C—Lo entiendo. Entiendo muy bien que si fueras hombre, serías tan poco sociable que la gente tendría ganas de golpearte. —Ratoka dijo esto, cruzándose de brazos y mirándome desde arriba con una pose imponente.
Ante esto, terminé temblando un poco de manera reflexiva. Después de todo, aunque hubiera una sonrisa en ese rostro similar al de una chica, no importa cómo lo mirara, Ratoka estaba claramente enfadado. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 231: ¿Qué pasó con la bandera?”
A pesar de ser la ceremonia de apertura, no se realizaron rituales. La ausencia de un papel predominante del director y los profesores, marcó una diferencia notable con respecto a las ceremonias de años anteriores. Aunque se denominaba ceremonia, en esencia era una fiesta vespertina diseñada para socializar. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 230: El Trato a Emilia”
La azotea de la Torre de Acero Gaia era el punto más alto de Ciudad Acero. Desde ahí se podía contemplar toda la Ciudad y la inmensidad de la tierra que la rodeaba. Estirar la mano era como tocar el cielo estrellado de la noche.
La plataforma circular de la azotea de la torre solo tenía unos cuatro metros de diámetro. El anciano Dios de las Espadas y One-Pun estaban cada uno de pie en un lado, mientras… orinaban. Seguí leyendo “Elección Absoluta – Capítulo 190: Antes, en contra de los vientos, a treinta pies podía hacer pis, pero hoy en día, mis zapatos se mojan a pesar de los vientos a favor”
Tan pronto como volví a casa, trepé por el muro del edificio separado. El capitán Jullius ya debía estar en casa, y tal vez fuera por el estrés acumulado durante el banquete, pero lo echaba mucho de menos.
Si miro su cara y le froto un poco la cabeza, creo que sin duda me sentiré mejor, pensé y mi corazón se aceleró. Seguí leyendo “Espada y Vestido – Vol 3 – Capítulo 4 (1): Secuestro y acuerdo de confinamiento”
Lucius I se retorció de envidia por Sir Ainno. Continuó mordiéndose el labio inferior hasta que el emperador se dio cuenta de que un labio ensangrentado no ayudaría a su belleza. Se detuvo de inmediato.
Mientras tanto, Cekel le dio una palmada en la mano a su esposo mientras él continuaba besándola. Luego se acercó al emperador e hizo su informe. Actualmente, Cekel tenía dos puestos. Además de ser la jefa de las sirvientas, de manera extraoficial, Cekel también era miembro de la Unidad de Inteligencia. Lucius I decidió que Cekel haría un mejor trabajo que su hermano, Sir Deke, quien a veces podía distraerse. El emperador ya les dio trabajo a Stra y Tory, por lo que pensó que estaría perfectamente bien contratar a Cekel en secreto. Seguí leyendo “El emperador y la mujer caballero – Capítulo 328”
El emperador se negó a apartar los ojos del espejo. En el interior, un hombre de perfecta belleza le devolvía la sonrisa. La gente suspiró extasiada al admirarlo, pero para Lucius I, lo que vio en el espejo no era suficiente.
En primer lugar, su piel no brillaba tanto como antes. Después de casarse, trabajó constantemente, queriendo olvidar a Pollyanna. Durante este tiempo, su piel envejeció terriblemente y el emperador lamentó su mala decisión. Debería haberlo sabido mejor. Seguí leyendo “El emperador y la mujer caballero – Capítulo 327”
Zhou Yunsheng no había abierto los ojos cuando escuchó a alguien gritándole al oído:
—Doctor, ¿qué sucede? ¿Está bien? ¡Alguien, ayuda! ¡Ah, el doctor está herido! —La persona salió corriendo.
Una vez se aseguró de que no tenía a nadie a su alrededor, se sentó lentamente y miró su entorno. Estaba en un laboratorio. En la pared había tres enormes estantes y en cada uno había cristalería que se usaba para almacenar órganos humanos, plantas o animales extraños. Seguí leyendo “Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 9: Capítulo 1 (1)”
A pesar de su mareo, Tang Feng se vio obligado a salir de la habitación. El pasillo estaba vacío, y abajo pudo ver a varias mujeres tumbadas en los sofás, aparentemente dormidas. Parecía que todos en la casa habían sido drogados.
