Un día me convertí en una princesa – Capítulo 132

—Las rosas le sientan bastante bien a la princesa.

Félix habló alegremente mientras me miraba de pie con la espalda apoyada en las flores.

¡Vamos, papá, mírame a mí también! ¿¡Preferirías verme rodeada de rosas que con un ramo de largas flores tropicales con ese nombre tan largo y ridículo!?

Papá parecía estar resentido. Quizás no fue solo por el jardín del Marqués Irain, sino también por el hecho de que lo he estado molestando con el pretexto de un paseo estos días.

—No, la Aristolochia Elegans es tan hermosa que quiero saber cómo cultivarla. Félix, diles que conviertan este jardín en un jardín tropical inmediatamente.

—Sí, su Majestad.

——¡N-no papá! Espera, espera, ¿papi? ¡Félix tampoco puede irse todavía! ¡Espera un segundo!

Tuve que hacer todo lo posible para conservar mi jardín de rosas. Seguí a papá, que había empezado a caminar con una ceja levantada y una sonrisa malvada en el rostro. Puaj.

♦ ♦ ♦

Puaj. Gemí en voz baja mientras miraba la flor morada frente a mí.

—Veo que hoy la princesa está mirando la Aristolochia Elegans .

Después de mirar los patrones blancos de las flores, di un paso atrás mientras mantenía una sonrisa en mi rostro.

Si metes cosas como estas en la mansión seguramente significa que a alguien le gusta, ¿verdad?

Por supuesto que respeto tu gusto. Pero, por favor respeta también el mío.

*Sollozo.”

Cada vez que veo esta flor me da un escalofrío. ¿Es por el espeluznante patrón blanco esparcido por todos los pétalos?

—A la princesa pareció gustarle la última vez que la viste, así que lo investigué un poco más. Creo que también se llama flor de Calico…

Ya veo, Flor Calico…

No le respondí a la chica lirio, sino que me endurecí con una sonrisa en mi rostro.

¡Espera, espera…! ¿Te gusta? Cuando la vi por primera vez, lo único que pude pensar fue: “Oh… ¡Las flores son muy intensas e impresionantes!”, me explicó la niña lirio con una cara tan brillante y feliz, pero no pude decirle que la flor sí lo era. No me atrae.

Sí, soy débil contra las chicas lindas. Waaa.

—Les dije a las criadas con anticipación y preparé los refrigerios. Por favor ven por aquí.

Hoy visité al Marqués de Irain después de mucho tiempo. Quien me invitó fue Helena Irain, la chica lirio con la que me había hecho amiga desde mi debut.

Cuando tenía quince años, después de celebrar mi primer baile en el Palacio Esmeralda, visitaba ocasionalmente la mansión de las familias que me enviaban invitaciones.

Me estremecí al recordar a papá, quien recientemente había anunciado sus planes de convertir mi jardín de rosas en un arboreto tropical.

¡Pero la buena noticia es que logré salvarlas y evité que la mano mágica de papá alcanzará las lindas rosas!

—Princesa, por favor mira la flor que hay detrás de ti. La última vez la salvaste con tu magia.

—¿Ah, de verdad?

Abrí mucho los ojos con sorpresa y miré hacia atrás. Tal como ella había dicho, había una flor con hojas similares a la que había visto durante mi última visita al Marqués Irain.

—Los pétalos eran azules.

—¿No está creciendo magníficamente? Todavía es un capullo, pero en una semana estará en plena floración.

Esta flor tenía capullos, a pesar de que se había secado y muerto. De hecho, había usado mi versión modificada de la fórmula mágica de Aeternitas.

Sinceramente, la ocasión era perfecta. Helena me había ayudado y necesitaba algo para probar la nueva fórmula mágica. Los resultados fueron excelentes.

—Si no fuera por la princesa, estoy segura de que no habría tenido la oportunidad de florecer tan maravillosamente.

Por supuesto, no deberíamos abusar de la magia, pero si revisamos la fórmula un poco más, creo que podemos usarla en Obelia para cultivar cereales en el suelo del norte, que es bastante árido…

Absorta en mis pensamientos, incliné mi taza de té, que desprendía un perfumado aroma.

—No he estado en el Palacio Imperial en mucho tiempo, pero, princesa…

De repente, Helena empezó a dudar de sus palabras y un profundo sonrojo se extendió por sus mejillas.

—¿Cómo ha estado… um… Lord Lucas últimamente…?

Ah, la inocente niña de los lirios blancos no había cambiado desde mi fiesta del té hace años. Han pasado tres años desde que Lucas adquirió por primera vez el título del lobo Oscura solitario, ¿verdad? ¡Lucas también es un tipo muy pecador!

—No ha cambiado. Parece muy ocupado en la torre estos días.

—Oh sí. Es el mejor mago de la Torre Oscura.

Oh, Dios, la chica lirio parece estar completamente cegada por el amor.

