¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Entreacto 3: El amigo cercano del príncipe (2)

Traducido por Ichigo

Editado por YukiroSaori


Sin embargo, su alteza invitó a todos a una merienda un poco grande durante el descanso del día siguiente.

Todos se sorprendieron por el acontecimiento repentino. Y, solo tomaron una galleta cada uno mientras parecían nerviosos.

Pero, eso solo duró un segundo. Aunque comieran tímidamente las galletas, eran demasiado deliciosas y era imposible que siguieran sintiéndose nerviosos una vez que perdieran el sentido.

Así de deliciosa era esa galleta.

—¿Puedo tomar otra, su alteza?

—Hay muchas así que está bien.

Hubo incluso chicos que quisieron una segunda sin dudarlo, incluso hubo chicos que mordieron la galleta y luego se quedaron mirando.

Él era el centro de atención de los niños.

Su alteza, que al principio buscaba una reacción de los niños fácil de entender, parecía aliviado. Cuando nuestras miradas se cruzaron, sentí que intentaba decirme algo. Sin embargo, eso fue interrumpido por una voz algo excitada que le preguntaba si también le gustaban los dulces.

Me preocupé un poco por lo fácil que se dejaron llevar. Bueno, todavía eran niños y era un regalo de alguien a quien servirían en el futuro, así que estaba bien.

Me dirigí a la fuente donde hablé con su alteza aquel día después de la sesión de estudio.

Él ya estaba allí. También sostenía el gato blanco, se dieron cuenta de que yo estaba allí al mismo tiempo.

—Salió muy bien, ¿no es así, su alteza?

—Gracias. Es gracias a ti, Vernoux.

Dejó al gato que se debatía en sus brazos y se levantó lentamente.

—No sabía que no era tan difícil. Siento haber dudado de ti.

—No pasa nada. Es porque eligió un dulce que le gusta a todo el mundo.

Las galletas probablemente se habían acabado. Estaban familiarizados con ella porque era una galleta que todos habían comido alguna vez. Y, ni siquiera pensé que fuera bien… No tengo intención de confesar esto. Su Alteza sonrió mientras yo pensaba eso.

—Entonces, debería agradecer a mi madre. Pero, madre probablemente me diría “si es así, entonces agradece a Vernoux”. Fuiste tu quien me animó a intentarlo.

Parecía incómodo, también estaba avergonzado.

—Su elogio es más de lo que merezco.

Estaba perturbado, así que las palabras resultaron un poco monótonas. No obstante, él no le dio demasiada importancia.

Su alteza comenzó a caminar lentamente. Sentí que me decía que lo siguiera, así que lentamente junté mi paso con el suyo. El lugar al que se dirigió fue el jardín.

—Ya lo había leído en algún libro, así que conocía la palabra “amigo”. Pero, no sabía lo que era un amigo y no sabía si podía hacer un amigo. No lo tenía claro al leerlo en los libros.

Habló mientras entraba en el cenador y se sentaba. Me puse a su lado y pensé en el significado de esa palabra.

—Es muy presuntuoso ser amigo de la realeza…

No estaba dispuesto a sentir pena por él, pero tuve el valor de llamarle amigo. Cuando dije lo que honestamente había pensado, escuché una risa ahogada, trató de sujetar su estómago y presionarlo.

—Vernoux, eres interesante, ¿no?

—¿Tú crees?

—Sí. Eres interesante porque dices las cosas claras.

No recuerdo haber dicho nada interesante.

¿Qué diablos era tan divertido que tenía que sujetar su estómago? Esto continuó durante un rato y luego se inclinó hacia atrás y habló.

—Es problemático ser de la realeza.

Yo también lo pensé, pero no debería estar de acuerdo con él. Tampoco puedo negarlo. Era una frase que solo me daba problemas. Pero no parecía querer molestar o ponerme nervioso.

—Pero, me hice amigo de Vernoux gracias a eso. Debería estar agradecido. Di algo.

—No sé qué decir.

