Katarina – Volumen 12 – Capítulo 4: Tiempos difíciles para Jared Stuart (3)

Traducido por Shisai

Editado por Lugiia


Vi paredes rosas, una mesa negra y una cama con armazón de metal. Sobre la cama, vi un edredón celeste y cojines azules. Era la habitación de mi mejor amiga, Acchan, donde yo había ido a pasar el rato todo el tiempo en mi vida pasada. Reconocí este sueño como el que empecé a tener cuando empecé a trabajar en el Ministerio de Magia.

Probablemente, conseguiría ver a Acchan jugando a Amante Afortunado II, la secuela que nunca tuve la oportunidad de experimentar mientras vivía. A través de estos sueños, ya había conseguido aprender algunos detalles sobre el juego.

La mayoría de los días, me encantaría tener la oportunidad de conocer más sobre la secuela del juego, pero ahora, dada la crisis de Fray, me interesaba más cualquier pista que pudiera darme para rescatar a Fray. Cuando la animación de apertura del juego terminó de reproducirse en la pantalla del televisor, empezó el juego propiamente dicho.

¿Qué ruta de personaje jugará hoy?

Si es posible, me gustaría que jugara una de las rutas relacionadas con mi propia perdición con uno de los nuevos personajes de Amante Afortunado II: Sora, Cyrus, Dewey o el personaje oculto, César. Incluso se suponía que iba a haber otro personaje oculto, así que si tenía suerte, ¡podría verla jugar en esa ruta! Pero a pesar de desear con todas mis fuerzas ver a un nuevo personaje, fue Jared el que apareció en pantalla.

¿Otra vez Jared? Es igual que la última vez que tuve este sueño. Gracias a una buena suposición por mi parte, conseguí averiguar cómo acaba el juego en mi último sueño, pero para ser sincera, ya no me interesa la ruta de Jared.

Después de todo, en este juego, Katarina, la villana, hace el papel de una mujer misteriosa que trabaja entre bastidores en el Ministerio de Magia, así que ni siquiera debería tener la oportunidad de interactuar con Jared.

Hmmm. Parece que no tenía mucho sentido tener este sueño hoy, pensé, mientras miraba perezosamente la pantalla del televisor. Podía ver a Jared y a la protagonista, quienes se habían hecho íntimos mientras asistían juntos a la Academia de Magia, disfrutando de una conversación y estrechando aún más su vínculo. Se reían entre ellos.

Esa nota que encontré había revelado que los personajes rivales de cada uno de los personajes de romance de Amante Afortunado I también participaban en la secuela, pero Katarina, la rival de la protagonista por los corazones de Jared y Keith, ya no estaba en la misma posición, así que ¿qué iba a pasar?

Mientras me preguntaba eso, apareció una cara nueva en la pantalla. No podía creer de quién se trataba.

—Seré la próxima candidata a comprometerse con el príncipe Jared. —Quien apareció en la pantalla para pronunciar estas palabras era, sin lugar a dudas, Fray Randall, la misma persona a la que estaba intentando salvar en este preciso momento. El nombre en la pantalla aparecía con signos de pregunta, pero no había duda de su rostro. Era Fray.

¡¿Qué está pasando aquí?! Estaba tan conmocionada que mi cerebro ya no podía procesar lo que estaba ocurriendo, pero la pantalla seguía dispensando nueva información.

El monólogo interno de la protagonista reveló que este nuevo personaje era su compañera en el consejo estudiantil. En ese momento, el nombre cambió de signos de interrogación a «Fray Randall». Esto confirmó, sin lugar a dudas, que era Fray a quien estaba viendo.

La única diferencia era que la protagonista la describe como «una estudiante junior callada con la que apenas había hablado antes».

Desde luego, Fray no era callada, y como era amistosa con todo el mundo, no había razón para que no hubiera hablado con la protagonista, María, muchas veces antes.

¿Así que el juego y la realidad son realmente diferentes? En primer lugar, como yo, Katarina, no estaba desterrada en esta realidad, seguía siendo la prometida de Jared.

