¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 127: Ella y la tendera

Traducido por Lucy

Editado por Nemoné


La Capital Real de Wilhelm rodea el Castillo Real.

El Castillo Real tiene puertas en los cuatro puntos cardinales, la disposición es que si sigues el amplio camino recto pavimentado que se extiende desde cada uno de ellos, llegarás a las respectivas puertas interiores este, oeste, sur y norte. Hay una distancia considerable desde el Castillo Real hasta las puertas interiores, las residencias alineadas entre ellas tienen todas puertas imponentes. La sección hasta las puertas interiores es solo para los nobles con rango de marqués y superior, es una zona especial donde no puede vivir nadie más que los que ocupan cargos importantes. Es un símbolo de estatus para los nobles que se les permita tener una residencia privada en este lugar. Por supuesto, como duque, y también como Primer Ministro, a papá se le ha concedido una residencia en la mejor ubicación de la sección de la puerta interior. Pasa más tiempo allí que en la residencia principal del territorio, para mí es más bien la primera. Siguiendo la calle principal más allá de las puertas interiores, está el llamado distrito noble. Es la sección donde viven los nobles con rango de conde e inferior. Avanzando más por la calle hay puertas intermedias. Si las atraviesas, sin vigilancia durante el día, llegarás al final a la ciudad del castillo.

Tras un agotador viaje, nos bajamos del carruaje. Nos detuvimos un poco antes de la puerta del medio, por consideración a pasar lo más desapercibido posible. Sin que nadie nos preguntara, pasamos sin problemas por la puerta central. Esta es la puerta sur. Es la zona más animada de la ciudad del castillo. También es la más cercana de donde vivo, así que es donde suelo aparecer. Nunca me he acercado a las zonas de las puertas del norte.

—Aquí es donde siempre va Lidi, ¿verdad?

Asentí a las palabras de Freed mientras caminaba a su lado.

—Es la única que está a poca distancia de mi casa. Me interesa la zona oeste por muchas y bonitas tiendas de artesanía. Sin embargo, nunca he ido allí. Freed, ¿tú?

—He estado en todas durante las inspecciones. En realidad, hace mucho tiempo que no estoy en esa zona sur. Hace más de dos años que vengo a inspeccionar aquí.

Un hombre tan guapo caminando por ahí crearía seguro rumores. Sin embargo, nunca los he escuchado al ir a la ciudad, así que es por eso. Como es natural, si han pasado más de dos años, no los oiría.

—Qué bien. Pero la distancia del Castillo Real a cada puerta es similar. ¿Por qué hemos venido aquí esta vez?

Cuando oí hablar de ir a la ciudad, solo se me pasó por la cabeza este lugar. Pero si lo piensas, hay otras tres puertas al norte, al este y al oeste. A fin de cuentas, no hay ningún problema en hacer la inspección en el lado sur esta vez, pero temía que tuviera una impresión equivocada.

—Bueno, no es gran cosa. Hay un lugar que quiero inspeccionar. Pero, podemos dejar eso para el final. Al principio, está bien ir donde Lidi quiere.

—¿Ah sí? Entonces, primero quiero ir a la pastelería. Gracias a alguien seguro que tengo hambre.

Cuando lo fulminé con la mirada, diciendo que estaba bien, Freed entrecerró los ojos. Por reflejo, desvié mi mirada de su rostro que parecía decir que no podía evitar amarme.

—¿Qué…?

—Nada, es que me parece un sueño tener una cita así con mi amada. Hace un rato no creía que pudiera amar a alguien.

—A…, hmph.

—Lidi es mi primer amor —Agarrando con fuerza mi mano, él dijo—. El primero y el último. Por eso nunca te dejaré ir. Ya no puedo imaginar el mundo sin Lidi. Deseo que la boda llegue pronto. 

Mientras Freed decía eso con voz suave, yo ladeaba la cabeza.

Yo también me siento así… No importa si lo quiero, no puedo imaginarme ya no tener a Freed a mi lado. Que lo odiara tanto parece una mentira. 

—Por eso… Si fuera posible, me alegraría que Lidi sintiera lo mismo.

Él se detuvo en su camino y me miró. Cuando levanté la cara, estuve a punto de soltar las palabras de forma inconsciente… Pero me aguanté. Y hablé en voz baja.

—Lo que sea…

—Ya veo… Sigue sin ser bueno.

—¿Nn?

Cuando le respondí, incapaz de captar lo que susurraba, diciendo que no era nada me acarició el cabello.

—Ahora bien, vamos. Me enseñarás el lugar, ¿verdad?

—Sí, sí.

