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Aunque era una forma de protesta para decirle que no se acercara, Igor lo ignoró y siguió caminando.
—Lo encontré entre tus pertenencias.
—¿Mis pertenencias? Nunca he traído esto al palacio. ¡Lo tiré hace mucho tiempo, hace seis años en el mar mientras estaba en el barco que partía hacia Crichton! Definitivamente recuerdo haberlo visto flotar en el océano, entonces, ¿por qué estás inventando mentiras?
Estaba entre las páginas del libro que tanto apreciaba. Seguí leyendo “No quiero ser amada – Capítulo 181: Me mataste”
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Si ese fuera el caso, ¿qué sería de su hijo si naciera princesa, no príncipe? Usando a la Reina Madre como precedente, llegó al poder a través de muchas penurias sangrientas. Su hija traería muchos problemas si ascendía al trono como reina gobernante.
Rihannan tenía una constitución débil. Esta sería probablemente la primera y última vez que podría darle un hijo y estaba segura de que Igor se volvería a casar para tener un heredero. Seguí leyendo “No quiero ser amada – Capítulo 180: El hallazgo de Rihannan”
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—Mi reina, cuando su majestad escribió el contrato, nunca mencionó específicamente el nombre de la princesa Helena. El contrato era vago, y en cambio solo escribía derechos. Asumió y predijo que Crichton nunca le enviaría a su amada princesa y la usaría como sustituta.
Las cejas de Rihannan se tensaron, mirando con una mirada aturdida. No fue capaz de comprender completamente la verdad que le decían. Seguí leyendo “No quiero ser amada – Capítulo 179: Siniestra suposición”
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Varios días después de enterarse que una vida que vivía dentro de su vientre, Basil la visitó. Su horario diario consistía en Igor y sus necesidades, pero hoy, Basil vino solo y sonrió relajado mientras pedía una taza de té.
—¿Igor no te deja tener tiempo para ti mismo para comer así? —comentó Rihannan con curiosidad al verlo meterse comida una tras otra en su boca con voracidad. Seguí leyendo “No quiero ser amada – Capítulo 178: La gran revelación de Basil”
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Al enterarse de que la señora Cessley estaba hablando de los rumores de su pelea con Igor, Rihannan no pudo evitar sonreír con amargura.
Al notar el ligero cambio en el aura de Rihanna, la señora Cessley continuó apresuradamente sus palabras para cambiar el tema en cuestión. Seguí leyendo “No quiero ser amada – Capítulo 177: Embarazo”
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Rihannan suspiró aliviada, pensando en las personas que trajo a su lado y ganándose la buena voluntad de las masas. Esta vez participaría activamente en política y, si todo iba bien, la gente se daría cuenta que no era una muñeca, sino una reina con posición, una figura sentada en el trono del poder y la influencia.
Mientras preparaba la creación de sugerencias para proponer la ley de perdón del juego, utilizó el tiempo restante para tejer el chal que planeaba darle a la Reina Madre. Seguí leyendo “No quiero ser amada – Capítulo 176: Un viejo recuerdo”
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—¡Aaah!
Después de que Rihannan y la señora Cessley estuvieron a una gran distancia, Basil gritó y agarró su cabello en un ataque de ira.
—¡Su majestad! ¿Por qué…? ¿Por qué se quedó ahí sin hacer nada? Si ella ya tomó té, ¡sugiérale de inmediato una comida juntos! Si no es una comida, sugiera un paseo alegre. Si no es un paseo alegre, ¡cualquier cosa! Pero… ¡debería haber intentado decir algo al menos! ¿Por qué la dejó ir? ¿No entiende que es raro encontrarlos casualmente así? Seguí leyendo “No quiero ser amada – Capítulo 175: Días de trabajo”
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—Mi reina, ¿cómo se enteró de los rumores que rodean al marqués Pless? De hecho, acumuló algunas deudas a través del juego, pero nos quedamos en la oscuridad sin saber que sería tan alto.
Después de que la fiesta del té llegó a su fin, Rihannan y la señora Cessley, riendo alegremente en el camino, regresaron al palacio.
