¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 11: En el feudo

Traducido por Ichigo

Editado por Dimah


Se tardaron unos tres días y medio en llegar al feudo desde la Capital Real.

Mientras el carruaje seguía balanceándose, Cordelia recibió de Elvis, una conferencia sobre economía.

El contenido del discurso consistía principalmente en la situación económica del feudo de Pameradia.

Por lo que escuchó de su padre, la disparidad regional que Isma previamente le había mencionado muy ligeramente, era mayor de lo que había pensado.

El problema principal que bloqueaba cualquier solución era que, quienes vivían en las montañas y  en las renombradas granjas de trigo, se encontraban conformes con su actual estilo de vida.

—La gente, si no está insatisfecha, no busca el crecimiento. Si están complacidos con su nivel de vida actual, no buscarán mejorar.

—Eso es… Pero, ¿Cuándo ven las ciudades, no sienten deseos de mejorar su pueblo?

—Son orgullosos. El orgullo que tiene la gente de las montañas se centra en el hecho de que pueden plantar árboles y crear bosques que la gente de la ciudad no puede. Además, las personas que viven en las granjas se enorgullecen de poder cultivar más productos que los citadinos. Por lo tanto, detestan el estudio teórico, ya que lo consideran una pérdida de tiempo. No desean aprender. Piensan que está bien mientras el jefe del pueblo y el candidato sepan leer. Como resultado, aunque su investigación agrícola mejore, nadie puede entender lo académico o la maquinaria. Por lo tanto, no les es posible mejorar sus índices de cosecha.

Cordelia se quedó sin palabras.

De hecho, es difícil hallar una manera para hacer que una persona piense que algo es necesario si juzga que no lo es.

No es una novedad. Codelia lo sabía bien. Lo mismo ocurría con los nobles, quienes odiaban alejarse de la tradición.

Por supuesto, era posible cambiar por la fuerza, la forma de vida de los habitantes de los feudos. Pero, eso les haría estar insatisfechos con su situación. Más aún para aquellos con un alto nivel de orgullo.

Estaría bien si hubiera alguna ventaja para que estuvieran insatisfechos; pero qué es lo que querían… Cordelia no pudo deducirlo.

—Padre ¿Cuál sería una posible solución para este problema?

—Tarde o temprano tendré que enfocarme en ello. Sin embargo, actualmente no tengo más remedio que confiar en los resultados que puedo ver, en lugar de preocuparme por cosas que no han sucedido. Por ejemplo, el mantenimiento de los ríos y pozos alrededor de las granjas. Así también se alegra a la gente del feudo.

Elvis continuó mientras miraba por la ventana.

—La condesa Weltoria sabe más sobre el tema. Incluso ahora, sigo pidiéndole que me ayude con eso.

—¿La abuela Nirupama?

Cordelia se sorprendió ante el nombre que repentinamente pronunció Elvis.

Nirupama Weltoria era la actual jefa de la Casa Weltoria, una casa que tuvo jefas durante generaciones, y era su tía por parte de padre. Cordelia tampoco la veía a menudo porque sólo venía a la Capital Real cuando el Congreso entraba en sesión.

Cordelia era lo suficientemente cercana a Weltoria como para que le dijera: “¿Qué tal si te conviertes en mi hija adoptiva en el futuro? Convenceré a Elvis”, mientras le guiñaba un ojo. Ella pensó que probablemente bromeaba, pero si Nirupama quería adoptarla, tampoco estaría mal.

No estaba segura de ser apta para ese puesto, pero si la elegían, le gustaría estar a la altura de las expectativas. Y… también era un camino que le ayudaría a alejarse del peor escenario del juego de citas, así que mataba dos pájaros de un tiro. Empero, ni Nirupama ni Elvis estarían de acuerdo si juzgaran que ella no tenía las calificaciones para ese cargo.

Sus pensamientos se desviaron del tema en cuestión. Eso no importaba ahora, el feudo sí. 

—Es la primera vez que escucho que la abuela te ayuda.

—El feudo de la Condesa tiene tecnología hidropónica avanzada. Por lo tanto, sabe mucho sobre el control de las inundaciones. Los ciudadanos viven su vida día a día, así que quieren resultados que puedan ver, más que tener expectativas a futuro. Otra cosa para pensar a futuro, así que no es fácil hacerles entender.

Cordelia, de repente, se dio cuenta de algo cuando miro el perfil  de Elvis.

Padre tampoco piensa dejar las cosas como están… por ahora no van bien. 

Hizo lo mejor que pudo con la política del estado mientras administraba el feudo. Eso era demasiado para una sola persona.

Tengo que convertirme en la fuerza de mi padre…

Sólo debía preocuparse por su investigación, a diferencia de sus hermanos mayores y su hermana, quienes ya eran adultos y tenían sus propios roles. Ella tenía más tiempo que los demás. Había cosas que no podía hacer por su edad, pero debía haber algo con lo que pudiera ayudar ya que tenía tiempo libre.

Cordelia estaba sumamente ansiosa por encontrar pistas de lo que podía hacer, por su padre, durante la inspección.

♦️ ♦️ ♦️

La residencia principal de la Casa Pameradia era mucho más grande que su mansión en la Capital Real. Era una mansión blanca con un jardín de flores y una variedad de grandes árboles. Además, el número de personas que venían a saludar, inclinándose ante su amo quien estaba de visita, también era diferente.

Un hombre de la misma edad que Elvis se situó al final de la fila, frente a la mansión.

Hizo una profunda reverencia en cuanto lo vió.

—Bienvenido, señor Elvis. Y es un placer conocerla, señorita Cordelia. Me llamo Zeke Gargotta, el amo me ha confiado la administración del feudo.

—Déjate de saludos formales, Zeke.

Cordelia adivinó, por la forma en que le hablaba, que era amigo de Zeke como del marqués Flantheim.

—Soy Cordelia Enna Pameradia.

La niña hizo una profunda reverencia junto a su padre.

—Zeke fue mi subordinado cuando era caballero. Es el señor en funciones cuando yo no estoy.

—Aunque digas que soy el señor en funciones, no es como que yo sea el jefe. Solo hago lo que el conde me ha ordenado. No me he quedado en la calle gracias a él, y estoy tranquilo por mi hija.

Zeke, que parecía un poco juguetón, declaró su propio título:

—Soy un caballero.

El título “Caballero” duraba toda la vida.

En otras palabras, no era originalmente un noble. Sin embargo, la familia real le concedió el honor de ser caballero porque había obtenido algún tipo de logro. El que probablemente estaba relacionado con su pierna izquierda. Tenía un bastón en la mano izquierda y escondía la pierna del mismo lado. Posiblemente tenía una “herida de honor”, como Elvis.

Los caballeros obtenían pensiones cuando se retiraban, pero no recibían feudos. En otras palabras, debían encontrar su próximo lugar de trabajo. Cordelia supuso que fue entonces cuando Elvis le pidió a Zeke que trabajara para él.

—El almuerzo está listo. ¿También voy a almorzar contigo, como siempre?

—Sí. No me importa… Ahora que lo pienso, ¿dónde está Aisha?

—Está leyendo libros ilustrados a los niños del pueblo, como es su costumbre. Creo que volverá pronto.

»Incluso le dije que volviera antes de que llegara el maestro —sonrió con ironía; probablemente había adivinado que no regresaría a tiempo.

En ese momento…

»Oh, parece que acaba de llegar.

Cordelia se dio la vuelta para observar el lugar hacia donde Zeke dirigía su mirada.

Una bonita chica de pelo castaño y ojos ámbar estaba de pie, en la puerta.

—Llegas tarde, Aisha.

—Yo, lo siento…

La chica bajó la mirada avergonzada mientras trotaba hacia Zeke e inmediatamente se disculpó con Elvis. Sin embargo, a él no pareció importarle.

—Vamos a comer antes de que se enfríe.

Elvis habló mientras, rápidamente, entraba en la casa. No parecía enfadado; sólo actuaba como lo hacía habitualmente.

Cordelia tardó en seguir a Elvis, así que miró a Aisha y se inclinó.

—Es un placer conocerte, mi nombre es Cordelia.

Cordelia dijo y Aisha comentó:

—Woah… ¡Qué linda!

Habló rápidamente como si se hubiera sobresaltado.

—Me llamo Aisha Gargotta. Soy la encargada de enseñarte los alrededores durante tu estancia aquí.

Cordelia la escuchó y la observó directamente.

Aisha tenía los ojos grandes y redondos, y la piel blanca. Pensó que parecía una muñeca, y una pregunta le vino a la cabeza.

—Señorita Aisha.

—Puedes llamarme Aisha, señorita Cordelia.

—Dime… ¿Puedo llamarte hermana Aisha?

Cordelia tenía una hermana mayor, pero su hermana se había casado pronto, así que no hablaban mucho. Por lo tanto, no pudo evitar expresar su deseo en voz alta a la otra niña, quien posiblemente tenía unos quince años.

Los ojos de Aisha se abrieron de par en par, sorprendida.

—A mí no me importa pero… la señorita Cordelia tiene una maravillosa hermana, ¿no?

