¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 132: Ella y su infructuoso esfuerzo (2)

A pesar de que el hombre que estaba frente a mí me llamaba maestra, me esforcé de manera vergonzosa. Desvié la mirada en una dirección distinta y pronuncié una frase que incluso a mí me pareció artificiosa.

—N-no, ¿quién podría ser? Parece que me has confundido con alguien…

—¿Qué estás diciendo? No me has visitado en este último tiempo para nada… Déjate de tonterías y entra ya. Estás molestando al otro huésped… ¿Nn? ¿Tienes un acompañante? Seguí leyendo “¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 132: Ella y su infructuoso esfuerzo (2)”

¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 131: Ella y su infructuoso esfuerzo (1)

—¿Me pregunto si podríamos ir en este momento al lugar que deseo? —me preguntó Freed mientras salíamos del almacén general.

Desde el principio, hoy no ha hecho otra cosa más que acompañarme a los lugares que yo quería. Así que, por supuesto, no tengo inconveniente en acompañarle a donde quisiera ir. Asentí de buena gana. Seguí leyendo “¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 131: Ella y su infructuoso esfuerzo (1)”

¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 130: Ella y la tienda de artículos varios

Entramos en la tienda. El interior está repleto de artículos varios que pueden gustar a las mujeres, el olor a madera vieja flota en el aire de forma acogedora. Por fortuna, parece que somos los únicos clientes. El tendero de la parte de atrás se percató del timbre y se acercó a nosotros con un libro en la mano que parece haber estado leyendo. Un anciano fastidioso con gafas. Este hombre es el tendero, pero parece que su mujer y su hija se encargan del abastecimiento. Su aspecto es de verdad inadecuado para una tienda llena de preciosos accesorios varios.

—Bienvenido… Ah, es usted. Seguí leyendo “¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 130: Ella y la tienda de artículos varios”

¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 129: Ella y el pasado de su hermano mayor

Ah, fue vergonzoso. Me sentí tan aliviada de haber salido de la pastelería que me dieron ganas de caer rendida en el lugar. Tal y como deseaba, me acompañaron a mi café favorito. Fue terrible lo increíble y dulce que era Freed allí. Incluso eso, era una belleza rara a la vista. Con las clientas incapaces de apartar los ojos de él, sin importarle en absoluto me atacó con todas sus fuerzas. El ataque por defecto que se oye a menudo es el de tomar un trozo de pastel con la mano, pero al hacerlo en la práctica el daño que sufrió mi espíritu es enorme. Ya estaba en una condición cercana a la muerte por su lamentable golpe, aún así acabó conmigo sin piedad. Estaba claro que el entorno escuchaba con atención, pero rápido disparó palabras dulces. Al final, no tenía ni idea de cómo sabía la tarta de queso. De verdad, qué desperdicio. Seguí leyendo “¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 129: Ella y el pasado de su hermano mayor”

¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 128: Él y su prometida

Sigue sin ser bueno…

Al lanzar una mirada de reojo a Lidi que caminaba a mi lado, suspiré en secreto. Está tomada de la mano conmigo y tirando con alegría de mí con gran vigor. Aunque verla así me hace sonreír de forma natural, estoy un poco asombrado. Ella no lo entiende. Cuando estamos caminando así, cualquiera que nos mire solo podría vernos como una pareja íntima de amantes.

—¡Esta tienda! Seguí leyendo “¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 128: Él y su prometida”

¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 127: Ella y la tendera

La Capital Real de Wilhelm rodea el Castillo Real.