Aunque acababa de decir que parezco presuntuoso. A pesar de que él lo reconoció e incluso dijo que era problemático. Todo lo que pude hacer fue encogerme de hombros cuando pensé eso.

Sin embargo, no me pareció desagradable. Él solo se rió.

—Vernoux también, si hay algo que pueda hacer por ti solo dímelo.

—Su alteza, no debería decir algo así tan fácilmente. Podrían llegarte peticiones absurdas.

Por supuesto, no quería decir nada malo con ello. No sé si iba a seguir mi consejo, pero quería advertirle. Sin embargo, ladeó la cabeza con curiosidad.

—Vernoux, ¿vas a pedir algo absurdo?

—No lo haré…

—Entonces está bien, ¿no?

Ese no era el problema. Esa era una opinión retrospectiva, incluso yo tenía la posibilidad de pedir lo que quisiera. Pero, no necesitaba decirlo en voz alta para que él entendiera esto. Su sonrisa no se borró y respondió.

—Está bien. Si me pides algo absurdo, puedo decirte que no puedo hacerlo. Esto es solo si puedo hacerlo… Oh sí, ¿quieres que subamos juntos a la torre del este? ¿Algo así? Se veía muy bonito allí arriba.

—¿Eh, está bien?

—Sí.

Accidentalmente reaccioné a esa inesperada invitación. Era tan fascinante que el pliegue de mis cejas desapareció.

Vagar por el castillo no estaba permitido, pero si iba por el castillo con su alteza como guía, entonces no me criticarían.

—No te regañarán si estás con tu amigo, ¿verdad?

Sigo pensando que lo hice por interés propio. Pero no quería perder la oportunidad.

—Por favor, su alteza.

Le pedí con franqueza y él asintió.

Entonces, nos dirigimos directamente a la torre. El viento soplaba cómodamente sobre nosotros mientras mirábamos la ciudad. Era muy amplia y resplandeciente.

—¿Cómo es?

—Es más de lo que imaginaba.

Su voz fue arrastrada por el viento y no pude oírla con claridad. Además, creo que mis palabras tampoco le llegaron, pero no pude confirmarlo. No podía apartar la vista del paisaje.

—Voy a cargar con este reino en el futuro.

Las palabras que murmuró mientras miraba a la ciudad también fueron arrastradas por el viento. Sin embargo, llegó milagrosamente a mis oídos. No hablaba en voz alta y pensé que eran palabras que acababa de soltar. Pero aún así, había escuchado esas palabras con claridad.

De alguna manera, podría no ser malo apoyarlo.

Miré de reojo su rostro y pensé que me gustaría hablar un poco más con él.

♦️ ♦️ ♦️

Cuando tuve la oportunidad de hablar con él, a menudo salíamos juntos después de las sesiones de estudio. Nunca hicimos ninguna promesa, pero nos reuníamos frente a la fuente la mayoría de las veces. No lo ocultaba, pero no podía decir a nuestros compañeros que me había atrevido a hablar con su alteza. Tenía la intención de responderles si me preguntaban al respecto, pero nunca lo hicieron. Aun así, probablemente pude transmitirles que me llevaba bien con él. No hubo quejas. Si tenía que decirlo, entonces se me reconocía como una existencia mediadora y ellos parecían agradecidos.

Sin embargo, esto era solo entre los niños. Había adultos que se ponían de mal humor cuando se enteraban de que yo era su amigo.

—El hijo de Flantheim parece llevarse bien con su alteza, pero es importante que sea consciente de que es un criado.

Incluso algunos adultos me lo dijeron directamente mientras hacían muecas. Pero aún así, no podía darles la razón en silencio.

—Tengo su buena voluntad. Sería descortés rechazarlo sin razón.

Me contuve de responder un: “déjame en paz viejo”. Pero, esa respuesta probablemente haría que el rumor de “El hijo de Flantheim no es nada lindo” flotara por todas partes. Así que decidí actuar de forma más amistosa con los que me rodeaban.