—¿Y vio los rostros de esas mujeres nobles? Parecían atónitas de que supiera tanto sobre ella. ¿Las vio a todas temblando de abajo hacia arriba con la esperanza de que no supiera tanto de ellas como de la marquesa Pless? Seguí leyendo “No quiero ser amada – Capítulo 174: Los gritos internos de la señora Cessley”
Aunque negó el rumor hace unos segundos, regresó con una pregunta que sonaba como si estuviera admitiendo la verdad.
Mientras las mujeres nobles negaban con la cabeza con total disgusto, Rihannan sonrió levemente.
—En lugar de hacer un préstamo, hay una forma más segura de lidiar con esto. Seguí leyendo “No quiero ser amada – Capítulo 173: Mantenedlo en secreto”
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Aunque todo el mundo era consciente del significado oculto y de doble filo detrás de las palabras de la reina, la marquesa Pless lo ignoraba. Simplemente no se dio cuenta de lo que sería de ella.
—Eso es correcto. Siempre estoy de su lado, mi reina. Perdón por mi rudeza, pero la veo como mi amiga, alguien cercano, mi reina. Y cuando los rumores se extienden, ¿no es el deber de un amigo decírselo en lugar de ocultarlo? ¿No es esto lo que hacen los verdaderos amigos? —pronunció con expresión engreída.
La duquesa Saphia volvió un poco la cabeza y se rio disimuladamente. Seguí leyendo “No quiero ser amada – Capítulo 172: La fría respuesta de Rihannan”
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Rihannan sonrió, pensando en la fiesta del té que se celebraría en unos días. Sin que la señora Cessley lo supiera, había estado preparando adecuadamente su mente para la próxima fiesta del té.
Estaba cansada de la situación en la que su posición iba cambiando dependiendo del cariño que recibía del rey.
Esto necesitaba cambiar. Seguí leyendo “No quiero ser amada – Capítulo 171: El contraataque de Rihannan”
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Un ejemplo fue la Reina Madre. Después de que le hubieran quitado todo su poder, no tenía ni la capacidad ni la voluntad de hacerle daño en esta línea de tiempo. Por lo tanto, Igor permitió que Rihannan cuidara de esa mujer.
Si hacía que Rihannan se sintiera cómoda y siempre que estuviera dispuesta, que así fuera.
Sin embargo, Leticia de alguna manera evitó los cambios en el destino. Aunque su vida ya no era la misma, aunque vivía de nuevo en un entorno diferente, seguía siendo esa mujer malvada y codiciosa que él recordaba que era. Seguí leyendo “No quiero ser amada – Capítulo 170: Malos rumores”
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La mano de Igor que sostenía la taza de té se congeló en un instante. Levantó la vista rígidamente y preguntó con una voz seria y de tono más bajo:
—Basil, ¿cómo se llama esa mujer?
—Es Leticia Olbach, su majestad. —Observando la expresión de Igor gravemente alarmada, respiró hondo y preguntó con cautela—: ¿Conoce a esa persona, su majestad? Seguí leyendo “No quiero ser amada – Capítulo 169: Recuerdos inquietantes cobran vida”
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En realidad, quería decirle que la única razón por la que lo estaba alejando no era porque no le agradaba, sino que los recuerdos de su pasado todavía la perseguían hasta el día de hoy.
Pero ella no podía…
Era una afirmación increíble, e incluso si Igor creía en ella, no resolvería la situación porque ya pensaba que no estaba destinada a estar con Igor. Seguí leyendo “No quiero ser amada – Capítulo 168: Cabello rojo llamativo”
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Después de que la Reina Madre perdió su posición, poder y autoridad, la mayoría le dio la espalda, ignorando su nombre y existencia. Era un hecho natural cuando uno pensaba en ello. Después de todo, ¿quién le prestaría atención a una realeza que había perdido todos sus poderes?
Sin embargo, aquí estaba Rihannan, un caso atípico, que la cuidó después de regresar a Arundell. Ella no era alguien que fácilmente ignoraría el cuidado que le dieron.
Solo se vería el verdadero valor de una persona que alguna vez tuvo una relación con otra parte cuando se encontraba en una situación difícil. La señora Cessley sabía que Rihannan era el tipo de persona que veía la bondad en los demás. Seguí leyendo “No quiero ser amada – Capítulo 167: La preocupada Rihannan”
