¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 126: Amigo de la infancia y el otro lado de la cita

Traducido por Lucy

Editado por Nemoné


—¿Comandante Will? ¿Es la Princesa Consorte la que está ahí?

—¿Eh…?

Al escuchar la voz del subordinado, levanté la vista del documento que estaba escaneando. La carga de trabajo era tan pesada que revisaba los documentos mientras caminaba. Estoy acostumbrado a trabajar así. Ahora mismo, acompañado por dos subordinados me dirigía a la sede de la División de Magos. Al seguir la mirada de los subordinados, noté la figura de Lidi vestida de pueblerina. Al ver el atuendo con el que estaba familiarizado, recordé lo que estaba haciendo. Ahora que lo pensaba, hoy…

—¿Eh? Hay un hombre de cabello negro junto a la Princesa Consorte…

El otro subordinado miró con sorpresa al hombre que estaba a su lado. Debido a que estos dos estaban familiarizados con ella hasta cierto punto, parecían darse cuenta de que era ella incluso cuando estaba vestida así, pero todavía les faltaba práctica para darse cuenta de quién era. Si observaban con atención, podían darse cuenta.

—Calma, esa persona es Su Alteza. Para no notar cuando cambió el color de su cabello, todavía eres inexperto.

—¿Eh? Pero el color del pelo…

—Es sólo un caso de uso de la magia.

Tal vez por fin se dieron cuenta cuando lo señalé, ya que ambos pusieron caras de incomodidad. Puede que aún sean aprendices, pero me preocupan.

—Ya veo… Es cierto. Si lo piensas, no habría otro hombre más que Su Alteza con la Princesa Consorte…

—Idiota, Su Alteza no permitiría eso.

—Ya lo creo. Me sorprendió que los guardias reales dejaran escapar a la Princesa Consorte.

—Ustedes dos, dejen de susurrar.

Ya era una charla famosa, no sólo entre los guardias reales, sino en todo el Palacio Real lo cercano que eran ella y Su Alteza. Pero, no quería escucharlo. Como el tema era demasiado para mí, los reprendí con brusquedad.

—¡Yo, me disculpo!

—Siendo sincero… En cuanto vuelvas, recibirás el entrenamiento de mejora mágica. Parece que tu entrenamiento mental es insuficiente.

—No… hay… manera….

Ignorando a los dos que palidecían, moví mis pies que se habían detenido. Sin embargo, tal vez pensaba en mi mente como mi mirada persiguió de manera natural a ella y Su Alteza. Hoy era el día en que iban a la inspección de la ciudad. Había oído hablar de ello con antelación, pero de ninguna manera pensé que los vería con mis propios ojos. Toparse con ellos, qué desgracia.

Su Alteza, a su lado, tenía el cabello teñido de negro. Aunque había muchos que no podían saber quién era gracias a esto, yo sí. Es imposible que no pueda distinguir el rostro de Su Alteza, con quien me relaciono desde la infancia, sólo porque su color de pelo ha cambiado.

Me dolía el pecho como si me lo apretaran al verles tomados de la mano con los dedos entrelazados. Pude ver a Lidi sonriendo con felicidad hacia Su Alteza. Con la dulce sonrisa que sólo dirigía a Lidi, Su Alteza la miraba a los ojos. Los dos se dirigían al exterior del castillo mientras hablaban con alegría. Sus manos se mantenían unidas. Se mire como se mire, solo parecían una pareja íntima de enamorados… Al ver que Lidi dirigía de vez en cuando su mirada llena de emoción hacia Su Alteza, siento un dolor ardiente. Esos son los ojos que miraban a su amante. Cómo me gustaría que se dirigieran a mí. Qué feliz sería si yo fuera su pareja. Pero, la realidad era demasiado cruel. Esos ojos se dirigían nada más y nada menos que a Su Alteza que estaba a su lado.

—¿Comandante Will? ¿No volvemos?

—Ah… sí.

Parece que antes de darme cuenta dejé de caminar de nuevo. Tras confirmar que los dos habían salido del castillo, solté un gran suspiro. No es bueno. Me pongo en verdaderos aprietos cada vez que Lidi está involucrada.

La quiero, la quiero mucho, tengo celos de que se haya enamorado de Su Alteza… Y sobre todo me da asco lo despreciable que soy al pensar eso.

—Vamos a volver… Hoy entrenarás conmigo.

—Eh… De ninguna manera.

—¿Tienes alguna queja?

Mientras echaba una mirada de reojo a mis subordinados moviendo desesperados la cabeza para negar, comencé a caminar. Tenía tantas ganas de llorar, que por el momento decidí dejar salir la ira contenida contra mis subordinados.

♦ ♦ ♦

—Suficiente por hoy.

—Muchas gracias…

Le di la espalda a los dos aprendices que se hundieron en el suelo. Después, nos dirigimos hacia los terrenos de entrenamiento para magos, y tal como había declarado, los entrené yo mismo. Cuando llegué al campo de entrenamiento con esos dos, los otros miembros que estaban en el lugar pusieron rostros sin vida. Decidí que podría ocuparme de todos, pero eso sería ser demasiado lamentable. Los diez miembros que terminaron la práctica estaban sentados sin fuerzas en el suelo, quizás habiendo agotado su poder mágico. Siendo honesto, me hace reír que esta sea la élite de la División de Magos. Si el poder mágico se agota así, si ocurre algo importante no se puede hacer nada. Sintiéndome decepcionado, me limpié el sudor y estaba a punto de volver a mi habitación, cuando escuché las voces de los miembros en el suelo.

—Comandante… demonio…

—Cruel… no me queda ni una pizca de poder mágico.

—Nos arrastraron por completo…

—Shh… El comandante puede oírte, guarda silencio.

Reprendió a otros miembros con pánico, pero, por supuesto, lo había escuchado.

—Si tienes energía para charlar sin sentido… ¿deberíamos practicar una vez más?

—¡Yo estoy bien! ¡Claro que no!

Cuando les hablé mientras miraba hacia atrás, todos los miembros negaron con fuerza la cabeza. Al ver eso, me di la vuelta.

—No descuiden su entrenamiento independiente…

—Sí.

Suspiré porque al menos la respuesta que obtuve de los miembros no era una queja, y esta vez volví a mi habitación. Cuando me limpié el sudor y arreglé mi traje, la puerta se abrió de la nada. Pude saber quién venía sólo por eso.

—¡Oye! Voy a molestar.

—¿No deberías llamar antes de abrir la puerta…?

Aunque pensé que era inútil, advertí al hombre que llamó a la puerta después de entrar en la habitación. Este hombre, Alex, no escuchará aunque se lo diga. Lo sé, pero aun así quería decirle unas palabras. Al ver que mi hermano menor ponía cara de disculpa detrás de Alex, fruncí las cejas. El ayudante cercano de Su Alteza y el Comandante de la Orden de Caballería, ¿qué asuntos tienen…?

—Glenn. Detén a Alex también.

—Me disculpo, hermano mayor. Le dije que se detuviera de una vez.

—Es una molestia. ¿Por qué lo haría tan tarde?

Con ese sentimiento, primero hice que mi hermano menor, que estaba mirando a Alex con cara de asombro, cerrara la puerta. En cuanto a Alex, se acercó rápido al fondo de la habitación y se sentó en el borde del escritorio como si fuera el dueño del lugar. Fruncí las cejas ante su habitual comportamiento arrogante.

—Oye.

Traté de no perder la oportunidad y darle a Alex un pedazo de mis pensamientos, pero él dijo de manera audaz con una cara indiferente:

—Will, tráeme el té…

—De verdad eres…

La fuerza me abandonó. Entiendo que volver a advertir a ese hombre, que hace lo que le da la gana como siempre, sería inútil. De mala gana le pedí a un subordinado que trajera té para todos nosotros y mientras tomaba un respiro le pregunté a Alex por sus asuntos.

—¿Y? ¿Qué asuntos tenías al venir a mi habitación?

—¿Nada? No tengo ningún asunto en particular. Sólo quería tomar un respiro.

Como Alex dijo que no tenía ningún motivo, miré a mi hermano mejor.

—¿Has traído a Glenn sólo para eso?

—No, está bien. El señor de todos en la sala está ahora mismo feliz en medio de una cita. Ah, como lo odio. No podía soportar ver a Freed y Lidi sonreír durante los últimos días. No podía aguantar más.

Mientras Alex se rascaba el pelo, Glenn, que había sido traído, intervino.

—Sin embargo, de seguro he escuchado que tú propusiste esta inspección, Alex. ¿No estás cosechando lo que has sembrado?

Era la primera vez que escuchaba eso. Más bien, era inesperado. Era el que más odiaba cuando el trabajo de Su Alteza se retrasaba. Sacar el tema aún sabiendo que aumentaría su propia carga de trabajo, ¿qué clase de extraño giro de acontecimientos es ese?

—¿Es así? Pero, ¿no es que ir a una inspección de un día de duración obstaculiza el trabajo de Su Altza? ¿Qué hay de eso?

Cuando expresé de inmediato mi duda, Alex se bebió el té preparado de un trago y exhaló.

—Ah, bueno, así es. Tenía una pequeña petición para Freed. Además, ayer terminó todo su trabajo. Cuando pasé por la oficina hoy por la mañana, sólo quedaba mi parte… Ese Freed es así de despiadado.

—Como era de esperar de Su Alteza…

Terminar su propio trabajo y sólo dejar la parte de Alex, me reí de que era tan propio de Su Alteza. Era preferible para Alex también. De lo contrario, era un hombre que se dejaba llevar a fondo. Mientras hablaba de Su Alteza, mi hermano menor dijo como si recordara algo.

—Ahora que lo pienso, pronto será el momento.

Ante esas palabras, recordé la escena anterior. Mientras me sentía sombrío, dije:

—Vi a Su Alteza salir hace algún tiempo… Parecía que se había disfrazado de forma brusca.

—Tú… No puede ser, ¿los has visto?

Alex me miró con una expresión de asombro. Aunque me pareció desagradable, asentí con la cabeza.

—Sí…

—En serio… De verdad tienes mala suerte.

—Cállate.

Me irritó que dijera eso tan amable. Lo sé sin que me lo digan. Desatendiendo al hosco yo, Alex y Glenn comenzaron a hablar.

—Son ellos, deben haber estado coqueteando. Para presenciar eso, es de verdad lamentable.

—Alex… Eres demasiado cruel con el hermano mayor. Fue un incidente desafortunado, ¿no sería bueno dejarlo como está?

—Incidente desafortunado… Tú también estás diciendo algo grande, Glenn.

—¿Qué…? Por favor, no me pongas en el mismo saco que tú. Estoy de verdad preocupado por el hermano mayor…

—Cállate.

Cuando murmuré las pocas palabras en voz baja, como era de esperar ambos se callaron. Sin embargo, sin aprender la lección, Alex dijo:

—Así es, Will. ¿No vas a usar el arte mágico de la vista lejana para observarlos un poco?

—Tú…

Qué tortura es esa. Entiendo muy bien que Su Alteza y Lidi están en buenos términos. Hace poco lo he oído de la propia Lidi. Él es consciente de ello, y sin embargo sigue queriendo echar sal en mis heridas. De manera inconsciente miré a Alex, pero él se limitó a reírse a carcajadas. De verdad, ¿qué es lo que pasa con sus nervios?

—No me mires así. No es que de verdad esté tratando de acosarte.

—¿Qué otra cosa podría ser? Sólo percibí tu malicia.

—No, no, no es eso. Esta vez no tienen guardas exclusivos. Creo que es mejor captar cada tanto dónde están.

Glenn estuvo de acuerdo con las palabras de Alex.

—Yo también me pregunto. De hecho, para esta inspección sugería a muchos caballeros seleccionados de manera cuidadosa para ser sus guardias exclusivos, pero no pudieron ir. Por supuesto, nos hemos puesto en contacto con la guarnición de la ciudad, y hemos organizado con cuidado un sistema de cooperación en caso de emergencia, así que no hay problema, pero…

Tomando el relevo, Alex continuó.

—Es de verdad demasiado fuerte… “Tomaré guardias si pueden vencerme, molestarían mi cita con Lidi. Por supuesto, tienen que ser fuertes, ¿no?” tuvo el valor de decir eso. Dicho así, no pude decir nada. Es demasiado para mí.

Alex se rindió. Mi hermano menor asintió con seriedad.

—Así es. No hay persona en este país que pueda vencer a Freed… Sabiendo que me habían rechazado, intenté tomar otras medidas. Al menos intenté reunirme con Alex con la esperanza de que al menos pudiera vencer a Freed con palabras… Enseguida te acorralaron, ¿no es así?

Alex, que no prestó atención a que lo miraran, se encogió de hombros.

—Cállate. No puedo vencer a Freed cuando está así. Es aterrador cuando Lidi está involucrada, no tuvo piedad.

—¿No involucró a tu hermanita? ¿No la quieres?

—La estimo mucho, pero no me voy a esclavizar por esa razón.

Cuando Alex declaró eso, mi hermano menor levantó las manos asombrado.

—Eso es demasiado despiadado.

—Lo que tú digas. En cualquier caso, son unos enamorados que se casarán en unos meses. Perderemos si nos importa.

—Tú… tienes un punto.

Mi hermano menor sonrió con amargura como si recordara algo.

—Es el hecho de que no hay necesidad de guardias dedicados si Freed está allí, por lo que es inútil oponerse a él. Si no quieres interferir en su amor, es mejor retirarse de manera adecuada.

Glenn asintió con sinceridad a las palabras de Alex.

—Eso puede ser cierto. Lo tendré en cuenta.

—¿De qué hablas al ignorar al dueño de la habitación…?

Siento que seguirán hablando entre ellos si los dejo solos. Además, el tema es Su Alteza y Lidi. Es el tema que menos me apetece escuchar ahora. Incapaz de aguantar, me metí en su charla.

—No, más que nada sobre cómo lidiar con los pájaros del amor.

—Si no tienes nada que hacer, lárgate.

Observé con frialdad a Alex, que respondió con cara seria.

—En primer lugar, pedir algo como espiar a Su Alteza… Aunque quisiera no podría hacerlo sin que se expusiera a Su Alteza. No pidas cosas imposibles.

El talento de Su Alteza en la magia era excepcional. No creo que tenga ninguna posibilidad. Incluso si uso el arte mágico de la vista lejana, él lo identificará de inmediato y lo deshará.

—Después de todo es así. Tch. Quería ver cómo están actuando.

—Alex, de verdad tienes un mal gusto. Después de todo, ese era tu propósito, eh.

—Es cierto que quería saber su paradero… Pero, mira, es su primera cita… No es interesante sólo imaginarlo.

Mi hermano menor remachó a Alex que era lamentable, y estaba de acuerdo con él. En primer lugar… no quiero verla a ella y a Su Alteza divirtiéndose.

—Fuera.

—Sí, sí.

Alex se levantó cuando dije eso.

—Ah, entonces voy a volver… Glenn, habla ya. He venido aquí por ti.

—Lo sé…

Alex le dio una palmada en el hombro a Glenn y se dirigió a la puerta. Al parecer Alex no vino a matar el tiempo, sino porque se lo pidió mi hermano menor. De verdad no sé si este hombre es solidario o si hace lo que le da la gana. Al ver que mi hermano menor asentía con cara firme, Alex se rió un poco.

—Entonces, me voy. Me queda trabajo. Ah, claro, Will, no te pases con la liberación de estrés con tus subordinados. ¿No es el Comandante William famoso como el demonio de toda la Divisón de Magos?

—A todos les falta entrenamiento, no se puede evitar…

Sintiéndome incómodo de que lo sepa, desvié mi mirada. Soy consciente de que uso el entrenamiento de mis subordinados para liberar el estrés. Como no podía decir nada, Alex sólo se encogió de hombros.

—Así que estás haciendo eso. Bueno, como resultado su habilidad aumenta, así que no me quejaré.

Pues bien, así de fácil se fue Alex. Solo quedamos mi hermano menor y yo en la habitación.

Los ojos de mi hermano menor vagaban de un lado a otro, pero al poco tiempo me encaró como si se hubiera resuelto.

—Es una frase de papá. “Es hora de que te rindas. No importa qué clase de princesa sea, no me opondré más, así que comprométete rápido” es el mensaje.

Pude notar que mis cejas se levantaron mientras mi hermano menor colgaba de manera torpe su rostro.

—¿Cualquier princesa está bien, dijo?

Pensé que mi cabeza hervía de furia por las palabras de mi padre.

—Tan tarde… Lo dice tan tarde. ¡De todos los tiempos, ahora, padre!

—Hermano mayor…

Mi hermano menor me dirigió una cara ansiosa, pero eso también era molesto ahora. No podía creer las palabras de mi padre. Si hubiera dicho esas palabras antes, solo un poco antes, podría haberle propuesto matrimonio. Escupí las palabras a mi hermano menor.

—No me comprometeré… Informa a padre que no me atrevo… No volveré a nuestra mansión por un tiempo.

—¿Vas a quedarte aquí de nuevo?

—No tiene nada que ver contigo…

—Hermano mayor.

Ignoré la voz de objeción. No importa lo que digan, no quiero ver la cara de mi padre ahora.

—No puedo calmarme ahora mismo… Dame un poco de tiempo.

—Se lo comunicaré a nuestro padre… Me disculpo por el estorbo, hermano mayor —dijo mi hermano menor mientras bajaba la cabeza, y con paso pesado salió de la habitación.

Cuando por fin me quedé solo, dejé escapar un gran suspiro. Las palabras de mi padre aún giraban dentro de mi cabeza. “No importa qué clase de princesa sea, no me opondré más”, ¿fue así? ¿Cómo se atrevía a decir eso? Se había opuesto a mí todo este tiempo. Y tan pronto como se decide el compromiso de ella y Su Alteza, dice eso. En resumen, excepto ella, cualquiera está bien, la verdadera intención de mi padre no era otra que esa.

—Qué broma.

Cualquier princesa está bien. ¿Qué pasa con eso?

Deseo a una sola persona, ella. Nunca he pensado otra cosa. En el pasado también… Y ahora su matrimonio estaba decidido. Cada vez que la veo, el amor llena mi corazón. Haría cualquier cosa por ella. Ella es lo más importante para mí, no hay hueco para que entre nadie más. Sintiéndome así, no había manera de que me comprometiera con otra persona. Sería una falta de respeto tanto para mí como para la otra parte.

—Lidi…

La recordé sonriendo feliz mientras se tomaba de la mano cerca de Su Alteza. Al menos, si la veía con el vestido de novia en ese momento… Me pregunto si seré capaz de ceder un poco. Me desprenderé de ella.

Siento que mis perspectivas son pobres, pero aún así me parece que no puedo rendirme.

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