Barra de Progreso de la Muerte – Capítulo 63: Farmacia

Traducido por BeeMiracle

Editado por Ayanami


Gua Dos no proporcionó mucha información. Shi Jin solo tardó una hora en leerlo.

El Hospital Lishui estaba situado en la antigua zona urbana de una pequeña ciudad en el país L, a unas cinco horas en coche de donde Shi Jin y el resto vivían en ese momento. El hospital no era grande, solo un edificio en total, pero eso lo hacía fácil de defender y difícil de atacar. Solo tenía una entrada, al menos, según los planos arquitectónicos.

Long Shi había trabajado en el Hospital Lishui como farmacéutico, y su rango de actividad, generalmente, se limitaba a la farmacia en el área más profunda del primer piso. Había vivido en el hospital, comido en la cantina, rara vez salía y nunca hablaba con extraños. Era como un fantasma destinado a la farmacia.

Según el Viejo Fantasma, Long Shi desapareció sin previo aviso. El día antes de que lo hiciera, el Viejo Fantasma le ordenó a algunos de sus subordinados que fueran al Hospital Lishui fingiendo estar enfermos, y les dijo que intentarán hablar con Long Shi recogiendo las recetas del médico en la farmacia del hospital. El hombre, sin embargo, fue cauteloso, actuó como un nativo del país L, que no entendía chino. Inmediatamente después de darles su medicina a los miembros de Phantom, salió de la farmacia diciendo que no se sentía bien y pareció desvanecerse en el aire. La próxima vez que apareció, estaba en manos de Nueve Águilas.

A pesar de la desaparición de Long Shi, el Hospital de Lishui siguió funcionando como de costumbre. Pronto, tuvo un nuevo farmacéutico, era como si Long Shi nunca hubiera existido.

La pequeña organización detrás del Hospital Lishui se llamaba Hydra, cuya sede estaba ubicada en los suburbios de la misma ciudad. Sus principales negocios eran las drogas y el comercio de carne; no tenía organizaciones subordinadas y no trató de expandirse fuera de la ciudad en la que tenía su sede. Actuó de manera muy discreta.

En resumen: no había nada a lo que valiera la pena prestar atención. Sin embargo, la información parecía estar plagada de inconsistencias.

Shi Jin rodeó varias partes que le preocupaban especialmente y reflexionó durante un rato. Luego, se levantó y salió de la habitación.

Lian Jun estaba en una reunión con alguien del lado oficial de las cosas. Shi Jin no lo molestó. Después de un momento de consideración, se dirigió a la cocina para escribir el menú de Lian Jun para el día siguiente. Él no estaría allí, y era mejor que el personal de cocina no tuviera que adivinar qué platos deberían preparar.

Cuando Shi Jin entró en la sala de estar, volvió a ver a Fei Yujing. A diferencia de antes, su hermano no estaba tan demacrado y no tenía círculos oscuros debajo de los ojos, ahora parecía lleno de energía. Vestía un traje y portaba un maletín, al parecer estaba a punto de salir y encargarse de lo que venía a hacer.

Shi Jin estaba ocupado con el menú. Al verlo, solo le hizo un recordatorio distraído:

—Recuerda llevar un paraguas, hoy va a llover.

Fei Yujing se detuvo para mirar al adolescente y vio que su espalda desaparecía por la entrada de la cocina. Echó un vistazo al paragüero de la entrada, frunció el ceño, tomó un paraguas negro plegable y lo metió en su maletín.

Todos estuvieron ocupados todo el día.

♦ ♦ ♦

Después de la cena, Shi Jin atrapó a Gua Dos y le habló sobre la información sobre la que tenía dudas. Algunas de sus preguntas fueron respondidas, mientras que otras no. Hablaron hasta que llegó la hora de dormir, momento en el que Shi Jin terminó la conversación y corrió a la habitación de Lian Jun.

Lian Jun había terminado de lavarse y ya estaba sentado en la cama. Cuando Shi Jin entró, señaló el baño. —Ve a lavarte rápido y ven a dormir. No olvides llevar tu pijama.

Shi Jin entró al baño, se tomó unos minutos para lavarse, se secó el cabello con un soplo casualmente, luego, salió corriendo y se tiró a la cama.

