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Cogí el vaso de agua que me dio y bebí sedienta. Cuando terminé, se lo entregué y dije:
—Gracias.
Sonrió y apartó las sábanas. De repente me avergoncé. Mis pechos y mi trasero estaban expuestos al aire libre, a pesar de que él había visto casi todo, la timidez no ha desaparecido.
— ¿Tienes frío? —preguntó. Seguí leyendo “Cenicienta – Capítulo 42: Noche (3)”
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Porque me metí en la cama, el dobladillo del negligé se subió y sentí las sábanas en mi piel desnuda. Estaba tan sorprendida que rápidamente me toqué la cadera.
¡No está aquí! ¡Mis bragas no están!
Esto se siente familiar.
¿Quizás los lazos estaban sueltos? ¿Se salieron cuando me metí en la cama? Seguí leyendo “Cenicienta – Capítulo 41: Noche (2)”
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El carruaje de cuento de hadas llegó a la casa de Brennan sin incidentes. Volker y yo fuimos recibidos calurosamente en la residencia por todos.
Un tranquilo banquete dio inició poco después.
Padre y Madre se marcharon, me pregunto si utilizaron el carruaje de cuento de hadas o no. Luego los padres de Volker decidieron regresar a su casa de campo antes de que oscureciera. Por lo que éramos solo los dos conversando torpemente. Seguí leyendo “Cenicienta – Capítulo 40: Noche (1)”
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Aunque tenía prisa por casarme con Volker, el día llegó rápido.
El día… en el que oficialmente me convertiría en la esposa de Volker…
¡Está aquí!
Tendremos que presentar una notificación sobre nuestro matrimonio para su aprobación. La verdad es que solo conozco a Volker. Sí, como supones, todavía no. Seguí leyendo “Cenicienta – Capítulo 39: No voy a presumir”
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Volker tomó asiento y como si fuera natural, me acercó a él. Aunque lo es, todavía soy un poco tímida porque lo está haciendo frente a los padres, pero lo aceptaron como si fuera muy normal.
¿Normal? ¿Estamos acostumbrados a ello? ¡E-Eso da miedo!
—Um, Volker, hoy me voy a sentar por mi cuenta. Seguí leyendo “Cenicienta – Capítulo 38: En tus brazos”
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— ¿Señorita, está realmente bien? —me preguntó Marie tímidamente desde atrás. Me volví hacia ella y me reí mientras asentía.
Sin embargo, mi respuesta no dejó satisfecha a Marie porque todavía estaba refunfuñando sobre el porqué. Podía escucharla, pero solo me encogí de hombros.
os encontrábamos entrando a la casa del general Brennan. Estábamos aquí para aclarar los detalles de mi entrada en la casa. Pero Volker fue retenido en el trabajo y no podía estar aquí. Así que éramos: Padre, Madre, Marie y yo, con los padres de Volker, y el Sr. Xavier, el mayordomo de Volker. Seguí leyendo “Cenicienta – Capítulo 37: Vestido de novia”
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Con una vaga confianza en mí pecho, volví a mi habitación por el momento, me pregunto si está bien. Pensé por un momento y abrí mi armario.
Abrí el cajón de mi ropa interior y saqué el contenido multicolor.
La primera cosa que puedo imaginar, es usar ropa interior blanca y pura como una novia. Pero he oído que a los hombres les gustan las mujeres sexis, ¿sería mejor ser hechizante en negro? No, no creo que me quede. En primer lugar, una novia va vestida de blanco. ¿Significaba ser teñida en el color de un hombre? Wow, ¿seré teñida en el color de Volker? Seguí leyendo “Cenicienta – Capítulo 36: Una pequeña pregunta”
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Aunque había resuelto mi determinación, pensé que sería inútil si no tenía ninguna idea. Como era tímida, decidí preguntarle al maestro menos propenso a la vergüenza.
Encontré a madre escribiendo una carta, se llevó la pluma a los labios, pensando. Esperé pacientemente hasta que terminara y estuviéramos solas y le pregunté. Seguí leyendo “Cenicienta – Capítulo 35: Pero antes de eso…”
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La experiencia de ser desflorada es diferente para la mayoría de las personas. Escuché que se siente como si alguien estuviera siendo completamente desgarrado.
Y que hay mucha sangre. Pero hay personas que se sienten bien desde el principio.
Me pregunto cuál es la raíz de la gran diferencia. Seguí leyendo “Cenicienta – Capítulo 34: Prepara tu corazón”
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Padre presentó nuestra solicitud de matrimonio. Originalmente, quería ir con Volker, pero parece que la Cámara era bastante difícil. Dicho esto, fue aprobada de acuerdo con el procedimiento.
Creo que me he vuelto más como una novia. Al reunirme con Volker más seguido, me he acostumbrado a besarnos y al contacto físico. No sé qué hacen otros novios, pero no hay comparación con mi tiempo con Eugene. Seguí leyendo “Cenicienta – Capítulo 33: El mundo está desinhibido”
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—Fredericka, quiero que me digas sinceramente…
— ¿Sí?
Estaba descansando en su hombro sintiéndome de ensueño. Mi lengua estaba rara, todavía podía hablar, ¿verdad?
—Con Eugene Cajés, ¿hiciste cosas como esta…?
— ¿Eh? Seguí leyendo “Cenicienta – Capítulo 32: Los celos de un hombre (Otra vez)”
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—Lo siento Fredericka, ¿podrías apartarte un poco? —dijo, ocultando su cara con su otra mano.
¿Hice algo mal?
Me aparté. Seguí leyendo “Cenicienta – Capítulo 31: Cosas futuras”
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El sonido de la puerta al cerrarse ¿sonó raro o fue solo mi imaginación?
La habitación que había estado llena de una atmósfera suave, cambió de repente. ¡De un rosa dulce a un rosa oscuro!
De alguna manera me avergoncé y puse un poco de distancia entre el general Brennan y yo en el sofá. Seguí leyendo “Cenicienta – Capítulo 30: He esperado…”
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Regresé a mi oficina debido a una emergencia. Nicolo me informó que mi padre adoptivo había venido de visita.
Ha pasado mucho tiempo desde que se retiró del ejército. Ahora es un anciano, pero todavía muy fuerte y activo debido a su larga carrera militar.
Me comuniqué con Nicolo a través de nuestros ojos. Seguí leyendo “Cenicienta – Capítulo 29: Brennan: ¿Hombres que no están en buena posición?*”
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Con eso, somos amigos, así que me permitirían visitar el Palacio. El chambelán llamó su atención otra vez.
Aunque conseguí el permiso de visita del Palacio por valor nominal, me alegro de que no le haya disgustado mi petición.
Finalmente se marchó con el chambelán y la puerta se cerró detrás de ellos. Seguí leyendo “Cenicienta – Capítulo 28: Celos (5)”