La Villana Revierte el Reloj de Arena – Capítulo 52: El futuro distinto al pasado (2)

Traducido por Maru

Editado por Sharon


Estaré bien si me tomo un día libre mañana.

Pensó en descansar bien por un día más o menos. Todavía tenía tiempo hasta el verano de todos modos. Estaba bien no apresurarse.

Decidida a quedarse en casa por el día, apretó su última fuerza restante y se dirigió al casino. Annie, que se acostumbró después de solo tres intentos, ordenó la bebida ella misma. Sin embargo, diferente a ella, Aria solo quería terminar el juego rápidamente y regresar lo antes posible. Estaba a punto de caerse de inmediato.

—Volveré pronto, así que no bebas demasiado y espera.

—¡Uh, espere! ¡Señorita! ¡La acompaño!

—No, volveré pronto, así que espera.

Entonces se fue antes de que su bebida saliera. Si se llevara a Annie, perdería su tiempo debido a sus comentarios inútiles. Aria se alejó apresurada, y la sirvienta miró su espalda con decepción.

Los espectadores acudieron en masa a la llegada de Aria, que había ganado durante dos días consecutivos. Aunque se cubrió la mitad de la cara con una máscara, su cabello rubio único y sus labios fascinantes la hacían especial.

Voy a descansar un rato, incluso si no estoy cansada.

Con esta atención, habría restricciones en su comportamiento. Alguien podría sospechar de su identidad e investigarla.

—Diamante 8.

Dio la vuelta al reloj de arena y, mientras tomaba una carta, las voces de los espectadores y jugadores a su alrededor se volvieron ruidosas.

—No va a ganar tres veces seguidas.

—¡Tal vez! Ha sido así todo este tiempo.

—¡Si realmente gana tres veces seguidas, podemos elegir su carta de ahora en adelante!

—¡Esa es la manera! Eres inteligente, ¿no?

Aria chasqueó la lengua ante el comentario. No lo había pensado, pero si era así, todos ganarían y su dividendo sería bajo. Volvió a poner el reloj de arena en la caja, pensando que podría tener que usar una peluca la próxima vez.

—¡Diamante 8!

Nadie había ganado tres juegos consecutivos en toda la historia del casino. A diferencia de otros juegos de cartas en los que saldría un ganador, era difícil ganar incluso una vez. Era diferente de la ruleta de bolas, donde era imposible manipular el juego con los empleados.

—¡Tonterías!

—¡¿Qué demonios pasó?!

—¡Estoy seguro de que hizo algo de magia! ¡Por ejemplo, la magia de la clarividencia!

Aria, quien confirmó su victoria, se levantó de su asiento.

—¿Se va otra vez?

—Ella no está jugando otro juego, ¿verdad?

—Vamos a seguirla.

—¡Buena idea! ¡Vamos a pedirle que nos diga cómo hacerlo!

A diferencia de antes, había un grupo de personas que la seguían. Eran más rápidos de lo que ella pensaba. Sería mejor abandonar el casino rápidamente, pero no podía aumentar su distancia entre sus perseguidores a pesar de que se puso de pie con celeridad. En primer lugar, era casi imposible para Aria, que llevaba zapatos de tacón alto, eludir a los hombres con zapatos de cuero suave.

—¡Oye! ¡Espera un minuto!

—¡Tengamos una conversación!

—¡Oye!

Cada vez que sentían que Aria estaba a punto de huir, sus voces surgían de la siguiente multitud. Era extraño ver a varios hombres persiguiendo a una joven a pesar de que ella había ganado el juego.

Además, las crecientes voces de quienes la seguían eran suficientes para infundirle miedo. Parecían feroces. Era como si fueran capaces de destrozar su cuerpo si la atrapaban con tal de descubrir cómo había ganado.

Cuando se apresuró a evitarlos, entró en un lugar extraño y vio un callejón sin salida en la distancia. El grupo que siguió también lo revisó y disminuyó la velocidad.

¿Qué debo hacer?

En ese instante, una mano salió de la nada y arrastró a Aria. Pudo ver la puerta cerrarse detrás suyo antes de darse cuenta de que la habían arrastrado a alguna parte.

La persona que arrebató a Aria de la calle cerró su boca para evitar que gritara.

—Si no te calmas, la gente entrará. ¿Va a estar bien eso?

