Traducido por BeeMiracle
Editado por Ayanami
Shi Jin saludó al personal del club en el turno de noche y se fue, llevando un recipiente desechable lleno de dumplings todavía humeantes. Se dirigió hacia un jeep militar estacionado en la entrada que sobresalía como un elefante rosado y era imposible de perder.
Xiang Aoting se bajó y se paró junto al auto, mirándolo acercarse.
Shi Jin se detuvo a dos pasos de su hermano y le entregó el recipiente.
—Aquí, cómelos, es hora de cenar. Los hice antes y los volví a calentar, por lo que podrían no tener tan buen sabor. Aun así, son comestibles.
Esto sorprendió a Xiang Aoting. Sus ojos se posaron en el recipiente. Después de un momento de vacilación, lo tomó y lo colocó en el capó del automóvil. Mientras dividía los palillos desechables, dijo:
—No sabía que podías hacer dumplings.
—No es tan difícil de aprender. —Shi Jin se metió las manos en los bolsillos y miró a su tercer hermano. Tan pronto como Xiang Aoting quitó la tapa del tazón, Shi Jin extendió la mano y le metió una bola de masa en la boca. No pudo resistirse a preguntar: —¿No temes que les haya puesto laxantes?
Xiang Aoting, obedientemente, abrió la boca y se comió de un bocado un dumpling.
—¿Podrías hacer eso?
—Por supuesto —dijo Shi Jin. —Solía pensar que eras horrible, y estaba enojado contigo porque cada vez que me visitabas, decías que estaba demasiado gordo y me hacías hacer ejercicio. Se me ocurrieron muchas bromas para jugar contigo, pero nunca viniste. No tuve oportunidad de usar ninguna de ellas.
Estos fueron los pensamientos del “Shi Jin” original. Shi Jin no tuvo reparos en decirlas en voz alta.
Antes de que todo se rompiera, “Shi Jin” era el menos íntimo con Xiang Aoting.
Quería acercarse a él, pero, al mismo tiempo, tenía miedo.
El “Shi Jin” original era un niño común. Xiang Aoting, su valiente hermano mayor, que podía volar aviones de combate, era más o menos como él “imaginó” a un héroe.
Fue una lástima que este héroe, frente a su hermano menor, ocasionalmente, desempeñara el papel de villano.
Xiang Aoting no dijo nada en respuesta a las palabras de Shi Jin. Bajó la cabeza, recogió otro dumpling y se lo metió en la boca. Parecía indiferente, pero el ligero temblor de sus manos hizo que la sopa salpicara su ropa y demostraba su agitado corazón.
—¿Sabías sobre el trato? —Shi Jin preguntó.
Xiang Aoting respiró con fuerza. Se tragó el dumpling y se limpió la ropa. Los dumplings blancos y rellenos de la sopa le hicieron recordar el momento en que conoció a su sexto hermano.
Fue en el país M, en la magnífica pero desolada residencia de Shi Xingrui. Shi Jin tenía menos de un año y acababa de perder a su madre. Sostenido en los brazos de Shi Xingrui, parecía una bola de masa blanca y gorda. Cuando vio a Xiang Aoting, estalló en una amplia y pura sonrisa.
Los niños eran inocentes, esto lo aprendió en el ejército.
—No lo sabía. —Xiang Aoting, de repente, se sintió incapaz de enfrentar a Shi Jin. Los dumplings que acaba de comer parecían querer ahorcarlo desde su interior. Él continuó, su voz apagada. —Pero adiviné algo. Fui asignado a la mejor rama de servicio, tenía los mejores instructores y recursos. Esto sucedió cada vez que me reunía contigo… no sabía cómo lo hacía Shi Xingrui. Simplemente, odiaba la sensación de haber entrado por la puerta de atrás. El ejército es un lugar donde la fuerza habla más que una reputación, y la mayoría de la gente menosprecia a los hombres que entran tirando de los hilos.
Shi Jin se dio cuenta de algo.
—Así que por eso me visitaste cada vez menos y cada vez que te preguntaba decías que estabas ocupado con el entrenamiento y no podías evitar las tareas que tenías que hacer.
Xiang Aoting no lo confirmó ni lo refutó. Agitó la sopa en el tazón y preguntó:
—Xiao Jin, ¿nos odias?
