Traducido por Shisai
Editado por Lugiia
Habiendo oído durante la cosecha lo apasionadas que estaban Fray y Ginger con el Ministerio de Magia y habiendo celebrado después una fiesta para agradecer a todos su arduo trabajo, subí a un carruaje y me dirigí a casa.
Aunque sabía que Fray admiraba a Lahna, me sorprendió oír que quería trabajar en el mismo departamento que ella, pero supongo que era de esperar.
Además, el Laboratorio de Herramientas Mágicas, era mi lugar de trabajo también.
Hmmm. Entonces, esa brillante y adorable Fray vendrá a trabajar a nuestra división…
Lahna Smith, jefa de departamento del Laboratorio de Herramientas Mágicas, era tan brillante que se había incorporado a la directiva del Ministerio de Magia a una edad inusualmente temprana; sin embargo, tenía una personalidad bastante fuerte a pesar de ello. Una nerd total de la magia, quien tenía tendencia a descuidar todo lo que no estuviera estrictamente relacionado con la magia que tanto atraía su atención. Al trabajar en el mismo departamento, me había familiarizado con ese aspecto de su personalidad, y también tenía mucho más trabajo por hacer para compensar su descuido.
Aun así, a la hora de la verdad, era una jefa en la que siempre se podía confiar para proteger a sus subordinados. Además, Lahna no era la única persona peculiar del departamento. Había un tipo musculoso, quien se vestía como mujer; alguien con muy poca presencia y predisposición a perderse; un narcisista extremo que había modificado su uniforme para que fuera todo brillante; una persona que solo podía entablar conversación hablando a través de una marioneta; otro que llevaba camiseta de tirantes todo el año; y un científico loco que siempre llevaba bata de laboratorio. También teníamos algunos chicos guapos con defectos e historias trágicas, como el anterior presidente del consejo estudiantil y un antiguo miembro de una banda de secuestradores de un reino extranjero.
¿Cómo podría describir el Laboratorio de Herramientas Mágicas de otra forma que no sea como una guarida de bichos raros? Esa debía de ser una de las razones por las que, al parecer, era el departamento al que menos deseaban incorporarse la mayoría de los nuevos empleados.
Aunque estaba lleno de gente rara, todos eran buena gente, así que era un lugar estupendo para trabajar, pero me preguntaba si Fray sería capaz de lidiar con tantas personalidades intensas.
Pero, dado lo talentosa que era Fray, tenía la sensación de que había muchas probabilidades de que fuera fichada por el Departamento de Investigación de Magia y Poderes Mágicos, donde María trabajaba junto a su colega Dewey. Con Cyrus como jefe, los miembros de aquel departamento eran conocidos como los jugadores estrella del Ministerio. Como el personal del departamento era a la vez muy popular y muy capaz, todos los candidatos prometedores parecían acabar allí.
Por cierto, tanto Dewey como Cyrus eran personajes románticos en Amante Afortunado II, y ambos ya se habían enamorado perdidamente de María. En el juego, estaban predestinados a enfrentarse a Katarina, pero en las circunstancias actuales, yo contaba con Dewey como un buen amigo que había entrado en el Ministerio al mismo tiempo que yo, y Cyrus se había convertido en mi compañero granjero, trabajando conmigo en mi huerto secreto… Pero dejando todo eso a un lado, me preguntaba si Fray vendría o no a nuestro departamento.
Hmmm. Si alguien tuviera el suficiente deseo de trabajar en un departamento en particular, ¿podría ir a trabajar allí? Como nunca se lo había preguntado a nadie, la verdad es que no lo sabía. La próxima vez que vaya a trabajar, preguntaré, ¡por el bien de Fray!
Después de ver cómo le brillaban los ojos a Fray cuando hablaba del Ministerio, estaba deseando que llegara el día en que pudiera trabajar allí a gusto. Solo tenía que ver llegar ese día con mis propios ojos. Para ello, ¡tenía que aguantar y evitar encontrarme con mi perdición durante seis meses más! Decidí hacerlo y apreté los puños con fuerza.