El Castillo Real tiene puertas en los cuatro puntos cardinales, la disposición es que si sigues el amplio camino recto pavimentado que se extiende desde cada uno de ellos, llegarás a las respectivas puertas interiores este, oeste, sur y norte. Hay una distancia considerable desde el Castillo Real hasta las puertas interiores, las residencias alineadas entre ellas tienen todas puertas imponentes. La sección hasta las puertas interiores es solo para los nobles con rango de marqués y superior, es una zona especial donde no puede vivir nadie más que los que ocupan cargos importantes. Es un símbolo de estatus para los nobles que se les permita tener una residencia privada en este lugar. Por supuesto, como duque, y también como Primer Ministro, a papá se le ha concedido una residencia en la mejor ubicación de la sección de la puerta interior. Pasa más tiempo allí que en la residencia principal del territorio, para mí es más bien la primera. Siguiendo la calle principal más allá de las puertas interiores, está el llamado distrito noble. Es la sección donde viven los nobles con rango de conde e inferior. Avanzando más por la calle hay puertas intermedias. Si las atraviesas, sin vigilancia durante el día, llegarás al final a la ciudad del castillo. Seguí leyendo “¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 127: Ella y la tendera”

¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 126: Amigo de la infancia y el otro lado de la cita

—¿Comandante Will? ¿Es la Princesa Consorte la que está ahí?

—¿Eh…?

Al escuchar la voz del subordinado, levanté la vista del documento que estaba escaneando. La carga de trabajo era tan pesada que revisaba los documentos mientras caminaba. Estoy acostumbrado a trabajar así. Ahora mismo, acompañado por dos subordinados me dirigía a la sede de la División de Magos. Al seguir la mirada de los subordinados, noté la figura de Lidi vestida de pueblerina. Al ver el atuendo con el que estaba familiarizado, recordé lo que estaba haciendo. Ahora que lo pensaba, hoy… Seguí leyendo “¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 126: Amigo de la infancia y el otro lado de la cita”

¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 125: Ella y la cita

Nota del autor: A partir de ahora los capítulos de la cita continuarán, pero proceden bajo la premisa de la familiaridad con los extras de “Su Secreto”. En caso de que no los hayas leído, te recomiendo que los leas primero. 

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—Ufufu, estoy deseando que llegue. Seguí leyendo “¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 125: Ella y la cita”

¡No quiero ser Princesa! – Extra 9: La represalía de la Casa Ducal (3)

[Nota del autor: A continuación hay contenidos relacionados con reacciones alérgicas. Aunque no albergo ninguna mala voluntad, puede hacer que aquellos que sufren de alergias se sientan desagradables. Pido disculpas, pero, por favor, evite leer si cree que le va a incomodar.]

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Punto de vista del Barón Wire. Seguí leyendo “¡No quiero ser Princesa! – Extra 9: La represalía de la Casa Ducal (3)”

¡No quiero ser Princesa! – Extra 8: La represalia de la Casa Ducal (2)

—¿No…?

Sin entender por qué había cambiado de tema, con la boca abierta el barón negó con la cabeza. Un vejete calvo poniendo una cara como esa resulta poco menos que ridícula.

—El nombre de la chica por la que has mostrado un considerable desprecio antes es Lidiana. Mi querida, única y verdadera hermanita. Seguí leyendo “¡No quiero ser Princesa! – Extra 8: La represalia de la Casa Ducal (2)”

¡No quiero ser Princesa! – Extra 7: La represalia de la Casa Ducal (1)

Punto de vista de Alex. 

Puedo escuchar a mi hermana pequeña hablar con fuerza, junto con las voces del interior de la tienda mediante el uso de la magia. Mientras reprimía mi risa escuché sus palabras.

Aah, después de todo ella es divertida. Seguí leyendo “¡No quiero ser Princesa! – Extra 7: La represalia de la Casa Ducal (1)”

¡No quiero ser Princesa! – Extra 6: Su secreto (5)

Ese día, desde la mañana tuve una vaga premonición desagradable.

Como de costumbre, vine a la tienda acompañada de Thomas. Habiendo traído chocolate como regalo, observé sin preocupación el trabajo de Lars y compañía. Después de un mediodía ajetreado llegó una pequeña pausa por la tarde. La tienda se abriría por la noche, por ahora, la cerraremos. Había preparativos que hacer, así que no había tiempo para perder, incluso así, les llamé para que tuvieran un descanso. Al ver esto, Thomas preparó el té a sabiendas.

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