—No odié a nadie hasta que supe la verdad. Ahora, odio a mis otros hermanos, pero tú eres diferente. No te odio. —Respondió Shi Jin.
La mano de Xiang Aoting sobre los palillos se puso rígida. Miró al adolescente y le preguntó con un tono de voz áspero:
—¿Por qué soy diferente?
Shi Jin recordó los pensamientos del “Shi Jin” original al final de “su” vida y suspiró por dentro. Él dijo:
—Porque eres un héroe. Incluso si el héroe, ocasionalmente, comete un error, está bien, siempre y cuando su corazón permanezca puro y noble.
Xiang Aoting dejó los palillos y se apoyó contra el capó del automóvil. Le tomó un largo momento hablar, y cuando lo hizo, su voz era ronca.
—Lo siento, supongo que estás decepcionado de mí… nadie es verdaderamente puro y noble. Ciertamente, desde el momento en que volvimos a esa casa, mientras fingíamos afecto, ninguno de nosotros lo fue.
Fue una conversación dolorosa. Ambos dijeron la verdad enterrada en sus corazones y, a cambio, escucharon la verdad que preferirían no escuchar.
De repente, Shi Jin ya no quería continuar. Él preguntó:
—Entonces, ¿qué querías decirme? Necesito volver y lavarme, nos vamos temprano en la mañana.
Xiang Aoting bajó la cabeza. Consiguió controlar sus emociones, se enderezó y enfrentó a Shi Jin. Miró al adolescente sin pestañear, lo miró a la cara y esbozó una sonrisa torcida y dolorosa.
—Escuché que estabas herido y quería verte… es tarde, y hace frío afuera. Deberías regresar.
Claramente, esto no era lo que Xiang Aoting quería decir originalmente. Shi Jin observó mientras luchaba por mantener la calma y decidió no enredarse más con él; de cualquier manera, ya ha dicho todo lo que quería decir. Entonces, asintió con la cabeza a su hermano, se volvió y caminó hacia el club.
Después de dar unos pasos, la llamada de Xiang Aoting llegó desde atrás, así que se detuvo y se volvió hacia él.
—Si quieres, siempre seré tu hermano —dijo Xiang Aoting, con una sonrisa pálida e incómoda. —Por supuesto, está bien si no quieres algo así… Xiao Jin, lo siento.
—Debería agradecerte.
Incluso si solo es por rescatar a “Shi Jin” en la trama original.
Shi Jin no dijo nada más. Se dio la vuelta y siguió caminando hacia el club. Echó un vistazo a través de la puerta de cristal impresa: Xiang Aoting había recogido el recipiente con dumplings. Sus ojos cayeron al suelo. De mal humor, se dirigió al ascensor.
Cuando salió del baño después de bañarse, encontró un mensaje de texto en su teléfono. Rong Zhouzhong lo envió y, como siempre, fue breve y hostil: {Pequeño bastardo, no viste la Gala de Año Nuevo donde aparecí.}
Shi Jin dejó de frotar su cabello y abrió la aplicación de mensajería. Recordó la trama original: no era solo la boca de Rong Zhouzhong la que era venenosa, sino que sus acciones también eran tóxicas. Él respondió: {Sí, no quería verte, gran bastardo.}
Luego, borró todos los mensajes e ignoró los seguimientos de Rong Zhouzhong, se acostó en la cama, se envolvió en la colcha y se durmió profundamente sin sueños.
♦ ♦ ♦
Después del vuelo de más de doce horas, el avión aterrizó en una ciudad costera en el país M. Shi Jin observó nerviosamente su barra de progreso y se sintió aliviado al descubrir que no se elevaba; por el contrario, se redujo un poco.
【No subió. Parece que Ruixing y el país en el que creciste ya no son factores letales. Salir de la ciudad B también redujo el peligro】dijo felizmente Xiao Si.
Viendo la barra caer a 490, Shi Jin también estaba feliz. Suspiró con emoción:
—Ha pasado mucho tiempo desde que he estado tan relajado. Es bueno que nos hayamos ido.
【Sí, lo es】El sistema hizo eco.
