Cuando Shi Xiaobai terminó de beberse el vaso de vino tinto de un trago, abrió de inmediato los ojos.
Hisith sonrió encantado en su mente mientras empezaba a llenarse de expectación. Estaba deseando que Shi Xiaobai se agarrara el cuello de dolor mientras gritaba y se retorcía en el suelo. A continuación, revelaría la verdad de que “las tres copas de vino tinto estaban envenenadas”, lo que provocaría que Shi Xiaobai rugiera diciendo que era “injusto”. Al final, Shi Xiaobai sufriría un colapso físico como mental por el doble revés experimentado. Seguí leyendo “Elección Absoluta – Capítulo 130: Gemido intoxicado”
Me enamoré de una persona pequeña… Quería reírme de mí misma, porque aunque hiciera todo lo posible, este amor nunca se haría realidad… Al principio, genuinamente pensé eso.
Jennette caminó sin rumbo por el Palacio Esmeralda, evitando las miradas de los sirvientes. Finalmente se dio cuenta de que había estado deambulando durante demasiado tiempo.
Sí… No importa lo cercanos que seamos, no puedo saber todo lo que hay que saber sobre él.
Inclinado sobre una rodilla, Aidan levantó la cabeza. En sus ojos escarlatas se reflejaba un hombre sentado en lo alto de un trono: Veron Arthur Deblica. Su larga cabellera púrpura le llegaba hasta el cuello. Parecía que los rumores de que el emperador loco de Deblin se pasaba el día encerrado en su laboratorio, saltándose las comidas y dejándose crecer el pelo, eran ciertos. Un par de ojos amatistas miraban con atención a Aidan; eran realmente de un perverso tono púrpura. Seguí leyendo “Bebé tirana – Capítulo 30: ¡No periés! (¡No peleéis!)”
El marqués movió los dedos, indicándole que viniera a ayudarle a levantarse. Ella no acudió. Escondió con cuidado su pelo y su cara en la capa y se volvió para correr.
Estaba desayunando con mi padre cuando Alan apareció con una pila de invitaciones y me las entregó. Aunque habían llegado invitaciones dirigidas a mí desde que debuté en la ceremonia de mayoría de edad del príncipe heredero, nunca habían sido tantas como hoy. Seguí leyendo “Emperatriz Abandonada – Capítulo 12: El problema con la sociedad… (2)”
Admitiéndolo con facilidad, la bruja se encogió de hombros. Por supuesto, me había dado cuenta de que estaba observando mi reacción. Le seguí la corriente a tales palabras.
—Todavía no es de noche, sin embargo, volveremos pronto al castillo.
Habiendo comido de forma apresurada curry, salimos de la tienda. Pienso en ofrecer un agradecimiento apropiado a Lars más tarde por seguir mirándonos con una mirada tibia desde el principio hasta el final. Dado que fuimos los primeros clientes durante la reapertura de la tarde, todavía no está especialmente oscuro. Pero, como he podido visitar todos los lugares que quería, estoy bastante satisfecho.
Ese día cuando salí a preparar la apertura de la tarde como siempre, me encontré con una persona inusual en la fila.
—¿Eh? Si no es la Maestra. ¿Por qué haces esa cola? Podrías venir detrás como siempre.
Maestra… No, quizás sería más fácil de entender si dijera la hija del Duque Vivoir. Ella era la gran benefactora que salvó mi tienda que había sido aplastada por el acoso de cierto barón con su propia receta original. Con su posición social, ahora visitaba este lugar una vez en una luna azul, pero todavía todos los miembros del personal la adoraban. Seguí leyendo “¡No quiero ser Princesa! – Capítulo 133: La observación del comerciante”
A pesar de que el hombre que estaba frente a mí me llamaba maestra, me esforcé de manera vergonzosa. Desvié la mirada en una dirección distinta y pronuncié una frase que incluso a mí me pareció artificiosa.
—N-no, ¿quién podría ser? Parece que me has confundido con alguien…