A diferencia de Aria, que tenía la mitad de la cara cubierta, la voz del hombre zumbó debido a la máscara del animal que cubría toda su cara y cabello. Aria asintió cuando se dio cuenta de que en realidad estaba tratando de salvarla. La mano que cubría su boca descendió lentamente.

—¿Dónde estoy…?

—Es una habitación privada. La acabo de alquilar por un tiempo.

Cuando puso los ojos en blanco, vio una gran mesa, algunas sillas lujosas, cartas organizadas, y otras cosas. Como él dijo, era una sala privada donde los VIP podían jugar con altas apuestas.

—No… sé cuál es tu intención, pero gracias por tu ayuda. —Aria expresó su gratitud con voz suave.

—Has sido un poco imprudente. Este es un lugar peligroso para que una mujer camine sola. Dejando de lado su género, este es un lugar difícil para cualquiera que gane el juego durante tres días seguidos. Hay locos que han perdido su dinero —le advirtió en voz baja.

Ella no pudo responder porque su consejo era razonable, solo asintió en silencio.

—Gracias. Me iré ahora.

—Todavía es peligroso. Estarán esperando afuera.

Como para respaldar la afirmación del hombre, alguien golpeó la puerta. Sorprendida, Aria se agachó y tembló, y él la ayudó a sentarse en el sofá.

—Creo que es mejor esperar un momento, incluso si es inconveniente.

—Supongo que sí.

El hombre se sentó frente a Aria. Estaba tan distraída que pensó que él llevaba una máscara de animal, pero resultó ser una máscara de león. La melena dorada brillaba cuando la luz se reflejaba como un león real.

Por un tiempo, los ojos del león estuvieron fijos en Aria. A diferencia de ella, cuya máscara revelaba claramente su boca y sus dos ojos, la máscara del hombre cubría toda su cara, por lo que no estaba segura si realmente la estaba mirando, pero estaba claro que veía hacia adelante.

—¿Me dijiste que alquilaste esta habitación, pero que no vendrán otros? —Fue Aria quien rompió el silencio primero, incapaz de superar la carga.

—Sí. Afortunadamente, solo alquilé una habitación, pero aún no he decidido qué hacer. Abrí la puerta para entregarla y noté que estabas allí —respondió el hombre con rapidez.

—Oh, ya veo.

Si sus palabras eran ciertas, eso sería favorable para Aria. Ella le agradeció de nuevo.

—No sé si puedo hacer esta pregunta a alguien que ha estado sufriendo hasta ahora, pero… ¿Puedo preguntar el secreto de ganar juegos consecutivos?

—Eso… no es difícil de responder ya que me salvaste.

Y era muy simple porque no iba a decirle la verdad. Tal vez podría parecerle una respuesta inesperada. Puso los brazos sobre la mesa y acercó la parte superior de su cuerpo.

Habiendo recuperado la compostura, sonrió suavemente.

—Se lo dejé a la suerte.

—Oh —se rio—. Traté de conseguirlo con demasiada facilidad. —Volvió a quitar el brazo de la mesa y se enderezó como si entendiera lo que Aria quería decir.

—¿No te sientes incómodo con una máscara que cubre toda tu cara? —preguntó.

—Lo es, pero no puedo evitarlo porque no quiero mostrar mi cara.

Era una pregunta sin sentido con una respuesta fija. Desde entonces, los dos, que no tenían nada más que decir, guardaron silencio.

El tiempo se sintió más largo porque no sabía cuándo salir. Además, los ojos del león, que reemplazaron a los del hombre, también eran gravosos. Era un silencio tan largo que nunca terminaría.

Entonces alguien llamó a la puerta de afuera. Aria, que apenas había recuperado la compostura, respiró hondo. El hombre hizo un gesto de silencio, acercó un dedo índice a la feroz boca del león, se acercó a la puerta y llamó quien estaba afuera.

—¿Quién es?

—Vine a comprobarlo porque no ha dicho qué hacer desde que alquiló esta habitación.

Abrió la puerta y revisó a otra persona que tenía la voz y el habla que parecía ser un empleado.

—¿Qué hará?

—Pensaré un poco más y decidiré.

—De acuerdo. —El personal se inclinó cortésmente y desapareció.

—Es como si todos se hubieran ido —dijo luego de cerrar la puerta y girarse.

—Ah…

Aria respiró hondo, aliviada. Parecían haberse ido, exhaustos, así que no había razón para que se quedara aquí por más tiempo.

—Gracias. Me iré ahora.

