Sentido Común de una Casa Guerrera – Capítulo 73: Un descanso entre mi hermano y yo

Traducido por Lugiia

Editado por Sakuya


Mi padre me convocó a su estudio, por lo que me dirijo hacia allá.

Debe ser un asunto importante para que incluso mi hermano mayor haya regresado de la Academia. Nos encontramos en el camino y caminamos juntos.

—Así que han venido…

Lo primero que vemos al entrar es el demacrado estado de nuestro padre, dejándonos sin palabras. Es como si su cuerpo estuviera revestido con la misma sombra oscura al momento de perder a nuestra madre.

—Siéntense ahí.

Tal como nos ordenó, nos sentamos en las sillas frente a él.

—Hoy… he declarado que Wels Anderson estará bajo arresto domiciliario eternamente.

El arresto domiciliario significa un castigo en el que uno queda confinado dentro de su propiedad.

Para que sea un confinamiento eterno, significa que mientras esté vivo nunca podrá dejar su propiedad designada… es un castigo extremadamente duro.

—¿El tío? ¿Qué podría haber hecho para tal castigo…?

Mi hermano mayor está tan desconcertado como yo, lo demostró en su rostro mientras preguntaba eso.

—¿Preguntas por qué? Hizo que mataran a Meliruda y fue el principal culpable de los ataques dirigidos a ustedes dos.

Con eso, por un momento nos quedamos sin palabras.

—¿Por qué… el tío…?

—Al parecer, yo sólo era una existencia imperdonable para él… Lamento que mis errores del pasado terminaran arrastrándolos a ambos también.

Al ver a mi padre reírse de sí mismo como autodefensa, comienzo a sentir una fuerte presión en mi pecho.

¿Cuánto dolor debe sentir sabiendo que la persona más preciada para él fue asesinada por su familia?

No puedo ni imaginarlo.

La pérdida de alguien a quien amas… es algo con lo que todavía puedo simpatizar. Porque todos nos sentimos de la misma manera.

Ya sea amor por un miembro de la familia o por un cónyuge, para nosotros tres, es una existencia importante e irremplazable. Estoy segura de que la sensación de pérdida es la misma.

Sin embargo, esa persona que no quería perder, le fue robada por alguien que consideraba importante. De ninguna manera puedo imaginar los sentimientos actuales de mi padre. Más bien, no quiero imaginarlo.

Es como si mi hermano mayor matara a Louis… tal circunstancia la veo imposible.

Por esa razón, no puedo decir nada.

Para nosotros, que apenas tenemos recuerdos de nuestro tío, lo primero que brota después de oír esas palabras es ira y odio hacia su persona. 

Honestamente, el arresto domiciliario es un castigo intolerable e indulgente. No obstante, cuando pienso en los sentimientos de mi padre… me encuentro incapaz de decir algo. Porque no quiero ser como antes, donde sólo priorizaba mis propios sentimientos, y no tomaba en cuenta los sentimientos de mi familia.

La atmósfera de la habitación se vuelve pesada. Ninguno de los tres quiere abrir la boca. Aunque todos tratamos de hacerlo, volvemos a quedarnos en silencio de inmediato.

Estuvimos un rato sin decir nada y luego nuestro padre fue el primero en hablar.

—Eso es todo lo que quería decir…

Con una sacudida, el cuerpo de mi hermano y el mío comienza a temblar. Hay muchas cosas que quiero preguntar y otras que quiero decir. Pero, todos esos pensamientos están borrosos por el desconcierto y no puedo ponerlos en palabras.

Al final, no digo nada y simplemente me levanto. Al mismo tiempo, mi hermano mayor, sentado a mi lado, también se pone de pie. Ambos dejamos la habitación.

De esa manera, caminamos silenciosamente por el pasillo, sin ningún tipo de objetivo en mente.

Cuando fui convocada por mi padre, todo el camino a su estudio estuve pensando sobre las cosas que haría luego de hablar con él… pero debido a la conmoción de hace un momento, todo eso ha desaparecido.

—¿Podemos descansar juntos por un momento? —dice mi hermano mayor, riéndose débilmente.

Asiento en silencio y me dirijo con él hacia el salón. Al llegar ahí, nos sentamos y los sirvientes nos preparan té, dejándonos a cada uno una taza.

La levanto lentamente y bebo el té. Siento que ese calor tiene un efecto muy calmante en mi corazón.

—Has cambiado bastante…

—Gracias. Son los frutos de las enseñanzas de Aurelia-sama.

—No es eso… Pensé que estarías furiosa después de escuchar esa historia.

—Oh Dios~ Ya no soy una niña que no puede adivinar lo que hay en el corazón de su padre.

—Ya veo… eso es verdad. —Dejando escapar una sonrisa seca, mi hermano mayor coloca la taza que ha estado sosteniendo sobre la mesa—. Entonces supongo que significa que no he crecido todavía.