—Pero quiero llamarla hermana mientras esté aquí, señorita Aisha. Todavía soy inexperta, así que quiero que mi hermana me enseñe varias cosas… o eso creo.

El rostro de Aisha se puso rojo cuando Cordelia dijo eso.

—No sé si está bien que me llame así, pero no creo que haya ningún problema si la señorita Cordelia lo hace.

—Entonces, por favor, cuida de mi hermana.

—Estoy nerviosa…

Aisha se rió tímidamente y dijo:

—Bueno, vamos, la comida se va a enfriar.

Cordelia se sintió como una hermana mayor.

El plato principal del almuerzo era Pájaro Hueco, que puede decirse era una especialidad del feudo. Las verduras también estaban frescas. No podía decir si eran realmente más deliciosas que las de la Capital Real, o si sólo sabían así porque estaba cansada. Pero pronto lo descubriré, después de todo, me quedaré aquí una semana. Pensó mientras esperaba la siguiente comida.

Elvis se recluyó en su despacho por la tarde, y Cordelia y Aisha estaban en una habitación de la mansión…allí se alojaría Cordelia.

La damita le hizo varias preguntas a Aisha mientras disfrutaban de su té después de la comida.

—Hermana ¿A qué zonas del feudo puedes ir?

—Paso la mayor parte del tiempo en esta ciudad, pero a veces, como enviada de padre, visito la aldea de Caina, al norte, igualmente conocida como “la Aldea de Trigo”. El trigo que se produce allí es el mejor del reino y también se presenta a la familia real. Bueno, en realidad soy la enviada en nombre del conde y no de padre.

Aisha respondió con facilidad y Cordelia continuó preguntándole. No había oído hablar de la aldea Caina, pero concluyó que era el nombre de una de las aldeas que Elvis había mencionado antes.

—¿La gente  de Caina también visita este pueblo?

—Sí. Vienen aquí a entregar mercancías. Hay quienes traen a sus hijos, así que puedo leerles libros ilustrados a esos niños.

»Hoy he llegado tarde por eso.

Aisha, que había dicho eso graciosamente, no se veía arrepentida ni mínimamente. Parecía muy buena cuidando a la gente. Continuó hablando.

—Me encantan los libros. Así que es divertido leerle a los niños. Realmente me gustaría que pudieran hacerlo por sí mismos, aunque…

—¿Es difícil para ellos leer?

—Son inteligentes. Podrían aprender a leer bastante rápido si tuviéramos tiempo, pero el tiempo es un poco…

Aisha bajó la mirada mientras lo decía. Esto es probablemente lo mismo que padre dijo dentro del carruaje. 

—Piensan que está bien siempre que otra persona pueda leer por ellos, ¿no es así?

—Francamente, sí. Es difícil y triste. Pero, si se dice que es nuestro valor, entonces no tengo nada más que decir.

El aura que las rodeaba se volvió pesada cuando Aisha dijo eso.

Cordelia miró a su alrededor para cambiar de tema. Entonces recordó de repente algo que no podía hacer en la Capital Real, lo importante, por lo que había venido hasta aquí.

—Hermana, ¿podría mostrarme la ciudad?

—¿Eh? Claro.

—Sí. Rara vez salgo a la calle en la Capital Real, así que estoy deseando hacerlo.

Padre dijo que estábamos inspeccionando el feudo y mi hermana dijo que me mostraría los alrededores.

Así que probablemente podría dejar la mansión. Mi hermana aceptó mi petición tal y como pensé que lo haría.

—¿Qué le gustaría ver, señorita Cordelia?

—También quiero comprar un regalo para mis amigos… Pero sobre todo, quiero ver cómo vive la gente.

—Entonces, vayamos primero al mercado. Estará bien; aquí nadie haría daño a alguien de la Casa Pameradia.

Mientras Aisha decía eso, parecía feliz, completamente diferente de su aspecto sombrío de antes. Cordelia ladeó la cabeza y preguntó:

—¿Por qué?

Aisha sonrió antes de hablar.

—La Casa del Conde es mucho más popular aquí que la familia real, así que no podrías quedarte si haces daño a la Casa del Conde. El señor Elvis era muy popular en su juventud. La gente del feudo está en conflicto, quieren que se quede aquí más, y quieren que sea más activo en el Castillo Real. Es imposible dividirlo en dos, después de todo.

Los ojos de Cordelia se abrieron de par en par, sorprendida por la broma de Aisha.

—Estoy un poco sorprendida.

—Ahora bien, señorita Cordelia. ¿Te gustaría ir al pueblo ahora?

—¿Podemos ir ahora?

—Sí. Debería estar bien.

Cordelia podía salir con lo que tenía puesto, ya que llevaba ropa de viaje.

Aisha acababa de volver de la ciudad, así que estaba lista para salir. Las dos salieron de la mansión de inmediato.

♦️ ♦️ ♦️

Aisha caminó mientras hablaba, como si estuviera acostumbrada, y recorrió un callejón trasero como si fuera un jardín. —Es un atajo, —dijo y se movió como un gatito.

—Señorita Cordelia ¿Tiene alguna comida que no le guste?

—¿Comida? No, no particularmente.

—Entonces, comamos primero.

Sin embargo, Aisha llegó a la conclusión de que no sería bueno caminar y comer al mismo tiempo, por lo que guió a Cordelia hasta la tienda más cercana al mercado.

Había cola para ingresar en el establecimiento, pero ésta se abrió en cuanto vieron a Cordelia y llegaron al frente en un santiamén.

—Es la señorita de la Casa Pameradia.

—Es la segunda señorita que se queda en la Capital Real. Es absolutamente hermosa.

Cordelia escuchó cosas así y se sintió un poco avergonzada. Sabía que era hermosa, pero es la primera vez que lo escuchaba de otras personas. Es un poco vergonzoso. Sin embargo, no podía demostrar que lo era.

En el futuro apareceré en escenarios mucho más grandes. Esto es sólo el principio si lo comparo con cómo son las cosas… 

Ella se motivó y finalmente se dio cuenta.

La cola se había abierto de forma tan natural que la guiaron a un asiento sin más. ¿Esto estaba realmente bien? ¿Parece que estoy abusando de mi poder? No se oponía a hacer la cola.

Consultó a Aisha, quien le respondió sonriendo.

—Está bien. Esta es la amabilidad de todos. Probablemente no puedan disfrutar de sus comidas si hacen esperar a la hija de su señor. Así que la decisión correcta sería comer primero.

Aisha era como una maestra enseñando modales.

También había aprovechado ese momento para pedir su comida.

Y lo que llegó a su mesa fue un delicioso bollo recién horneado y ligeramente tostado, mermelada y té.

—Oh, esto se ve delicioso.

Cordelia pensó que no podría comer mucho ya que acababa de almorzar, pero esos pensamientos se esfumaron en cuanto aspiró el aroma. “¡Estoy preparada!”, se sintió como si su estómago dijera eso.

—Estos bollos están hechos con harina de la aldea Caina, de la que te hablé antes.

—Realmente se ven deliciosos.

—Entonces, comamos.

A Cordelia no se le daba bien comer bollos, pero se sorprendió de que el bollito se desmenuzara tan fácilmente cuando se lo llevó a la boca.

¿Así que este es el mejor trigo del reino?

—Es realmente… delicioso.

—El trigo de la aldea Caina es comprado por el reino a una cantidad fija. Además, la Casa Pameradia también compra una cantidad considerable y la utiliza para el comercio exterior. No quiero pensar mucho en ello, pero tendríamos problemas en tiempos de emergencia si todo se comprara a la vez.

Aisha dijo eso mientras untaba el bollo con mermelada y Cordelia intervino con un comentario.

—Pero… También hay un problema con el método de venta al por mayor. Si el trigo se comprara directamente a un precio razonable, como hace esta tienda, no habría problema. Pero, los aldeanos no son buenos con los cálculos, así que hay un montón de gente que lo compra a precios bajos porque los aldeanos no saben leer.

Aisha dejó de mover las manos por un segundo.

—Algunos aldeanos pueden calcular, pero no son buenos con la multiplicación. Aunque parezca que han vendido mucho trigo y han obtenido mucho dinero por él, hay casos en los que en realidad están vendiendo su trigo más barato de lo que deberían.

—¿Es eso… cierto?

—Sí, me di cuenta mientras actuaba como enviada. Pero, no puedo decir nada una vez que han aceptado un trato… Ni siquiera me es posible  convencerlos de que es el precio incorrecto, en primer lugar.

Lo dijo con un poco de tristeza. Parecía realmente preocupada por la aldea Caina.

—Es difícil memorizar letras y hacer cálculos. Pero, creo que la educación es importante para que las aldeas no sean engañadas por gente maliciosa.

Ah, así que es por eso que Aisha le lee a los niños, concluyó Cordelia.

La nueva renombrada hermana era buena cuidando a los demás, les lee a los niños para que se interesen por las palabras. Probablemente haría más si le fuera posible. Necesitaba mucho poder para hacer las cosas realidad. No era suficiente con su propio poder, pero Cordelia tenía un poderoso respaldo.

