Elección Absoluta – Capítulo 137: Una historia muy tonta

Traducido por Lucy

Editado por Sakuya


Cheng Lingcun suspiró con suavidad.

—El objetivo de Hisith era hacer que me mataras con tus propias manos, así que aunque carecieras de la habilidad para matarme, sin duda habría creado una ilusión de que me habías matado con éxito. De hecho, había plantado una maldición con un gatillo. Podía matarme en cualquier momento. Entonces, mi muerte estaba predestinada. Además, la razón de mi muerte fue que no tuve cuidado. Si me hubiera escondido bien y evitado que Hisith descubriera mi verdadera identidad, esto no habría ocurrido. Así que Shi Xiaobai, no necesitas ser demasiado autocrítico contigo mismo. Lo que de verdad deberías hacer ahora es… ¡seguir viviendo!

La expresión de Cheng Lingcun se volvió un poco más seria mientras decía con solemnidad:

—Aunque no sé por qué de repente le pedirías a Hisith su ropa interior, supongo que… todavía no sabes que has desencadenado por completo la manía de Hisith. Este asunto puede haber sido involuntario de tu parte, pero tienes que ser consciente de la gravedad de la situación. Que Hisith diseñe un juego así, indica con claridad su “atención” hacia ti. Cuanto más se fija en su juguete, más quiere destruirlo. Ahora, él ha logrado sus objetivos a través de este “juego”. Así que, lo más probable es que el siguiente paso que dé sea… matarte. Sin embargo, Hisith solo lo hará después de que empieces a culparte cuando él revele la verdad.

Cheng Lingcun respiró hondo y analizó con calma.

—Ahora, estás en el “Inframundo” de Hisith. intentar escapar de él por la fuerza es casi imposible. Tal vez Su Excelencia Uno-Pun sea capaz de usar el “Guardián de Dios” para salvarte, pero en el “Inframundo”, es muy difícil para Su Excelencia Uno-Pun garantizar tu seguridad. Así que, ¡tu mayor oportunidad de sobrevivir es evitar que Hisith obtenga la satisfacción que desea! Shi Xiaobai tienes que pareces indiferente cuando Hisith te diga la verdad… Puedes fingir que nunca has oído hablar del nombre “Chen Lingcun”. Debes hacer creer a Hisith que no te conmovió el juego que había diseñado. Tal vez decirlo así sea muy risible y trágico, pero Shi Xiaobai, tienes que mantener… tu mayor valor como “juguete”. Evitando que Hisitih tenga el deseo de matarte, eso maximizará tus posibilidades…. de seguir viviendo.

Cuando Shi Xiaobai escuchó esto, sintió que le dolía el corazón. Si pudiera decir algo, de seguro rugiría y diría: para de hablar.

El análisis de Chen Lingcun era muy preciso y muy razonable. Había utilizado un poco de información y su deducción lógica para adivinar todo lo que había sucedido, e incluso había proporcionado a Shi Xiaobai la forma más razonable de seguir viviendo.

Sin embargo, él, que estaba a punto de morir, se preocupaba todo el tiempo por la seguridad de otra persona mientras dejaba atrás sus últimas palabras. Analizaba con calma la situación por otra persona, e incluso proponía con calma la despiadada petición de fingir que no le conocía.

¿Qué clase de desinterés era éste? ¿Por qué era tan desinteresado… con la persona que le había matado?

La conciencia de Shi Xiaobai luchó una vez más. Deseaba mucho decir, “deja de hablar”.

Al menos… deja de ser tan considerado con él.

En ese momento, Chen Lingcun dijo de repente:

—Shi Xiaobai, ya estoy muerto. Nadie puede salvarme. Pero, tú aún puedes vivir. Es más… debes seguir viviendo. Por ti, y por mí. Hay un asunto… que me gustaría pedirte. En primer lugar, por favor, escucha mi historia.

♦ ♦ ♦

En una esquina particular en un bar ruidoso.

Un apuesto joven de pelo plateado y una voluptuosa belleza pelirroja estaban sentados uno frente al otro. No importaba dónde estuvieran estas dos personas, debían atraer la atención de todo el mundo. Eran con claridad “presas” en un bar caótico.

Pero desde el principio hasta el final, nadie les molestó. De vez en cuando, alguna persona que pasaba por ahí se ponía cenicienta al ver a la belleza pelirroja y se marchaba de pronto. Cuando veían al joven de pelo plateado, se les ponían los ojos vidriosos antes de darse la vuelta para marcharse.