El colchón rebotó. Lian Jun bajó la tablet y miró de reojo a su amante.

Shi Jin se movió debajo de las sábanas, tocando las piernas de Lian Jun. Se movió hacia arriba poco a poco hasta que estuvo a punto de tocar su cintura cuando, de pronto, se sentó en un instante, quitando las mantas para sostenerse y besar a Lian Jun.

La tablet en la mano de Lian Jun se colocó en la mesita de noche tan pronto como Shi Jin se deslizó debajo de las sábanas. Al verlo inclinarse, Lian Jun lo agarró y lo presionó de costado en la cama, profundizando el beso.

Las cosas pronto se calentaron. Shi Jin mordió los labios de Lian Jun, lo que lo obligó a retirarse, mientras tanto, “apagaba” las barras de progreso en su mente.

—¿No vas a dormir? —Lian Jun murmuró. Sostuvo la mejilla del joven, presionando sus frentes juntas.

Shi Jin extendió la mano para abrirle la bata y dijo solemnemente: —Todavía no te he masajeado las piernas; la fisioterapia tiene que continuar todos los días.

Realmente, no creo que el masaje de piernas comience con tocar el pecho.

Las comisuras de la boca de Lian Jun se elevaron. Presionó las manos de Shi Jin hacia abajo para sujetarlo y se inclinó para besar su nariz, preguntando:

—¿No crees que este tipo de cuerpo es antiestético?

—Tonterías, es hermoso. —Shi Jin lo abrazó, acariciando lentamente su columna. —Y, Lian Jun, te verás aún mejor en el futuro —dijo, con una mirada seria en sus ojos.

La respiración de Lian Jun se entrecortó. Agachó la cabeza y besó a Shi Jin, como para ocultar la forma en que sus propios ojos brillaban, como si los hubieran iluminado con la luz de las estrellas. Con un leve zumbido, metió la mano debajo de las sábanas para desabrochar la pijama de Shi Jin.

♦ ♦ ♦

Al amanecer del día siguiente, Shi Jin se puso un atuendo informal discreto, se puso todo el equipo bajo la guía de Gua Dos y se subió a una camioneta plateada estacionada frente a la entrada.

Lian Jun lo acompañó al auto.

—Vuelve sano y salvo —dijo después de que Shi Jin tomara asiento.

Ante esto, Shi Jin saltó, corrió y lo abrazó, luego regresó al auto y cerró la puerta. Un segundo después, bajó la ventana, asomó la cabeza y ordenó:

—Recuerda comer bien, lo comprobaré cuando vuelva.

Lian Jun lo miró con una mirada gentil y asintió obedientemente.

Gua Tres arrancó el coche y se marchó. Gua Dos levantó la ventana que Shi Jin había bajado y comenzó a revisar los diversos tipos de equipo que llenaban la camioneta.

Shi Jin se apoyó en la ventana, mirando la figura de Lian Jun cada vez más pequeña. Su expresión se volvió sombría. —Eso es todo, acabamos de irnos y ya estoy preocupado por tu Darling. Estoy seguro de que no comerá bien —dijo en su mente.

【No es mi Darling, es nuestro Darling.】 Xiao Si nunca se olvidó de corregirlo en eso, sin importar la situación.

Shi Jin se quedó sin habla, luego divertido. Sonrió, pero suspiró de nuevo un momento después.

Sería bueno si él y Lian Jun fueran solo una pareja común, viviendo en una ciudad tranquila. Él sería el responsable de salir a ganar dinero para mantener a su familia, y Lian Jun se encargaría de esperarlo en casa, luciendo hermosa. Sí, eso sería genial.

Xiao Si hizo estallar cruelmente la burbuja de su fantasía: 【JinJin, a juzgar por tus amplias habilidades, incluso si Darling hubiera nacido en una familia común, habría tenido mucho más éxito que tú. Si quieres imaginarte viviendo una vida normal, debes imaginarlo a él como un presidente autoritario y a ti mismo como una cara bonita que él apoya.】

【Oh, pero no creo que Darling te desprecie por ganar menos.】 Lo consoló Xiao Si, su voz era seria.