—Estos bollos son realmente deliciosos…, ¿no?

—¿Eh? Oh, sí lo son.

—Los buenos productos deben tener un precio fijo.

Sería posible si pudieran… comprender lo que se necesita. O eso pensaba Cordelia.

—Hermana Aisha. Yo también quiero meditar sobre este problema. Estoy segura de que no se aplica sólo a la aldea Caina; otros poblados también se enfrentan al mismo problema… Igualmente, quiero mejorar la tasa de alfabetización de la gente que vive en el feudo, para que todos puedan comunicar sus intenciones. A decir verdad, me enteré de esto por mi padre. Me informó que la cosecha probablemente aumentaría si los aldeanos supieran leer. No puedo decir que sus intenciones se conecten, pero ambos quieren lo mismo.

No se trata de poder hacerlo o no, lo haré. 

Cordelia miró directamente a Aisha con los ojos decididos.

Aisha respiró profundamente.

—Por favor, hazme saber si puedo ayudarte en algo. Puede que tenga poca influencia, pero realmente quiero ayudar.

—Sí. Me alegro mucho de que esté aquí, hermana. Si estuviera comiendo sola, entonces habría terminado la comida con, “este fue un delicioso bollo”.

Cordelia bromeó un poco, y ambas rieron al mismo tiempo.

Después de salir de la tienda caminaron un poco alrededor del bazar.

Todos en el lugar supieron al instante que era una dama de la Casa Pameradia y le decían. “Se lo daremos barato”, mientras le recomendaban algunos metales preciosos con joyas, pero Aisha, como su tutora, les cerraba el paso diciendo:

—La señorita tiene bastantes joyas y actualmente es demasiado joven para llevar demasiadas.

En cambio, Cordelia se interesó por un bonito cuchillo abrecartas con textura. Estaba hecho de Talen, una madera especial del feudo. La madera se utilizaba para fabricar muebles de alta calidad.

—Señorita, ¿te interesan los abrecartas?

—Sí, me interesan.

El tendero le habló y ella respondió con una sutil sonrisa.

Entonces, el tendero se lanzó alegremente.

—Señorita, ha puesto el ojo en un artículo interesante. Este cuchillo abrecartas no pierde su filo frente al metal, y es agradable al tacto. Por favor, sosténgalo. Es ligero y difícil de astillar. Recomiendo esta joya —dijo, y ella estiró la mano para sostener el cuchillo. Se sorprendió de lo bien que se sentía.

—Puedes grabar cosas en él, así que es un bonito recuerdo.

—Entonces… ¿Puedo tener dos de estos? ¿Y cuántas letras pueden caber aquí?

—¿Cuántas letras? Puede escribir una frase corta en él, no debe ser demasiado larga.

—Entonces, en una de ellas por favor escribe “Gracias por todo señorito Gille”, ¿es demasiado larga?

Cordelia pensó que un cuchillo abrecartas era el mejor recuerdo para alguien con quien siempre intercambiaba cartas. Por desgracia, los consejos que le había dado su padre no le dieron ninguna pista de inmediato, pero no se sintió perdida en cuanto a qué regalarles cuando vio el cuchillo.

—¿Este Gille es tu señor caballero, señorita?

—¿Eh? N-No tenemos ese tipo de relación…

—Ja, ja, qué bonito. Lo grabaré para ti. Lo tallaré con mucho cuidado.

Las palabras del tendero sorprendieron un poco a Cordelia, pero las palabras precisas que había grabado en el cuchillo no encajaban con la apariencia del alegre tendero al que le gustaba hacer bromas.

Ella sostuvo la mano y no pudo evitar decir:

—Bonito.

—¿Qué hago con el otro abrecartas?

—A ver… ¿en ese podría grabar “Cordelia”?

—Entendido. Me motiva más grabar el nombre de la señorita.

El comerciante comenzó a grabar una vez más.

No me imagino al señorito Vernoux escribiendo una carta, así que será mejor que le consiga otra cosa.

Puede que sea parcial, pero los dulces probablemente le irían mejor, pensó, pero decidió comprarle una taza de madera, que parecía agradable para beber en ella.

Cuando lo pensó detenidamente, tardaría tres días y medio en volver a casa, y era peligroso llevar comida cuando no sabía cuánto tiempo tardarían en volver a verse . Sólo compró caramelos secos para llevar a casa.

Cordelia cargaba tres bolsas de papel mientras sus ojos vagaban por diferentes cosas:

Un niño que tiraba de las manos de sus padres mientras comía dulces fritos en un puesto; un ama de casa que compraba carne procesada para la cena y adultos que actuaban de forma sospechosa.

Cordelia miró el bullicioso bazar y se inquietó. Esta era la primera multitud con la que se encontró en este mundo.

—Señorita Cordelia, volvamos pronto a casa. El sol aún no se ha puesto, pero se pondrá rápidamente.

—Oh, sí. Tienes razón.

—Fufu, está bien. Vendremos aquí en otra ocasión.

Aisha comprendió que todavía quería regresar.

Cordelia empezó a caminar hacia la mansión mientras se sentía un poco avergonzada. En ese momento, oyó hablar a unos niños.

—Eh, estoy muy emocionada por ver si aquí hay trigo como en la aldea Caina.

—Pero, con el trigo de la aldea se puede hacer un pan delicioso. El trigo es genial después de todo. Y los señores que hacen el trigo son aún más increíbles.

Sí, escuchó las voces de los chicos y chicas que se enorgullecen de la aldea Caina. Bajó la mirada.

Esta podría ser mi primera victoria o derrota, pensó y miró al frente.

♦️ ♦️ ♦️

Cordelia visitó el estudio de Elvis después de la cena de ese día. Quería mencionarle algo.

Deseaba preguntarle sobre el estado del feudo.

Aunque él le había enseñado un poco sobre los problemas del territorio, no era capaz de comprender la situación actual. ¿No podríamos crear un entorno en el que pudieran aprender a leer y a escribir? Si eso es posible, ¿no podrían construir una escuela?

Pensó que era posible encontrar una pista para esas preguntas hablando con Elvis.

—Padre, es Cordelia.

Ella llamó a la puerta e informó. Esta se abrió desde dentro.

Era Zeke quien la había abierto.

El Administrador parecía un poco sorprendido de ver a Cordelia, pero enseguida sonrió.

—Señor Elvis. Me voy a despedir. Por favor, llámame cuando quieras.

—De acuerdo.

Que Zeke estuviera aquí significaba que aún estaban trabajando. Ella pensó que ya habían terminado de trabajar debido a que no estaban en la oficina… se sintió un tanto mal.

—¿Pasa algo?

—No… Quería hablar un poco con padre…

Posiblemente era natural pensar que Elvis seguiría trabajando incluso en un momento como este. Él pasaba la mayor parte de su tiempo en la Capital Real y tendría un montón de trabajo esperándolo una vez que volviera al feudo, aunque Zeke estuviera actuando como señor del feudo.

Sin embargo, Elvis no dejó de escribir y respondió:

—Puedes sentarte en la silla de allí.

Mientras señalaba una silla junto a la ventana.

—Escuché que has ido a la ciudad con Aisha.

—Sí. Ella me enseñó la ciudad. Ertiga es un lugar muy animado y bueno. Todo el mundo parecía alegre y orgulloso.

—No es solo Ertiga. Ve a las ciudades y pueblos cercanos con Aisha. Seguramente ella está muy familiarizada con estos lugares. Organizaré su escolta y su carruaje.

Cordelia se sorprendió por las palabras de Elvis. Aquí le daban permiso tan fácilmente, a diferencia de cuando estaban en la Capital Real. Por supuesto, visitar el feudo era el propósito de la inspección, por lo que recibir permiso para recorrerlo podría ser obvio. Sin embargo, al final, ella sólo iba como “Asistente de su Padre”. Aunque Aisha venía con ella como ayudante, no podía ir sin más.

También… Había dudado de sus oídos por un segundo cuando escuchó la palabra “escolta”.

Isma era un caballero y también un regular de las fuerzas armadas nacionales, pero cuando salía con él, era más como “una salida con mi hermano” en lugar de “ser escoltada por un soldado”. Por lo tanto, estaba un poco perpleja por tener una escolta asignada a propósito. Pero era el feudo de Pameradia, así que no es extraño que tuvieran un ejército privado. No, no era posible defender el feudo sí no tenían uno. Y, una vez más, se dio cuenta de que estaba en una posición en la que era posible que fuera escoltada por soldados.

Soy como una princesa. No, en realidad podría ser una aquí. 

—¿Tienes algún plan para viajar por el feudo, padre?

—Lo tengo. Está un poco lejos de aquí, pero mañana voy a inspeccionar las obras del río Mir. También pienso ir a la aldea cercana.

—¿Puedo acompañarte? Quiero ir a la aldea cercana a Ertiga pero… también quiero ver trabajar a mi padre.

Era imposible para ella ver trabajar a Elvis en la Capital Real. Sintió que la existencia de la Casa Pameradia era un poco especial sólo por su pequeña salida de hoy.