Shi Jin se inclinó hacia un lado en el asiento trasero. Aunque prácticamente rompió relaciones con Shi Weichong, no hubo cambios en la barra de progreso. Recordó los factores de supervivencia que había obtenido de sus hermanos y se sumió en sus pensamientos. Al final, sacudió la cabeza y desechó el asunto de su mente.
Lo que sea, está bien. Estoy a salvo ahora.
Sacó un trozo de caramelo de su bolsillo, lo abrió y se lo ofreció a Lian Jun.
—Aquí, tenga un dulce para despertar. Así te sentirás genial todo el día.
Lian Jun, que estaba algo pálido después del agotador vuelo, lo miró. Cogió la muñeca de Shi Jin y se comió el caramelo de su mano, luego, se recostó contra el asiento del automóvil y cerró los ojos.
Satisfecho, Shi Jin retiró su mano y sacó su teléfono para jugar mahjong.
Gua Dos, observando desde el asiento del conductor, dejó de mirar por el espejo retrovisor y, silenciosamente, se puso una piruleta en la boca.
♦ ♦ ♦
El automóvil condujo hasta un puerto privado. Shi Jin siguió a todos a un crucero de tamaño mediano atracado en el puerto, sus ojos captaron la vista desconocida. Suspiró maravillado.
—Pensé que íbamos a la isla en helicóptero. Nunca esperé un crucero.
—Podríamos, pero sería una tensión excesiva para el cuerpo de Jun-shao. Gua Uno consiguió un barco para que pudiéramos dormir bien a bordo. —Explicó Gua Dos. Miró a Shi Jin extrañamente. —Solías ser un joven maestro rico. ¿No has visto un crucero antes?
—Uh… por supuesto que sí, pero siempre estaba estudiando y no tenía tiempo para jugar en un crucero.
Shi Jin trató de salvar su imagen.
La expresión de Gua Dos dijo: Sí, claro, ¿me veo con retraso mental?
Pero lo dejó estar. Cuando llegaron a cubierta, se le ocurrió algo.
—¿Te mareas? Nos llevará un tiempo llegar a la isla. Si lo haces, será mejor que tomes un medicamento ahora mismo.
Shi Jin reflexionó sobre esta pregunta por un momento y respondió con confianza:
—No lo hago. Tengo un buen sentido del equilibrio; Escuché que sólo las personas con un mal sentido del equilibrio se marean.
Las cejas de Gua Dos se alzaron. Sin persuadirlo más, lo condujo a los camarotes.
Diez minutos después de que el barco zarpó, Shi Jin se derrumbó en el sofá del salón. El mundo entero giró.
—¡Esto no tiene sentido!
Sintiéndose medio muerto, se cubrió la boca e intentó no vomitar.
Xiao Si fue muy comprensivo: 【Probablemente, se deba a que no has estado en un barco hasta ahora. Déjame darte un beneficio para que te sientas mejor en un momento.】
Unos minutos más tarde, las náuseas de Shi Jin se calmaron lentamente. Agradeció a su “ventaja”, abrumado por la gratitud, luego encontró una tableta y tocó cierto ícono de aplicación.
Entonces, cuando Gua Dos regresó al salón con una medicina para el mareo, vio a Shi Jin jugando mahjong, tan fresco como una margarita, muy diferente de su imagen moribunda anterior.
—¿El mahjong también cura el mareo? —Gua Dos no podía creer lo que veía.
El tío Long, que lo siguió, miró al adolescente y puso los ojos en blanco. Metió las manos en los bolsillos de su bata blanca y se alejó.
—Fue Jun-shao quien te pidió que vinieras, ¿por qué me giras los ojos?
Gua Dos lo llamó, sintiéndose ofendido. Miró a Shi Jin, quien se divertía con la tableta, y luego a la medicina contra el mareo en su mano. La tiró a la basura y se fue furioso.
El crucero echó el ancla durante la cena. Shi Jin estaba encantado de ver la puesta de sol. Arregló para que comieran en la terraza y empujó la silla de ruedas de Lian Jun afuera.
Lian Jun tomó una siesta mientras estaban en camino. Ahora, estaba mucho más enérgico, y su estado de ánimo era mejor. Cuando vio la “cena a la luz de las velas” preparada en cubierta, la expresión de sus ojos cambió ligeramente. Miró por encima del hombro a Shi Jin.
