Amada Villana – Capítulo 14: La Amada Villana se lleva bien “¡Por supuesto!”

Traducido por Sharon

Editado por Sakuya

Corregido por Lucy


Yukina trastabilló cuando Harold la golpeó en la cabeza de repente. Sus ojos parecían preguntarle qué diablos estaba haciendo, y fue entonces que se dio cuenta que toda la escuela la estaba viendo. Todavía no dejaba de abrazar a Rigel, así que lo soltó de inmediato.

Parecía que estuvo perdida en las nubes por un momento, porque ya no había carruajes en la entrada, y la cantidad de espectadores había disminuido sólo a algunas chicas que miraban de reojo a los atractivos Harold, Yuris y Rigel.

También estaba Lilith a poca distancia, y al igual que antes, sus ojos se encontraron y se apresuró a hacer una reverencia.

—L-Lilith.

—Buenos días, señorita Yukina. Muchas gracias por la última vez.

Ahora que lo pensaba, sabía bastante del día de Lilith por haberla seguido, pero para ella, la última vez que se vieron fue durante la mañana cuando le pidió indicaciones.

—Yukina, ¿la conoces?

—¿Qué? Ah, sí.

Harold la observó y asintió con la cabeza. Para ser exactos, decir que se conocían era una conclusión de un solo lado, resultado de la intromisión de Yukina. Fue un alivio que Lilith hubiera asentido sin negarlo.

Él pasó una mano por su cabello y desordenó su ya desprolijo cabello.

Es extraño. ¿Por qué ese movimiento es extrañamente atractivo? ¿En verdad tenemos la misma edad?, pensó Yukina, observándolo. El muchacho se rió.

—¿Deberíamos movernos a la sala de referencias? Podremos hablar tranquilos ahí.

—No es necesario. Más bien, no tengo nada que decir ya que me involucré en la conmoción por accidente. Fue Yuris quien me salvó.

Dicho esto, Harold echó un vistazo a Yuris, quien se inclinó con un rostro inexpresivo.

—¿Oh?

—Es mi papel proteger a la señorita Yukina. Siempre estaré a su lado para hacerlo.

—¡Ja! No actúes tan arrogante, novato.

Como esta era una escena usual, Yukina ya estaba acostumbrada. Por alguna razón, Harold a menudo le decía palabras venenosas a Yuris, mientras él sólo le respondía con tranquilidad.

Son como niños, suspiró sin poder evitarlo.

Que ella sea el centro de sus peleas es algo que no ha notado.

—Voy a regresar —dijo Rigel, preparado para volver a la biblioteca.

—Estás tambaleándote un poco, ¿en verdad estarás bien? —le preguntó Yukina.

—No, un poco… es el instinto de un hombre —respondió con una voz cansada, incapaz de explayarse. Yukina, siendo una mujer, no podía entenderlo, por lo que no dijo nada más.

Como Rigel regresaría a la biblioteca, y Harold y Yuris estaban ocupados pelenado, ella sólo tenía una cosa por hacer.

—Lilith, ¿ya te has familiarizado con la escuela?

—¡S-Sí! Um… Eso, Su Alteza Wilentz me ayudó… —sonrió Lilith.

¡Encantadora!

Yukina hizo una pose de victoria en su corazón. No había nada más lindo que la sonrisa de una chica tímida y encantadora.

No, un puchero también sería lindo. ¡Una expresión enojada, o un poco triste también…!

Después de todo, Lilith era como un ángel, todo sobre ella era lindo.

—Eso es bueno —sonrió Yukina. La felicidad de Lilith le hacía sonreír. La heroína era aun más feliz cuando estaba con la villana.

—¿Qué es esa sonrisa angelical…? ¿Yukina está intentando matarme con su lindura?

—Shion, por ahora limpia tu nariz sangrando.

—Tú también, Wiz.

Y así, los dos que salieron corriendo de la sala del Consejo Estudiantil limpiaron sus narices en secreto bajo la sombra.

♦ ♦ ♦

—Oh, ¿qué diablos estoy haciendo…? Oh, cierto, ¡Haru! ¡No pongas tu mano alrededor de la cintura de Yukina como si nada!

Por un tiempo, Shion continuó mirando a Yukina sonreír desde lejos como un acosador, pero de repente regresó a sus sentidos y saltó fuera, corriendo hacia Harold que seguía hablando con Yuris.

—Oh, hey.

—¿No sabes que es grosero señalar a las personas?

—Hm, no estoy obligado a ser respetuoso contigo. ¡Siempre, siempre, siempre estuve junto a Yukina, antes de que tú, ¿sabes?! ¡Estoy tan celoso! ¡Intercambiemos posiciones!

—Tu nariz está goteando, ¿sabes?

Sí, parece que Yukina y Lilith estaban tan absortas sonriéndose entre sí, Harold ya había puesto sus manos alrededor de la cintura de la hija del duque, y como ella no mostraba signos de incomodidad, nadie pudo objetar. Parece que Yuris sólo lo había notado hace un momento, y su rostro perdió su usual inexpresividad. Aun así, Yukina era muy tonta como para notarlo.

Como se esperaba, incluso Harold se hizo a un lado cuando Shion mostró intenciones de taclearlo sin preocuparse por su propio cuerpo. Fue entonces que Yukina notó algo incómodo en su cintura.

—¡¿Desde cuándo…?!

—Casi desde el principio.

—¡No me di cuenta en absoluto…!

Ella se distanció del muchacho, como si tuviera miedo.

Me estás involucrando para acercarte a Lilith… Como se esperaba de un esclavizador como Harold. 

Yukina no pensaba que él estuviera siendo serio con ella.

—Hablando de eso, Shion, ¿no tenías todavía trabajo que hacer?

—Oh… Vi a Haru y Yukina y corrí hacía aquí, dejando mi trabajo a un lado, junto con Wiz. No soy nada bueno sin Yukina —agregó con una sonrisa feliz.

Cuando Lilith le escuchó mencionar al príncipe, comenzó a moverse, inquieta.

Otra víctima de su apariencia, ¿huh?, pensó Harold al darse cuenta, viéndola con lástima.

—Joven Shion, esa persona, Su Alteza, ¿dónde está? —preguntó Yuris después de mirar a su alrededor y no ver a Wiz.

—¿Huh? —respondió él, dándose cuenta que el príncipe no estaba donde pensaba—. Qué extraño. Estábamos juntos antes…

—Bueno, tratándose de Wiz, estará bien. Además, ¿vamos a tener esa conversación? Si es así, vayamos a la biblioteca. Estoy preocupada por Rigel.

Shion estaba preocupado por Wiz, pero todos accedieron a las palabras de Yukina y decidieron volver a la escuela.

—¿E-Está bien que los acompañe?

—¡Por supuesto!

Debido a su cálida sonrisa, Lilith, que se sentía atraída por Yukina, continuó siguiéndola. No ver a Wiz era una lástima, pero estaba feliz si podía ir con la hija del duque.

Ante su sonrisa encantadora, Yukina acarició su cabello con gentileza.

Mientras tanto, Wiz en ese momento no podía moverse. De alguna forma, sus pies estaban fijos en el suelo, y luchaba por balancearse mientras intentaba moverse. Sin importar sus intenciones, no podía avanzar.

—Alguien…

Como no había nadie cerca, su voz hizo eco de manera solitaria.

♦ ♦ ♦

Autor: Wiz… Qué patético…

Wiz: (´・ω・`)

Autor: ¡Ja, ja, ja!

Wiz: No creo que sea el trato digno de un príncipe…

Autor: Ah, me olvidé de tu rango.

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