Por lo tanto, quería ver de cerca a su padre haciendo ese tipo de trabajo. Si él decía que sería un estorbo, entonces no tendría más remedio que rendirse. Si se le preguntaba: “¿Qué entenderías si me vieras trabajar?”, entonces no sabría cómo responder. Sin embargo, pensó que en este lugar podría encontrar una respuesta a la pregunta de Elvis, “¿Qué es un noble?”.

Elvis levantó la vista de sus documentos y miró a Cordelia en silencio.

—Hay una condición.

—¿Sí?

—Entiende esto antes de partir. Si no lo haces, no tendría sentido que vinieras. Cambiaré la fecha de salida a pasado mañana.

Entonces, Elvis le tendió un documento relacionado con las obras ribereñas. El documento tenía un esquema de la condición actual, el objetivo y el avance. Descubrió que la aldea Caina estaba en las inmediaciones de la zona ribereña. El informe contaba con unas 30 páginas, y Cordelia concluyó que todos los detalles estaban allí escritos.

—Puedes preguntarle a Zeke sobre lo que no entiendas. Él sabe mucho al respecto.

—De acuerdo.

Los documentos parecían extremadamente difíciles de entender con sus letras pequeñas, pero ella se alegró de que se los dieran.

Era un informe que un niño no comprendería, pero Elvis solo le había dicho: “Entiende esto”. Por lo tanto, ella solo podía responder a sus expectativas, porque eso era algo que podía hacer ahora.

—¿Es todo…?

—¿Eh?

—¿Eso era todo lo que querías?

Cordelia estaba un poco sorprendida por las palabras de Elvis.

Porque sintió que él estaba preguntando si esto era lo único que ella podía hacer ahora.

No pudo responder inmediatamente.

Tenía algo que quería decir.

Quería hacer algo con los pueblos.

Sin embargo, no había encontrado la manera de ayudarlos. No podía consultarle sobre este asunto con palabras tan vagas como querer hacer algo.

Elvis no la instó a responder.

Sin embargo, esperó una respuesta y no volvió los ojos a sus documentos.

Cordelia pensó desesperadamente una respuesta y finalmente abrió la boca..

—Hay algo que quiero lograr. Pero aún no he encontrado la manera de conseguirlo. ¿Escucharás lo que tengo que decir una vez que halle la respuesta?

—¿Planeas hablar de alguna tontería para que me niegue a escucharte incluso antes de empezar?

Era una forma indirecta de hablar, pero ciertamente la había reconocido.

Después de un rato, Zeke dijo que quería servir el té y empujó el carro. Luego, hablaron de cómo él podía preparar el té cuando era un caballero.

Elvis respondía de vez en cuando sin cambiar su expresión, a diferencia de cuando estaba con el marqués Flantheim.

Padre… incluso la mitad está bien, así que por favor, utiliza el mismo tipo de actitud con el marqués Flantheim. Cordelia no pudo evitar pensar en eso. Pero, probablemente se debía a lo mucho que confiaba en Zeke, tanto que le encomendó el papel de señor en funciones. Así que podría ser una cuestión de hecho decir que era natural.

Cuando finalizaron el té y Zeke terminó de hablar de las modas y los artículos populares de Ertiga, Elvis ordenó a Cordelia que regresara a su habitación. Al mismo tiempo, Zeke también salió para llevarse los utensilios del té.

Entonces, el administrador se rió un poco en el pasillo.

—El cap… maestro estaba de excelente humor, ¿no es así?

—¿Lo estaba?

—Sí. Seguramente está cansado, y a este paso probablemente trabajará demasiado, así que tendré que vigilarlo.

Cordelia sonrió irónicamente a Zeke, quien se burlaba de su padre.

Elvis no le parecía diferente, pero se alegraba si estaba de buen humor.

Zeke continuó alegremente.

—El amo me ha instruido para que actúe como el señor. Pero si lo dijera de otra manera, entonces no puedo hacer nada sin sus instrucciones. En resumen, el amo siempre está cansado porque me da órdenes.

Decía eso, pero no era fácil cumplir los mandatos que le habían encomendado. La responsabilidad es pesada y se generan imprevistos. Como tiene un deber tan pesado, no debería decir algo así tan fácilmente, aunque sea humilde, pensó Cordelia.

Meditó al respecto… pero no lo dijo en voz alta. Sonaría demasiado descarado.

Después de todo, Zeke no decía cosas sin sentido. Definitivamente conocía a Elvis mucho mejor que Cordelia.

Pero una vez más, gracias a las palabras de Zeke, se dio cuenta de la cantidad de trabajo de su padre.

Elvis rara vez utilizaba el tiempo para sí mismo. Pasaba pocos momentos en casa, pero empleaba la mayor parte de ese tiempo trabajando. Era un tanto preocupante, aunque esa fuera la imagen de noble que buscaba. Trabajaba de tal manera que no sería una sorpresa si su cuerpo colapsara.

—Me pregunto por qué mi padre se esfuerza tanto…

Esas palabras no eran una pregunta, eran palabras que acababan de salir de su boca.

Sin embargo, Zeke las respondió.

—Probablemente por sus creencias. He oído que pasó muchas penurias cuando era más joven porque no tenía poder. El dicho favorito del capitán es: “Tus sueños no se harán realidad si no tienes poder”.

Oh, así que mi padre quería poder. Ella recordó el incidente de “yo amo a mi padre” de cuando era más joven.

No pensó demasiado en que él quisiera estatus o prestigio cuando fue descortés en ese momento, pero se preguntó si él estaba insinuando algo así, en ese entonces. Aun así, se alegró de haberlo evadido. Ahora era capaz de escuchar esas conversaciones con calma porque lo había hecho.

—Bueno, él ya ha acumulado mucho poder, así que no creo que necesite ir tan lejos para perseguirlo. En cambio, el estatus que ha ganado le ha quitado tiempo. Se agota completamente con sus obligaciones sin realizar su sueño. Lamentablemente, es así de torpe desde hace tiempo —dijo Zeke mientras sonreía irónicamente.

Cordelia se separó de él y volvió a su habitación. Se dirigió a su escritorio e ideó un plan. Si sabía cómo tratarlo, podría negociar con Elvis. Por lo tanto, tenía que pensar en algo.

Incluso si tomo prestada su influencia, necesito planear de dónde saldrá el pago del alquiler.

Por el momento, su objetivo era establecer una escuela.

Un lugar de aprendizaje donde se enseñara a los niños a calcular y a leer y escribir. Quería hacer algo así.

Esperaba que Elvis pensara sobre los gastos en los que  incurrirían. Por lo tanto, comenzó a elaborar un plan de inversiones.

—Puedes pensar que a futuro se obtendrán ingresos. Pero, ahora mismo, no es posible cobrar.

Necesitaba un plan que convenciera a Elvis y a la gente del feudo… Si no tenía un porcentaje ganador, sería difícil que su plan diera frutos.

—Hacer que la educación sea gratuita… Eso definitivamente no es suficiente. Dudo que los hombres que tienen confianza en sus esposas envíen a sus hijos a la escuela. Además, se les considera parte de la mano de obra… Ah, qué difícil.

Cordelia se devanó los sesos.

El sonido de la puerta al ser golpeada resonó en toda la habitación mientras el reloj daba las campanadas.

—Entra —respondió Cordelia, y Aisha apareció.

—He venido porque he visto la luz. Ya es tarde, señorita Cordelia.

—Vaya, ¿ya es tan tarde?

—Sí lo es… Entonces, te he traído un bocadillo para la noche —dijo, mientras sostenía alegremente el pan que escondía detrás de ella y se lo presentaba a Cordelia.

¿No me vas a decir que me vaya a la cama? pensó Cordelia, pero no replicó. Era imposible. El pan tenía un aroma agradable.

—Es un pan blanco normal, pero es muy delicioso. Ha sido ligeramente tostado, así que está caliente.

El pan que le presentaron era delicioso y suave.

—Está hecho con un tipo de trigo poco común, por lo que apenas lo comemos aquí. Pero recibí un poco de los niños a los que les leí.

Aisha se rió.

Cordelia observó el pan durante un rato y luego se llevó lentamente un trozo a la boca.

—Delicioso…

—¿Verdad que sí?

—Pero, es un poco diferente al pan de la Capital Real.

—¿Eh?

—Es suave y delicioso, pero hay algo diferente. ¿Será que tiene un sabor suave…? Es un poco seco y también diferente del pan que comemos para el almuerzo.

Cordelia no podía explicarlo muy bien.

Si es solo el sabor, entonces siento que éste es más delicioso. Pero, también siento que la sequedad oscurece el sabor. Por supuesto, esto podría ser sólo una cuestión de preferencia…

—Pero… Ya veo, si usas este trigo entonces…

Cordelia tuvo una epifanía.

—Gracias, hermana Aisha. ¡¡Creo que lo veo!!

—¿Eh? Sí, me alegro…

Decidió volver a hablar con Elvis en la mañana.

♦️ ♦️ ♦️

A la mañana siguiente.

Cordelia detuvo inmediatamente a su padre cuando se dirigía al despacho después del desayuno.

Él había dicho que mañana visitarían la construcción del río. Por lo tanto, ese era el único momento en que ella podía hablarle.