Sin embargo, eso significaba que la conmoción actual en nuestra realidad, con Fray obligada a presentarse como candidata a casarse con Jared, procedía directamente de uno de los escenarios del juego. En otras palabras, el papel de Fray en este punto del juego era…

—Oh, parece que la ruta de Jared tiene un nuevo personaje rival —murmuró Acchan para sí misma mientras jugaba. Gracias a su costumbre de hablar sola mientras juega, pude confirmar mis sospechas.

Así que Fray es la nueva rival de la ruta de Jared. Como Katarina consiguió escabullirse, supongo que Fray fue utilizada para llenar el espacio que ella dejó.

Aunque en realidad no es culpa mía, lo siento, Fray.

—Una mujer de tu clase social no es apropiada para el príncipe Jared. Me gustaría que te abstuvieras de mostrarte demasiado familiar con él —divagó Fray con un tono de voz indiferente.

Es una rival bastante suave comparada con Katarina, la villana del primer juego. ¿O Katarina era demasiado intensa? Supongo que Mary y Sophia no llegaron tan lejos como ella.

Sin embargo, aunque sin duda era la cara de Fray, su expresión carecía de vida y no veía luz en sus ojos. Era completamente diferente de la actual Fray.

Sentí una punzada en el pecho y desvié la mirada, solo para ver que un manual de juego que había en el suelo estaba abierto en una página sobre el papel de Fray como personaje rival. Allí estaban impresas las palabras: «Hija del marqués Randall, Fray carece prácticamente de voluntad propia y sigue obedientemente las instrucciones que le da el marqués».

Ah, así que así era Fray antes de entrar en la Academia. En nuestra realidad, Fray ha cambiado radicalmente desde que entró en la Academia de Magia, pero Fray en el juego no había pasado por el mismo cambio, y seguía teniendo su libertad restringida por el marqués Randall.

No quiero que Fray vuelva a ese modo de vida, no ahora que por fin ha encontrado un objetivo en la vida, lo que enciende la luz de sus ojos. Pero ¡¿estoy segura de poder salvarla?!

Mis ojos se posaron en la página del manual del juego opuesta a la que mostraba a Fray. Increíblemente, también mostraba a alguien que reconocí.

No puede ser, ¡¿es Ginger?! ¡¿Por qué está Ginger en el manual?! ¿Aparece en el juego como amiga de Fray?

Me fijé en la descripción de Ginger. En el pie de foto ponía: «Ginger, una de tus compañeras del consejo estudiantil, es seria e inflexible. Anhela en secreto estar con Keith, el primer hombre que la trata como a una chica».

¡¿Eh?! ¡¿Están bromeando?! ¡No tenía ni idea de que Ginger sintiera algo por Keith! Quiero decir, viendo cómo están dispuestas las cosas aquí, y lo que dice de Ginger, ¡debe ser el nuevo personaje rival para la ruta de Keith! Así que estas guapas y jóvenes compañeras ocupan el lugar de Katarina, la villana de Amante Afortunado II. Qué sorpresa.

Fray solo perseguía a Jared porque su padre la había obligado a ello, pero no se puede decir lo mismo de Ginger.

¿Está realmente enamorada de Keith? A juzgar por su comportamiento con él…

—Vaya, parece que se ha producido un acontecimiento inoportuno —comenta Acchan, devolviéndome la atención a la pantalla del juego. Mientras estaba ensimismada, parecía que la historia del juego había avanzado bastante.

¿Eh? De repente, la protagonista estaba dentro de un edificio misterioso.

¿En dónde se encuentra?

La protagonista formuló una pregunta similar:

—Me pregunto dónde estoy.

¿A qué se refiere? ¿Entraste en un edificio sin saber lo que era? Entrar sin permiso es malo, ¿sabes?

Mientras la reprendía, Fray apareció en la pantalla.

—¿Estás despierta? —preguntó Fray.

—¿Fray? ¿Qué está pasando? ¿Dónde estoy? —preguntó la protagonista.

—Este es el sótano de la mansión Randall. Ni siquiera hay ventanas, así que nadie te oirá, por mucho ruido que hagas.

¡¿Eh?! Un momento, ¡¿de qué está hablando?! ¡¿El sótano de la mansión Randall?! ¿Existe tal cosa? La mansión Claes no tiene un sótano como este, estoy bastante segura. ¿Qué demonios está pasando?