Cuando Freed volvió a su voz habitual, asentí, y mientras tartamudeaba comencé a caminar. Conozco el lugar, así que no me perderé. Mientras nos dirigíamos directo a nuestro destino, reconocí el rostro de una mujer que caminaba desde la otra dirección. ¿No es la encargada de la tienda de especias? Al reconocerme, me habló con una sonrisa.

—¿Oh? Si es Lidi. Cuánto tiempo sin verte, querida.

—Buenos días. Ha pasado mucho tiempo.

No se puede evitar ahora que ella se enteró. La saludé con amabilidad. Parece tener unos cuarenta años y una figura un poco redonda, desde que hice curry hace dos años, le estoy muy agradecida. ¿Es Freed, a mi lado, un conocido? Al ver que sus ojos preguntan eso, asentí con la cabeza.

—No te he visto mucho en el último tiempo. ¿Volverás a ofrecer tu patrocinio?

—S-Sí…, lo haré.

Aunque respondí con una sonrisa, en mi mente estaba sudando. Hasta ahora las palabras insinuaban que el curry no había salido. No quería que se filtrara a Freed en un lugar como éste, así que me entregué a la conversación con la encargada de la tienda. Pero esas preocupaciones acabaron siendo innecesarias. Eso fue porque su atención cambió a Freed, a quien yo llevaba de la mano.

—¿Oh? Lidi querida, no estás con un hombre bueno hoy. Es un hombre distinto al que te he visto unas cuantas veces, ¿has roto con él? Creo que estaban bien emparejados.

¡Hiii!

En un instante, un aura de disgusto se filtró de Freed a mi lado. El hombre anterior del que habla la gerente de la tienda es Will. Le he pedido que me acompañe en las compras varias veces, fue entonces cuando nos presenció.

—Es… Es diferente. Nuestra relación no era así.

Cuando negué de forma frenética, la encargada abrió mucho los ojos sorprendida.

—¿Es así? Tienes buen aspecto, así que debes ser popular. Si quieres, me gustaría que fueras la novia de mi hijo.

—No, eso es…

La charla se desvió hacia una dirección incomprensible. El hijo de la gerente de la tienda es ese hijo playboy despilfarrador. ¿Quién querría ser su novia? O más bien, ya estoy…

—Lo siento…, ya está vendida.

—Oh, ¿es así?

Freed se unió a la conversación. Mientras agarraba con fuerza mi mano, le informó.

—Sí, es mi prometida. Ya tenemos planes para la ceremonia de la boda, así que, por favor, desiste.

Cuando Freed anunció eso con una amplia sonrisa, me quedé helada. Por favor, detente. Esta gerente es muy buena persona, pero tiene una lengua demasiado suelta. En el peor de los casos, el rumor se extenderá antes de que termine el día. Y, en efecto, sentí que sus ojos se iluminaban.

—Qué pena. Te quería como mi nuera. Pensé que si eras tú pequeña Lidi, podrías reformar a mi tonto hijo, pero no se puede evitar, ¿verdad? Tú puede que seas un hombre muy guapo, pero no vayas por ahí tonteando con otras mujeres y poniendo triste a Lidi.

—Por supuesto. Ella es la única a la que me dedico.

Cuando Freed dijo eso con decisión, ella asintió, impresionada.

—Lo has dicho con claridad. ¿No es genial, Lidi? Parece que este guapo está muy enamorado de ti.

—Ah… Aah.

—¿Es un noble? Lidi, creo que será difícil para ti si la diferencia de estatus es muy grande…

En esta zona, los únicos que conocen mi identidad son los cocineros del restaurante. Todos los demás residentes piensan que soy una chica de pueblo bien criada que vive a poca distancia y que de tanto en tanto ayuda en el restaurante. Por eso me preocupaba que me vieran con Freed. Aun así, me alegré de sus sinceros sentimientos. Además, justo como ella dijo, nuestro estatus social es diferente. Porque él es de la realeza.

—Gracias… Pero, ya está decidido.

—Creo que te las arreglarás, Lidi, aún así estoy preocupada. Tú, ¿cómo te llamas?

—Perdona que lo diga tarde. Soy Apolo.

—Pfft…

Como dijo con suavidad una mentira, resoplé. Más bien, Apolo… Es cierto, así le llamaba cuando tenía el pelo negro. De forma inevitable recordando el baile de máscaras, mis sentimientos se complicaron.

—¿Eres un heredero noble o algo así? No le des dificultades a Lidi. Esta niña es un poco descuidada, pero es una chica muy buena.