—¿Lo arreglaste?
—No, le pedí ayuda al personal. El aire del mar es bueno para ti, pero el sol era demasiado fuerte antes. Ahora está bien y la brisa es agradable —respondió Shi Jin mientras estacionaba la silla de ruedas en la mesa. Se sentó a su lado en lugar del que fue preparado para él enfrente y arrastró la vajilla. —La cocina planeó la comida de estilo occidental, con platos servidos uno a la vez. Pero no me gusta porque es muy lento, así que les pedí que lo cambiaran por un buffet de mariscos —dijo, descubriendo las tapas de los platos. —No te preocupes, es todo lo que tío Long te permitió comer, no te va a doler el estómago.
La esquina de la boca de Lian Jun se levantó ligeramente. Levantó sus palillos y dijo:
—Eres bastante considerado. ¿Cómo van tus estudios?
La sonrisa de Shi Jin desapareció en un instante. Bajó la cabeza y comenzó a meter comida, fingiendo que no lo oía.
Una vez que esa sonrisa tonta desapareció, Lian Jun quedó satisfecho. Dejó de molestar al adolescente y centró su atención en la excelente comida, acompañada por la fresca brisa nocturna.
Cuando la cena terminó, pacíficamente, ya era de noche. Se retiró la mesa y el crucero zarpó de nuevo. El cielo se llenó de estrellas, dando la sensación de estar tan cerca que uno podía alcanzarlas y tocarlas.
—Ha pasado mucho tiempo desde que vi un cielo estrellado tan hermoso.
Suspiró Shi Jin y se tumbó en una tumbona. La fresca brisa marina, el barco que se balanceaba suavemente, era como un hermoso sueño embriagador.
Lian Jun se recostó en su silla de ruedas y miró las estrellas con los ojos serenos. Se puso las manos detrás de la cabeza, luciendo lánguido y despreocupado.
Era silencioso, como si el único sonido en todo el mundo fuera el murmullo de las olas y el susurro del viento.
Shi Jin volvió la cabeza hacia Lian Jun. Sus ojos siguieron el movimiento de la brisa de la noche y barrieron el ondeante cabello negro azabache del hombre y el dobladillo de sus mangas. Luego, lentamente, se movieron hacia abajo, mirando dentro de la bata abierta por el viento.
—¿Qué estás mirando?
La pregunta formulada, en voz baja y gentil, rompió el silencio.
Shi Jin, como atrapado en algún tipo de hechizo, espetó:
—Quiero ver si estás usando pantalones. El viento sopla tan fuerte que si no lo haces, podré ver tus piernas.
Lian Jun: …
Shi Jin, cuyo cerebro tapó su boca en un intento fútil de remediar lo dicho.
Presentando a Xiao Si, como una audiencia cautiva.
El ambiente cálido e íntimo estalló como una burbuja de jabón.
Tieso, Shi Jin miró a Lian Jun, balbuceando.
—No, es… quiero decir, tengo curiosidad, solo usas túnicas, nunca te he visto con otra ropa. ¿Te gustan? Bueno, realmente te quedan bien…
No se olvidó de halagar.
Sin embargo, Lian Jun no se sintió halagado. Miró a Shi Jin sin expresión, se cubrió las piernas con una manta delgada y dijo:
—Es porque, para las personas que tienen problemas para caminar, las batas son más convenientes para ponerse y quitarse, y no tienen tantos botones complicados y cremalleras, lo que ahorra mucho tiempo.
Luego, giró la silla de ruedas y abandonó la cubierta.
Esa simple respuesta sorprendió a Shi Jin.
Xiao Si dijo con incredulidad: 【JinJin, ¿pensabas que Darling se viste así porque es vanidoso? ¡Eres demasiado superficial!】
Shi Jin subió los pies en la silla y se abrazó las rodillas, escondiendo su rostro en ellas. Estaba avergonzado de sí mismo. La única explicación que pudo dar fue que vio demasiado anime en la escuela secundaria y, a veces, su imaginación se desbocó.
♦ ♦ ♦
En las primeras horas de la mañana, cuando el barco atracó en el puerto, Shi Jin dormía como un cerdo, sin siquiera moverse. Sin molestarse en despertarlo, Gua Uno y los demás desembarcaron para organizar las cosas en la isla.