—¿Qué estás diciendo? —preguntó la voz de la protagonista en mi nombre.

—Aunque necesito convertirme en la prometida del príncipe Jared lo antes posible, tú te has vuelto muy cercana a él, por lo que te considero un obstáculo. Por lo tanto, he decidido que te quedes aquí por un pequeño tiempo.

—¡No puedes hablar en serio!

—No te preocupes. En el pasado, a menudo me enviaban aquí cuando no ejecutaba correctamente los deseos del marqués Randall. Verás que, una vez que te acostumbres, no tendrás ningún problema para pasar el tiempo aquí.

La despreocupada confesión de Fray dejó a la protagonista sin palabras. Al parecer, Fray también había sufrido un trato terrible a manos del marqués Randall en el mundo del juego.

—Bien, entonces, me disculparé ahora. Haré que te traigan la comida a su debido tiempo. —Fray desapareció y la puerta del sótano se cerró tras ella.

—¿Qué debería hacer? —murmuró la protagonista.

Yo ya había decidido lo que tenía que hacer. Iba a rescatar a Fray. Iba a liberarla del marqués Randall.

♦ ♦ ♦

Me desperté y me encontré mirando hacia un techo desconocido.

¿Dónde estoy?

—¡Ah! ¡La señorita Katarina está despierta! —anunció alguien antes de acercarse a mí. Reconocí a una amiga mía de cabello blanco y ojos rojos que estaba delante de mí.

Tardé un momento en ponerle nombre a su cara.

—¿Sophia?

—Sí.

—¿Dónde estoy?

Pronto se unió Mary, quien respondió a mi pregunta:

—Esta es la enfermería del Ministerio de Magia, señorita Katarina. Después de que se desmayara de repente, el Maestro Keith le trajo aquí.

Ah, ahora que lo pienso, tenía fiebre, de repente sentí sueño y me quedé dormida en el acto. Ese calor que sentí en ese momento puede haber sido porque Keith me atrapó.

Al parecer, después de tener un sueño bastante largo sobre Acchan y saber más sobre Fray, me había quedado conmocionada y la realidad misma parecía confusa. Tras observar detenidamente mi entorno, recordé que ya me habían atendido en este mismo lugar.

—El médico tuvo la amabilidad de examinarle, pero dijo que, aparte de una fiebre alta, no parecía pasar nada, así que conseguimos permiso para que descansara aquí. ¿Se encuentra bien? —preguntó Mary, mirándome con cara de preocupación.

—Sí, estoy bien. La fiebre repentina me ha dado mucho sueño. Después de haber dormido un rato, me siento completamente renovada —respondí.

Entonces, detrás de Mary y Sophia, vi a Ginger. Tras dudar un momento, tomó la palabra.

—¿De verdad? Me alegra oírlo.

Su expresión se suavizó, como si por fin fuera capaz de liberar la tensión que había estado sintiendo. Mary y Sophia también parecían aliviadas. Al parecer las había preocupado mucho.

—¿Dónde han ido todos los demás? —pregunté en voz alta. Me habían dicho que Sora y Alan ayudaron a Keith a traerme hasta aquí, pero no pude ver a ninguno de ellos en la enfermería.

—Después de que el médico les asegurara que estaba bien, todos los chicos se fueron a una sala aparte a esperar. Una señorita está descansando en esta habitación, después de todo —respondió Mary, como si esto debiera ser obvio—. Ciertamente, podría sentirme un poco incómoda si supiera que los chicos de nuestro grupo han estado observando mi cara dormida todo el tiempo.

—Todos parecían muy preocupados, así que les diré que está despierta, señorita Katarina. —Ginger salió de la habitación.

Mientras Mary y Sophia me preguntaban si realmente estaba bien, y yo les aseguraba que sí, oí el bullicio de pasos en el pasillo, y los chicos aparecieron en la puerta.

—Hermana mayor, ¿estás bien?

—¿Deberías estar levantada ya?

—¿Estás bien?

Keith, Alan y Sora expresaron sus preocupaciones a su vez.