—Sí, lo sé. Es difícil sacar a relucir el nombre de mi casa, pero aun así todo el mundo allí la acoge. Además, pase lo que pase yo la protegeré.

Mi cara se calentó por las palabras que declaró Freed. No puedo evitar sentirme avergonzada. ¡Estoy bien aunque no me protejas! Por lo general aquí tomaría una postura así, pero el sentimiento de felicidad era más fuerte. Me pregunto por qué. ¿No son estas cosas un juego sucio? Cuando giré la cara sintiéndome incómoda, al mirarme la gerente de la tienda se rió con satisfacción.

—¿Qué? Me he preocupado por nada. Felicidades, pequeña Lidi. ¿Me invitarás a la ceremonia?

—Errr, eso es…

¿Qué debo decir? Mientras estaba preocupada, él respondió en mi lugar.

—Habrá algo así como un debut en el que todo el mundo podrá participar, siéntete libre de ir allí. Por desgracia, creo que será difícil que participes en la ceremonia. Incluso con sólo los interesados habrá un gran número de personas.

Esa es una forma de decirlo. Aplaudí de manera espontánea su magnífica respuesta en mi mente. Sí, no hay ninguna mentira en alguna parte. Debut… Es el desfile por el pueblo una vez terminada la ceremonia de la boda. Es la tortura en la que hay que exponerse a la humillación pública. Y los afectados. Es eso. La realeza extranjera, los líderes del país, es una reunión de esas personas. Recordando esa parte de la ceremonia de bodas, mi mirada se volvió distante. Uwaa, después de todo, lo odio. Pensé que había aceptado mi destino, pero de repente quise abandonarlo todo. Mientras se me escapaba una risa seca por la ceremonia que se avecinaba, el gerente habló como si estuviera convencido.

—Ya veo. Entonces no se puede evitar. Pero no tengo ninguna queja si puedo celebrarlo. Lo estoy deseando.

—Sí, por favor, celébralo en ese momento.

—Siento haberme entrometido en tu día. Nos vemos, Lidi. Por favor, ven a la tienda de nuevo.

—Sí, sí. Por supuesto que iré.

—¡Te espero!

Con estas palabras la gerenta se fue. Al verla partir, dejé escapar un gran suspiro. Estoy agotada…

—Lidi.

—¿Qué?

Llamada por Freed, levanté la cara. Su cara parece… enfadada. Cuando ladeé la cabeza, sin entender el motivo, me agarró con fuerza la mano que llevaba y me dijo con una sonrisa.

—Ibas a la ciudad con Will antes que yo. No lo sabía.

—¡Hii!

¡No lo había olvidado…! Mis mejillas se estremecieron por su presión. ¿Qué es esto? ¿Estoy en falta?

—No, después de todo es una historia de antes de conocer a Freed…

Cuando me excusé confundida, él dejó escapar un pequeño suspiro. Luego, me revolvió el cabello. Pude notar que me irritaba un poco su raro gesto.

—Ya lo sé. Aun así, cada vez que escucho una historia como esa, el remordimiento por no haber conocido antes a Lidi me tortura… Si solo te viera una vez, nunca te dejaría ir.

—Eso es un poco…

Cuando murmuró las palabras de arrepentimiento, retrocedí un paso. Freed no lo permitió, al contrario, me atrajo hacia él. El azul turquesa me penetró.

—Lo siento, pero lo pienso incluso ahora. No tengo intención de dejar marchar a Lidi, aunque signifique ser odiado… ¿Asustada?

—No…

Sacudí un poco la cabeza. No lo querría si viniera de otra persona, pero si es de él, no me importa. O mejor dicho, podría alegrarme un poco de que me quiera tanto. Por eso, dije:

—Creo que tal vez estoy feliz…

—Lidi…

No puedo decir que lo amo todavía, pero esto debería estar bien. Tan pronto como dije eso pensando así, Freed me abrazó con fuerza. Al darme cuenta de que estamos en medio de la ciudad, golpeé su espalda con pánico.

—¡Eh, aquí no! Fuera, ¡estamos fuera!

—Lo sé. Pero, después de que me digan eso no puedo quedarme quieto.

Abrazándome con fuerza, Freed me susurró con una voz sobrecogida por la emoción.

—De verdad, quiero casarme rápido y monopolizar a Lidi tanto en nombre como en realidad. Prepárate para la noche de bodas. No tengo la intención de terminarla de forma simple.

—Idiota… Te estás precipitando…

Diciendo eso, enterré mi cara en su pecho. Noche de bodas… Es tarde para pensar eso, pero si las cosas no van bien puede que no termine en una noche. Preocupada, bajé las cejas, aún así no me pareció desagradable.

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