—Padre. Hay algo en lo que quiero que inviertas.

—¿Qué es?

—Me gustaría enseñar a los niños de la aldea Caina a hacer cálculos y a leer y escribir. Deseo que inviertas en el desarrollo de este proyecto —declaró, mientras él la miraba fijamente.

Los ojos de Elvis eran afilados; su mirada siempre era más dura de lo habitual cuando estaba negociando, y Cordelia nunca lo había visto así.

Sin embargo, no se apartó y lo miró de frente.

—Has dicho invertir, ¿no? Eso significa que esperas obtener un beneficio de ello.

—Tengo la intención de obtener ingresos de las hierbas medicinales en el futuro. Durante el cual, no sólo ganaría dinero sino también información. Esta información seguramente será útil para mi padre.

—De las hierbas medicinales, ¿verdad? Ronnie me ha informado de esto antes. Parece que estás pensando en abrir un negocio. Entonces, ¿has pensado en una forma concreta de hacerlo?

—Quiero abrir una escuela a la que asistan todos los hijos de los campesinos. No tiene que ser todos los días, con una vez cada varios días es suficiente.

—¿Crees que podrás convencerlos, ya que la agricultura es su medio de vida?

—Me gustaría ofrecerles pan hecho por el mejor panadero de la Capital Real a cambio de la mano de obra infantil del pueblo.

—¿Pan…?

Sí, me di cuenta ayer mientras comía pan.

—Pan hecho por el mejor panadero de la Capital Real con el mejor trigo. Lo ofreceré a las familias. Si lo hago, probablemente aceptarán las condiciones. He oído que todo el mundo en la aldea Caina hornea su propio pan. Considero que pueden recibir el pan ya horneado y enviar a los niños a estudiar por poco tiempo.

Se proponía convencerlos de que consumieran el pan y cooperarán con ella.

—¿Por qué quieres enseñarles esas cosas?

—Por la lectura… Primero, podrían leer contratos y libros. Necesitan contratos cuando comercian con trigo, ¿no? Y si leen libros, pueden adoptar métodos de cultivo de otras regiones. No es necesario adoptar esos métodos, pero el conocimiento es importante. Leer libros les ayudaría a encontrar lo que buscan

—También quieres que puedan ajustar el precio en caso de que alguien intente engañarlos, ¿no es así?

—Sí.

Elvis, quien tenía los ojos bajos, le devolvió la mirada.

—Puedo ver que habrá cierta oposición, pero los detalles probablemente puedan arreglarse mediante negociaciones. Sin embargo, hay un problema.

—¿Cuál es?

—Que todavía eres una niña.

Cordelia jadeó ante esas palabras.

—El concepto no es malo. Pero no tienes la edad suficiente para ponerte en la mesa de negociación.

Era vagamente consciente de que la gente podría pensar que estaba bromeando porque parecía joven.

—¿Qué te parece esta propuesta? Si negocio directamente con el jefe, podremos ponerlo en práctica mucho más rápido. Pero entonces, ya no será tu logro.

Cordelia se encontró con los ojos de Elvis.

Y no podía pedir nada mejor que su propuesta.

—No necesito el crédito.

—¿Es así? Sin embargo, tampoco quiero los logros de un niño. No tires tus logros tan fácilmente… Invertiré en ello. Sin embargo, le diré a los aldeanos la verdad después de que me hayas pagado por completo. ¿Qué te parece?

—Eh, mm, Y-yo… bien.

—Entonces, está decidido. Pensaré en la construcción de la escuela, y probablemente sea mejor abrirla cuando termine la temporada de cosecha. Tienes hasta entonces para encontrar un maestro entre los aldeanos. Pero, ¿qué harás con el panadero?

—Eso es…

Las cosas se movían con demasiada brusquedad, Cordelia hacía lo posible para seguir el ritmo de la conversación.

Todo era aún una idea, y ella iba a meditar más en ella después de haber sido aceptada.

—Hay un aprendiz que trabaja en la cocina de nuestra mansión en la Capital Real, aspira a ser panadero.

—¿Eh?

—Es el ganador de un concurso, aunque el concurso no era tan grande. Posiblemente se convertirá en el mejor panadero de la Capital Real algún día.

—Padre, eso es… una estafa, ¿no?

—No es una mentira, ¿verdad? La persona misma dijo que se convertiría en el mejor panadero de la Capital Real.

Elvis habló sin inmutarse y se encogió de hombros.

Padre, pensé que te estabas volviendo más rotundo que antes…

Ella no sabía si eso era sólo su imaginación o algo más.

Pero, se alegró de que una de sus propuestas fuera aceptada y su próximo objetivo: encontrar un profesor.

♦️ ♦️ ♦️

Su nueva misión era “Encontrar un profesor”.

No era una tarea difícil ya que tenía a alguien a quien podía preguntar.

Sí, era Aisha, la persona que leía a los niños y quería enseñarles a leer y a escribir.

Al día siguiente, después de acompañar a su padre en la inspección del río, Cordelia y Aisha fueron a un museo de arte.

Se suponía que iban a reconocer otro pueblo, pero Aisha había dicho: “Por fin están aquí, así que por favor, miren algo que sólo puedan ver en este lugar”.

Cordelia nunca había estado en un museo de arte en la Capital Real. Sin embargo, estaba familiarizada con las pinturas hasta cierto punto y le habían enseñado sobre ellas.

La historia de la Casa Pameradia también estaba expuesta en un rincón del museo. Había una explicación sobre cómo era una tribu ecuestre, y cómo la historia había cambiado desde entonces. Por supuesto, se exhibían pinturas y esculturas, y la imagen de su magnificencia era fuerte.

—Hay muchas piezas aquí con énfasis en la fuerza, a diferencia de los museos de arte de la Capital Real.

—¿Ha estado en un museo de arte en la Capital Real, hermana?

—Sí, solía vivir allí. Mi padre empezó a trabajar para el conde nada más retirarse del ejército. Pero, yo no quería dejar a mis amigos, así que le dije unas palabras de mala gana. Me quedé con mis abuelos hasta hace unos dos años.

»Hice que mi padre se entristeciera por eso —Aisha río pícaramente. —Pero no creo que vuelva a mudarme allí. Este estilo de vida me conviene más.

—Entonces…, hay algo que me gustaría preguntarle, hermana.

—¿Ah, sí? ¿De qué se trata?…

Contestó en voz baja mientras reía a su lado, pero de repente hizo una pausa y puso cara de asco. Cordelia sintió curiosidad y siguió su mirada.

Entonces, vio a un joven.

Miró a su alrededor frenéticamente y luego se congeló en el sitio cuando encontró a Aisha.

Por su parte, ella frunció el ceño y dijo:

—Señorita Cordelia, ¿nos vamos?

Antes de alejarse.

Entonces, el hombre se descongeló y gritó, a pesar de estar en un museo de arte.

—¡Espera, Aisha!

Luego, continuó.

—Eres la única a quien amo, por favor, cásate conmigo.

Aisha y Cordelia no fueron las únicas que se congelaron ante esas palabras; todo el mundo en el museo se inmovilizó.

Era una confesión llamativa, ardiente e inapropiada.

♦️ ♦️ ♦️

Después de eso, Cordelia no estaba segura de cómo habían salido del museo de arte.

Pero recordaba vagamente haber impedido que una Aisha con la cara roja abofeteara al joven y se llevará a los dos a rastras.

No creía que fuera a ver una escena de carnicería a la edad de ocho años…

Lo pensó mientras se sentaba en el borde de un banco junto al canal y los observaba.

En realidad quería irse a casa y dejarlos con su discusión, pero Aisha no le soltaba la mano. Aisha se sintió como si estuviera acorralada en una esquina.

Cordelia observó atentamente al joven.

Tenía los ojos castaños, el pelo corto y la boca en una línea dura. Su cara estaba tan roja que no se podía pensar que era la misma persona que había hecho una audaz confesión hacía unos momentos. Sus ojos parpadeaban de arriba abajo y se notaba muy inquieto.

¿Qué diablos está pasando? ¿Qué debo hacer?

Cordelia no tenía la capacidad de aclarar la disputa. En primer lugar, ni siquiera sabía cuál era su relación. Pero, uno de ellos le propuso matrimonio al otro.

Aún así, no iría a ninguna parte si ambos no hablaban. Realmente quiero que se den prisa y hablen ya.

Ella deseó eso, y el joven finalmente habló.

—Hice la prueba de nombramiento de caballero. Por eso he venido a pedir tu mano en matrimonio. Lo dijiste hace mucho tiempo, ¿no es así? Que querías casarte con un caballero. Dijiste que querías casarte con alguien fuerte como tu padre. Lo mencionaste como si fuera tu frase favorita.

—Esas son solo las palabras tontas de un niño. ¿Qué estás diciendo? Estoy segura de que te vas a lastimar enseguida, Warren. ¡Quiero que lo dejes antes de que te hagas daño!

—Pero, si no lo hago entonces no me tomarás en serio.

—¡Aún así, no deberías ser tan imprudente! ¡Aunque seas tan débil! ¿Cómo puedes hacer algo así por mí…?