—Sí, siento haberlos preocupado. Ya me encuentro totalmente bien —dije. Esto bastó para que Alan y Sora suspiren de alivio, pero mi hermano adoptivo, siempre preocupado, parecía seguir dudando de mí.

Poniéndome la mano en la frente, Keith observó:

—Parece que te ha bajado la fiebre en comparación con antes.

Entonces, una expresión de alivio apareció por fin en su rostro.

—Aunque te ha bajado algo la fiebre, teniendo en cuenta que te acabas de desmayar, no deberías esforzarte más. Vámonos a casa por hoy. Mañana visitaremos el dormitorio de Fray.

Keith tenía razón. Sabía que ya había hecho que todos se preocupen lo suficiente por un día, así que asentí dócilmente.

—Bien, entonces llamaré para que nos preparen el carruaje a la mansión Claes. ¿Crees que ya puedes moverte sola, hermana mayor? —dijo Keith, tendiéndome la mano para ayudarme a levantarme.

La agarré y prácticamente me levanté de un salto. La somnolencia de antes había desaparecido casi por completo.

—Sí, estaré bien. Dame un minuto —le pedí. Keith salió corriendo por la puerta.

—Me alegra mucho ver que se ha recuperado, señorita Katarina. El maestro Keith estaba especialmente preocupado por usted —me dijo Ginger.

Eso es porque, cuando éramos muy jóvenes, Keith me vio muchas veces sufrir esa especie de fiebre después de pensar demasiado. Así que puede que le causara más ansiedad de la necesaria.

—El maestro Keith la recogió inmediatamente en sus brazos y la trajo galantemente a esta enfermería, señorita Katarina. Fue casi como la imagen de un libro de cuentos… Aunque creo que mi hermano lo habría hecho aún mejor —dijo Sophia, antes de murmurar algo que no pude entender.

Ahora que lo pienso, Mary me acaba de decir que Keith me trajo hasta aquí, ¿no?

Mientras pensaba que más tarde debería agradecérselo, Ginger entró en mi campo de visión, sobresaltada, y recordé algo.

Aunque había quedado oscurecido por la impactante revelación de que Fray era un personaje rival en Amante Afortunado II, y que también había sido tratada terriblemente por el marqués Randall en el juego, también me había enterado de que Ginger aparecía como personaje rival en el juego.

Todos los demás me habían contado cómo Keith se había preocupado por mí y me había traído hasta aquí él mismo, pero si, como decía el juego, Ginger realmente anhelaba estar con Keith, entonces sus propios sentimientos al respecto debían de ser realmente complicados.

Quiero decir, Keith me confesó que estaba enamorado de mí, ¿no?

Recordando mi vida pasada, en la que nunca supe nada de romance, me asustaba la sola idea y la había evitado hasta ese momento. Como también me preocupaba desencadenar banderas que condujeran a un Mal Final en Amante Afortunado II, había convencido a Keith para que me dejara pensarlo.

Dado que Keith había sido educado para ser la viva imagen de la lealtad, no creía que fuera a tirar las manos a la cabeza y pasarse a la siguiente chica que se le pusiera por delante… En otras palabras, mi mera presencia significaba que, si Ginger realmente sentía algo por Keith, esos sentimientos seguirán sin ser correspondidos por el momento.

—Señorita Katarina, ¿se encuentra bien? ¿Todavía se siente mal después de todo? —preguntó Ginger. Al parecer, mientras estos pensamientos se agitaban en mi cabeza, mi silencio había hecho que se preocupara por mí de nuevo.

Ginger era tan inteligente y tan amable que siempre me había sentido orgullosa de llamarla mi amiga de la Academia. Si era posible, quería evitar bloquear su camino hacia el romance, pero ¿lo estaba haciendo realmente en primer lugar? ¿Quería realmente Ginger estar con Keith, como en el juego? Después de todo, aunque Keith en el juego era un mujeriego, en realidad era un buen joven y puro de corazón.

—Estoy bien, estoy bien. Siento haberte preocupado… Por cierto, Ginger, ¿hay alguien a quien admires en este momento? —Pensé que sería mejor salir y preguntarle directamente, en lugar de dejar que este pensamiento siguiera dando vueltas en mi cabeza.

