Traducido por Shiro
Editado por Meli
—¿Te sientes mejor? —Una voz ronca sonó desde atrás.
Zhou Yunsheng sacó su arma, enderezándose en su asiento.
—No temas, no te haré daño —Lei Chuan levantó las manos en señal de rendición y lentamente se sentó a su lado.
Guo Zerui también se sentó, dirigiéndole a Bai Mohan una mirada extraña. Antes de renacer, había preguntado sobre la situación en el laboratorio. La gente describía al joven doctor como un científico loco que realizaba experimentos aterradores que convertían a las personas en monstruos. Algunos incluso especulaban que los zombis podían ser creación suya.
Al escuchar tantos rumores, Guo Zerui estaba convencido de ellos.
Quién hubiera pensado que este hombre desarrolló una vacuna contra el virus zombi.
¿Eso lo hace un salvador?
El científico loco se convirtió en salvador de la noche a la mañana. Incluso su jefe, una víctima, lo admiraba profundamente, Guo Zerui sin podía aceptar ese gran cambio.
Y ayer por la noche estuve a punto de acabar con el salvador. ¡Qué miedo me da solo recordarlo!
Se llevó la mano al pecho, respirando agitado, pero sintiendo un gran alivio por cómo resultó todo.
—¿Has comido ya? —preguntó Lei Chuan con gentileza y luego soltó una risa suave.
Casi olvidó que este era un incompetente en la vida cotidiana. Cuando estaba absorto en sus experimentos, incluso lo alimentaban, de lo contrario, podría morir de inanición. Recordó que una vez, cuando un nuevo investigador le dio al doctor un paquete de fideos instantáneos sin abrir, él lo tomó y lo apretó, preguntando con curiosidad: «¿Estos son fideos instantáneos? ¿Por qué no son blandos como los que yo como? ¿No se supone que deben ser blandos?»
En ese momento, todos en el laboratorio rieron, pero él lo hizo hasta quedarse sin aliento. Nadie habría imaginado que el brillante doctor Bai era tan ignorante en lo cotidiano.
Mirando en retrospectiva, esos momentos junto a él se habían convertido en escasos y preciosos recuerdos en medio del apocalipsis.
—Dame un almuerzo, agrega una lata de carne extra —dijo Lei Chuan a un sobreviviente que pasaba.
El hombre no se atrevió a demorarse, de inmediato preparó un servicio con dos latas de carne que habían sido sumergidas en agua hirviendo. El delicioso olor de la comida hizo que Zhou Yunsheng salivara.
Sin embargo, como dice el refrán: «no hay nada gratis en este mundo». No creía que las dos personas que el día anterior intentaron acabar con su vida pudieran reconciliarse con él tan pronto. Su amabilidad no era más que una fachada para ocultar sus siniestras intenciones.
Zhou Yunsheng extendió el envase que contenía la comida con la mano izquierda mientras sostenía firmemente el arma con la derecha.
—No me atrevo a comer su comida.
Su simple declaración transformó la expresión gentil de Lei Chuan en una de dolor oculto. Él fulminó con la mirada a Guo Zerui, quien de inmediato levantó las manos en señal de inocencia y dijo:
—Doctor Bai, está equivocado. No tenemos intención de hacerle daño. Si no me cree, ¿le importaría si pruebo un poco de esta comida?
Antes de que pudiera probarla, Lei Chuan la arrebató de sus manos, comió un poco de arroz y una porción de carne y luego la colocó con firmeza frente al doctor Bai.
Zhou Yunsheng aún sostenía el arma, sin siquiera mirar la fragante comida.
Lei Chuan no sabía cómo lidiar con él. Conocía a la perfección lo necio que era. Una vez que se comprometía con algo, seguía adelante sin importar el costo, sin cambiar de opinión. Debido a esta terquedad, desgastó su propia vida sin preocuparse, sacrificó el cristal que había cultivado hasta el nivel Emperador por lo que él consideraba justo, y al final, terminó siendo asesinado.