Cuando el adolescente salió de su cabaña, ya estaba brillante. El barco ya estaba vacío, a excepción de Gua Dos, que estaba sentado en el salón, esperando llevarlo a la isla.
En la suave brisa, Shi Jin caminó hacia la barandilla y miró la magnífica isla en forma de media luna rodeada de aguas cerúleas. No pudo evitar silbar.
—Es bonito. ¿Qué es eso en la bahía, una moto de agua?
—Tienes buenos ojos, realmente es una moto de agua. Te llevaré a jugar más tarde —dijo Gua Dos. —Hay muchas cosas divertidas para hacer en nuestra isla. Si no sucede nada inesperado, desde hoy y hasta finales de marzo es nuestro tiempo de vacaciones. Podemos disfrutar al máximo de nuestro corazón.
Esto atrajo la atención de Shi Jin de la isla hacia el hombre.
—¿Solo hasta finales de marzo? ¿Tenemos trabajo en abril?
—No se puede evitar, hay una conferencia legal de organizaciones del inframundo. Cada abril, los funcionarios del gobierno verifican y vuelven a registrar a todas las s organizaciones principale del inframundo en China, luego, discuten con sus líderes la limpieza de las ilegales. Jun-shao tiene que asistir personalmente y mirar al lado del inframundo para que se comporten —explicó Gua Dos, mientras conducía el camino fuera del barco.
Shi Jin lo siguió y le preguntó:
—¿Dónde está el lugar de reunión? ¿En China?
—No, en alta mar. El gobierno mueve un gran crucero allí, y todos lo abordan. Sabes, incluso si la organización del inframundo es legal, las personas en nuestra línea de trabajo no pueden evitar preocuparse de que los funcionarios aprovechen la ocasión para atraparnos a todos en una red. Es por lo que nunca aceptarían reunirse en tierra.
Shi Jin asintió en comprensión. Echó un vistazo a la barra de progreso de Lian Jun, que volvió a 500 después del rescate de Chen Qing y dibujó una gran marca roja en el calendario de abril.
La isla de Lian Jun se llama Isla Creciente, por su forma. Es propiedad privada y se encuentra rodeada por el mar, por lo que no había necesidad de preocuparse por los ataques furtivos. Debido a esto, la actitud de todos se volvió más relajada, no tan tensa y cautelosa como en la Ciudad B y la Provincia Y.
El lugar donde vivirían era un complejo de edificios en el centro de la isla. Incluía tres enormes villas, una gran plataforma de observación, piscinas grandes y pequeñas, tres comedores con cocinas separadas que sirven comida de diferentes estilos, un gimnasio, un campo de tiro, un edificio multifuncional, canchas de tenis y baloncesto, y un edificio de entretenimiento multimedia.
Shi Jin era como una persona de campo en su primera visita a una gran ciudad. Mientras miraba a su alrededor, escuchando la introducción de Gua Dos, exclamó internamente: la felicidad de los ricos está más allá de la imaginación de la gente común. ¡Este lugar es un paraíso comparado con el Huerto Florido y el club en la ciudad B!
—Aquí es donde viviremos, hay diferentes áreas de recreación en otras partes de la isla. Más tarde, puedes obtener el mapa y tomar el minibús turístico para verlos, solo recuerda pedirle a Gua Seis que te dé una tarjeta de pase —finalizó Gua Dos y llevó a Shi Jin a la villa más grande en el centro.
Shi Jin se despertó. —¿Gua Seis?
Gua Dos recordó que Shi Jin no había visto a Gua Seis antes y explicó:
—Gua Seis es el administrador de esta isla. Todos los años, viene a ocuparse de las cosas y pasar el invierno con Jun-shao, pero, debido a que esta vez Jun-shao se quedó un poco más en la Ciudad B, él también vino más tarde y, simplemente, no nos vimos. Tiene un carácter amable y se encarga de la logística y demás. Te presentaré más tarde.
Shi Jin asintió con la cabeza. Ambos atravesaron el cómodo pero elegante vestíbulo de la villa y subieron la escalera de madera.