—¿Oh? ¿Por qué lo pregunta, de repente? —Los ojos de Ginger se abrieron de par en par.

Tengo que admitir que tiene razón. Esto es demasiado repentino. Pero me gustaría pensar que lo estoy comprobando por consideración a Ginger.

—Bueno, después de desmayarme tuve un sueño. En ese sueño, había cierto chico al que parecías admirar. Pensé que tal vez ese sueño era profético.

Incluso para mí, eso suena ridículo ahora que lo digo.

Ginger, comprensiblemente, pareció estupefacta al principio. Pero luego, tras suspirar profundamente, afirmó con firmeza:

—Su sueño no podía estar más lejos de la realidad. No hay ningún chico al que admire.

A juzgar por su mirada, no parecía estar mintiendo. Aun así, quise estar segura.

—¿De verdad? ¿Estás segura? —pregunté mientras me acercaba a Ginger.

—Estoy segura. No hay tal chico en mi vida… Aunque sí hay una chica —respondió. Murmuró la última parte en voz baja, por lo que no pude oírla. Sin embargo, sabía que no era de las que seguían mintiendo bajo un interrogatorio tan insistente, así que me tranquilicé.

Como Keith no resultó ser un mujeriego en esta realidad, ya no debía de ser su tipo. Hm, ¡¿eso significa que los mujeriegos son el tipo de Ginger?! No puedo permitir que mi preciosa junior sea atrapada por un cretino.

—Ginger, dime si alguna vez encuentras a un chico que admires. Como tu amiga mayor, lo inspeccionaré a fondo —declaré, apretando con fuerza la mano de Ginger. Al parecer, esto la avergonzó, porque sus mejillas enrojecieron ligeramente.

—¿Es usted mi madre, señorita Katarina…? Aun así, muchas gracias. Si por algún milagro llegara a ocurrir, se lo comunicaré de inmediato. Pero hasta entonces… Por favor, quédese a mi lado.

Que esas palabras salieran de Ginger, la cual era fundamentalmente tan distante, fue casi suficiente para hacerme tambalear. Mi niña era demasiado adorable.

—Sí, sí. Hasta que llegue alguien agradable, ¡quédate conmigo! —Estaba abrazando fuertemente a Ginger cuando de repente alguien me agarró por el cuello y me apartó.

—Hermana mayor, nuestro carruaje está listo. Es hora de volver a casa. —Keith era el culpable que me había separado de Ginger, y me llevó directamente al carruaje. Prometí encontrarme con mis amigos en el Ministerio de Magia al día siguiente.

—Hermana mayor, ¿puedo pedirte que dejes de llevar por el mal camino a los jóvenes estudiantes? ¿Qué vamos a hacer si acumulas más seguidores? —se quejó Keith una vez que estuvimos en el carruaje, acompañado de un suspiro.

—¿Qué demonios quieres decir, Keith? Seguro que estás cansado de tanto trabajar. ¿Por qué no descansas durante el viaje a casa? —le sugerí.

Keith dejó escapar un suspiro aún más pesado e hizo una pausa antes de volver a hablar.

—Estoy bien. Eres tú la que tiene que relajarse, hermana mayor. Puede que te vuelva a subir la fiebre. Descansa un poco. No dudes en apoyarte en mí.

Keith entonces vino y se sentó a mi lado antes de ofrecerme su hombro.

—Supongo que tienes razón. —Sin dudarlo, apoyé la cabeza en su hombro. Después de dejar reposar mi cuerpo contra el suyo, que estos días era mucho más musculoso en comparación con cuando éramos niños, la sensación de somnolencia que creía que había remitido me asaltó de nuevo. Incluso volví a sentir un poco de fiebre.

En un abrir y cerrar de ojos, volví a caer en el país de los sueños.

♦ ♦ ♦

Yo, Keith Claes, miré a mi hermana adoptiva, Katarina, la cual dormía plácidamente con la cabeza apoyada en mi hombro. Entonces, dejé escapar un breve suspiro. Me sentía confundido. ¿Debía alegrarme por haberme ganado la confianza de Katarina como su hermano adoptivo, o debía, como hombre, lamentar el hecho de que no mostrara ningún tipo de precaución conmigo?