La angustia de Shi Jin por dejar a Lian Jun desapareció en un instante. Se reclinó en su asiento, indignado.

Finalizada la verificación del equipo, Gua Dos explicó los arreglos tácticos para la operación.

El plan actual era el siguiente: Gua Tres lideraría una gran fuerza para rodear la sede de Hydra y lanzaría un asalto directo, mientras que Gua Dos llevaría a Shi Jin y un pequeño equipo para llevar a cabo una búsqueda exhaustiva del Hospital Lishui, evitando el combate directo, siempre que fuera posible.

La razón de esta diferencia de enfoque fue que, aunque Hydra usaba el Hospital Lishui como almacén, seguía funcionando como un hospital normal y acogía a los enfermos o heridos. Como tal, además de los miembros de la organización, había muchos pacientes reales en el edificio que podrían quedar atrapados en el fuego cruzado.

Esa no fue la única razón. Los principales negocios de Hydra eran las drogas y el comercio de carne, y los productos almacenados en el Hospital de Lishui solo podían ser drogas. Nadie sabía exactamente dónde estaba el escondite. Si estallaba una batalla total, las drogas podrían encenderse por accidente, lo que no sería exactamente seguro.

—Nuestro objetivo en el Hospital de Lishui es investigar el lugar donde Long Shi se estuvo escondiendo estos últimos años y ver si podemos encontrar más pistas sobre la fórmula del veneno, no pelear con Hydra, por ello debemos actuar con moderación. Es mejor esperar hasta que el hospital reciba noticias sobre el ataque de Gua Tres a la sede de Hydra; aprovecharemos el caos para realizar la búsqueda.

Gua Dos abrió un plano del hospital detallado en su tablet y continuó:

—Antes de que eso suceda, necesitamos que alguien lleve a cabo el reconocimiento inicial. No puede ser ninguno de nosotros, nuestras características orientales se destacan demasiado. Algunos miembros de la sucursal de Annihilation en el país L son personas locales; les he pedido que lo hagan. Han estado merodeando por el hospital durante los últimos días, como pacientes, familiares de pacientes, drogadictos comprando drogas, etc. Cuando lleguemos, nos pondremos en contacto con ellos primero, luego esperaremos a ver cómo se desarrolla la situación del lado de Gua Tres. Si todo va bien, nos colaremos y comenzaremos la búsqueda.

Shi Jin asintió para mostrar que entendía.

—Bueno, eso es todo. Esta vez, nuestra tarea es relativamente simple, así que no tienes que estar demasiado nervioso —lo aplacó Gua Dos. Le entregó la tablet a Shi Jin y dijo: —Deberías familiarizarte con el mapa. Cuando comenzamos, no puedes cometer un error elemental como ir por el camino equivocado.

De hecho, Shi Jin había memorizado el plano del hospital el día anterior y también le pidió a Xiao Si que lo escaneara por si acaso. A pesar de esto, no protestó y volvió a estudiarlo.

Cuatro horas después, la camioneta se detuvo en una ciudad vecina a la que se encontraba el Hospital Lishui. Gua Tres se apeó, tomó el mando de las tropas de Annihilation que habían llegado allí ayer y se dirigió al cuartel general de Hydra sin demora.

Gua Dos reemplazó a Gua Tres en el asiento del conductor y continuó hasta el Hospital Lishui con Shi Jin.

Una hora más tarde, Gua Dos estacionó la camioneta en una calle apartada a unos diez minutos en automóvil del Hospital Lishui y esperó pacientemente. Después de unos minutos, llegaron un camión de basura y una camioneta de reparto. Gua dos revisó las placas de los dos autos en el espejo retrovisor y encendió el motor nuevamente.

—¿El equipo que vamos a llevar está en esos dos vehículos detrás de nosotros? —Shi Jin adivinó.

—Sí, Gua Siete nos envió a dieciocho tipos de la sucursal local. Agregándonos, tendremos un total de veinte personas. Eso debería ser suficiente para buscar en el Hospital de Lishui —respondió Gua Dos.

—¿Gua Siete?

