Ya no te amo – Capítulo 11

Traducido por Melin Ithil

Editado por Sakuya


Rubiel, que no sabía lo que su hermana planeaba, dio un pequeño salto, diciendo que el brillo del salón de fiestas era increíble, inocentemente agarró la mano de su hermana mayor.

—Hermana, mis amigos se encuentran allá, ¿me permites ir con ellos?

—Está bien, puedes ir a jugar tranquila hasta medianoche, ¿conoces la ubicación de la sala de descanso? Si llegas a sentirte agotada, ve y descansa.

—¡Sí! —Respondió enérgicamente y se alejó de ella.

Niveia la vio irse mientras veía revolotear la gran cinta de raso atada a la espalda de su hermana. Le había hablado con una cara de porcelana, como una muñeca, pero con dulzura.

Ya estoy sola.

Incluso si su hermana hubiera deseado quedarse a su lado, le habría alejado deliberadamente. No quería exponerla.

—Mira a esa desvergonzada, acaba de romper su compromiso y sin ningún decoro se presenta en la fiesta.

—¿Dónde estará el general…?

—Se puede sentir lo vulgar de su cuna.

—¿No dijo el duque que asistirá a la fiesta de hoy? ¿Ella estará enterada?

Para ella, estas palabras no eran novedad y no la afectaban, pero para su pequeña hermana hubiera sido otra historia. Seguramente se habría preocupado ante tales comentarios. Si bien la pequeña no sería el blanco de las duras críticas al ser la sucesora de la casa Solen, podría haber quedado atrapada entre sus lenguas y le habrían maldecido. La había traído para no venir sola, pero no quería sacrificarla.

Debe ser fácil encontrar a Joachim XII.

Miró a través de la fiesta con una mirada despiadada. Esta fiesta estaba destinada a dar la bienvenida a la delegación de Vinfriet, se había organizado para una semana después de su llegada. Era lógico que estuvieran aquí los protagonistas, Joachim XII. Arend Timoteus Joachim.

Un bello cabello azul, una fuerte quijada y una buena sonrisa que atrapa, existían muy pocas personas que fueran tan favorecidas en su aspecto como él. Tan pronto como entró en su rango de visión, se dio cuenta que era la persona que estaba buscando. Encontrarlo había sido sencillo, encontrarse con él a solas era el siguiente paso.

Esta será la parte difícil.

No era fácil acercarse a una persona rodeada de multitudes como esa, debía crear un entorno en el que pudiera estar naturalmente a solas con él, pero ¿cómo?

No puedo solo secuestrarlo y llevármelo, ¿qué debería hacer?

Mientras contemplaba el ambiente pensando en cómo crear una oportunidad, escuchó una voz familiar detrás de ella.

—¿No es esta la joven Solen?

Esas palabras la hicieron voltear. Un cabello rosado, pómulos hinchados y cubiertos de maquillaje. La hostilidad en persona. Al reconocer a la persona, abrió sus ojos ligeramente y sonrió gentilmente.

—Nos volvemos a encontrar… joven Eustace.

Ahora tenía la oportunidad.

Apareciste justo a tiempo.

Había estado esperando esto. Desde hacía un tiempo, tras haberle dado una cachetada con fuerza, la joven hija del conde se había vuelto engreída con ella, se esforzaba en hacerle pagar el agravio que había sufrido. Justo ahora, esto era algo bueno para ella, porque las personas emocionales son más fáciles de manipular.

La joven la miró de abajo a arriba, fingiendo ser elegante y tratando de hacerla sentir menos.

—Ha pasado un tiempo, no te preguntaré cómo te está yendo porque escuché que te ha pasado algo desagradable, me preocupa que eso haya afectado tu delicada salud mental.

—Sí, terminé mi compromiso, gracias por tus preocupaciones, aunque no sé qué tiene eso que ver contigo. ¿Tanto está interesada en los asuntos familiares ajenos? —Ella no era alguien débil, sabía cómo responder con una honestidad realmente despiadada. Aunque bien, sus palabras estaban destinadas a sólo llamar la atención, pero la persona frente a ella no estaba feliz con esto.

Se rió burlándose como si la considerara ingenua. —¿No eres capaz de darte cuenta? No estoy interesada en tus asuntos, simplemente su excelencia, el duque, no pudo evitar preocuparse por la noticia de la ruptura de su compromiso. Es tan triste “verlo” así. —Ya estaban atrayendo deliberadamente la atención de las personas a su alrededor al pronunciar aquella palabra con tanto énfasis. Su interior estaba oscuro, quería hacerla renunciar abiertamente.

Era un pensamiento tan obvio que pudo haberla hecho bostezar, sus críticas no eran más que aguas poco profundas y ella no era tonta, si quisiera podría salir de aquella situación de inmediato, pero no lo hizo. En otras palabras, el que llamara la atención de la gente era exactamente lo que deseaba.

¿Cuántas personas se han reunido?

Miró a su alrededor con discreción, había bastantes personas que se habían sentido atraídas por la curiosidad y se juntaban lentamente.

Aún no es suficiente.

Necesitaba una audiencia más grande

Mientras más grande la presa, más grande es la trampa.

Y por supuesto que estaba dispuesta a hacer más grande este circo, solo tenía que ver como la mujer se había puesto con la más mínima provocación.

—Yo también sentí pena por ti aquella vez que te vi llorando como un niño pequeño. Tus mejillas estaban tan hinchadas, ¿verdad?

La cara de aquella mujer se distorsionó en una mezcla de muecas inexpresivas de una muñeca y un poco de sorpresa.

—No solo me viste tú, tu ex-prometido también estaba ahí en ese momento.

—Sí, lo estaba.

Avergonzada de ver que no afectaba a Niveia, tartamudeo un momento, antes de tratar de refinar de nueva cuenta su cara, borrar su vergüenza y levantar la cabeza para sonreír engreídamente.

—¿Cómo podría olvidarlo? Su excelencia, el duque, me cuidó con tanto esmero por haber estado llorando.

—Mi ex es un hombre gentil.

—Estoy tan agradecida contigo, debido a eso, pude compartir valioso tiempo con él.

—Cualquiera que viera a alguien llorando le prestaría apoyo, no le de gran significado.

Esto no era una mentira en el caso de Valor, si la joven se ganó su empatía fue porque estaba lesionada. Ella lo sabía bien, le había observado a lo largo de su tiempo juntos. Sin embargo, la otra mujer pensaba que fue la maldad de Niveia lo que la separó del hombre que amaba. Sonrió como si su victoria estuviera asegurada y se rió de la joven Solen.

—Eres malvada, incluso viéndome herida, insinúas que debería no despertar. —Sus palabras eran claramente agresivas—. Y, además, sin vergüenza alguna, vienes y muestras tu rostro descaradamente en la fiesta… Es claro porque su excelencia se aburrió de ti—. Esas palabras fueron descaradamente venenosas y llenas de burla. La multitud que las veía, se rió junto con ella, poco sabían la verdad oculta ahí.

Eso era justo lo que quería Niveia, toda la nobleza acosándola descaradamente.

—¿No lo lamentas? El duque Wistash ha estado sufriendo, atado a una mujer malvada durante 10 años, hasta que por fin el cielo respondió a su súplica.

La joven Solen se limitaba a mirar a la multitud que se había reunido a su alrededor y que le daba la razón a la otra noble. No importaba cuánto esta mujer la insultara, nadie haría nada, no les importaba. Desde siempre, todo Thierry se había estado burlando de ella, ignorándola y ahora que podían ¿por qué no molestarla todos juntos? Incluso si cubrían sus bocas, el sonido de sus risas los delataba. Ahí estaba ella, presa de todos, sintiendo el ridículo más grande, se sentía impotente, como si una serpiente envolviera sus piernas y fuera como una débil rama en la boca de un perro. Desprecio era todo lo que sentía de ellos. No importaba cuanto ella hubiera propiciado esta situación, hacía lo que podía para no gritar.

No era extraño este tipo de situaciones en este país, un grupo de nobles acosando a una sola persona para hacer burla de esta, pero ¿qué pasaría si un extranjero fuera testigo de una situación así? Una mujer sola, de pie, siendo rodeada por tantas personas. Era toda una apuesta de su parte, creer en la bondad de Joachim XII, ese hombre que vio aquella noche, con dulzura en su voz, sin resentimiento hacia quienes lo incordiaron. Había dicho que odiaba el amor, pero mencionó como no podía olvidar la bondad de su difunta prometida. Estaba convencida, él no dejaría que esta situación se mantuviera.

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