Odiaba su terquedad, pero a la vez la valoraba. Al tomar el envase de comida, pensó en recurrir a alimentarlo como lo hacían sus colegas investigadores en el pasado, pero fue detenido por Zhao Lingfeng, quien había regresado y agarró su muñeca con fuerza.
—¿Qué estás intentando hacer? ¿Has añadido algo a la comida? —le interrogó con severidad.
¡Maldita sea!, exclamó Lei Chuan en su interior. Deseaba lanzar el envase de comida en su rostro, pero contuvo su enojo para no inquietar al doctor.
—¿Dónde estabas? ¿Dejaste al doctor con el estómago vacío esperándote temprano en la mañana? —inquirió él a su vez.
Lei Chuan sabía que Zhao Lingfeng también había renacido y que mostraba lealtad hacia el doctor, por lo que podía tolerar su presencia por el momento.
—No sé quién dio la orden de que no se le diera comida al doctor Bai —se burló Zhao Lingfeng—, así que tuve que regresar a buscar mis propias cosas.
Habiendo ya tenido un enfrentamiento el día anterior, no veía la necesidad de fingir. En la habitación estaban personas de otra base, y sería útil mostrarles que el doctor Bai no estaba allí por voluntad propia. De esa manera, también podría encontrar algunos ayudantes para rescatarlo.
Al escuchar eso, la expresión de Lei Chuan se tornó sombría, Mientras tanto, Guo Zerui se quejaba mientras se cubría la cara. El día anterior, había pensado que el joven moriría sin lugar a dudas, por lo que había ordenado que no le dieran comida para evitar desperdiciar recursos.
—¡Estos novatos, se atreven a desviar recursos militares en secreto! ¡Voy a enseñarles una lección! —Antes de que el jefe estallara, salió como corriendo.
—Lo siento, el equipo acaba de formarse y hay algo de discordia. Te garantizo que no volverá a ocurrir en el futuro. Doctor Bai, eres el científico más destacado del país y el futuro de la humanidad está en tus manos. ¿Por qué te haría daño? Por favor, confía en mí y dame otra oportunidad —dijo Lei Chuan con amargura.
Zhou Yunsheng soltó una carcajada irónica en su interior, pensando en lo astuto que se había vuelto Lei Chuan.
Sus palabras grandilocuentes son más resbaladizas que las de los idiotas de la Base B. Si se hubiera seguido el curso original del destino, el doctor Bai habría muerto de manera trágica la noche anterior. En su vida pasada, Lei Chuan nunca mató a civiles, pero ahora, no parpadea al hacerlo; cualquier obstáculo en su camino es eliminado sin piedad.
Pero Zhou Yunsheng comprendía su transformación. Si él estuviera en su lugar, su grado de corrupción sería aún peor que el de Lei Chuan.
Sin embargo, comprender era una cosa; confiar era otra. No se dejaría engañar por una o dos palabras, así que fingió no oír nada.
Zhao Lingfeng estaba apurado por el camino, no tuvo tiempo de recolectar suministros extras. Al infiltrarse en el complejo, había canjeado muchos objetos valiosos para recabar información, por lo que solo llevaba un paquete de galletas y una botella de agua, sin saber dónde sería su próxima comida.
Zhou Yunsheng notó su apuro, así que guardó el arma que había sacado y se comió la mitad de la pequeña bolsa, tras lo que le empujó la mitad restante a Zhao Lingfeng.
—Come, eres una persona con habilidades especiales, necesitas conservar más energía.
—No tengo hambre, doctor, usted no está bien de salud, coma más. —Zhao Lingfeng tomó una galleta y se la metió en la boca del doctor.
En la vida anterior, cuando el doctor estaba empecinado en hacer experimentos, sin descansar durante varios días, él y algunos asistentes le daban de comer de esa manera. El hombre podía hacer cualquier cosa, excepto cuidar de sí mismo.
Al no poder detenerlo, Zhou Yunsheng masticó la galleta y luego sacó un montón más y se las metió en la boca de Zhao Lingfeng. No era un animal desalmado, si alguien era amable con él, se lo compensaría con creces.