Sin perder un segundo, Keith, quien estaba sentado frente a mí en el carruaje, preguntó en voz baja:
—Hermana mayor, ¿por qué pareces tan decidida? Por favor, no vuelvas a meter las narices en algo problemático.
Mi hermano adoptivo, a quien yo había considerado durante mucho tiempo mi «amuleto de la buena suerte», ya que desempeñaba el papel de limpiar mi desastre, se había convertido en un joven sexy y guapo, pero debajo de esa apariencia actuaba en realidad como una madre conmigo.
—No iba a hacer nada de eso. Solo tenía ganas de volver a trabajar duro en mi puesto, a partir de mañana —refuté, frunciendo los labios.
Después de considerarlo un momento, Keith refunfuñó:
—Me alegra oírlo, espero solo sea eso. Pero en serio, por favor, no vuelvas a meter las narices en nada raro. Sobre todo ahora. Ya tenemos nuestra cuota de dificultades.
—¿Dificultades?
—Sí. Me explicaré, ya que padre me dijo que debía mencionarlo. La verdad es que, últimamente, algunas familias se han empeñado en preguntar a la casa del duque Claes acerca de tu compromiso con el príncipe Jared, el cual continúa desde hace tiempo, pero quieren saber si realmente tenemos la intención de que te cases con él en algún momento. Ha sido algo molesto tratar con ellos.
—¿Te refieres a los parientes de la familia Claes? —Ya había oído a nuestro padre mencionar que nuestros parientes habían estado haciendo esa misma pregunta.
—No, si solo fueran ellos, entonces no sería demasiado problema, pero esta vez hemos sido escudriñados por una familia bastante poderosa.
—¿Una familia poderosa?
—La casa del marqués Randall.
—Hm, ¿el marqués Randall, dices? ¿No es esa la familia de la señorita Susanna?
—Supongo que sí.
—Entonces, ¿qué podrían esperar conseguir preguntando por mi matrimonio? Seguramente el matrimonio de la señorita Susanna y el príncipe Jeffrey debería ser lo primero.
Jeffrey, el príncipe primogénito, y Susanna, su prometida, llevaban prometidos más tiempo que Jared y yo, y pronto pasarían de lo que se consideraba edad núbil. Se mirara como se mirara, seguro que era más importante que se dieran prisa.
—Tienes toda la razón, pero hay rumores que dicen que la señorita Susanna y el marqués Randall no se llevan muy bien.
—¡¿En serio?!
—Sí. Aunque la familia Randall ha reclamado nominalmente la posición de principales partidarios del príncipe Jeffrey, en realidad su relación no parece muy sólida. Y aunque la familia Randall lo niega, incluso he oído que la señorita Susanna ya no vive con ellos, sino que ha alquilado un lugar de residencia en otro lugar.
—¿E-Es cierto? —No esperaba oír que ella, la cual siempre parecía tan alegre, no se llevara bien con su familia.
—Dadas las circunstancias, el marqués Randall no puede presionar demasiado cuando se trata del príncipe Jeffrey y la señorita Susanna. Así que las dos personas que deberían haberse casado hace mucho tiempo siguen solo con un compromiso y la cuestión de la sucesión real sigue sin decidirse. Seguro que el marqués tiene mucho de qué preocuparse. Creemos que por eso ha venido a sondear nuestra situación, pero en cualquier caso, es alguien con un fuerte deseo de poder, así que no sabemos qué podría intentar si se impacienta. No creo que intente hacerte nada personalmente, hermana mayor, pero quiero que tengas más cuidado con lo que ocurre a tu alrededor.
Tuve que meditarlo un momento.
—Ya veo. Entendido.
Pensaba que las cosas ya estaban lo suficientemente feas, en un momento en el que un mal final de la secuela del juego podría estar en mi futuro, y me sentía bastante abatida por tener que preocuparme además por un noble desconocido. Pensar en lo sombría que era la historia familiar de señorita Susanna no ayudaba.
Al ver mi aspecto deprimido, Keith volvió a hablar.
—Cuando lleguemos a casa, hay unos dulces que he preparado para ti. Haré un poco de té también, así que comamos juntos.
Keith realmente sabía cómo manejarme. Supongo que comer dulces sabrosos solía bastar para animarme. Y así fue como, casi como si bailara en la palma de su mano, los dulces fueron todo lo que necesité para volver a ponerme de buen humor. Dada esa agradable sensación, combinada con el cansancio de nuestro animado trabajo en la fiesta de la cosecha, esa noche dormí profundamente.
♦ ♦ ♦
Al regresar al Ministerio de Magia al final de mis vacaciones, me encontré con que todo seguía igual. Como siempre, me dirigí al Laboratorio de Herramientas Mágicas. Allí estaba segura de encontrar a Sora preparando solo la oficina para el trabajo del día. Sora era mi colega, quien había entrado en el Ministerio más o menos al mismo tiempo que yo, y siempre llegaba a la oficina un poco antes que yo.
—Buenos días —dije al abrir la puerta.
—Buenos días. —Sora me devolvió el saludo, pero a su lado había un hombre que no reconocí. Es más, el hombre tenía un aire rudo. Sus ojos hundidos bajo unas cejas inmóviles y su cuerpo musculoso me hacían pensar que cierto tipo de mujer chillaría al verle.
Hmm. Mientras me preguntaba a qué departamento pertenecía este hombre, él habló.
—Buenos días —exclamó, saludándome con la mano. Tanto el gesto como la voz me resultaban muy familiares.
—¿L-Laura? —balbuceé, abriendo mucho los ojos.
—¡Co-rrecto! —dijo, levantando dos dedos en un simpático signo de la paz. El gesto chocaba fuertemente con su aspecto actual. Sin duda alguna, se trataba de mi colega y superior en este mismo departamento, quien oficialmente se llamaba «Guy Handerson», pero que se hacía llamar «Laura».
—¡¿Por qué está vestida de esa manera?! ¡¿Qué ha pasado con su ropa habitual y su maquillaje?! —Cuando pensaba en Laura, me imaginaba un hombre con un cuerpo musculoso, pero vistiendo linda ropa de mujer con tirantes, y con un maquillaje tan perfectamente aplicado que uno solo podía adivinar cómo sería su cara sin él.
¡¿Me está diciendo que solo ahora se vistió genial y masculina?! ¡¿Qué está pasando?!
—Debido a algo relacionado con el trabajo, tengo que llevar un disfraz. Sigo el ejemplo de la señorita Lahna.
—¿Un disfraz? ¿Se refiere a lo que lleva puesto ahora? —Si tuviera que elegir uno u otro, diría que su apariencia normal parecía más un disfraz.
Para ser completamente honesta, este aspecto me parecía que encajaba mucho mejor.
—Así es. Parezco alguien que podría estar haciendo un arduo trabajo físico en las calles, ¿no?
—Sí. Ese es exactamente su aspecto. Es más, ¿así es como se ve sin maquillaje? —Como nunca la había visto sin maquillaje, no sabía qué aspecto tenía.
—Oh, ni hablar. Una dama no revela su cara sin maquillar tan fácilmente. Je, je, je —Laura se rio mordazmente.
—Entonces, es una dama, ¿no? —se apresuró a decir Sora, tras echar un vistazo a Laura.
—Oh, soy una dama, me mire por donde me mire, ¿no?
Laura, quien desde todos los ángulos parecía un hombre que se dirigía a casa tras una mañana de trabajo físico, dio una vuelta para mostrarnos. Su apariencia típica era una cosa, pero con su aspecto actual, la mirara como la mirara, no parecía una dama. Sora y yo solo pudimos sonreír ambiguamente.