Se levantó de su asiento sin dudarlo y se dirigió a la puerta. Entonces el hombre, que estaba de pie con la espalda hacia la puerta, la abrió para Aria.

Este hombre es tan amable que sufriría una pérdida.

La había salvado del peligro y se había reído a pesar de que ella no le había dicho cómo ganar victorias consecutivas. Además, tan pronto como desapareció la amenaza, abrió la puerta para despedirla. Era una persona de buen carácter.

—¿Puedo preguntarle cómo se llama? —Sus ojos verdes y encantadores que eran visibles a través de su máscara, se volvieron hacia el ojo del león.

—No.

Al ver a Aria, que escapaba sin problemas por la puerta abierta, el hombre sonrió y dijo:

—Es como ella.

—¿Debo seguirla? —dijo el hombre que acababa de imitar a un empleado. Se trataba del caballero que había vencido a los escoltas de Aria en la tienda general.

—Sí. Ayúdala a salir de aquí a salvo —le dijo Asher, luego de quitarse la máscara de león.

♦ ♦ ♦

Asher escuchó el rumor de Aria cuando visitó el casino por segunda vez. El juego de ruleta de cartas era un juego en el que los jugadores golpeaban solo una de las cincuenta y dos cartas, por lo que el dividendo no era alto, pero ella ganó durante tres días consecutivos.

Y fue de inmediato, por lo que el rumor llegó a Asher, el gerente del casino. Interesado en cómo ganó en un juego que no podía ser manipulado, Asher esperó a que el personaje principal con la racha ganadora apareciera en el casino.

Por supuesto, hasta entonces, él no sabía que se trataba de Aria. Pero tan pronto como vio la cara cubierta por una máscara, pudo ver quién era. No importaba cuánto cubriera su rostro, sus ojos verdes, cabello rubio brillante y labios hechizantes que no coincidían con su edad, no eran tan comunes.

—Diamante 8.

Estaba ridículamente distraído por su rostro, que se mezclaba con la multitud para apostar las fichas brillantes. Su maquillaje y ropa que la hacían parecer una adulta combinaban tan bien que olvidó su edad real e hizo una sonrisa fingida.

Entonces, en un momento de distracción, no se dio cuenta de que Aria ya se había ido y se encontraba en peligro. Se apresuró a ayudar, pero ella casi fue atrapada por los jugadores y se metió en problemas.

—No sé por qué una mujer de la familia Roscent saca dinero del casino, pero definitivamente está planeando algo.

Quería que alguien la siguiera, pero no quería que lo malinterpretaran al hacerlo. Un momento después, Sorke, el caballero, que había seguido a Aria, regresó.

—Revisé el carruaje para irme.

—Todo bien. ¿Qué hay de Vika?

—Creo que ha abrazado a uno de los perros leales del Partido Aristocrático. Escuché que le gustaría venir a una inspección hoy en algún momento. Probablemente llegará pronto. Por cierto, ¿en verdad tiene la intención de deshacerse del casino?

—Sí.

Como Aria había dicho, Asher había decidido deshacerse del casino. Había tratado de eliminar las desventajas y conservarlo, pero había pensado que sería mejor deshacerse de él ahora.

En primer lugar, era una contradicción que el gobierno administrar los juegos de azar y otras instalaciones de entretenimiento. El principal agente que necesitaba regularlo y eliminarlo terminó alentando a las personas a participar, y administrando el casino. Sería mejor para él soportar una ligera lapidación que luchar para evitar las secuelas violentas porque el Partido Aristocrático, que perseguía al poder imperial, constantemente lo estaba probando por sus cualidades.

Poco después, Vika, infiltrado en el Partido Aristocrático, trajo a alguien y lo guió a través del casino, como Sorke había informado. Era el vizconde Vigue, un ayudante cercano de la princesa. Era conocido por sus buenas habilidades comerciales y por apoyar una gran suma de dinero a las princesas. Costaría una considerable suma hacerse cargo del casino, pero al ver que vino directamente sin dudarlo, la información parecía no ser falsa.

El vizconde Vigue, que había visto el casino durante mucho tiempo, desapareció con una sonrisa satisfecha, y Vika también trajo una respuesta que estuvo a la altura de las expectativas de Asher. Su expresión era brillante cuando le entregó el informe.

—Indicó su intención de comprar el casino en el futuro cercano. No importa cuánto tenga el vizconde Vigue, necesitará una ruta para recaudar dinero.

—Le dijiste que lo mantuviera en secreto de la princesa, ¿no?