—¿Estás diciendo que odias a nuestro tío?

—No lo sé… No, honestamente hablando, lo odio. Es sólo que por alguna razón el sentimiento de querer llorar es mayor que eso.

—Eso es… también me siento igual.

—¿Has tenido alguna vez la oportunidad de conocerlo, Mellice?

—No. Incluso después de que fueras a la Academia, no tuve ninguna oportunidad en particular de…

—Ya veo… Entonces no tienes muchos recuerdos del tío.

—Si lo pones así, es verdad. Prácticamente sólo he escuchado su nombre.

—Ya veo…

—Tienes algunos recuerdos con él, ¿verdad?

—Son vagos, aunque… cuando era más joven, la impresión que daba cuando me abrazaba era muy gentil y amable. Era el tipo de persona que tenía una sonrisa un poco problemática… Si tengo que decirlo, no era como las personas de la Casa del Marqués Anderson.

En la Casa del Marqués de Anderson, parece que… las relaciones con nuestros parientes se han deteriorado a partir de la generación de nuestro padre.

Una de las razones de ello es que él encontraba molesto a los que intentaban acomodarse cerca del título de Héroe. Además, como siempre me encontraba entrenando, no estaba en una condición en la que me pudieran presentar a nuestros parientes, así que apenas tengo recuerdos de nuestro tío.

Es un extraño que posee el mismo apellido que yo… así es como lo reconocía siempre.

—Tal vez deseaba bastante el puesto de jefe de familia… U odiaba la existencia misma de mi padre… —continúa diciendo con un tono de voz suave—. En cualquier caso, ya terminó.

—¿Terminó?

Involuntariamente inclino mi cabeza ante sus palabras.

—Sí. Con esto, la batalla contra el enemigo de nuestra madre ha terminado… Aunque no haya sido capaz de luchar yo mismo.

—No, este no es el final.

Esta vez, mis palabras son las que hacen que él incline la cabeza.

—Que no haya más personas que tengan que experimentar los mismos sentimientos que nosotros… Ese deseo ha permanecido intacto. Por eso, esto no puede considerarse el final.

Ante mis palabras, comienza a reír con orgullo.

—Eso es verdad… Me atrapaste.  Realmente has sido capaz de mirar hacia adelante.

—Bueno, ¿quién sabe? Como dije antes, no puedo decir que no tenga ningún odio contra el tío después de todo.

—Es lo mismo para mí… Estoy seguro que este dolor nos seguirá por el resto de nuestras vidas.

—En efecto… Sin embargo, eres diferente a mí, hermano mayor. Tú no te dejaste llevar por el odio y, aun así, fuiste capaz de seguir adelante, ¿no es así? Más bien, lograste usar eso como un impulso para ti mismo.

—Por lo que puedo ver, ahora mismo no pareces estar poseída por el odio.

—Es porque hubo alguien que me ayudó a superar eso. El yo que perdió a mi madre… sólo tenía odio. Odiaba a los bandidos que la mataron, estaba resentida con los ciudadanos débiles que incluso continuaron buscando la ayuda de nuestro padre, y continué maldiciendo este mundo irracional. No obstante, ahora mismo… entiendo la calidez de un corazón sin odio, y a aquellos que me ayudaron. Aunque todavía no he sido capaz de desechar completamente mi odio… Aun así, gracias a esas personas, fui capaz de aceptar este mundo irracional.

De ninguna manera puedo llegar a perdonar a nuestro tío. Todavía no soy un ser humano capaz de hacer tal cosa, y mi madre no tenía una existencia tan trivial dentro de mí para que sea capaz de perdonar tal acto.

Honestamente… al saber que el tío fue quien nos la arrebató, y viendo el demacrado estado de mi padre al decirlo, una vez más lamento por un momento la irracionalidad de este mundo.

Por encima de todo, el hecho de que el asesino de nuestra madre es alguien con el que estamos conectados por sangre… El pecado de robar la vida de un pariente es tan difícil de creer que causa que algunos temores pasen momentáneamente por la mente de uno.

Sin embargo… Ya lo sabía.

Que este mundo que sigue estando maldito por el odio, no es de ninguna manera sólo irracional y cruel.

Que hay un sentimiento cálido nacido del contacto con otras personas. Es por eso que ya no estaré poseída sólo por el odio. Ese sentimiento de odio moldeó mi existencia y se arraigó en mi corazón, pero… no del todo.

Mi hermano mayor comienza a reírse, haciendo que sus ojos se entrecierren por la alegría… Es una risa tan refrescante que parece haber exorcizado sus demonios.

—Permíteme agradecerte, Melly… Gracias a ti, pude calmarme un poco.

—Eso es genial. También he conseguido calmarme un poco gracias a esta conversación contigo, hermano mayor.

Cuando digo eso, sonrío una vez más.

—Entonces, por favor, discúlpame.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido