Traducido por Kiara Adsgar
Editado por Sakuya
Reina solía visitarme a diario, pero no había aparecido en los últimos dos días. Hasta donde puedo recordar, no nos habíamos comunicado desde que la doncella de Rashta pretendía ser yo. Solo unas pocas horas antes de esa revelación, Reina había estado jugando en mi habitación. Mi humor se volvió sombrío cuando recordé su canto y la última vez que lo abracé. ¿Debería criar un pájaro, como acaba de decir la condesa Eliza?
No. Otras aves no serían como reina.
— ¿Estás pensando en Reina? Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 15: La ira de Heinley”
Traducido por Kiara Adsgar
Editado por Sakuya
Inmediatamente sospeché.
La criada posiblemente no podía saber sobre letras. Además, mi compañero de cartas y yo, todavía nos estábamos comunicando. ¿Por qué diría una mentira tan frágil cuando podría ser atrapada tan fácilmente? ¿Rashta tenía algo que ver con esto?
¿Le dijo la vizcondesa Verdi a Rashta sobre las cartas?
Quizás Laura estaba pensando lo mismo, y me dio una mirada extraña. Sacudí mi cabeza hacia ella y sonreí. Si la sirvienta fuera sorprendida mintiendo, ella sería responsable de ello. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 14: Estoy en camino a verte”
Traducido por Kiara Adsgar
Editado por Sakuya
Los ojos de mis damas de honor se volvieron hacia mí al mismo tiempo.
— ¿Hm? ¿Qué sucede?
La princesa Soju notó sus miradas y se volvió hacia mí. Sabía que mis damas de honor creían que el “amigo anónimo” que el Príncipe Heinley estaba buscando debía ser yo.
Mis pensamientos eran los mismos. ¿Era el dueño de Reina… el Príncipe Heinley? Podría ser una coincidencia, pero la posibilidad de que no fuera así era muy alta. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 13: Ya sabía la verdad”
Traducido por Kiara
Editado por Sakuya
—Mis disculpas, Lady Rashta, pero ya estoy agotado. —El príncipe Heinley sonrió y se volvió. —No puedo bailar dos veces seguidas. A pesar de ser bastante guapo, tengo una constitución sorprendentemente débil.
—Entonces, ¿después de tomar un descanso? Cuando recuperes tu fuerza.
—Entonces… —El Príncipe Heinley de repente me miró y nuestros ojos se encontraron, su mirada se suavizó —Hay alguien con quien quisiera bailar de nuevo. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 12: Lágrimas que solo Reina conoce”
Traducido por Kiara
Editado por Sakuya
¿Invitó a la concubina para el baile de Año Nuevo?
No había una ley que prohibiera la asistencia de las concubinas a las celebraciones, pero cuando lo hacían, generalmente tenían un estatus noble. Debido a esto, los emperadores con concubinas de bajo estatus social o matrimonio falso con otro noble, elevaban así el estado de esa concubina a condesa o marquesa. Sin embargo, Soviesh nunca tomaría esa actitud ciega con Rashta.
La aparición de Rashta me tomó por sorpresa. Giré la cabeza hacia un lado, pero parecía que era la única que estaba sorprendida por su presencia. Soviesh estaba sonriendo a Rashta y asintiendo con la cabeza. Cuando volví a dirigirme hacia Rashta nuevamente, ella hizo una reverencia tímida y miró a Soviesh, para luego decir —Esto es difícil. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 11: Un falso rumor”
Traducido por Maru
Editado por Ayanami
Su voz era suave y dulce, pero había una nota de orgullo en sí mismo.
Además, me había llamado “Reina”. No es el único extranjero que lo hace, pero la palabra se sintió extraña, ya que había estado enviando mensajes con Reina el pájaro.
¿Eso significaba que…el Príncipe Heinley es el dueño de Reina? ¿Pensó que su carta es conocida? Tuve un momento de sospecha, pero lo descarté rápido. No importa si él escribe esas cartas. No tengo la intención de conocer al dueño de Reina en la vida real. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 10: Curiosidad”
Traducido por Maru
Editado por Ayanami
¿Ya está aquí? Los invitados comenzaron a entrar al palacio hoy. Mentalmente, archivé todas las llegadas.
Es difícil identificar a una persona de la gran cantidad de invitados. Están el gran duque Chrome y su esposa, el gran duque Lilteang, el canciller y su familia del Reino del Norte, los hijos de la duquesa Cranthia de Samoneau, el príncipe Heinley del Reino del Oeste, el emperador Sirim de Blue Bohean…
El problema es que no venían de dos en tres. Solo del gran duque y su esposa, también están los caballeros, los sirvientes y las escoltas, luego, multiplica ese número por varias veces para dar cuenta de los otros invitados. No sabe si la carta viene de una mujer o un hombre, si es joven o viejo, o qué estado tienen. Es casi imposible determinar el dueño de Reina. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 9: ¿Quieres hacer una apuesta?”