Cordelia escuchó su disputa y realmente quiso alejarse de allí.

¿Qué pasa con esta conversación? ¿Acaso estos dos olvidaron que hay una niña aquí?

¿Por qué demonios están discutiendo? ¿Debo mediar entre ellos? ¿O debería quedarme y actuar como una estatua de piedra? Aisha se puso de pie mientras Cordelia estaba desconcertada.

—En cualquier caso, ¡no voy a volver a la Capital Real…!

Se cubrió la cara y salió corriendo después de decir eso.

Cordelia se quedó congelada en el sitio y no pudo perseguirla, pero le preocupaba más que la dejaran atrás.

—¿No vas a volver a la Capital Real…? —dijo interrogativamente.

La hermana Aisha había dicho que no podía dejar a sus amigos… entonces, ¿por qué había venido aquí en primer lugar?

Y, lo más importante.

—Erm… ¿Estás bien?

—Ah, Aisha… Se fue…

El joven, quien estaba derramando muchas lágrimas, es muy diferente a los caballeros que conozco… Es completamente diferente a mis hermanos. No puedo evitar pensar en eso. ¿Qué debo hacer? Y existe la posibilidad de que un niño que lo consuele le escarbe las heridas.

Cordelia decidió vigilarlo en silencio hasta que reaccionara porque no podía hacer otra cosa.

Sería malo que no fuera a casa a cenar. Sería genial que dejara de llorar para entonces, pensó, pero por suerte, el hombre se recuperó más rápido de lo que imaginaba.

—Lo siento, estaba distraído. Soy Warren McGregor. Soy el heredero del Vizconde McGregor. Tengo dieciséis años. Como puedes ver, soy el tipo que le propuso matrimonio a Aisha, pero ella huyó…

La última parte era completamente masoquista, pero Cordelia decidió fingir que no lo había oído e interactuar con él como un adulto.

—Me llamo Cordelia Enna Pameradia —se presentó.

Warren se bajó del banco al oír eso.

—Ah, Pa, ¿eh? ¿Pame?

—Es Pameradia.

—¿Huuuhhh? Ahora que lo pienso, ese pelo y esos ojos… ¡Lo siento!

—No, por favor, no te preocupes. Soy una niña, y destacas mucho si hablas demasiado alto, así que por favor actúa como lo harías normalmente.

»Por favor, siéntate —dijo ella, y Warren se hizo más pequeño al sentarse en el asiento.

Parecía estar avergonzado, pero era demasiado tarde para eso puesto que ya había presenciado todo el alboroto.

—Se trata de lo que estaban hablando antes, pero ¿le pasó algo a la hermana Aisha en la Capital Real?

—No lo sé… Parecía un poco decaída hace tres años en primavera, y luego, hace dos años, abandonó repentinamente la Capital.

Sus ojos comenzaron a lagrimear nuevamente al decir eso.

—Siempre la he querido, pero de repente se distanció… Pensé en si había hecho algo dudoso… pero las únicas veces que salí con una chica fue para elegir un regalo para Aisha y cuando consulté a otra chica fue porque estaba preocupado por amor. Nunca me fijé en otras mujeres…

—En resumen, en lo que a ti respecta, nunca has hecho nada que haya podido provocar un malentendido.

—Pensé que podría haber sido por algo diferente, así que me esforcé por convertirme en un caballero.

El aire a su alrededor se volvió realmente pesado. Warren ya había tocado fondo.

Sin embargo, Cordelia pensó que podría ser algo más, mientras escuchaba su historia.

No volveré a la Capital Real”, había dicho Aisha, por lo que Cordelia no creía que tuviera que ver con que no soportara que Warren fuera de compras con otras chicas.

—Por lo que veo, no es que mi hermana Aisha piense mal de ti.

Cordelia habló, y Warren levantó la cara de repente.

—¿Eh?

La niña se arrepintió un poco. No quería involucrarse demasiado, pero no podía dejar las cosas como estaban. Estaba preocupada por Aisha.

—Le preguntaré a mi hermana Aisha al respecto indirectamente. ¿Cuánto tiempo se quedaría aquí el señor Warren?

—Erm, hasta la mañana del día después de mañana..

—Por favor, dime dónde te vas a quedar. Hablaré con mi hermana y te contactaré.

Warren se conmovió hasta las lágrimas por lo que Cordelia estaba diciendo. Ella tenía un poco de pánico en su interior, creo que está bien, pero ¿qué debo hacer si no lo está? Por supuesto, no dejó que eso se notara en su rostro.

♦️ ♦️ ♦️

Warren la llevó a su casa.

Aunque la ciudad era segura, no era buena idea dejar que una niña noble caminara sola por una calle desconocida.

Cordelia volvió a su habitación y se cambió de ropa mientras pensaba; ahora bien, ¿qué debo hacer?

Cuando terminó de vestirse y se sentó en su cama, oyó que llamaban a la puerta.

—Pasa. Es mi hermana Aisha, ¿verdad?

Como había adivinado por el aura, Aisha estaba de pie al otro lado de la puerta.

Los ojos de Aisha aún estaban rojos e hinchados. Seguramente había estado llorando.

—Siento mucho haberme enfadado.

—Está bien. El señor Warren me trajo a casa.

Posiblemente estaba muy preocupada por sus cosas y se disculpó aún más con esas palabras.

Cordelia se dirigió al sofá e instó a Aisha a sentarse con un “Por favor, siéntate”. La joven, tímidamente, se sentó.

Era bueno que se sentara, pero Cordelia no sabía por dónde empezar. Sin embargo, no llegarían a ninguna parte si se quedaban así. Se decidió y fue al grano.

—Hermana, ¿odias la Capital Real?

Aisha se congeló por un segundo y luego sacudió la cabeza y las manos.

—No, eso está fuera de lugar. Solo me sentí un poco abrumada allí. ¡Pero me encanta tanto como este lugar!

—Entonces, ¿por qué no quieres regresar?

Aisha comenzó a llorar.

Cordelia se sobresaltó y estuvo a punto de preguntarle qué pasaba…

—Es que me gotea la nariz.

Ella escuchó a la joven decir esas palabras.

—¿Perdón…?

—Estaba bien hasta hace unos tres años. Viví sin ningún incidente hasta entonces. Pero de un momento a otro, mi nariz repentinamente empezó a gotear al principio de la primavera. Me picaban los ojos y lloraban, por lo que se puso muy roja… Y así estuvo hasta el verano.

Las lágrimas empezaron a correr por la cara de Aisha.

—No hay señoras que tengan mocos. Además, Warren probablemente no… Yo soy la que se avergüenza de esto, así que lo entiendo mejor. De tal manera que no puedo quedarme en la Capital Real donde Warren se encuentra…

Cordelia se quedó boquiabierta porque ella hablaba como si el mundo se hubiese acabado. Entonces, dijo una sola frase.

—Es la fiebre del heno… ¿no?.

Esas palabras resonaron en toda la habitación.

—¿Eh?

Decidió preguntarle a Aisha, quien no parecía entender muy bien.

Si la fiebre de heno le dio en la Capital Real, entonces probablemente se desencadenó en ciertas áreas. Las plantas en este mundo eran como las hierbas y solo crecían en lugares adecuados para ellas si los humanos no las cultivaban. Tenía la impresión de que el polen y las semillas de este mundo eran atraídos por la magia de la tierra, en lugar de ser arrastrados por el viento. Las semillas y el polen no volaban por las zonas donde la magia no les convenía. Había excepciones.

Otras personas también mostrarían síntomas de fiebre del heno si el polen volará por toda la Capital Real. Sin embargo, nunca había escuchado algo así.

—Solo como referencia, pero ¿tienes algún lugar en el que aparezcan tus síntomas?

—En mi casa y en la de Warren… Mis síntomas no aparecen en otros lugares.

—¿Hay árboles destacados que tengan más de tres décadas de antigüedad allí? Por ejemplo, cedros o cipreses.

—Hay árboles de cedro. Parecen los que describes.

—Probablemente sea eso.

Los cedros eran raros en la Capital Real.

—Fiebre de heno… He leído sobre ello en los libros. Si inhalas demasiado polen, entonces seguirás estornudando, y la mucosidad de tu nariz se vuelve líquida.

—Eso es correcto.

—Entonces, de cualquier manera, es imposible… Es el hijo mayor, así que seguirá viviendo en esa casa. No puedo decirle que corte un árbol tan fino por mí.

Cordelia continuó ya que Aisha parecía que iba a romper a llorar de nuevo.

—Hermana, tengo una solución para eso. Pero aún está en fase experimental, y no puedo garantizar que esté lista para la primavera…

—¿Qué es?

Ah, mi hermana ama al joven Warren después de todo. 

Cordelia pensó una vez más, y sintió que sus mejillas se ponían rojas; se aclaró la garganta para disimularlo.

—¿Puedes mantener esto en secreto?

—¡Lo haré!

—Estoy investigando hierbas medicinales. Mi investigación consiste en condensar la energía de la planta y utilizarla de forma que sea buena para el cuerpo humano. Esta parte de mi investigación no se oculta a mi familia.