Recordé el mensaje que había recibido repentinamente de mi hermana mientras estaba ocupado con el trabajo en la mansión. Su contenido me hizo temer que hubiera vuelto a meter las narices en algo peligroso, así que me dirigí aterrado al Ministerio de Magia. Tal como esperaba, la encontré a punto de involucrarse más profundamente en los asuntos del marqués Randall, a pesar de haber sido advertida sobre él. En ese momento, sentí que se me helaba la sangre. Tal vez debería haberme alegrado de que, al menos, esta vez no pensara precipitarse imprudentemente ella sola. Aunque hubiera sido por el bien de su querida amiga de la Academia, Katarina estaba siendo imprudente una vez más.

Ella había actuado de la misma manera cuando yo era el que estaba en problemas. Tomó la iniciativa de rescatarme de la oscuridad. La luz que vi a su alrededor aquel día aún está grabada a fuego en mis retinas.

Katarina no podía dejar sola a una persona en apuros. Era especialmente incapaz de quedarse de brazos cruzados cuando alguien cercano a ella estaba en apuros. Así era Katarina Claes. Y yo no podía evitar adorarla.

Cuando acaricié la mejilla de Katarina mientras dormitaba plácidamente, noté que aún estaba un poco caliente. Aunque sus fiebres tendían a desaparecer en cuanto dormía, no era como si pudiera recuperar inmediatamente toda su energía. Tendría que dejarla descansar por hoy.

Últimamente, no ocurría tan a menudo, pero cuando éramos pequeños, Katarina sufría a menudo fiebres como esta y se quedaba profundamente dormida. Al parecer, el peor caso ocurrió el día que conoció a Jared, después de caerse fuera del castillo y golpearse la cabeza, pero incluso después de eso, seguía teniendo fiebres de vez en cuando.

Katarina siempre me agarraba de la mano cuando me despertaba por las pesadillas en los días posteriores a mi llegada a la mansión Claes, pero cuando ella misma estaba postrada en cama con fiebre alta, decía: «Estoy bien, Keith. Ve a descansar» intentando que vuelva a mi habitación. Cuando, a pesar de ello, fui subrepticiamente a ver cómo estaba, la oí gemir en sueños y vi que estaba derramando lágrimas.

Al verla llorar mientras pronunciaba nombres que yo no reconocía, sentí una punzada en el pecho. Más tarde, intenté buscar los nombres que había oído pronunciar a Katarina, pero por más que busqué, no pude encontrar constancia de ninguno de ellos.

Fue entonces cuando empecé a sospechar que Katarina podría estar ocultando un doloroso secreto. Desde entonces, había esperado a que me hablara de ello, pero me preguntaba si llegaría ese día. A veces me preocupaba que, si un día corriese hacía el peligro para ayudar a otra persona, la perdiera para siempre. Después de todo, en los momentos cruciales, Katarina tendía a intentar resolver los problemas por sí misma, sin depender de la ayuda de los demás.

Habían pasado casi diez años desde que hice el juramento de protegerla. Ya no era el niño impotente de antes.

—Así que siéntete libre de depender de mí, Katarina —le susurré al oído, con la cabeza apoyada en mi hombro, antes de acariciarle el cabello. Un agradable aroma me llegó a la cara, dejándome un poco mareado. Tenía que admitir que en el pasado me había comportado mejor como su hermano adoptivo.

Desde que Katarina me había dicho que mi confesión la había hecho feliz, las cosas no habían salido como yo esperaba.

Me vi incapaz de controlarme por más tiempo y apreté suavemente mis labios contra su cabello. Su aroma se hizo más intenso y me sentí aún más mareado, pero entonces apareció en mi mente un príncipe rubio de ojos azules que, con las cejas levantadas, me decía: «¿Qué crees que le estás haciendo a mi prometida mientras tengo las manos ocupadas?».

Así, incitado, pude detenerme en el último segundo.

Sacudí la cabeza para disipar la imagen del príncipe. Fui a acariciar la cabeza de Katarina una vez más, pero debí de hacerle cosquillas, pues se acercó aún más a mi hombro, dejándome de nuevo en un profundo conflicto.