—Doctor, usted es una buena persona. —Zhao Lingfeng estaba tan conmovido que apenas podía hablar mientras masticaba las galletas y lanzaba miradas asesinas en dirección a Lei Chuan.
El odio era mutuo, Lei Chuan también quería deshacerse de él.
¿No son suficientes los cinco o seis años que lo has acompañado? ¿Por qué ahora, después de renacer, quieres arrebatarme de nuevo al doctor?
Antes de renacer, cada que veía a Zhao Lingfeng tocando al doctor con tanta familiaridad mientras él solo tenía un puñado de aire en la mano, germinó en él una semilla de envidia llamada celos.
¡Incluso se atreve a fantasear con llevarse al doctor lejos de mí! ¡Qué iluso!
Lei Chuan ocultó la leve intención asesina en sus ojos antes de hablar:
—Eres un usuario de habilidades del elemento metal. Sal con nosotros más tarde para recolectar suministros. Mi tropa solo ofrece protección, no comida. Si quieres comer, tendrás que trabajar.
Antes de que Zhao Lingfeng pudiera responder, Zhou Yunsheng negó con la cabeza y declaró:
—No, él no saldrá contigo.
—¿Por qué? —Lei Chuan suavizó su voz de forma inconsciente.
—Cualquiera que forme parte de mi equipo, si sale contigo, no regresará. Lo mismo aplica para el equipo de seguridad, investigadores y asistentes personales —contestó Zhou Yunsheng con calma.
Lei Chuan se quedó mudo, las mejillas le ardían como si lo hubieran abofeteado brutalmente. Si hubiera regresado antes, no habría llegado a esa situación irreparable. Matar al equipo de seguridad habría sido más que suficiente, nunca habría tocado a los investigadores ni a los asistentes personales. Sabía que eran personas que el doctor había cuidado y cultivado con esmero y que le proporcionaban un gran apoyo a su investigación. Al recordar, notó que entre las personas asesinadas había caras familiares que debían haber permanecido junto al doctor hasta el final.
¿Por qué tuve que demorar tanto en renacer? ¡Maldita sea, el destino está en mi contra!, deseó que le cayera un rayo.
—Yo no los maté —se excusó—. Fueron rodeados por zombis, llevé muy poca gente y no pude salvarlos. Doctor, yo…
Zhou Yunsheng lo ignoró, se levantó y se dirigió hacia la habitación, y Zhao Lingfeng enseguida cerró con llave la puerta para evitar la intrusión de otros.
¡Maldita sea, ¿qué está pasando aquí?!
Lei Chuan se tiraba del cabello, como una bestia atrapada, dando vueltas frente a la puerta antes de salir, a regañadientes, presionado por sus compañeros. Antes, tenía que quedarse pegado al doctor, sin embargo, ahora tenía libertad para moverse, lo cual le resultaba incómodo. Deseaba mantener al doctor siempre al alcance de su mano.
Por supuesto, antes de irse, no olvidó asignar más personal para vigilar la puerta, preocupado de que Zhao Lingfeng pudiera intentar huir con el doctor.
♦ ♦ ♦
—Tenemos que escapar, pero no podemos irnos con otros grupos sin conocer la situación. Actuaremos por nuestra cuenta. Deja que yo me encargue de encontrar una solución. No te comuniques con nadie por ahora.
»Más tarde, irás con el equipo de personas con habilidades sobrevivientes y evitarás a la gente de Lei Chuan. Ayúdame a encontrar algunas placas de circuito e imanes dañados cuando salgas. Necesito armar algunas cosas.
La admiración de Zhao Lingfeng por el doctor había alcanzado un nivel ciego. Incluso si el doctor ahora era una persona común, creería en él sin reservas.
—No se preocupe, doctor, encontraré lo que necesita con toda seguridad. Si alguien de Lei Chuan le ofrece comida, por favor, no acepte. Tengo un salchichón y un chocolate en mi bolsa. Si tiene hambre, cómalos, no es necesario que me guarde. La puerta está cerrada con llave, no la abra aunque vengan a buscarlo…
Después de dar varias instrucciones, Zhao Lingfeng se fue a buscar a otros usuarios de habilidades.