—¡Alto! ¿A dónde me llevas? ¡Xiao Yu y los demás aún están arriba! —Ya que todos habían sido drogados, era una buena oportunidad para escapar. Tang Feng empujó al pequeño demonio con todas sus fuerzas y empezó a correr escaleras arriba. El asesino lo abordó rápidamente, inmovilizándolo contra el suelo. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 55: Escapar (2)”
En ese momento, se escuchó un golpe en la puerta desde afuera.
—Padre.
La voz que llegaba a sus oídos era de Jennette.
—Adelante. Seguí leyendo “Un día me convertí en una princesa – Epílogo – Capítulo 14”
Siempre había creído entender lo que significaba estar en un escenario, mirando hacia abajo. Naturalmente, cualquiera que gobernase un territorio se encontraría en numerosas ocasiones hablando ante grupos de personas sobre diversos temas. Sin embargo, estos grupos solían estar compuestos por soldados y aldeanos, es decir, por aquellos situados bajo la clase gobernante. Coloca a alguien de mayor importancia entre ellos, y la situación se torna considerablemente más intimidante. Me preguntaba si el príncipe heredero, Eric, e incluso Grays, enfrentaban esta sensación constantemente, y Emilia… bueno, probablemente tendría que acostumbrarse a ello por el resto de su vida. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 229: Ceremonia de apertura (3)”
—Ah, Señorita Kaldia, Señorita Emilia. Están aquí.
—Me alegra ver que están bien, Su Alteza. Ustedes también, Vizconde Dovadain, Sieghart.
Justo de donde me había movido con Emilia bajo la guía de Eric, había un escenario, ubicado en la sección más profunda del Salón Schtelt. El príncipe heredero estaba ahí con su sonrisa habitual, y a su lado estaba Grays, que miraba con poca calidez, así como Sieghart, quien levantó ligeramente la mano en respuesta a mi saludo superficial antes de intercambiar cortesías con Eric y Emilia. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 228: Ceremonia de apertura (2)”
—Señorita Emilia. Su mano, por favor.
Me aseguré de salir primero del carruaje y luego extendí mi mano para escoltarla. El jardín que precedía al salón estaba lleno de festividades, y en cuanto hice mi movimiento, sentí miradas de todos lados. A crédito de Athrun, ni siquiera se inmutó cuando se movió protectoramente detrás de mí. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 227: Ceremonia de apertura (1)”
Al cabo de un rato, Riko empujó la puerta y entró. Llegando frente a Shi Xiaobai, gritó y le sacudió con suavidad unas cuantas veces. Al notar que él no se movía en absoluto, dijo conmocionada:
—¿Estado de meditación profunda? —Riko se quedó atónita. Seguí leyendo “Elección Absoluta – Capítulo 189: Hermanos Ye”
Ya que seguía sola en el carruaje mientras me dirigía al trabajo, pude dormir un poco, como siempre hacía. Antes de darme cuenta, habíamos llegado al Ministerio de Magia y el conductor del carruaje me estaba despertando.
Durante el trayecto hasta la entrada, me acompañaron mis guardias. Me siento como la hija de una casa noble. Ah, pero claro, ¡soy hija de una casa noble!
Al llegar, por alguna razón, Sora me estaba esperando allí. Seguí leyendo “Katarina – Volumen 12 – Capítulo 3: Guardias (1)”
Incluso después de salir de la habitación de Tory, Pollyanna no podía dejar de pensar en su conversación. Quedó impresionada cuando Tory dijo que la apoyaría incluso si Pollyanna eligiera el camino que la llevaría a una vida infeliz. A Pollyanna también le gustó el hecho de que Tory entendiera cómo una vida infeliz aún podía provenir de la decisión correcta. Tory dijo que mientras uno pudiera sentirse orgullosa de su vida, tenía que valer la pena vivirla.
—Pienso en todas las personas, Tory debe saber qué es el orgullo. Seguí leyendo “El emperador y la mujer caballero – Capítulo 326”