A la mañana siguiente, Tang Feng se dirigió a la empresa para entrenar como de costumbre. Cuando entró en el gimnasio, se encontró con un nuevo entrenador, quien le saludó cordialmente.
Fiel a su palabra, Lu Tian Chen siempre cumplía. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 7: Galería”
—Déjame abrazarte un poco más… —Lu Tian Chen murmuró—: No sabes cuánto te he echado de menos estos días. Viéndote tan feliz cada día, no puedo evitar preguntarme si significo algo para ti. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 6: Dejar ir”
—Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos —Tang Feng no explicó su «amnesia», charlando casualmente—: ¿También estás aquí para comer? Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 5: Asuntos del corazón”
Hace sólo unos días, Tang Feng había hablado de Ge Chen con Chen Ming Xu. Inesperadamente, hoy se encontró con Ge Chen.
Después de que el presentador lo mencionase, Tang Feng volvió y buscó algunas noticias. Al principio pensó que sólo eran cotilleos ordinarios, pero cuando buscó, encontró muchas fotos de Ge Chen bebiendo con gente en varias fiestas. Algunas eran claramente íntimas, ya que estaba sentado en el regazo de un hombre en las fotos y la mano del hombre estaba obviamente en el trasero de Ge Chen. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 4: Mayor Zhang”
Tang Feng comprende ahora cómo se formó la personalidad de Charles. Con una madre tan carismática, no era de extrañar que resulte ser todo un personaje.
—Wow, te ves tan lindo. ¿Este año has cumplido dieciséis?
Cuando el actor entró en el salón con las frutas lavadas y cortadas, vio a Linda, con las uñas pintadas de color melocotón, sentada con las piernas cruzadas en el sofá. Se inclinó ligeramente hacia el pequeño demonio, el cual estaba sentado erguido, tocándole de vez en cuando la barbilla. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 3: La nuera”
Ser capaz de luchar y ser instructor de artes marciales no es lo mismo. Por eso, cuando Tang Feng vio a Lu Tian Chen frente a él, se preocupó un poco. Pero después de que su jefe demostrara una hermosa y llamativa técnica de abanico, se dio cuenta de que lo había subestimado: Lu Tian Chen tenía mucho más talento del que había imaginado.
—Vaya, siempre pensé que los abanicos eran sólo objetos decorativos que gustaban a las mujeres. No sabía que pudieran ser tan elegantes y geniales —comentó el actor. En cierto modo, su forma de pensar seguía siendo como la de algunos occidentales, al menos en ámbitos desconocidos. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 2: Sé mi nuera”
Foro de cine nacional norteamericano
Título: ¿Por qué la próxima película planeada de la saga de héroes es «El hijo del cielo»?
Contenido: Entiendo por qué la productora quiere lanzar «El hijo del cielo». El mercado cinematográfico chino está creciendo y Hollywood le está prestando atención. Pero, sinceramente, teniendo en cuenta la mísera cuota de China, ¿cuánto puede aportar a la taquilla mundial? Así que realmente no entiendo por qué están impulsando «El hijo del cielo». Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 1: Hola, entrenador”
—La cabeza… duele… —Tang Feng respiró hondo, sintiendo que la presión de su pecho se liberaba por fin, pero sentía la cabeza como si la hubiera atropellado un tanque.
Con los ojos aún cerrados, se acurrucó en la cama, incómodo. Anoche, parecía haber bebido bastante con el director y el equipo por excitación. Recordaba vagamente a Xiao Yu y al pequeño demonio que le llevaban de vuelta, pero nada más allá de eso. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 63: El final perfecto”
—¿Es en serio? ¿Me va a tratar como un esclavo?
El pequeño demonio, acurrucado en el sofá, masticando papas fritas, tarareaba una melodía mientras jugaba con su teléfono, mirando de vez en cuando la puerta cerrada del dormitorio. Había pasado una hora desde que Tang Feng entró a ducharse.
Para el asesino, al que le gustaba hacer las cosas deprisa, aquello era incomprensible. ¿Cómo podía un hombre disfrutar tanto bañándose que prefería pasar el tiempo en el baño que viendo la televisión? Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 62: Taquilla del estreno de la película”
Y así terminó. Al final, Reynolds y su equipo capturaron a Hei Yi, pero lo único que encontraron fue su cadáver. Cuando tuvieron a Hei Yi rodeado en la azotea, el hombre les dedicó una sonrisa brillante, extendió los brazos como si se dirigiera al paraíso y cayó hacia atrás.
Cayó como un trozo de papel negro, hecho jirones por el viento.
Con el caso cerrado, Bai Yi volvió a su vida. Nadie sospechó nunca del aparentemente tonto e insensato gordo. Aunque Reynolds quería hablar con Bai Yi, estaba demasiado ocupado con el caso y decidió esperar hasta que todo estuviera resuelto. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 61: El final de «El cazador de demonios»”
En la casa bañada por una tenue luz amarilla, brotaban ocasionales gemidos reprimidos, mezclados con el sonido de roces y los matices seductores de la noche tardía.
Tang Feng se aferró con fuerza a los hombros del hombre, temblando brevemente antes de que un calor abrasador se extendiera por todo su cuerpo.
Albert gruñó y, con un último empujón, se desplomó sobre el actor, el cual respiraba agitadamente. Observó en silencio al hombre con los ojos entrecerrados y la boca abierta. Aunque Tang Feng había engordado más de diez kilos, sus rasgos seguían siendo muy definidos. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 60: Regresando al país”
El calvo cayó al instante, atravesado en la frente por un disparo del hombre de negro. Sus subordinados, conmocionados, levantaron sus armas para apuntar a Albert, pero los hombres de éste los sometieron rápidamente antes de que pudieran actuar.
El contraste entre un grupo desorganizado y un equipo entrenado se hizo patente de inmediato. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 59: Satisfacción”
Afortunadamente, la noche era oscura y el bosque lo suficientemente extenso como para causar desorientación. Albert no había soltado perros para que lo persiguieran y había comido una comida completa por la tarde; de lo contrario, no habría tenido energía para correr ahora mismo.
Después de andar unos cinco o seis minutos, el ruido de los coches y de la gente se hizo más cercano. Un par de veces sintió que alguien se acercaba; sus nervios se tensaron como una cuerda de arco tensada, lista para romperse en cualquier momento. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 58: Te atrapé”
—Es demasiado peligroso volver así. Albert no es estúpido. Seguro que aumentará la seguridad donde están los rehenes —Tang Feng sacudió la cabeza y le dijo a Iván—. Sé que suena descabellado, pero si es posible, no quiero que nadie salga herido.
—Efectivamente, es descabellado. ¿Cuánto peso crees que tienes en la mente de Albert? —dijo Iván desdeñosamente. Había visto a mucha gente como Tang Feng. Cuando le gustas a alguien, eres un tesoro, pero cuando no, todo lo que haces está mal. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 57: Atraer al enemigo”
—No hay necesidad de desconfiar de mí. Estoy aquí por dos motivos. En primer lugar, como agente de la Interpol, estoy aquí para rescatar a los rehenes retenidos por militantes armados. En segundo lugar, también necesito mostrar sinceridad para reconciliarme con Charles —Iván se sentó despreocupadamente en el suelo seco y encendió una cerilla para prender las ramas y hojas secas.
A la luz del fuego, Tang Feng echó un vistazo a la cueva donde estaban. Era bastante profunda, e incluso con el fuego dentro, era difícil verla desde fuera. Cuando llegaron, Iván y el pequeño demonio habían cubierto la entrada con algunas plantas. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 56: Decisión”