Gua Dos recordó que Shi Jin aún no conocía a Gua Siete, y explicó: —Gua Siete solía ser el aprendiz de Gua Uno. Está a cargo del envío de personal y la capacitación de los recién llegados. Siempre que estamos en una misión que requiere gente, como esta o la anterior cuando nos deshicimos de las organizaciones subordinadas de Gunfire, le pedimos que nos ayude a organizar la mano de obra.

Shi Jin dijo que entendía y volvió su atención a la tarea.

Unos minutos más tarde, la camioneta se detuvo junto al edificio en diagonal opuesto al Hospital Lishui. Gua Dos se puso en contacto con las personas que había acomodado dentro; después de confirmar que la situación no había cambiado, se puso cómodo y empezó a esperar.

Shi Jin aprendió con el ejemplo. Reprimió el deseo de apresurarse y se tranquilizó.

Cuando pasó una hora, no pudo contenerse.

—¿Crees que Nueve Águilas dejó a alguien en el hospital, apostando a que vendríamos a comprobar el lugar donde se escondía Long Shi? —Preguntó Shi Jin.

Gua Dos lo miró por el retrovisor. —Hay muchas posibilidades de que eso suceda, así que seamos aún más cautelosos.

Shi Jin estuvo de acuerdo y se calmó una vez más.

Después de otra media hora, los observadores internos de Gua Dos le informaron que algunos de los limpiadores y auxiliares de enfermería se habían vuelto frenéticos de repente, corriendo hacia la farmacia y el almacén de medicamentos. Al mismo tiempo, llegó la noticia de Gua Tres de que habían atravesado y penetrado la sede de Hydra.

—Prepárate para la acción. Ingresen al hospital por lotes, tienen diez minutos para ingresar. —Gua Dos, que había logrado dar una impresionante impresión de una estatua de piedra hasta ese momento, revivió en un instante. Giró el volante y se dirigió al hospital, dando órdenes por teléfono.

Los hombres escondidos en los otros dos vehículos entraron en acción tan pronto como escucharon sus órdenes.

Shi Jin también se puso en acción. Se puso un auricular y revisó su equipo, preparándose para pelear.

Gua Dos se detuvo a un lado del edificio del hospital.

Cinco minutos después, las personas que estaban adentro informaron que la mayoría del personal de Hydra en el Hospital Lishui se había ido al almacén y que la protección en otros lugares era laxa.

—¿Se dieron cuenta de que no podrían esconderse, así que quieren rescatar tantos bienes como sea posible? —Gua Dos arqueó las cejas, una sonrisa maliciosa se extendió por su rostro. Confirmó el estado de las otras dieciocho personas, luego puso en marcha la camioneta nuevamente, ordenando, —nos dividiremos en tres grupos. El primer grupo se acercará al almacén y observará los movimientos alrededor y dentro; el segundo grupo se dispersará por todo el hospital y vigilará la situación general y el personal del hospital; el último grupo: del 9 al 12, los cuatro seguirán a Shi Jin a la farmacia. Recuerden estar en contacto.

{¡Roger!} Un coro de voces sonó en el auricular.

Shi Jin no dijo nada, pero se sentó con la espalda recta. En el momento en que la camioneta se detuvo en la entrada del hospital, abrió la puerta, se bajó y entró solo. Como un miembro de la familia que vino a ver a un paciente, atravesó el vestíbulo del hospital sin dudarlo y subió las escaleras que conducen al departamento de hospitalización en el segundo piso.

Su rostro chino debería haber sido muy llamativo, pero actuó con naturalidad, y su perfecta confianza le permitió moverse por el vestíbulo sin llamar la atención.

Gua Dos ni siquiera logró abrir la boca para darle instrucciones a Shi Jin antes de que el joven se fuera, desapareciendo como si se hubiera teletransportado.

¿Qué diablos es esta velocidad?

Se quedó boquiabierto por un segundo, luego sacó la tablet para verificar la posición de Shi Jin. El plano del hospital se presentó en la pantalla y, cuando el punto verde que representa al adolescente llegó al segundo piso, el ritmo se aceleró. Aceleró a través del departamento de pacientes hospitalizados hasta las escaleras del otro lado, regresó al primer piso, luego navegó infaliblemente por el laberinto de pasillos, evitando las multitudes y acercándose rápidamente a la farmacia.

Qué diablos… ¿Este lugar es tu casa? ¿Cómo pueden ser tan hábiles tus movimientos?