Traducido por Maru
Editado por Ayanami
Después de terminar mi trabajo regresé a mi palacio, luego, me puse ropa cómoda más rápido de lo habitual. Sentí que me latía la cabeza, posiblemente se deba a la sensación constante de que algo me molesta. Poco a poco, comencé a entender las palabras de mi madre de: “No te involucres en los asuntos del emperador y su concubina”.
Pero mamá, incluso si trato de no involucrarme, sigue apareciendo frente a mí.
—Condesa Eliza.
—Sí, su Majestad. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 8: ¿Reina está aquí?”
Traducido por Maru
Editado por Ayanami
Al final, no pude tolerarlo más y dije lo que pensaba. Soviesh me miró asombrado. Tenía los ojos calientes por las lágrimas no derramadas, pero me mordí la lengua para contenerlas. La emperatriz no debe llorar por orgullo.
—Dijeron que escucharon rumores, no que yo los dijera. ¿Me estás culpando por los rumores de los que no conoces la fuente?
—No importa cuánto lo piense, no hay nadie más que tú que pueda beneficiarse de ello. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 7: Mi nido”
Traducido por Maru
Editado por Ayanami
— ¡Disparates! ¡Por qué la emperatriz debe proporcionar una dama de honor para una concubina!
Las damas de honor que escucharon mi historia gritaron enfadadas. La condesa Eliza, que sufría de presión arterial alta, se frotó las manos detrás del cuello, mientras la vizcondesa Verdi la abanicaba y hablaba con voz suave.
—Gracias a Dios que Laura no está aquí. Es una mujer joven y ardiente, y actuaría de manera impropia. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 6: No puedo creer que me esté haciendo esto”
Traducido por Maru
Editado por Ayanami
—Su Majestad, el gran duque Lilteang le ha enviado un regalo de seda de una tierra extranjera.
Las damas de honor habían terminado de prepararme para el día antes de lo habitual, así que me senté con ellas, mientras tomaba mi café del desayuno. Mientras tanto, el príncipe Liltaiang había enviado a un sirviente con un regalo.
Levanté la vista de mi taza de café y examiné el objeto en las manos extendidas del criado. Era una hermosa tela de seda azul que brillaba como las escamas de un pez espada. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 5: La cuestión de una dama de honor”
Traducido por Maru
Editado por Ayanami
— ¡El emperador va a tomar a esa mujer como concubina!
Era una mañana típica. No estaba ni nublado ni lluvioso, ni cálido ni frío. Hoy era, simplemente, como ayer y el día antes de ayer.
Noticias inusuales llegaron, de ninguna parte, en este día ordinario.
—Así que, mientras la emperatriz está ocupada con las preparaciones de Año Nuevo, el emperador toma una concubina. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 4: El regalo de la emperatriz para la concubina”
Traducido por Maru
Editado por Ayanami
El emperador fue testigo de que Laura insultaba a la mujer de la que está enamorado. Fue toda una escena.
Laura y otras damas de honor levantaron. rápidamente. sus faldas para inclinarse ante él, pero él les dirigió una mirada infernal. Ya había visto a Soviesh varias veces antes. en el palacio, lo miré en silencio. en lugar de saludarlo otra vez. Soviesh miró a Laura y luego se volvió hacia Rashta.
—Clemencia.
Soviesh suspiró. Los ojos de Rashta estaban húmedos, probablemente. por la sorpresa y, la amplia mirada que le dirigió la hizo parecer un pobre animal asustado. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar -Capítulo 3: ¿Comparar con quién?”
Traducido por Maru
Editado por Ayanami
— ¿Otras cosas de qué hablar? Su Majestad, no sugerí nada inusual. Como propietaria del Palacio Imperial, solo te pregunto si trajiste a una mujer herida. Nunca ha sucedido antes.
¿Estaba exagerando? Tenía mi tono habitual y una sonrisa amable en mis labios. Hablé casualmente, para no parecer autoritaria, como si hablara de los preparativos del día de Año Nuevo.
Sin embargo, Soviesh parecía notablemente incómodo. Parecía querer evitar el tema tanto como fuera posible, la atmósfera se volvió cada vez más incómoda. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 2: Señales tempranas de una aventura”
Traducido por Maru
Editado por Ayanami
—Aceptaré el divorcio.
¿Era la única que tenía una leve sonrisa en mis labios cuando dije esas palabras?
Soviesh me miró con una expresión medio aliviada y medio arrepentida. ¿Es una farsa o es sincero?
Hasta ahora, había sido una buena colega y una emperatriz perfecta. Nunca habíamos peleado, es decir, hasta que él la trajo. Me dejó a un lado por su amante, pero, hasta el último momento, querrá ser un buen hombre y un buen emperador. Seguí leyendo “La Emperatriz se volvió a casar – Capítulo 1: Estoy a punto de ser desplazada del asiento de emperatriz”