Desde la perspectiva de un extraño, Lucas es el mago más joven de la torre, lo que definitivamente es una hazaña asombrosa, pero incluso entre los otros magos con años de experiencia, es el mejor.

Hay momentos en los que me pregunto si Lucas es realmente superior a todos los demás magos de Obelia, pero…

—Haa, la última vez que me encontré con Lucas camino a la fiesta del té de la Princesa, verlo fue tan deslumbrante que por un momento me mareé y casi me caigo. Pero este sentimiento de soledad parece hacerse más fuerte cada año, mi corazón duele aún más por él…

¡Ah, ha empezado de nuevo! Vuelvo a tomar mis manos en oración y miró a Helena con ojos nublados mientras cae en su propio mundo.

—Me pregunto qué sentiría si pudiera abrazarlo aunque sea una vez.

De nuevo permanece aquí por un tiempo pero, como una persona invisible. Jeje, ya me he acostumbrado.

—Haa, una vez fui joven. Si hubiera conocido a Lucas un poco antes, Lord Zarvier no me habría engañado en aquel entonces.

Volví a inclinar la taza de té mientras la mitad de las palabras de Helena entraban por un oído y salían por el otro.

—Cada vez que miro sus ojos rojos rubí, bañados en una profunda soledad que nada puede llenar…

Mmmm, este té tiene una fragancia bastante agradable. ¿Deberíamos intentar conseguir algo para el Palacio Esmeralda?

♦ ♦ ♦

—¿Qué? ¿Por qué está tan oscuro?

—¡Espera, no enciendas las luces!

Tan pronto como me di cuenta de que alguien había entrado a mi habitación, abrí la boca, pero ya era demasiado tarde. ¡Oh, mis ojos! ¡Vamos, eres demasiado rápido!

Los ojos rojos de Lucas y el cabello oscuro se reflejaron en mis ojos entrecerrados. Fruncí el ceño ante los ojos deslumbrantes que me miraban en la habitación repentinamente iluminada mientras Lucas inclinaba la cabeza hacia un lado.

—¿Qué estás haciendo sola con todas las luces apagadas?

¿Por qué no me preguntaste antes de encender las luces? Pero está bien porque tengo un gran corazón capaz de ser comprensivo. Mientras me acostaba cómodamente en la cama, llamé a Lucas.

—Lucas, ven aquí.

—¿Soy un perro?

Oh, ¿qué pasa con la frase del perro? ¿Está tan de moda últimamente que todos se consideren perros?

Sin embargo, lo siento, uf. Pero a pesar de que Lucas refunfuñó de insatisfacción, aun así hizo lo que le dije. Acéptalo, vendrás aquí de todos modos…

—Acércate.

¿Vas a salir conmigo? ¿Por qué te detuviste ahí? Mientras me acostaba en mi cama, volví la cabeza hacia Lucas y le indiqué que acudiera a mi llamada.

Pero Lucas frunció el ceño y pareció reacio a acercarse a mí.

—¿Qué ocurre? Te dije que vinieras aquí.

¿Por qué es así? Finalmente le tendí la mano a Lucas, que estaba a tres o cuatro pasos de la cama. Cuando lo hice, Lucas dio un paso atrás.

Lo agarré del brazo y lo acerqué. Lucas se estremeció por un momento cuando su brazo tocó el mío, pero lo jalé de todos modos, sin prestarle mucha atención. Después de guiarlo sin ninguna resistencia, lo senté en el asiento a mi lado.

—Mira esto.

Agité mi mano para apagar las luces que Lucas había encendido. Dicen que la práctica hace la perfección. Han pasado tres años desde que comencé a usar magia, así que ahora puedo hacer cosas como esta con los ojos cerrados.

En el momento en que infundí energía mágica en el aire, un círculo mágico brillante se extendió por el techo. La otra noche había estado estudiando fórmulas y, por aburrimiento, había dibujado un círculo mágico tan fino como un hilo.

Brilla como la Vía Láctea.

Oh, me hace sentir a gusto. Recuerdo acostarme con Raven y mirar el cielo nocturno…

—¿No parece una constelación?

—Parece que estás disfrutando estos días el estudio de las fórmulas.

Incluso con una vista tan impresionante, Lucas solo respondió secamente con una voz sin alma. Me sorprendió su respuesta insensible.

—¿No es bonito? ¡Lo hice ayer! ¡Esta es la primera vez que muestro algo como esto!

—Sí, bonito, es bonito.

—Ah, ¿acabas de suspirar? ¿Estás diciendo que soy patética?

—En vez de eso…

Lucas murmuró para sí mismo con voz ligeramente arrepentida. Su rostro estaba iluminado por la suave luz del techo y tenía una expresión de vergüenza que me sorprendió.

—Estoy empezando a preguntarme por qué estoy jugando contigo de esta manera.