—Estás investigando algo complicado.

—Es un secreto a partir de ahora. Aunque todavía está en la fase preexperimental, estoy tratando de encontrar una forma de aliviar los síntomas de la fiebre de heno con té de hierbas, es decir, té medicinal. También estoy intentando hacer una pomada para prevenir las molestias nasales. Igualmente hay un método para limpiar el aire de la habitación quemando aromas.

Cordelia anotó en un papel que tenía cerca.

—Pero podría ser un poco duro para mi hermana ya que es posible que no le guste el sabor de la flor de saúco ni el olor de la menta…

La menta serviría para este propósito, según el poder mágico de Aisha. Se puede mezclar con la flor de saúco para hacer una infusión, y su propia fragancia es eficaz para aliviar la obstrucción nasal. El eucalipto también era bueno para usarlo como sal de baño, pero aún no había encontrado ninguno.

Había otras formas de aliviar sus síntomas, pero Aisha agarró las manos de Cordelia antes de que pudiera mencionarlas.

—Está bien, seguro que me va a gustar. Es el aroma que me va a ayudar.

Cordelia se sintió abrumada por la cantidad de fuerza que Aisha estaba usando, pero pensó que era encantador que ella actuara tan desesperada.

Podría ser de ayuda, pensó y se alegró.

—Entonces, hermana. Tengo una petición… Me gustaría que hicieras algo a cambio.

—¿Qué es?

—El joven Warren va a entrar en la residencia como aprendiz de caballero. Creo que tendrá poco tiempo libre. Durante ese tiempo, me gustaría que se quedara en el feudo. Y quiero que enseñes a los niños de la aldea Caina a hacer cálculos, así como leer y escribir. Por supuesto, si el joven Warren tiene un largo descanso, entonces yo haría que el maestro se tome, igualmente, un descanso. También le pagaré un sueldo.

Los ojos de Aisha se abrieron de par en par con sorpresa.

—Huh… Mm, ¿eso es?

—Estoy buscando un profesor que pueda enseñar cálculos y letras en ese pueblo.

—¡¡¡Encantada!!! ¡¿La gente de la aldea realmente aceptará esta propuesta?!

—Mi padre negoció con ellos, escuché que respondieron positivamente a la idea. No creo que las negociaciones se rompan si tenemos un maestro de confianza. Estoy segura de que los aldeanos confían mucho en ti.

Aisha esbozó una sonrisa ante la respuesta de Cordelia.

—Si es así, ¡aceptaré encantada!

—Hermana… ¿no estás más contenta que por las contramedidas para la fiebre del heno?

—Porque todos, todos… No estaban interesados en absoluto…

Aisha, honestamente, se puso feliz, y Cordelia no estaba segura de si se alegraba de haber preguntado.

Porque el joven Warren parece que se va a sentir solo al ver el anhelo que tiene por ser profesora…

No, no es eso. Parecía igual de contenta con ambas informaciones, Cordelia ajustó sus pensamientos y le dijo a Aisha lo que tenía que decir.

—Hermana, el joven Warren se aloja en el segundo piso de la taberna de la calle Segunda. ¿Qué tal si lo visitamos mañana por la mañana?

—Señorita Cordelia… ¡Muchas gracias!

—No, no he hecho nada.

—¡Voy a visitarlo ahora mismo!

Cordelia se sorprendió de lo enérgica que era Aisha.

—¡Mm, erm, hermana! ¡Ya está oscuro afuera!

—Pero, quiero contarle a Warren estas cosas ahora mismo… Y, tengo que disculparme con él. Haré que me envíe a casa, ¡así que estaré bien!

Cordelia se sorprendió de lo asertiva que era Aisha mientras desaparecía con un: ¡Volveré!

Ni siquiera tuvo tiempo de decir: Pero el camino también es peligroso…

Estoy segura de que el joven Warren la amaría incluso si su nariz estuviera constantemente goteando… Pero como chica, por supuesto, lo odiaría.

También pensó que, a partir de ahora, probablemente habría una demanda de contramedidas contra las dolencias alérgicas como la fiebre del heno. Nunca pensó que la flor de saúco llegaría a ser útil.

—Pero, amor entre amigos de la infancia, huh… Qué bonito. Es como un cuento.

Si se tratara de un amigo de la infancia, entonces eso se aplicaría a Vernoux, pero ella no lo veía de esa manera. Posiblemente él tampoco la veía así. De hecho, le había dicho que era como un niño.

El otro chico que conocía que tenía más o menos la misma edad que ella era Gille…

—¡Woah, en qué estoy pensando! Claro, ¡voy a convertirme en una belleza en el futuro y a encontrar un hombre encantador en las fiestas nocturnas!

Cordelia se revolvió en su cama mientras tomaba esa resolución.

Definitivamente me casaré en el futuro.

Antes de eso, completaré la medicina para la fiebre del heno.

Cuando regrese a la Capital Real, le pediré a Ronnie que haga gotas para los ojos con la misma consistencia que las lágrimas.

—Ahora que lo pienso, olvidé dar los regalos a los sirvientes de aquí.

Cordelia respiró profundamente para calmarse mientras recordaba la crema de caléndula que guardaba en su bolso.

Siguió haciéndolo hasta que Aisha volvió a casa con Warren.

♦️ ♦️ ♦️

Cordelia descubrió que Aisha había regresado cuando se dirigía al comedor para cenar. Oyó el sonido de la puerta principal abriéndose y vio que había regresado.

Parecía muy animada.

—Bienvenida a casa, hermana —dijo Cordelia, pero Aisha no la escuchó.

¿Será porque estoy lejos? pensó, pero la joven miraba inquieta a su alrededor y observaba en dirección contraria. No parecía haberse dado cuenta de que Cordelia le había hablado.

Me pregunto qué estará buscando.

Cordelia miró en la dirección en la que miraba Aisha y finalmente se dio cuenta. La sombra de Warren podía verse detrás de ella. Seguramente la acompañó a su casa. Se dio cuenta de que Cordelia estaba allí antes que la joven. Se encontró con sus ojos y se rió tímidamente. En resumen, fue así. Cordelia le devolvió la sonrisa y Aisha habló sorprendida.

—¡Oh!

Los dos miraron en la misma dirección que ella, asombrados, y vieron a Zeke.

Zeke se sorprendió por el tono de Aisha y por el hecho de que corriera hacia él. Pero lo que hizo que sus ojos se abrieran por la impresión fue lo que su hija mencionó.

—¡Padre! Me voy a comprometer.

Fue una declaración maravillosa y grandiosa.

Zeke, que había escuchado aquella proclamación, se quedó helado y parecía que se tambaleaba.

Cordelia se asustó por un segundo.

Sin embargo, Zeke no cayó al suelo, ya que había golpeado el suelo con su bastón, con un fuerte golpe, para mantener el equilibrio. Pero, estaba mirando al suelo para que no pudieran ver su expresión.

Cordelia concluyó que no sería extraño que Zeke se desmayara en esa situación. Después de todo, Aisha estaba hablando de comprometerse. Era algo que ni siquiera Cordelia, quien había encendido la llama, podría haber predicho. Warren también estaba congelado en el lugar, por lo que las palabras de Aisha le habían sorprendido.

Esto es incómodo para el futuro suegro…

Estaba segura de que a Warren le gritarían mucho en esta situación.

Cordelia lo compadeció un poco, pero se relajó al ver lo feliz que estaba Aisha. En primer lugar, no podían decir nada porque el estado de ánimo de la joven influía en el aura de la habitación.

Pero, una sola frase de Elvis hizo avanzar la situación.

—¿Qué estás haciendo…?

Seguramente Elvis se dirigía al comedor y levantó la ceja cuando vio a la gente reunida en la entrada. No es que les encontrara defectos por hacerlo, simplemente no entendía la situación.

Sin embargo, Warren probablemente nunca había conocido a Elvis, y su actitud cambió por completo. Comenzó a entrar en pánico y se puso rojo. Warren nunca había pensado que los comentarios de su compromiso saldrían a la luz delante del conde de Pameradia.

Debería hacer algo al respecto.

Pero una voz grave sonó antes de que Cordelia pudiera decir algo.

Era Zeke.

—Señor Elvis, siento las molestias.

—No me importa. Este no es el lugar para que hables.

—Tienes razón. Entonces, señor Elvis, tengo una petición. ¿Le importaría si invito a esa persona de allí, Warren McGregor, a cenar? El hecho de que esté aquí indica que no ha pensado en absoluto qué hacer para la cena.

—Está bien…  ¿Es un conocido tuyo?

—Sí. Pero ahora mismo es un inútil, una persona detestable a mis ojos. Me gustaría darle una paliza con todo lo que tengo, pero… Al parecer, va a ser el marido de mi hija.

Elvis parpadeó varias veces. Sin embargo, no mostró ninguna reacción.

—Si fuera por ti, Aisha seguiría soltera para siempre.

Elvis dijo algo muy en broma y le dio la espalda a Zeke. Se dirigió hacia el comedor. Zeke, quien se quedó atrás, se encogió de hombros.

