¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 130: Ella y la tienda de artículos varios

Traducido por Lucy

Editado por Nemoné


Entramos en la tienda. El interior está repleto de artículos varios que pueden gustar a las mujeres, el olor a madera vieja flota en el aire de forma acogedora. Por fortuna, parece que somos los únicos clientes. El tendero de la parte de atrás se percató del timbre y se acercó a nosotros con un libro en la mano que parece haber estado leyendo. Un anciano fastidioso con gafas. Este hombre es el tendero, pero parece que su mujer y su hija se encargan del abastecimiento. Su aspecto es de verdad inadecuado para una tienda llena de preciosos accesorios varios.

—Bienvenido… Ah, es usted.

—Buenos días, ha pasado mucho tiempo.

Como lo he visitado muchas veces, ha memorizado mi cara. Cuando su mirada se movió detrás de mí, los ojos del tendero se abrieron de par en par, pero siguió hablando como si nada.

—¿Está el hombre de atrás con usted…?

—Sí.

—Entendido. Mire a su alrededor como quiera. Ustedes son los únicos clientes. Llámenme si necesitan algo. Estaré leyendo un libro en la parte de atrás.

—Entiendo.

Cuando asentí, se retiró al fondo como si hubiera perdido el interés. Cuando hay muchos clientes, como es de esperar, se sienta en el mostrador, pero si solo es gente conocida, suele retirarse al fondo.

—¿Era el tendero?

Dentro de la tienda, donde nos quedamos solos, Freed preguntó perplejo.

—Sí, es el señor Johan. Es inusual, ¿no? Es un artesano, pero son su mujer y su hija las que se encargan por completo del abastecimiento. Son ellas las que crean las tendencias.

—Estoy sorprendido, de ninguna manera esperaba que nos dejaran solos.

—Él cree que somos de confianza. He venido aquí muchas veces hasta ahora, no se equivoca al creer que no haremos nada extraño.

—Tiene razón.

Mientras habla conmigo, Freed mira con curiosidad la tienda. Es natural que apenas haya visto accesorios varios para mujeres. Sus ojos muestran puro interés. Parece que lo está disfrutando. Pensando así, yo también decidí echar un vistazo a la mercancía. Aunque diga eso, no es que tenga ningún propósito específico. Es el momento del cambio de existencias, así que solo quería comprobar la nueva mercancía una vez. El mero hecho de echar un vistazo es divertido, así que no hay problema en que no quiera nada. En las estanterías hechas a mano, se han colocado con gusto encantadores artículos de papelería o pequeños estuches de accesorios… Se puede saber el precio por el color de las pegatinas en la parte trasera de la mercancía.

Nemoné
A mí también me encanta pasar por tiendas que vendan cosas variadas. Es bien curioso todo

—Bonito…

Mientras miraba la tienda, me llamó la atención el contenido de una gran vitrina en la estantería cercana al mostrador. Un joyero bastante grande con hermosos grabados. En su interior se guardaban muchos anillos de aspecto artesanal. Me fascinó uno de ellos, el anillo turquesa.

—Parece el color de los ojos de Freed…

—¿No? ¿Y yo qué?

Mientras miraba el estuche, escuché la voz de Freed por detrás. Señalando el anillo que estaba mirando, hablé mientras reía.

—Se parece al color de los ojos de Freed, así que pensé que era bonito.

Él no contestó, pero sin preocuparme por ello me limité a contemplar el anillo que tenía ante mis ojos. El anillo de oro al final trabajado a mano es seguro un artículo único. Es una magnífica obra maestra llena de la dedicación del artesano.

—Es de verdad bonito. Me pregunto si es algo que hizo el señor Johan.

Después de observarlo hasta la saciedad, levanté la cara. Sí, era una fiesta para mis ojos. Estaba satisfecha, y queriendo ver otras estanterías intenté moverme… cuando Freed me sorprendió.

—¿Eh? ¿Qué?

Obligada a detenerme por el repentino tirón de nuevo, miré a Freed confundida. Sonriendo con alegría, habló.

—Usemos anillos.

—¿Eh? ¿De qué estás hablando?

Es tan repentino que no pude saber a qué se refería. Mientras estaba confundida, él señaló el anillo que había estado mirando justo antes.

—Este anillo. Se trata de los accesorios para cuando nos casemos. Todavía no he pensado en eso. El uso de los anillos debería ser el adecuado.

—Ey.

—Quiero usar joyas que se parezcan a los ojos del otro de todos modos. No puedo hacer nada sobre el pedido realizado al proveedor de la Familia Real, pero si son deseos para el diseño hay tiempo suficiente.

—H-Hey, Freed.

El que estaba decidiendo los planes futuros por su cuenta no se detiene. Para detener su desenfreno, le toqué el hombro.

De lo que él ha estado hablando, desde hace un tiempo, son los accesorios a juego que una pareja lleva cuando se casa. En este mundo hay una costumbre similar a la de los anillos de boda en Japón. Al casarse, se considera bueno que la pareja lleve algo de metales preciosos. Es lo mismo incluso para la Familia Real. Los accesorios no se limitan a los anillos, pueden ser brazaletes, collares o pendientes, todo vale mientras hagan juego. Freed dice que sean anillos.

—Calma. De verdad no me importa si son anillos u otra cosa. Pero, ¿por qué se te ha ocurrido hablar así de repente?

Cuando pregunté, él volvió los ojos que me miraban desde hace tiempo hacia el anillo.

