Lo intentaré…

Quería decir muchas cosas, pero me abstuve primero. No importa lo que ella diga, responderá con una frase inesperada.

En su lugar, decidí preguntarle una cosa.

—Cordelia ¿Por qué crees que soy amable?

—Porque mi hermano elige cosas que me hacen feliz.

Su respuesta fue bastante simple.

Pero eso es normal, ¿no? ¿Qué pasaría si le impongo cosas que no la hacen feliz? Pensé, pero…

—Así que aunque mi hermano se considere de esa manera, seguiré pensando que eres amable.

Cualquier objeción que tenía se disolvió con esas palabras. Oh sí, “amable” puede ser una palabra que alguien te diga y no algo que tú mismo decidas. Tenía muchas quejas, pero Cordelia había dicho que seguiría pensando que soy amable, así que su opinión sobre mí no cambiaría sin importar lo que dijera.

Pero, sus pensamientos eran realmente espeluznantes. Nadie me ha hecho nunca un cumplido puro. Pero, tengo algo que quiero decir.

—Gracias.

Estoy seguro de que mi expresión no coincide con mi tono.

Pero, me siento un poco más ligero.

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