El segundo piso de la villa era grande. Había dos amplios dormitorios principales con una excelente vista, algunas salas de estudio, una pequeña sala de estar y una cómoda terraza con sillas reclinables.
Gua Dos llevó a Shi Jin a una de las habitaciones principales. Señaló el armario y dijo:
—La ropa nueva para ti está aquí. Mira alrededor de la habitación solo y llámame si falta algo, tengo algo que debo hacer ahora. —Luego, se fue para irse.
Shi Jin lo detuvo y le preguntó:
—¿Estas al lado? Parece que solo hay dos habitaciones en este piso, ¿dónde viven los demás? ¿En otros pisos? ¿Qué hay de Jun-shao?
Subconscientemente, había concluido que Gua Dos era su vecino, esa primera pregunta no se hizo en tono de interrogación.
Gua Dos lo miró con una expresión extraña. Él guardó silencio por un momento y luego dijo:
—El primer y tercer piso de esta villa están vacíos. Vivo en la villa a tu izquierda. Si me llamas desde la terraza, lo escucharé en mi habitación. Tienes un compañero de piso, pero no soy yo.
Sorprendido, Shi Jin preguntó:
—¿Entonces, quién… Gua Nueve?
Gua Uno, Gua Tres y Gua Cinco solían vivir cerca de Lian Jun porque lo ayudaban a lidiar con los asuntos de Annihilation, por lo que los excluyó automáticamente.
Gua Dos lo miró profundamente y, deliberadamente, lo mantuvo en suspenso:
—No, no es Gua Nueve. Lo sabrás cuando lo encuentres. Ahora, desempaca y guarda tus cosas, realmente necesito ir a ocuparme de algo.
Se dio la vuelta y salió por la puerta.
Shi Jin lo vio irse, preguntándose acerca de este vecino, pero rápidamente se olvidó de eso y se arrojó sobre la suave cama hinchable. Felizmente, rodó sobre ella y miró el espléndido panorama detrás de las ventanas.
—Esto, realmente, es un paraíso —suspiró, satisfecho. Recordando que no había visto a Lian Jun desde ayer, miró la hora. Ya era la hora del desayuno, así que sacó su teléfono, hizo una llamada y esperó a que se conectara. —Jun-shao, ¿dónde estás? ¿Ya has desayunado?
{¿Saliste del barco?} El sonido del agua corriendo acompañó la pregunta de Lian Jun.
—Sí, Gua Dos me acaba de mostrar a mi habitación. ¿Dónde estás, Jun-shao? Si no has desayunado, comamos juntos.
El teléfono permaneció en silencio por un momento, luego, se escuchó el sonido de una puerta que se abría, al mismo tiempo que la puerta de la habitación de Shi Jin se abría. Lian Jun apareció en la entrada, todavía sosteniendo su teléfono, y dijo:
—Estoy aquí, tú…
Sorprendido, Shi Jin se giró y lo miró con los ojos muy abiertos.
Se miraron el uno al otro con consternación.
Lian Jun estaba estupefacto. Miró a Shi Jin acostado en la cama, cuyas ropas se enrollaron cuando se lanzó, y ahora revelaba su cintura. Parpadeó, luego, apartó los ojos, retrocedió y cerró la puerta. Su voz provenía del teléfono aún conectado: {Vístete, luego iremos al comedor a desayunar.}
Shi Jin miró hacia la puerta, miró su teléfono y saltó de la cama. Corrió hacia la puerta y la abrió.
—Jun-shao, ¿cómo llegaste tan rápido? ¿Estás…?
Lian Jun miró su ropa desaliñada. Se dio la vuelta y regresó a su habitación, cerrando la puerta frente a la nariz de Shi Jin. {Te dije que te vistieras, ¿por qué saliste así?} Su voz volvió a salir del teléfono.
Shi Jin estudió la puerta delante de él, luego, se volvió para mirar a la que estaba detrás y, silenciosamente, cambió la pregunta que iba a hacer en una oración declarativa:
—Así que tú eres mi compañero de piso.
Esto era lo más cercano que habían vivido el uno al otro.
Me dolió mucho que esos idiotas arruinaran todo, bueno por lo menos le quedó un hermano. Estaba en depresión por eso y luego llegan escenas con el jefe y se me pasó
Yo quiero creer que podrian volver a estar como antes :’c