Sin embargo, cuando la espalda de Elvis se perdió de vista, el aura que rodeaba a Zeke cambió, y lanzó una mirada aguda a Warren.

—El mocoso de McGregor. Como sabes, el señor Elvis es un famoso espadachín. Estoy seguro de que conoces bien su reputación como caballero.

—Sí, la conozco.

—Sé que vas a ser un caballero. Si te conviertes en un caballero como el señor Elvis, entonces probablemente podrías derrotarme… Será mejor que te prepares si quieres convertirte en el marido de Aisha.

Zeke habló en un tono duro, pero se estaba riendo.

Parecía haber entendido.

Es el que mejor conoce a mi hermana… Seguro que lo sabe.

Parecía un poco solo, pero también aliviado al mismo tiempo. Cordelia se sintió aliviada al ver eso.

—Todos, la comida se enfriará pronto. Entonces, ¿nos vamos a comer?

Y cada uno sonrió de forma diferente como respuesta.

El comedor estaba tranquilo.

Por supuesto, Warren se encontraba extremadamente nervioso de principio a fin porque sus grandes antecesores como caballeros, su suegro y el conde Pameradia, estaban sentados allí. Sin embargo, a Cordelia le pareció encantador cómo Aisha intentaba desesperadamente disipar su nerviosismo. Además, Zeke predicaba algunos de sus conocimientos como caballero y de vez en cuanto se burlaba de Warren. El aura en el comedor no era nada rígida.

Aunque Elvis permanecía en silencio la mayor parte del tiempo, no era un mutismo incómodo. Sin embargo, su silencio parecía intimidante y Warren se acobardó un poco.

Toda la conversación se detuvo durante un rato mientras comían su postre. Cordelia aprovechó la oportunidad para preguntarle a Aisha, en secreto, algo que le molestaba y, aunque no era algo que volviera las cosas incómodas, hizo que todos se detuvieran.

—Hermana. Hace un momento dijiste que te comprometiste… ¿Pero cómo te propuso matrimonio?

Podía imaginar que Aisha le había transmitido su afecto a Warren. Pero, en cualquier caso, ya le habían dejado una vez. Sin embargo, no podía creer que Warren le propusiera matrimonio sólo porque Aisha le había dicho que lo amaba. Warren le había hecho una propuesta apasionada en público. Dado que ambos se aman, no sería extraño que lo volviera a hacer. Por supuesto, era posible que le propusiera matrimonio en cuanto supiera que ella lo amaba… En cualquier caso, Cordelia estaba realmente interesada en saber cómo había sucedido.

Cordelia pretendía decirlo en voz baja, pero su voz resonó en todo el comedor más fuerte de lo que había imaginado.

Todos los hombres se quedaron mirando a Aisha.

Los ojos de la joven se abrieron de par en par con sorpresa y luego sonrió.

—Eso es, ya sabes…

—¡Ah, Aisha! Eso es…

—Es un secreto.

Aisha interrumpió a Warren mientras éste entraba en pánico.

—¿Así que es un secreto?

—Sí. Porque son palabras que Warren dijo sólo para mí, ¿sabes?

Aisha parecía muy feliz, y Cordelia sintió como si se viera un poco resplandeciente.

Al mismo tiempo pensó, ¿podría conocer a esa persona algún día?

Pero, era solo un pensamiento parpadeante.

—¿Qué le dijiste a Aisha, mocoso?

Zeke sonó como si se arrastrara por el suelo, Cordelia y Aisha se miraron y rieron.

♦️ ♦️ ♦️

Cordelia finalmente repartió a los sirvientes. después de la cena, la crema de caléndula, que había olvidado.

Había pedido a las criadas que la cuidaban, que la repartieran, no lo hizo personalmente. En realidad, quería entregarlas ella misma, pero había demasiada gente. Sin embargo, se sintió satisfecha al ver las caras de sorpresa de las sirvientas a las que se las dio.

Quería conocer los resultados de la crema directamente, como ahora, cuando regresara.

O podría escribir una carta a mi hermana Aisha y preguntarle al respecto. También quiero preguntarle sobre las clases.

Pensó, mientras se dirigía a donde estaba Elvis.

Su carga de trabajo había disminuido drásticamente ya que se acercaba la hora de abandonar el feudo. Zeke dijo que tenía más tiempo libre durante este período. Así que mi padre debería tener el mismo tiempo libre, pensó eso mientras visitaba la habitación de Elvis.

Sin embargo, él todavía estaba trabajando.

Padre… podría ser malo para tomar descansos.

Por supuesto, entiendo que está ocupado. Pero esto no es bueno. Realmente no lo es. 

En esta situación, quiero que conozca las alegrías de tomar descansos tan pronto como sea posible.

Por lo tanto, se recompuso y le preguntó.

—Padre, ¿puedo tener un momento de su tiempo?

—No me importa…

—Entonces, estará listo pronto, así que, ¿no me acompañas?

¿Qué intentas hacer?”, parecían decir los ojos de Elvis.

Cordelia respondió con una sonrisa.

—Te he hecho esperar, pero me gustaría que probaras este método de recuperación de la fatiga.

Le mostró a Elvis una pequeña botella de aceite esencial.

Elvis concluyó que la botella era algo que Cordelia estaba investigando. Se sentó en el sofá sin decir nada y esperó a que Cordelia terminara sus preparativos.

Sin embargo, Cordelia ya había terminado. Todo lo que necesitaba era una toalla, agua caliente y los aceites esenciales; sólo esas tres cosas. La sirvienta, de pie frente a la puerta, traía el cubo.

Primero, Cordelia dejó caer una gota de aceite de lavanda en el cubo. Un suave aroma recorrió la habitación. Luego, se sumergió la toalla en el cubo y escurrió ligeramente el exceso del vital líquido. El agua caliente era agradable al tacto.

Probablemente era la primera vez que Elvis percibía este aroma.

—¿Has hecho tú esta fragancia?

Su corta frase estaba llena de sorpresa.

Cordelia sonrió en respuesta.

—Padre, por favor, ponte de espaldas al sofá. Luego cierra los ojos, mira al techo y relájate.

Elvis no dijo nada mientras cerraba los ojos y apoyaba la espalda en el sofá.

Cordelia puso la toalla sobre los ojos cerrados de su padre.

—Las toallas calientes pueden ayudar con la fatiga ocular. Es importante cuidar bien los ojos.

Cordelia llegó a la conclusión de que debía de sentirse bien porque Elvis no respondió. Pudo ver que la tensión en su rostro se iba en las partes que no estaban cubiertas por la toalla. Se trataba de los efectos combinados del calor alrededor de los ojos y del aroma a lavanda.

Cordelia sintió que era capaz de relajarse.

—Aisha…

—¿Sí?

—Aisha dijo que gracias a ti podrá regresar a la Capital Real —dijo Elvis con brusquedad.

No habló del tratamiento que estaba recibiendo, y Cordelia sonrió irónicamente al respecto.

—Me alegro de haber podido ser de ayuda en los problemas de la señorita Aisha. Sin embargo, no habría podido sacarle la verdad si no hubiera venido el señor Warren. Creo que es gracias a él que esto pudo suceder.

De hecho, los sentimientos de Aisha no se habrían sacado tanto si no hubiera sido Warren quien había llegado tan lejos para mostrarle sus propios sentimientos.

Pero, Elvis continuó sin mencionar a Warren.

—¿Se trata de Té de hierbas y aceites esenciales? Todavía no estoy seguro de si sería efectivo para Aisha, pero se te ocurren ideas estupendas una tras otra, ¿no?

—Es gracias a mi padre por darme el ambiente. Muchas gracias, padre.

—Ten un poco más de confianza…

—¿Perdón?

—Ser demasiado humilde no es una virtud. Las tasas de éxito disminuyen si no tienes confianza. Esto no es solo para Aisha. Los sirvientes de la Capital Real probablemente también estén contentos. Hay algunos sirvientes en esta mansión que me dieron las gracias porque tenían la idea de que yo les había hecho el regalo.

Con eso, Cordelia supo que los otros sirvientes, aquellos a los que no les había pasado los regalos ella misma, también estaban contentos. De lo contrario, Elvis no se habría enterado.

Pero, Cordelia dudaba en procramarlo. No podía expresarlo muy bien, pero no era ella la que estaba siendo humilde.

—O… ¿Lo dices porque crees que aún puedes hacer más?

—Creo que ese es el caso…

Cordelia entendió las palabras de Elvis.

¿Es así? Acabo de empezar. Todo comienza ahora.

Finalmente se dio cuenta de cuáles eran sus verdaderos sentimientos.

Soy una chica codiciosa.

La voz de Elvis casi se había apagado en la habitación.

Pero, sus palabras ciertamente habían llegado a sus oídos.

En poco tiempo, los sonidos de la respiración dormida de Elvis llegaron a sus oídos.

Elvis trabajaba sin parar y había acumulado mucho cansancio.

¿Podía curarlo un poco?

Pensó, y susurró en voz baja para no despertar a Elvis.

—Muchas gracias, padre.

Rezó para que sus palabras llegaran a sus sueños.

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