—Ese niño… realmente no es normal —suspiró Gua Dos, su estado de ánimo era complejo. Sin perder más tiempo, se ajustó los auriculares y ordenó a las cuatro personas que aún estaban dispersas por el hospital que se unieran a Shi Jin.

En el interior, Shi Jin se había acercado con éxito a la farmacia.

Quienquiera que estuviera a cargo de este lugar, probablemente, había escuchado la noticia: la puerta de seguridad con barrotes de hierro estaba cerrada. La puerta de vidrio detrás de ella estaba entreabierta, pero lo único que se veía a través de allí eran filas y filas de estantes, ni una sola persona a la vista.

El sonido de pasos venía de atrás. Shi Jin detuvo su inspección y se escondió en una sombra junto a la puerta.

Un hombre larguirucho dobló la esquina. No siguió adelante, sino que se detuvo y llamó:

—¿Shi?

{No te preocupes, es uno de los nuestros}, le informó Gua Dos, justo a tiempo.

Tranquilizado, Shi Jin salió de la sombra y le indicó al hombre que se acercara.

El hombre se acercó. Al darse cuenta de la puerta de hierro, preguntó: —¿Cerrado?

—Solo la puerta de seguridad, la puerta de vidrio está abierta. La persona que debería haberla cerrado probablemente tenía prisa y no tuvo tiempo de bloquear ambas —respondió Shi Jin, sacando un trozo de alambre. Le indicó al hombre larguirucho que actuara como vigía, se agachó y empezó a abrir la cerradura.

El hombre: Hermano, ¿por qué te ves tan competente en esto?

Para cuando llegó el segundo aliado, Shi Jin ya había abierto la puerta.

Se levantó y guardó la ganzúa, luego, entró a la farmacia con el hombre larguirucho, dejando que el recién llegado espere a los dos que aún no estaban aquí.

La farmacia estaba muy tranquila. Las densas filas de estantes obstruían su vista y era imposible determinar si alguien se escondía dentro.

Shi Jin le hizo una señal a su compañero para que lo cubriera y se fue directo a las profundidades de la farmacia, alerta y escuchando cualquier movimiento.

Caminando hacia el centro de la habitación, escuchó un breve crujido a la izquierda. Dio vueltas, escabulléndose detrás de la persona que se escondía allí, luego se lanzó hacia adelante, cubrió la boca del hombre y lo noqueó con un golpe en la nuca. El enemigo se dobló como un saco vacío. Todo el proceso fue rápido, silencioso y eficiente.

El hombre larguirucho que estaba a punto de disparar para ayudar a Shi Jin se quedó boquiabierta a su lado.

Había varios enemigos más en la farmacia, algunos armados. Shi Jin los noqueó uno por uno, tranquilo y firme durante todo el camino, moviéndose como un fantasma. No les permitió hacer un solo disparo. Sus acciones eran tan hábiles que casi resultaba frustrante.

El hombre larguirucho observó todo esto, estupefacto. Sintió que era completamente innecesario ahí.

Después de ocuparse de los vigías, los dos se acercaron a la puerta cerrada de la farmacia. Shi Jin alcanzó la manija de la puerta, hizo una señal al hombre larguirucho, abrió la puerta y se cubrió detrás de la pared.

Un denso tiroteo resonó desde el interior.

Shi Jin sacó una granada de gas lacrimógeno y la arrojó, luego se puso una máscara de oxígeno y atravesó la puerta, manteniendo el cuerpo bajo. Se escondió detrás de un armario y comenzó a contraatacar con su arma silenciada.

Para cuando el hombre larguirucho se apresuró a entrar, no quedaban enemigos para atacar.

Un total de cuatro personas se desplomaron en el suelo. Dos recibieron disparos en el brazo derecho, dos en el hombro derecho y ninguno tenía la capacidad de levantar un arma. Shi Jin estaba pateando las armas que habían dejado caer.

—Átalos —ordenó.

El hombre larguirucho le dirigió una mirada silenciosa y dio un paso adelante sin protestar.

Shi Jin examinó la habitación en la que estaban.