Cuando lo hice el rumor se calmó tranquilamente.

Naturalmente, mi padre se dio cuenta de que estaba en buenos términos con su alteza. Para empezar, una de las razones era que frecuentemente llegaba tarde a casa.

Mi padre me preguntó alegremente.

—He oído que te has hecho amigo de su alteza. ¿Hablaste con los puños?

Por supuesto, era posible que padre estuviera bromeando. Quiero que prevea que mi cara se crisparía ante esas escandalosas palabras.

—No. Hablo con él, pero eso es imposible.

—¡¿Qué?! Entonces, no es así. Aunque seas un poco salvaje, no te culparía si fueran capaces de entenderse. Me pregunto cuántas veces nos cruzamos Elvis y yo antes de entendernos. Bueno, que haya ganado o no es otra historia.

—Padre, no tengo el coraje de ir a lo loco con su alteza.

Perdí de vista la expresión que debería hacer mi padre que me había recomendado un método tan inusual. Desgraciadamente, mi principio no era librar una batalla perdida. No sé si podría vencerlo, y no creo que haga algo similar a padre, que ya había sido vencido varias veces en el pasado.

En primer lugar, no había manera de que me volviera salvaje con él porque sería demasiado aterrador después… Sinceramente, pensé algo así en ese momento.

Por eso, me sorprendí cuando él me propuso una “idea salvaje” unos días después.

—Vernoux, ¿por qué no exploramos hoy el sótano del castillo?

Ese día, Su Alteza me lo propuso frente a la fuente después de nuestra sesión de estudio.

—¿El sótano, no?

—Sí. Es antiguo, pero es un lugar interesante con misteriosos dibujos escritos en las paredes.

He explorado muchos lugares del castillo, pero aún no he puesto un pie en el sótano. Ni siquiera sabía que el castillo tuviera un sótano… No, tiene sentido teniendo en cuenta lo grande que es este edificio, pero no podía imaginar qué tipo de lugar podría ser.

—Quiero verlo.

Respondí sin dudar, como siempre, inmediatamente me instó.

—Entonces, vamos.

Se apresuraba más de lo habitual, pero su actitud no era lo suficientemente extraña como para que dudara de él.

Sin embargo, vi que los adultos, que nos observaban desde lejos, también se movieron cuando lo hicimos. No era de extrañar que alguien nos viera.

Se trata de su alteza. No era extraño que alguien nos observara para asegurarse de que no le hiciera daño. Que nos observaran a distancia significaba que confiaban en mí hasta cierto punto… pensé, mientras doblábamos la esquina y él tiraba repentinamente de mi brazo. Dejamos el camino principal al empujarme a un pequeño pasillo.

—Su alteza, esto no es…

—Este camino está bien.

No, no lo está. Estoy seguro de que el guardia se puso azul en el momento en que doblamos la esquina. No quiero ser salvaje… le había dicho a mi padre, pero estaba atrapado en el acto travieso de un principe.

Sin embargo, no disminuyó la velocidad.

—Está bien. Esa persona no me está vigilando por orden de padre. Así que no pasa nada.

—Pero…

—Y, no tenía intenciones de ir al sótano hoy.

Dijo mientras avanzaba por un camino que yo conocía bien. Era el camino hacia la torre este, a la que subí junto con él al principio.

Entramos en la torre y subimos corriendo hasta la cima. Los dos estábamos sin aliento cuando llegamos a la cima.

—El viento es ciertamente agradable aquí arriba. Deberíamos haber subido algunos dulces.

—Deberíamos haberlo hecho…

—Hablando de eso, todavía no te he escuchado. Dime tus dulces favoritos la próxima vez, Vernoux. Prepararé algunos.

—Si es posible, ahora mismo quiero más agua que dulces.

—Tienes razón. Yo también quiero beber agua.

Aunque dijo eso, no tenía ninguna intención de bajar inmediatamente de la torre. Apoyó la espalda en la pared, se sentó y miró al cielo.

