—No crees que tu vida actual sea mala en absoluto, así que incluso trajiste a tu hija a tu mundo —Tang Feng sacudió la cabeza—. Tanto si hereda tu negocio como si tiene su propia vida, la pequeña debería tener la vida de una niña -despreocupada y feliz- en lugar de ser controlada por los adultos demasiado pronto.
—¡Shh! —Albert puso su dedo índice en los labios del actor. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 23: Siempre hay una escapatoria”
Tal y como esperaba Tang Feng, no ganaron nada en el Festival de Berlín. Aunque «El cazador de demonios» no ganó ningún premio en su primera parada en el circuito de premios, esto no desanimó al equipo ni a los ejecutivos de la empresa. Tang Feng pensaba que los buenos resultados de taquilla de la película ya eran suficientes para hacer feliz a mucha gente.
¿Por qué hacer películas? Para ser francos, aparte de algunas películas hechas específicamente para ganar premios, la mayoría de los inversores quieren que sus inversiones sean rentables. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 22: Disfraz”
—Todos sabemos que en las películas «El cazador de demonios» y «El callejón de Satanás», interpretaste personajes con poca interacción con roles femeninos. A pesar de que «El cazador de demonios» tiene dos protagonistas masculinos, muchos espectadores sintieron que el personaje de Reynolds tenía una relación con Bai Yi que trascendía el género. ¿Crees que hay un elemento homosexual en su relación? —preguntó un reportero, sosteniendo un micrófono con una pregunta que desató la imaginación. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 21: Refugio”
—No hay nada vergonzoso en decir la verdad. Verte en un estado tan miserable, no sé por qué, pero me hace muy feliz. Jajaja —se rió Charles mientras conducía.
Lu Tian Chen lo ignoró y miró en silencio a Tang Feng, el cual estaba comprobando su herida. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 20: No puedo esperar”
La mayoría de los medios de comunicación se centraron sólo en la alfombra roja de la ceremonia inaugural y en cómo las actrices competían con sus glamorosos atuendos. Dado que «El cazador de demonios», la película protagonizada por Tang Feng, sólo recibió una nominación al Mejor Director, el equipo decidió no desfilar por la alfombra roja y reunirse en su primer día en Berlín. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 19: Recoger a alguien a mitad de camino”
—Oye, aunque esta es nuestra habitación, ¿puedes ponerte los pantalones? No seas un caballero por la parte de arriba y una bestia por abajo.
Frunciendo el ceño, Tang Feng se cruzó de brazos y miró al hombre que tenía delante, el cual llevaba un traje en la parte de arriba y sólo unos calzoncillos en la parte inferior. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 18: Confianza”
—Para, para, para. ¿Estás actuando en una película? —Tang Feng empujó la frente de Lu Tian Chen con la palma de su mano—. No seas tan emocional, como si nunca me hubieras tocado antes. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 17: Botón de pausa”
Sonó el timbre y Tang Feng fue a abrir la puerta. El pequeño demonio estaba fuera.
—¿Qué pasa? —preguntó Tang Feng.
—¿Dónde está tu oso? —se burló el asesino. Cada vez que venía a buscarlo, Charles estaba presente, como si temiera que se lleven al actor. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 16: Charla padre-hijo”
La melodía de la música reverberó en sus oídos y, mientras giraban, el mundo se sintió de pronto distante.
—Esto es un poco loco, Charles.
Con las mejillas doliéndole de tanto sonreír, Tang Feng suspiró, rodeando con sus brazos los fuertes hombros del hombre, apoyando suavemente su cabeza en el hombro de Charles. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 15: La boda interrumpida”
Alguien les había enviado una invitación. Probablemente porque el mayor Zhang estaba demasiado avergonzado para aparecer, el personal del hotel entregó la invitación junto con el desayuno mientras Tang Feng permanecía acurrucado en la manta, negándose a moverse. Charles recibió la invitación. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 14: Compromiso”
—Cariño, mira lo que he encontrado —Charles irrumpió en el cuarto de baño con una palmada de su gran mano, ignorando que Tang Feng estaba remojándose desnudo en la bañera viendo una película y que ya le había advertido anteriormente que no lo molestara mientras se bañaba.
O Charles lo había olvidado, o estaba demasiado excitado por algo. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 13: Impulso ocasional”
Entre ellos había gente que Tang Feng reconocía, como el mayor Zhang, el cual le sonreía y saludaba desde lejos, y Lu Tian Chen, quien caminaba al frente con un rostro típicamente inexpresivo. Sin embargo, sus ojos mostraron un atisbo de sorpresa al encontrarse con la mirada del actor. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 12: Sondeo”
A la mañana siguiente, el coche hacia Lushan llegó puntual a la entrada del hotel. El grupo, preparado y ligero de equipaje, se dirigió escaleras abajo. Por una vez, Charles no llevaba su traje habitual, sino ropa cómoda e informal, con una gorra de béisbol y gafas de sol, que le hacían parecer un modelo de un anuncio del Oeste. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 11: Qué coincidencia”
La vida parecía haberse calmado y estabilizado. Lu Tian Chen seguía sin aparecer; era como si se hubiera esfumado por completo, sin darle a Tang Feng ni un solo vistazo, ni siquiera una llamada o un mensaje de texto. De vez en cuando, el actor le preguntaba a Xiao Yu dónde había ido. Ella respondía que no lo sabía, que se había ido al extranjero por negocios. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 10: Viaje”
—Bebé… hmm… —Charles, en un movimiento habitual, se dio la vuelta y alargó la mano para abrazar al hombre que dormía a su lado. Pero lo único que encontró fue un espacio vacío, una brisa fresca rozando su brazo. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 9: El paisaje en los ojos, la persona en el corazón”