—Erm, volviendo al tema, ¿va a trabajar hoy con ese atuendo? —le pregunté a Laura.
—Así es. En cuanto mi compañero termine de prepararse, saldremos —respondió con una sonrisa.
—Por su compañero, ¿se refiere al señor Hart?
A la musculosa Laura se la veía a menudo junto a Nathan Hart, quien se caracterizaba mejor por ser larguirucho, así que pensé que podría ser el caso esta vez.
—No… Donde vamos hoy, realmente no puedo ser vista arrastrando a un joven con una correa, así que Nathan se quedará aquí —negó Laura firmemente.
Una correa… Cierto, aunque Nathan Hart tenía talento, tenía una terrible tendencia a perderse, incluso aún le costaba orientarse en el Ministerio. Cuando salía de la oficina por motivos de trabajo, tenía que ir acompañado de alguien que le sujetaba con una correa. Hmmm. Teniendo en cuenta que Laura también iba disfrazada, debía de haber alguna circunstancia especial en torno al lugar de trabajo de hoy.
—Ah… Pensar que alguien tan hermosa como yo deba llevar un atuendo tan sencillo… De verdad, esto es incómodo.
La puerta se abrió de golpe y un hombre entró en la oficina pronunciando estas palabras. Su aspecto reflejaba el disfraz de Laura: un joven vestido para el trabajo físico. Aunque, por supuesto, él era menos musculoso que Laura.
—Ummm… ¿Es usted, señor Cornish? —Ni su cara ni su ropa tenían muchos rasgos distintivos, pero su voz era inconfundiblemente la de Nix Cornish.
—Sí, está en lo cierto, novata. Como era de esperar, incluso con este atuendo tan sencillo, mi aura de belleza no puede apagarse —declaró mientras se abrazaba a sí mismo con fuerza.
Este era realmente el señor Cornish al que estaba acostumbrada. Era un narcisista empedernido, muy enamorado de su propia belleza. Por lo general, vestía con ropa llamativa y dedicaba mucho tiempo al cuidado de su piel y al maquillaje. Y pensar que ahora vestía de civil, con una cara sencilla. Aunque también pensaba lo mismo de la apariencia actual de Laura, ver al señor Cornish así era realmente un placer poco común.
—Así que por «compañero», se refería al señor Cornish —dedujo Sora.
Suspirando ligeramente, Laura confirmó:
—Sí, así es. Puede que no se pierda, pero parece que mantener su molesta boca cerrada va a ser un trabajo duro.
Después de eso, el señor Cornish soltó varias cosas, entre ellas:
—¡Es un acto de sacrilegio para este mundo que yo vaya vestido así!
Laura se limitó a arrastrarlo con ella mientras se dirigían al trabajo.
Como el señor Cornish había hablado durante mucho tiempo, cuando se marcharon ya habían llegado varios de mis colegas más veteranos. Entre ellos estaba Lisa Norman, amiga de la infancia del señor Cornish, quien le vio marcharse con una mirada fría.
—Solo espero que ese cabeza hueca no cause problemas, como siempre hace.
La adorable marioneta de mano que sostenía la señorita Norman habló mal del señor Cornish con voz grave. Estas fueron las palabras de la señorita Norman, por supuesto. Por cierto, aunque hoy el señor Cornish había sido emparejado con Laura, normalmente trabajaba junto a la señorita Norman.
—Erm, ¿el señor Cornish suele causar algún tipo de problema? —pregunté sin pensar, impulsada por el aura negativa que se cernía sobre la señorita Norman. Tanto ella como su marioneta se acercaron mucho más a mí.
—Sí, ¡y ya estoy harta de él! Siempre ha sido así, desde que éramos niños. También ha sido un idiota. Al menos tiene una cara bonita, pero le falta mucho cerebro. Es una carencia catastrófica. En la academia, siempre tenía que ayudarle con sus estudios. Al menos, al final, consiguió graduarse.
La marioneta de mano, quiero decir, la señorita Norman, dijo todo esto sin tomar aliento. La fuerza de sus palabras dejaba bien claro lo mucho que había sufrido. Pero como de costumbre, la expresión de su cara cambió muy poco.
—¿Cuánto hace que se conocen?
Había oído que se conocían desde hacía mucho tiempo. La señorita Norman frunció el ceño cuando le hice esta pregunta. Finalmente, su expresión cambió y dudó antes de responder.
—Llevamos juntos más tiempo del que puedo recordar. Nuestras madres, que son parientes, siempre fueron muy unidas, y lo fueron aún más cuando tuvieron hijos de la misma edad. Después de eso, pasaban casi todos los días juntas en casa de la otra, llevando a sus hijos con ellas.
Mientras hablaba a través de su marioneta, tenía una mirada un tanto lejana. Era la primera vez que veía a la señorita Norman, la cual siempre me había parecido indiferente y sin emociones, tan expresiva.
Aun así, tengo que decir que sentí cierto respeto por ella, ya que logró seguir hablando a través de su marioneta sin mover la boca, incluso en tales circunstancias.
—Me sorprende que se conozcan desde que eran pequeños. ¿El fuerte amor del señor Cornish por sí mismo empezó también desde esa edad? —Aunque lo pregunté con indiferencia, ella pareció sobresaltarse y tropezó con sus palabras.
—E-Erm… Estoy bastante segura… —tartamudeó.
Al darme cuenta de que había hecho una pregunta que no debía, me puse nerviosa y pensé en decir que en realidad no importaba, pero antes de que pudiera, la señorita Norman me miró fijamente y continuó:
—Solo se puso así después de que me pasara esto —dijo, bajándose ligeramente el cuello de su camisa de cuello alto. La señorita Norman siempre llevaba cuello alto bajo el uniforme del Ministerio. Aunque lo había notado vagamente, la mayoría de los trabajadores de este departamento llevaban cualquier cosa menos el uniforme, ya fuera un vestido de lolita gótica, una camiseta de tirantes o una bata de laboratorio. Se saltan el código de vestimenta con tanta libertad que hasta ahora nunca había prestado demasiada atención al atuendo de la señorita Norman…
Con el cuello de la camisa bajado, pude ver que la señorita Norman llevaba algo parecido a una gargantilla estrecha alrededor del cuello, con una gran cicatriz por debajo. Jadeé de asombro.
Con su habitual voz desapasionada, la marioneta de mano de la señorita Norman dijo:
—Acabé así en un accidente cuando era pequeña. Desde ese día, fui incapaz de hablar sin ayuda. Al cabo de un tiempo, se creó para mí esta herramienta mágica, que me produce una voz a partir de las vibraciones de mi garganta.
Tras decir esto, la marioneta de mano se indicó a sí misma.
—¡¿Esa lindura era una herramienta mágica todo el tiempo?!
Me quedé estupefacta. Estaba totalmente convencida de que era una simple marioneta de mano y que ella la había hecho hablar mediante ventriloquia.
La señorita Norman sonrió ligeramente y dijo:
—Sorprendente, ¿verdad?
—Sí. Así que esa marioneta está construida para que salga una voz cuando le mueves la boca, ¿verdad? —Miré la marioneta de mano con renovado escrutinio. ¿Era realmente una herramienta mágica? Lo mirara como lo mirara, parecía un simple títere; no obstante, en el pasado, había pensado que el oso que Lahna había hecho para buscar a los desaparecidos no parecía más que un peluche. ¿Podría ser esto lo mismo?
—La voz surgirá independientemente de si aleteo o no su boca. Este aparato que llevo en el cuello lee las vibraciones de mi garganta y produce el sonido, así que solo tengo que mover la boca para que coincida con mi forma de hablar. Así es más bonito.