—Después de todo, no podemos alcanzar el cielo desde una torre.

—Bueno… Está más cerca del cielo que del sótano.

—Lo siento. No quería engañarte. Te mostraré el sótano la próxima vez. Pero, no quería que los adultos nos oyeran hablar hoy. No podemos tomarnos nuestro tiempo para hablar si ellos están cerca.

Me senté a su lado. Era malo hablar mirando hacia abajo. Entonces, miré al cielo como él, y vi las nubes blancas fluyendo lentamente por el cielo.

—El cielo está ciertamente alto…

No era que realmente quisiera ir al sótano. Así que no me importaba si eso era lo que quería. No me preocupaba si los adultos nos oían hablar, pero sí me importaba.

—¿Has estado alguna vez en la ciudad, Vernoux? Solo lo he visto desde el interior del carruaje.

—¿El pueblo? Padre me ha llevado allí antes.

¿De qué quiere hablar ahora que estamos lejos de los adultos? Pensé y habló de algo que no tenía nada que ver con el cielo que estaba mirando.

El pueblo.

Es natural que él mismo quiera pasear por la ciudad ya que la ve mucho desde la torre. Su alteza salía así siempre con Su Majestad. No podía ir a los lugares que quería. Yo solo paseo por la ciudad con padre, pero él suele llevarme a los sitios que quiero ir si se lo digo.

—Si es posible, ¿puedes contarme tus experiencias allí, Vernoux?

—¿Mis experiencias?

—Sí.

—Puede que te hagas una idea preconcebida de la ciudad por mi experiencia personal.

No es que no quisiera contarle. Pero, tenía un poco de miedo de plantar una noción preconcebida en su mente. Aunque nos hayamos hecho buenos amigos, el seguia siendo el principe heredero.

Sin embargo, siguió mirando al cielo sin mirarme y se rió.

—Pero aún así, no hay nada malo en saberlo, ¿verdad? Yo también quiero verlo algún día.

—Bueno… Solo hablar de ello es algo que puedo hacer.

Sin embargo, de repente me di cuenta.

Sí, hablar de ello no era un problema. Pero, ¿qué debería hacer si en el futuro me dice algo como “Quiero ir de incógnito contigo”? De repente se me pasó por la cabeza que sería raro que su alteza, que estaba sonriendo, dijera eso de repente. Pero, probablemente estaba pensando demasiado.

Pero, bueno.

Si él quería ir, entonces probablemente no lo detendría. Tal vez, cuando quiera hacer algo, no se detendría aunque la gente tratara de detenerlo.

Tenía que aprender a cómo ir de incógnito primero, para que él no merodeara por ahí. Porque, si lo dejaba solo, entonces podría vagar por alguna parte.

—Pensé que era un poco más maduro, su alteza.

—Pensé que eras una persona más formal, Vernoux.

La primera impresión que nos habíamos dejado era considerablemente diferente de cómo éramos. Sin embargo, tuvimos la suerte de que ambos no pensáramos: “Hubiera sido mejor que lo fueras”.

Bueno, no podía imaginar que estaría llamando a su alteza, “Gille” dos años después de eso.

♦️ ♦️ ♦️

—Vernoux, llevas un rato sin hablar desde hace un rato. ¿Qué pasa?

—Oh, no. No es nada.

Yo, que estaba recordando un montón de cosas, negué ligeramente con la cabeza al Gille adulto que tenía delante.

No ocultaba nada, pero no me atrevía a contárselo. Más bien, causaría un malentendido si le decía directamente que estaba pensando en él. Es decir, hasta yo me pondría mal si lo escuchara. Bueno, a mí me desanimaría mucho.

—Dime, Gille.

—¿Sí?

—¿Quieres volver a subir a la torre después de tanto tiempo?

Bueno, estoy diciendo mucho solo con esto.

Cuando pensé eso, Gille me miró un poco confundido, para luego, como siempre, reírse.

—Entonces, ¿preparamos unos dulces y agua?

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