El ciclo de mi conflicto interno y la aparición ocasional del príncipe continuó hasta que nuestro carruaje llegó a la mansión Claes.

♦ ♦ ♦

Gracias a que pude dormir profundamente en el carruaje, cuando llegamos a la mansión Claes, tenía la cabeza mucho más despejada.

Después de atiborrarme con la cena, me retiré a mi habitación sintiéndome satisfecha.

Me pregunto si mañana conseguiremos entrar en el dormitorio de Fray. También tengo que considerar lo que me ha revelado mi sueño de hoy.

Presidenta de la reunión: Katarina Claes.

Representante de la reunión: Katarina Claes.

Secretaria de la reunión: Katarina Claes.

—Ahora, escuchen todas. Repasemos la información que aprendimos en nuestro sueño de hoy.

—Sí, señora. Para nuestra gran sorpresa, Fray resultó ser el personaje rival para la ruta de Jared en Amante Afortunado II.

—¿No fue una sorpresa? Supongo que alguien tenía que llenar el hueco dejado por Katarina, la villana. Al fin y al cabo, acaba de ser exiliada del reino.

—Si Katarina hubiera meditado mejor sus acciones, quizá su amiga de la escuela no habría acabado siendo su rival.

—Eso es cierto. Y no solo Fray acabó siendo una rival, sino también Ginger. Es más de lo que puedo soportar.

—Pero al menos, parece que Ginger no admira en secreto a Keith, así que no tenemos que preocuparnos por eso.

—Supongo que no. Parece que la educación que le di a Keith para evitar que se convirtiera en un mujeriego dio sus frutos. Aunque aún debemos tener cuidado para asegurarnos de que Ginger no se deje embaucar por algún otro mujeriego raro.

—Supongo que tiene razón. Ginger parece estar a salvo por ahora, pero en cuanto a Fray…

—Al contrario que en el juego, Fray se ha convertido en una chica con sus propias esperanzas y deseos claros. No obstante, es casi como si estuviera atada a la historia del juego, porque aun así ha acabado como candidata a comprometerse con Jared.

—Es algo así como cuando nos condenaron por los crímenes de Katarina, a pesar de no haber hecho nada. Aun así, gracias a nuestros amigos, conseguimos superarlo. Todos están dispuestos a ayudarnos una vez más. Estoy segura de que todo irá bien.

—Supongo que tiene razón. No nos ataremos a la historia del juego. En primer lugar, Fray ni siquiera ha encarcelado a María, como en el juego.

—Ah, es cierto. Cerca del final de nuestro sueño, Fray, siguiendo órdenes del marqués Randall, encarceló a María. La metió en el sótano, ¿verdad?

—Cierto, cierto. Me costaba creer que hubiera un sótano debajo de esa mansión… Oh, no tenemos uno en nuestra casa, ¿verdad?

—Aunque me parece que la mansión Claes al menos tiene una despensa abajo, por lo que vimos en el juego, la mansión Randall tiene un sótano mucho más sustancial.

—Fray en el juego dijo que la habían encerrado ahí abajo en el pasado, así que quizá el marqués solo tenga una habitación para encerrar a la gente.

—¿Quién tiene una habitación solo para encerrar a la gente? Ese marqués Randall da demasiado miedo.

—Cuanto más oigo hablar de ese hombre… ¿Hm? ¿Una habitación para encerrar a la gente? ¿Podría ser que nuestra Fray esté en ese sótano ahora mismo?

—¡¿Eh?!

—¡¿Eh?!

—¡Qué lista es, Katarina Claes! No puede haber demasiadas habitaciones sin ventanas, ¡donde nadie te oirá por mucho ruido que hagas!

Lugiia
ahora es que se viene a dar cuenta? Esta Bakarina...

—¡Muy bien! Mañana, digámosle a todo el mundo que el marqués podría tener una habitación así.

—Entendido.

—Entendido.

Y así, después de recordar casualmente un dato útil, la reunión mental de las Katarinas llegó a su fin.

—Fray, aguanta un poco más —murmuré antes de meterme en la cama.

No era el momento de empezar a pensar demasiado, tener otra fiebre y volver a desmayarme. Necesitaba descansar como es debido y dejar que mi cuerpo se recuperara por completo.

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