Era bastante grande y parecía servir como alojamiento para un farmacéutico residente. El mobiliario era sencillo y escaso, y consistía únicamente en una cama, un escritorio y un armario. Sin embargo, había muchas cajas en la esquina, apiladas sin cuidado y con el aspecto de haber sido arrojadas.

Según el plano de la planta, no había otras habitaciones conectadas a la farmacia, ni lugar para esconder nada. Long Shi debería haber vivido en este lugar durante todos esos años, pero esta habitación era completamente ordinaria, no parecía que hubiera nada ni remotamente parecido a una pista aquí.

{¿Encontraste algo?} Sonó la voz de Gua Dos.

Shi Jin volvió a rodear la habitación, buscando una puerta oculta o algo similar, pero no había ninguna. —No, nada. Incluso si Long Shi viviera aquí, supongo que la persona que lo reemplazó borró cualquier rastro hace mucho tiempo. Iré a revisar la farmacia, tal vez… ¿Hmm? —Se detuvo y miró al techo. —Espera un momento.

Los cautivos, ahora atados, notaron sus acciones, y sus expresiones se volvieron inquietas.

{¿Qué encontraste?} Preguntó Gua Dos.

Shi Jin miró a los miembros de Hydra, luego a las cajas desordenadas y dijo: —Sólo algo pequeño. Por lo que recuerdo, la altura de los pisos en el Hospital Lishui es más alta que el promedio, sin embargo, el techo de esta habitación es un poco más bajo que eso, además, no pude encontrar al personal de la farmacia… Es más, las personas que Hydra dejó aquí parecen haber estado en medio del traslado de mercancías. Sin embargo, la única salida de la farmacia estaba cerrada…

{¿Sospechas que hay un pasaje en el techo?}

—Bueno, no pude encontrar en ningún otro lugar —respondió Shi Jin, caminando hacia la pila de cajas. Tras un examen más detenido, descubrió marcas de arrastre, que parecían comenzar en el centro de la habitación.

El centro, ¿eh?

Shi Jin miró al techo, luego a las paredes cerca de las cajas. Al final, su mirada se posó en un gancho antiguo atornillado a la pared. Se subió a unas cuantas cajas y alcanzó el gancho, tratando de empujarlo o girarlo, luego lo agarró con mano firme y tiró con fuerza.

Hubo un leve traqueteo, como cadenas moviéndose, y sin ninguna otra advertencia, varias tejas del techo se abrieron hacia afuera, mostrando un conjunto de escaleras plegables que caían frente al montón de cajas.

—¡Mmmph! —Atados y amordazados, los miembros de Hydra comenzaron a luchar, queriendo atacar a Shi Jin.

Shi Jin soltó el gancho y saltó. Mirando hacia la abertura en el techo, dijo: —Recuerdo que hay un consultorio médico justo encima de esta habitación. ¿Hay alguien en el segundo piso en este momento?

{Sí, les diré que vayan a echar un vistazo,} respondió Gua Dos. Se maravilló de la aguda perspicacia de Shi Jin.

Diez minutos más tarde, algunos golpes vinieron desde arriba del techo. Después de recibir la confirmación de Gua Dos, Shi Jin subió la escalera y entró al consultorio del médico en el piso de arriba sin ningún problema.

Estaba vacío. Había varias cajas esparcidas por el suelo, las mismas que las de abajo; aparentemente, el dueño de esta habitación no había podido llevárselas todas.

Shi Jin miró a su alrededor. —Parece que la farmacia era algo que Hydra usaba para engañar a todos —observó. —No hay forma de que Long Shi solo se haya escondido en este pequeño hospital durante todos esos años. Debe haber estado involucrado en otras actividades de Hydra.

{¿Por qué no estoy sorprendido? Es imposible que alguien como Long Shi sea honesto, de lo contrario, Jun-shao no nos hubiera dejado investigar este lugar y decirnos que tuviéramos cuidado} Intervino Gua Dos. {¿Hay algo más digno de atención en la oficina?}

—No… —respondió Shi Jin. Recordó la estructura del hospital y notó que esta oficina estaba justo al lado de las escaleras y muy cerca del ascensor. Esto significaba que, desde aquí, los miembros de Hydra tenían fácil acceso a cualquier lugar dentro del hospital.

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