El joven de pelo plateado no paraba de servirse alcohol. Ni siquiera miraba a la belleza pelirroja a los ojos.

En cuanto a la belleza pelirroja, sus ojos se centraron en el joven de pelo plateado como si fuera a quemar a través de él. La forma en que le miraba era la del amor puro entre un hombre y una mujer.

—¿Intentas emborracharte? —dijo de repente la belleza pelirroja.

El joven plateado no respondió, sino que siguió sirviéndose alcohol.

La belleza pelirroja esbozó una sonrisa ambigua.

—Bien, una vez que estés borracho, llegará mi oportunidad.

El joven de pelo plateado siguió bebiendo alcohol.

La belleza pelirroja resopló con frialdad.

—Llevo cinco años seguidos seduciéndote sin ningún éxito. Incluso empiezo a sospechar que tienes un problema ahí abajo. Cuando aproveche que estás borracho, quiero ver si tus proezas en la cama son una mierda.

La mano del joven de pelo plateado se detuvo antes de decir de forma inexpresiva:

—Virgen, cállate.

La respiración de la bella pelirroja se estancó mientras su rostro se enrojeció. De inmediato maldijo:

—¿Por quién he estado siendo casta? Imbécil sin corazón. Tsk, sigue bebiendo, sigue bebiendo hasta que te emborraches. Te haré ver lo ricos que son mis conocimientos teóricos.

Al oír esto, el joven de pelo plateado volvió a servirse de la botella de alcohol, pero esta vez, la botella estaba vacía.

El joven de pelo plateado observó las numerosas botellas vacías que había sobre la mesa antes de levantarse sin expresión alguna. Se disponía a dirigirse al mostrador para comprar unas cuantas botellas más.

En ese momento, la belleza pelirroja tiró de la mano del joven de pelo plateado.

—¿Puedes dejar de beber? —dijo en voz baja.

El joven de pelo plateado le lanzó una ligera mirada.

—Hoy quiero emborracharme.

—¿Nunca bebes alcohol y quieres emborracharte el primer día que bebes? —La bella pelirroja se apresuró a decir—: Estoy muy preocupada, porque… pareces sufrir mucho. Si estás intentando escapar de tu dolor bebiendo… me gustaría que lo hicieras a través de otro modo… como contar tu dolor a los demás.

El joven de pelo plateado se sobresaltó antes de decir con una leve sonrisa:

—Después de emborracharme… puede que practique sexo ebrio sin control.

La belleza pelirroja exclamó de inmediato y pellizcó el dorso de la mano del joven de pelo plateado y dijo enfadada:

—¿Por qué eres tan desvergonzado? —El rostro de la belleza pelirroja se sonrojó. A continuación, dijo—: ¿Crees que lo estoy deseando tanto? De todos modos, ¡tienes prohibido beber!

Los ojos del joven de pelo plateado brillaron y, de repente, dio un paso adelante y se sentó junto a la belleza pelirroja. Le rodeó la cintura con el brazo y, con la otra mano, le levantó la barbilla.

Los ojos de la pelirroja se pusieron vidriosos de inmediato y tartamudeó:

—Tú… tú… tú… estás borracho…

—Sabes… cuando tu cara está así de roja… cuánto deseo…

La voz del joven de pelo plateado de repente se volvió muy ambigua.

El rostro de la belleza pelirroja se sonrojó aún más mientras cerraba despacio los ojos y fruncía con suavidad los labios. El joven de pelo plateado esbozó una sonrisa amarga.

Pero, no hizo nada.

Porque la mayoría de las veces, por mucho que deseara hacer algo, le resultaba imposible hacerlo.

El joven de pelo plateado se volvió con suavidad hacia el mostrador. La belleza pelirroja abrió despacio los ojos mientras su rostro sonrojado palidecía, pero sus ojos se enrojecían.

—Me pregunto, si el dolor pudiera ser contado a otros… entonces, ¿estarías dispuesta a ser esa persona?

Una voz suave resonó en sus oídos mientras la belleza pelirroja giraba la cabeza sorprendida. Se dio cuenta de que el joven de pelo plateado había vuelto, y estaba sentado en otro sofá, con una nueva botella de alcohol en la mano.

—¡Sí!

La belleza pelirroja se apresuró a responder, temiendo que su respuesta se retrasara un segundo.

El joven de pelo plateado soltó una carcajada autocrítica.

—Es una historia… muy tonta.

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