—Sí. Es obvio que la princesa lo objetará. Lo solicité repetidamente.

—Está bien. No te olvides de entregarlo bien, para que podamos atacar sus espaldas más tarde.

Asher tenía la intención de hacer que el Vizconde Vigue tomara los mismos pasos que el Vizconde Lupre, que había tenido tráfico de personas en el sótano del casino en el pasado. El vizconde Vigue no se dedicaría a la trata de personas, pero estaría involcurado de alguna manera en prácticas ilegales para maximizar las ganancias.

Si la información fuera cierta, la princesa sería dañada por un golpe severo si se encargaban del vizconde Vigue. El conde Roscent la estaba apoyando, pero como también estaban trabajando en los negocios del conde, estaba claro que la vaca del efectivo estaría agrietada.

—Ah… Resulta que el almacén del conde era legal. Eso sería un poco de dolor de cabeza.

—¿Por qué?

—Es un esquema de evasión fiscal muy legal sin cosas ilegales.

—Creo que me lo explicaste la última vez.

—Así es… Si el recuento usa bien este método, aún podría importar bienes incluso si bloqueamos la ruta comercial. Significa que puede resolverse, incluso si puede llevar un tiempo.

—¿De verdad?

Los papeles en las manos de Asher estaban arrugados en una forma desordenada. La cara y el cuerpo de Vika se arrugaron. Leyó el semblante de Asher y trasladó la culpa al lugar equivocado.

—¿Quién en el mundo le dio tal idea al conde? No hay forma de que se le ocurriera al conde, que estaba ocupado con un nuevo negocio.

Fue Aria quien le contó al conde sobre el almacén. Cuando Asher escuchó por primera vez la historia de Lane, recordó que había sido tan tonto como para reírse.

¿Qué tipo de estudio hizo Aria? ¿Cómo se le ocurrió esa idea incluso siendo tan joven?

Cuando Asher sonrió al recordar a Aria, quien había desaparecido con altiveza luego de decirle que no le daría su nombre, Vika malentendió su expresión y se fue por la borda.

—Lane sabe quién es, ¿no? Creo que me sentiré mejor si lo traigo y lo golpeo para que nunca vuelva a decir una palabra al lado del conde.

—Ahora, ¿a quién vas a vencer?

Viéndolo irritado por sus palabras, Vika volvió a observar con cuidado. El semblante de Asher era tan lamentable que prefirió cerrar la boca antes de dificultar la respuesta adecuada.

—¿Algún otro informe?

—Oh, no.

—Sal de aquí. Cuida tus deberes.

Cuando Vika salió, Asher entregó el informe arrugado en la oficina silenciosa. Desafortunadamente, el informe de Vika ni siquiera era notable. Solo la imagen de Aria, a quien recordaba, solo colgaba alrededor de sus ojos.

¿Qué demonios es ella? Hasta hace dos años, escuché que era una plebeya, entonces, ¿cómo es más inteligente que los aristócratas adultos?

Cuanto más la conocía, más preguntas tenía. No importaba cuánto hubiera sido educada en un corto período de tiempo, era extraño que usara la etiqueta formal a tal grado, así como su tono, el cual transmitía que había estado mucho tiempo en el mundo social.

Y lo más extraño era cómo adivinó de manera tan simple cómo leer una carta en el juego de la ruleta. Era imposible sin magia real.

¿Realmente tiene ese tipo de habilidad?, pensó pero pronto sacudió la cabeza para negarlo.

Si ella tenía la capacidad de ver a través de las cosas, el juego de la ruleta podría explicarse, pero no lo demás.

Se puso de pie ante un hombre no identificado que nunca había visto.

Ella se había comportado de la misma manera tanto en su primera reunión como este día. Hubo momentos en que lo tentó a jugar, como un hombre, pero luego le mostró su lado contrario, una faceta avergonzada.

El informe de Vika fue arrugado nuevamente y rodó sobre el escritorio. Sentado en el sofá, cerró los ojos. Era la primera vez en su vida que conocía a una persona tan compleja y sin resolver. Y también era la primera vez que alguien se quedaba en su cabeza y no se iba.

¿Prefiero ponerla a mi lado?

No era una mala idea. Podría descubrir algo si la colocaba junto a él y la observaba con frecuencia. Ella tenía una buena influencia sobre él, incluso ahora cuando la encontraba por casualidad. En cuanto a este caso del casino, la mayoría de las hazañas fueron de Aria.

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