—Lidi dijo que es bonito porque es como el color de mis ojos… Eso despertó mi imaginación. Me imaginé a Lidi llevando un anillo con mis colores. Entonces pensé que estaba bien con eso.

¿De forma inconsciente dije una frase tan vergonzosa? Recordando las palabras de hace un rato, mi boca se abrió. Pude sentir como mis mejillas se calentaban en un instante. Mientras estaba así, Freed me preguntó con suavidad.

—¿Le parece bien a Lidi? Claro que si dice que prefiere otra cosa, le daré prioridad.

—No…, los anillos están bien.

Me siento demasiado avergonzada. Mientras mi cabeza entraba en pánico, Freed por alguna razón llamó al tendero desde el fondo.

—Tendero.

—¿Ah? ¿Qué pasa? Algo le llamó la atención.

El señor Johan, que vino sin ocultar su molestia, dirigió ojos inquisitivos a Freed. Asintiendo, señaló el pequeño anillo que había estado mirando hace un rato.

—¿Puedes cambiar el tamaño del anillo para ella?

—Lo he hecho yo. Claro que puedo, pero… es bastante caro. ¿Está de verdad bien? Utiliza joyas finas en abundancia, siendo honesto, está colocado allí como una broma.

El tendero le preguntó a Freed si estaba bien con una cara seria. De inmediato me di cuenta de que estaba examinando si hablaba en serio o no. Al hacerlo, asintió.

—No importa cuánto sea. Lo compraré al precio que se pide. ¿Tomará tiempo?

Al escuchar la respuesta, el señor Johan se quedó mirando fijo su rostro. Y respiró con resignación.

—Lo dices en serio… Lo tengo. Chica, enséñame la mano.

—Eh… sí.

Incapaz de seguir el ritmo de la charla, por reflejo presenté mi mano izquierda como me habían dicho. Tomando mi mano, el señor Johan me pidió que confirmara el dedo.

—¿En qué dedo quieres ponerlo?

—Um… cuarto dedo…

—Ya lo tengo. Ah, entonces estará bien solo con un ajuste fino. Puedo hacerlo ahora mismo. Espera un momento.

—Por favor.

Asintiendo con rapidez, Johan volvió a la parte de atrás con el anillo. Lo vi partir atónito. Err.., qué pasó ahora. Freed sacó el tema de preparar los anillos para cuando nos casemos, y yo acepté, ¿no fue así? Entonces, ¿por qué se le ocurrió comprar el anillo ahora?

—¿Freed?

Habiéndome recuperado por fin del shock, lo presioné para que me respondiera. Ya no tengo ni idea de por qué ha pasado esto.

—¿Qué, Lidi?

Al contrario de mí, confundida, Freed estaba tranquilo. El color calmado de sus ojos me recuerda sin querer el anillo de hace un momento.

—¿Qué? ¿Te preguntas por qué necesitaba comprar el anillo ahora? ¿No has dicho tú mismo que el proveedor ya estaba decidido?

—Por lo tanto, hasta entonces, lleva esto.

—Eh.

Dejé de moverme por un momento. Mientras miraba a Freed en un silencio confuso, me tomó la mano izquierda y con un besito me acarició el cuarto dedo.

—Por supuesto que los tendré preparados para cuando nos casemos. Pero hasta que Lidi se case conmigo, quiero alguna prueba que demuestre que está comprometida y que ya es mía. Hay muchas veces que no se puede mostrar la Flor Real. Es una petición egoísta pero… ¿no sirve de nada?

—¿Qué pasa con eso…?

Estoy tan sorprendida que mi voz se volvió ronca. Mi garganta está seca. ¿No es como un anillo de compromiso? No hay ninguna costumbre como los anillos de compromiso en este mundo. Pero el significado detrás de sus palabras parece igual. Y recordé. El anillo de ahora. Además de ser turquesa, estaba engastado con diamantes.

—Aquí tienes, está hecho.

Mientras yo me quedaba maciza, sin poder decir nada, el señor Johan salió y le entregó el anillo terminado a Freed. Tras recibirlo, se apresuró a pagar. Me pregunto si es solo mi imaginación que el precio que escuché fue escandaloso.

—Oye, enséñame la mano.

Tras recibir el anillo, se negó a empaquetarlo y se dirigió a mí. Tal y como me dijo, le presenté la misma mano que antes. El brillante anillo de turquesa y diamantes fue puesto en mi dedo por su mano. Una vez colocado el anillo con cuidado, Freed sonrió con satisfacción mientras seguía sujetando mi mano.

—Te queda bien.

—Gracias…

No puedo decir nada más, solo puedo mirar el anillo puesto en el cuarto dedo de mi mano izquierda. El brillo turquesa en su centro se parece al color de sus ojos después de todo, es demasiado embarazoso. Aun así, no es que no esté contenta. El hecho de decidirme por el cuarto dedo de mi mano izquierda lo demuestra. No entiende el significado de eso. Nadie en el mundo lo entendería. Pero, yo lo sé. Yo sí lo sé.

—Oye… Cuando nos casemos, ¿podría Freed usar también el cuarto dedo de la mano izquierda?

Desde su punto de vista, es algo sin sentido. Aun así, cuando le pregunté, asintió con gusto.

—De acuerdo. Si Lidi me dice que lo haga lo haré, pero ¿hay algún significado detrás?

—La verdad es que no… Pero soy feliz si lo haces.

Aunque lo diga yo.., me parece una tontería. Aun así, mientras pensaba de forma distraída que mis acciones, como si por alguna razón se lo pidiera, podrían significar que el día en que me deshaga del (provisional) está cerca, salimos juntos de la tienda.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido