¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 133: La observación del comerciante

Traducido por Lucy

Editado por Nemoné


Ese día cuando salí a preparar la apertura de la tarde como siempre, me encontré con una persona inusual en la fila.

—¿Eh? Si no es la Maestra. ¿Por qué haces esa cola? Podrías venir detrás como siempre.

Maestra… No, quizás sería más fácil de entender si dijera la hija del Duque Vivoir. Ella era la gran benefactora que salvó mi tienda que había sido aplastada por el acoso de cierto barón con su propia receta original. Con su posición social, ahora visitaba este lugar una vez en una luna azul, pero todavía todos los miembros del personal la adoraban.

Hace poco, me enteré de que la Maestra se comprometió. Su pareja era Su Alteza el Príncipe Heredero de este país. Aunque estos fueran los rumores, desde el principio, nunca pensé que de verdad se comprometieran. La Maestra siempre lo había odiado, y siendo cómo es ella, estaba convencido de que lo evitaría de alguna manera. Y sin embargo se comprometieron.

Después había escuchado rumores sin sentido. “Su Alteza, el Príncipe Heredero, está encaprichado con su prometida”, dudé de lo que mis oídos escucharon. ¿Su Alteza estaba encaprichado? ¿Con la Maestra? ¿Cómo diablos lo engañó la Maestra? No pude hacer otra cosa que ladear la cabeza ante la impensable historia. Aun así, comprendí que la Maestra tal vez no le desagrade. Si no fuera así no se extenderían esos rumores, para empezar, la Maestra no se quedaría callada ante ellos. Pero pensé que era una pena. La Maestra tendría un estatus aún más alto como la Princesa Consorte. No se le permitirá visitar sin rumbo un restaurante así en la ciudad. Cuando descubrí la figura de la Maestra mientras pensaba eso, me sentí muy feliz. Aunque creía que había vuelto a venir, sospechaba por qué había venido, pero cuando escuché la explicación, me convencí, y al mismo tiempo me sorprendió. A quien trajo la Maestra fue nada menos que a su prometido, Su Alteza el Príncipe Heredero.

Al ver a Su Alteza el Príncipe Heredero por primera vez de incógnito con el pelo teñido de negro, incluso desde la perspectiva de un hombre, tenía un aspecto demasiado bien parecido. Creo que el Comandante de la División de Magos también es una belleza, pero él está muy por encima de eso. Además, mientras mostraba movimientos enérgicos de un soldado, no tuve más remedio que recordar las habladurías sobre que el Príncipe Heredero era el más fuerte del reino. Pero más que su figura, me sorprendió su actitud hacia la Maestra.

“Encaprichado” – me reía cada vez que lo oía, pero nunca hubiera pensado que tendría lugar ante mis ojos.

Su Alteza el Príncipe Heredero, que llevaba el título del más fuerte, durante todo el tiempo había estado mirando a la Maestra con una expresión que me avergonzaba hasta mí. Cuando intenté agarrar el brazo de la Maestra de manera irreflexiva, una mirada demasiado fría me atravesó, y pensé que  mi vida se acortaría. Al ver un comportamiento tan descarado comprendí de manera intuitiva; Ah, es inútil. Tal vez la Maestra no pueda escapar. No la dejará ir. No sé lo que llevó a eso, pero la Maestra es amada con profundidad por Su Alteza el Príncipe Heredero. 

Me preocupaba si la Maestra se hartaría de tener sentimientos tan fuertes dirigidos a ella, pero por fortuna terminó siendo una ansiedad innecesaria. La figura de la Maestra mientras hablaba con Su Alteza el Príncipe Heredero era la de una mujer enamorada. Siempre despreocupada, sin darse cuenta la Maestra rozó el cariño del Comandante de la División de Magos, al que traía de vez en cuando con el pretexto de una escolta, pero esta vez, estaba enamorada. No pude evitar quedarme boquiabierto. El ambiente que reinaba entre ellos era dulce como el azúcar, incluso las expresiones que utilizaban al hablar entre ellos eran diferentes. Era una forma que nunca habíamos oído antes. El tono de Su Alteza el Príncipe Heredera también es suave, es obvio lo unidos que están. Pero como era de esperar era demasiado insoportable cómo estaban coqueteando en medio de la tienda. La dulzura entre ellos era demasiado para mí, así que bajo el pretexto desesperado pensado de abrir la tienda los ahuyenté a los asientos del mostrador.

Ya siento que mi energía se ha agotado…

♦ ♦ ♦

Avergonzado por el dulce ambiente entre ellos, volví a la cocina sintiéndome demasiado cansado. Enseguida me rodeó todo el personal. Por sus ojos llenos de expectación sabía demasiado bien lo que todos querían oír, pero era pesado ponerlo en palabras. Uno de los jóvenes preguntó con cautela.

—Había un hombre con la Maestra. Era demasiado íntimo con ella, ¿quién es?

Se filtró un aura íntima, o más bien dulce, a lo grande. Los ojos de todos se concentraron en mí. No puedo escapar, eh, así que exhalé.

—Es su prometido…

La cocina se emocionó de inmediato.

—¡Uwa! ¡Después de todo era verdad! ¡He oído los rumores! ¿Eso significa que el hombre de cabello negro es Su Alteza el Príncipe Heredero? Uwaa, ¿Su Alteza el Príncipe Heredero ha venido a nuestra tienda?

—¡Espera! ¿Vamos a hacer algo para que coma Su Alteza? ¿De verdad está bien?

—A-Así es. ¡Gerente…! No hay ningún problema, ¿verdad?

Al escuchar las dudas justificadas, asentí. La Maestra aprobó traerlo aquí. Sólo eso debería ser suficiente para nosotros.

—No te preocupes por encima de lo necesario. La Maestra está con él, no pasará nada.

Informados del hecho evidente, todos los novatos asintieron como si estuvieran convencidos.

—Así es. Está bien si le mostramos a la Maestra los frutos de nuestro trabajo habitual.

—Exacto. Ahora, ¡a trabajar!

No había tiempo que perder. Las órdenes del personal del comedor llegaban una tras otra. Entre ellas estaba la de la Maestra. Mientras hacía con agilidad los preparativos y daba órdenes para poner las mesas en el área del comedor, desde atrás escuchaba a los novatos hablar con alegría sobre la Maestra. Después de todo, parece estar en sus mentes.

—Se han abrazado hace un momento. En serio están tan unidos como dicen los rumores.

—Pensé que no era como la Maestra. Pero si se muestran así, no hay nada más que creerlo.

—Eso significa… Uwaa, el Comandante es lamentable… ¿Fue rechazado después de todo? Pensé que era posible para él.

—¿Lo hiciste? Pensé que no era bueno. No importa cómo lo mires, la Maestra no lo vio así. pensé que era divertido ver como la Maestra lo ignoraba por completo, sin saberlo.

—Pero si lo piensas, la Maestra es increíble. Ignoró al heredero de una casa ducal, que es el Comandante de la División de Magos, y se comprometió con Su Alteza el Príncipe Heredero.

—Y pensando en lo que acabamos de ver, los rumores de que es amada parecen ser ciertos. Me sorprendió.

—¿No son las grandes personas débiles a las mujeres como la Maestra? No pensarías que ella es la hija de un duque.

—Bueno, por supuesto, pero no hay más mujeres como ella. Por eso es preocupante. Ya que ella es única, el conflicto puede ser inevitable.

—Los altos cargos del país luchando por la Maestra, eh. No es una broma ni siquiera imaginarlo.

—No es una broma lo que dices. Va más allá de los peces gordos. Su Alteza el Príncipe Heredero, Líder de la División de Magos. Si hay una oportunidad, ¿no recibirá propuestas de matrimonio de príncipes extranjeros?

—Es posible. No importa quién sea, no será extraño para la Maestra.

Mientras hablaban a gusto se reían. Cuando moví mi mirada hacia los asientos del mostrador, escuché la conversación que mantenían sentados uno al lado del otro. Parecía que acababan de servirse curry y hablaban de ello. Sabía que estaba mal, pero antes de darme cuenta estaba aguzando el oído.

—Mira, esto es curry. Es tu primera vez así que he intentado pedir el estándar, pero ¿qué tal está?

Pude notar que Su Alteza el Príncipe Heredero se quedó con los ojos abiertos ante las palabras que la Maestra dijo con cierto orgullo.

—¿Eh…? He oído hablar de esto antes, pero seguro que es una comida extraña.

—La apariencia puede ser difícil para los primerizos. ¿Qué vas a hacer? ¿Quieres parar?

Cuando los ojos de la Maestra se aflojaron con evidente deleite a pesar de su mirada lejana, Su Alteza, el Príncipe Heredero le devolvió una sonrisa.

—No, no, lo he dicho antes. Es imposible que no coma algo que Lidi ha desarrollado. Voy a devorarlo.

—No tienes que forzarte…

La Maestra parecía feliz mientras decía eso. Se enfrentaron y soltaron una risita. El dulce intercambio de la pareja con derroche de buen rollo destacaba demasiado. En realidad, los ojos de toda la tienda se centraron en ellos, sin embargo los ignoraron. No les importaba en absoluto. La verdad Su Alteza el Príncipe Heredero y la hija de un duque. Para estar acostumbrados, son tan resistentes que voy a llorar. Por el amor de Dios, conténganse. Llevando el curry a su boca, Su Alteza el Príncipe Heredero masticó lento para comprobar el sabor.

—¿Eh? Es un sabor inusual. Pero no me estimula el apetito… Sí, puede que lo prefiera un poco más picante.

—¿Lo prefieres así? Quería pedirlo bastante picante… Dámelo un momento. Nn, ya veo. Si esto es soso, puede estar bien que sea bastante picante. Intentemos hacerlo un poco más picante la próxima vez…

La Maestra tomó con suavidad la cuchara de Su Alteza el Príncipe Heredero y probó el plato. Su Alteza no dijo nada. Solo podía mirarlos actuando como si eso fuera natural, era asombroso.

—Eso me hace feliz. ¿Lo hará Lidi?

—Sí. No he enseñado a los cocineros del castillo la receta del curry. También quiero probar a experimentar para ver cómo de picante puedo ir con Freed.

—Experimentar dices. ¿Qué es eso? Qué cruel, Lidi.

—No, está bien. Te dejarás llevar, ¿verdad?

Habiendo devuelto la cuchara, la Maestra dijo mientras recogía su curry esta vez. Su Alteza el Príncipe Heredero hizo un movimiento sobre ella. Cuando ella levantó la cuchara, él la mordió y la mantuvo en su boca.

—Nn…

—Espera un momento, ¿qué estás haciendo?

Debió tomarla por sorpresa, ya que con la cara enrojecida lo fulminó con una leve mirada. Sin parecer que le importara, Su Alteza el Príncipe Heredero se rió y dijo:

—No, me preguntaba por el gusto de Lidi. Hmm, supongo que es un poco dulce…

—Las cosas picantes no son mi punto fuerte… Más bien, cielos, no lo hagas en un lugar así, idiota.

—Lo siento… fu, fu.

Con la cara sonrojada, la Maestra golpeó a Su Alteza el Príncipe Heredero con el codo. Su Alteza, que lo recibió con gusto, parecía muy feliz. Podría decir que lo hizo a propósito para ver la reacción de la Maestra.

Dulce… Demasiado dulce.

—Que alguien vaya a traerme sal…

Nemoné
x2. No puedo con ellos

Oí susurros detrás de mí. Cuando miré hacia atrás, los novatos estaban gimiendo con caras indescriptibles.

—Demasiado dulce… Más bien, ¿la Maestra era una persona así?

—Su cara se sonrojó… Qué bonito, parece feliz.

—Es doloroso cuando están tan enamorados… ¿Eeh? ¿Su Alteza, el Príncipe Heredero es una persona así? Es diferente a la imagen que tengo de él.

—En efecto…

Entiendo esos sentimientos. Cuando volví a mirar a la Maestra después de un rato, se acababan de levantar, pareciendo que habían terminado de comer. La Maestra intentó pagar la cuenta pero Su Alteza el Príncipe Heredero la detuvo, y le dijo algo. No escuché el contenido, pero en respuesta el rostro de ella se enrojeció de nuevo. Mientras la Maestra se ponía rígida, Su Alteza el Príncipe Heredero pagó por los dos. De seguro no había ninguna falta que ver. Entonces por fin salieron de la tienda, pero… me pregunto si la Maestra se dio cuenta de que todo lo que estaban haciendo hasta el final solo podía ser visto como un coqueteo. No, esa Maestra es demasiado tonta. Es imposible que se dé cuenta.

—De alguna manera… estoy cansado.

Cuando alguien murmuró, otros novatos asintieron. Ahora que lo pensaba, uno de ellos me preguntó:

—Gerente… ¿la Maestra no vendrá más aquí?

En unos meses se convertiría en la Princesa Heredera. Ellos también lo sabían. Así que, aunque me entristece, no me quejo. Desanimado, hablé para consolarlos.

—No, no parece.

—Eh, ¿es así? Asentí a los novatos que levantaron la cara.

—Sí, Su Alteza también dijo que no había necesidad de parar, así que tal vez vendrá de nuevo, ¿no? Por eso, si tienen algo que pedirle a la Maestra, pueden hacerlo entonces. Veamos… Por ejemplo, ¿cómo empezó su romance con Su Alteza el Príncipe Heredero…?

Me reí de manera sugestiva. Recordé el anillo puesto en el cuarto dedo de la mano izquierda de la Maestra. El anillo de oro turquesa tenía los mismos colores de Su Alteza el Príncipe Heredero. Tal vez lo recibió de él. Sería interesante preguntarle por eso.

—Espero encontrarme con la Maestra la próxima vez.

Cuando hablé del anillo, todos se rieron diciendo que les gustaría preguntar por él.

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