—¿Eh, es eso cierto?
¿Realmente es más bonito hacer que su boca se mueva? Bueno, supongo que si uno quisiera actuar como si estuviera hablando, ¿eso sería mejor? No estaba segura.
—Esta lindura me la regaló el idiota de Nix cuando aún estaba deprimida por haber perdido la voz, así que la convertí en una herramienta mágica que podía hablar por mí.
Estaba acostumbrada a ver a la señorita Norman mirar al señor Cornish con frialdad, pero en este momento, mientras hablaba de él, su expresión era realmente amable y llena de cariño.
—Y así pude volver a hablar, pero el hecho de que mi voz saliera de una marioneta hizo que recibiera miradas raras de la gente que me rodeaba. Por supuesto, eso significaba que no me apetecía mucho salir a la calle. Un día, de repente, Nix vino a verme, vestido con esa ropa brillante que siempre lleva.
Como recordando aquel momento, la señorita Norman sonrió ligeramente.
—Me dijo: «Tú me servirás de contraste a mí, el chico más genial del mundo. Ahora, ven conmigo». Me sacó a rastras de mi habitación y fuimos directos a la ciudad. Como era de esperar, Nix habló entonces en voz alta de su propia belleza, dejando boquiabiertos a todos en el pueblo. Fue tachado de bicho raro del más alto nivel… Y la gente empezó a decirme que, comparada con Nix, ese narcisista anormal, el hecho de que yo hablara a través de una marioneta de mano no era para tanto.
Al haber oído su explicación, a pesar de lo bajo de su voz, lo entendí. El señor Cornish se volvió así…
—El señor Cornish se volvió así por usted, ¿verdad, señorita Norman? —murmuré. Al parecer, estaba en lo cierto. Las comisuras de los labios de la señorita Norman se torcieron ligeramente y asintió.
—Supongo que sí. Fue una estrategia absurda que un idiota se devanó los sesos para idear. Su plan era volverse tan raro que toda la gente que me miraba a mí le mirara a él. Bueno, su plan tuvo éxito.
Sí. Esta historia de amor, de alguien a quien yo creía un bicho raro que en realidad lo hacía todo por bondad, poco a poco empezó a tener sentido para mí. Sin embargo…
—Pero él es un idiota, así que una vez que empezó a actuar de esa manera, parece que realmente se convirtió en un narcisista. Hoy en día, solo es un bicho raro.
Nooo, justo cuando la historia se estaba poniendo buena, tenía que arruinarla con esa línea final.
—Aunque la verdad es que, a diferencia de los viejos tiempos, esta herramienta mágica se ha miniaturizado. Se puede hacer mucho más pequeña que esta marioneta, y si se colocara alrededor de mi cuello en el mismo lugar donde está ahora esta gargantilla, podría hacer que pareciera que realmente hablo sola —reveló, tocándose la cicatriz que tenía alrededor del cuello. —Pero esta lindura fue un precioso regalo de ese idiota, y la he usado durante tantos años que le he tomado cariño, así que no la he sustituido.
»Además, acabó así por mi culpa —continuó en voz baja—. No me atrevo a escapar del estatus de bicho raro y dejarlo solo debido a ello. —Sonrió. Era una sonrisa muy amable. Finalmente, mientras presionaba el dedo índice contra sus labios, la señorita Norman me solicitó—: Por favor, mantén lo que acabo de decir en secreto para ese idiota.
Tales eran las circunstancias ocultas entre estos dos colegas veteranos, que no parecían cercanos en absoluto desde el exterior. Aunque siempre había pensado que mis colegas del Laboratorio de Herramientas Mágicas eran un grupo de bichos raros, tal vez todos están lidiando con sus propios problemas. Eso fue lo que se me pasó por la cabeza.
Muchas gracias por el capítulo
Muchísimas gracias 🤗
Gracias por el capítulo ✨