Cenicienta – Capítulo 26: Celos (3)

Traducida por Den

Editada por Sakuya

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Una explicación fue dada.

En su juventud, Volker Brennan abdicó. Así que normalmente olvida que es un miembro de la familia real. Incluso el General lo confirmó con una expresión arrepentida…

El Príncipe lo abrazaba todo el tiempo.

La mayoría de la gente en la generación de padre lo sabía pero no se mencionaba nada. No haría ningún bien. Y si se hablaba de eso, se lo consideraría traición porque se lo calificaba de difamar a la familia real.

Era el hijo ilegítimo del rey anterior.

La madre de Volker trabajaba en el Palacio en ese entonces y se convirtió en la amante del rey. Dio a luz a Brennan, pero porque era de estatus bajo, la Cámara de Lores no le permitió tomar el título de Reina.

Su madre finalmente murió por complicaciones de su débil corazón. Fue adoptado por su tía y su marido y después abdicó. Desde entonces el Príncipe Volker se convirtió en el viejo y simple Volker Brennan.

La familia Brennan era una renombrada línea de guerreros. Cada generación producía un soldado o caballero. Su padre adoptivo fue muy estricto con el entrenamiento del General.

Hay tantas cosas que no sé sobre él…

El General Brennan era el hermano menor del rey actual.

¿Qué está sucediendo? Cada vez se siente más una tremenda sensación de desequilibrio. Un (ex) príncipe y una deshonrada hija de un Vizconde… aunque el General me preguntara, ¿qué tan buena soy para ser su esposa? ¿Está bien hacerlo? Esto no es bueno, ¿verdad?

Ahora que lo pienso… ¿qué le gusta al General Brennan de mí? Me pidió que me casara con él, pero no se lo pedí. No le he escuchado decir nada. No recuerdo haber hecho nada particularmente especial delante de él.

Empecé a sentirme incómoda.

—Nunca planeé unirme a la Guardia Real…

Mientras estaba perdida en mis pensamientos sentimentales, el General miró en mi dirección y sacó las manos del Príncipe de su cintura.

—Por favor, deja de abrazarme, todavía no te he perdonado —le dijo al Príncipe Stephan. —Hubo un entrenamiento en conjunto con el Ejército Occidental, al cual pertenecía y el Ejército Real. Fue entonces cuando me vi obligado a tomar el entrenamiento del Príncipe Stephan.

Estaba sorprendida de que el General pudiera hablar de una forma tan fría.

—Pero, ¿tío…? —Stephan también estaba sorprendido; parecía que no tenía idea de por qué su amado tío estaba enojado con él.

—En primer lugar, te pedí que me vieras como tú siervo en todo momento. También soy tu maestro, llamarme tío sin restricciones no está permitido. En segundo lugar, intimidaste y tocaste a mi Fredericka.

Las cejas del Príncipe se alzaron dramáticamente al recordar sus acciones previas. Se había comportado de manera infantil con el general. Que me llamara “suya” me hizo sentir feliz, pero mi vergüenza lo eclipsó.

—Muy bien. Admito que hubo un malentendido. Pero hay un desequilibrio entre sus niveles… no te conviene —dijo Stephan.

Bueno eso es verdad. La milicia y la aristocracia son inviolables. Si fuera a haber un matrimonio mixto entre un militar de alto rango y un aristócrata, la casa noble debería ser de buena reputación, especialmente cuando la persona es un general. Alguien como el General Brennan debería casarse con una noble de clase alta.

También forma parte de la Guardia Real y es el hijo de una familia militar poderosa. Es natural que se case con alguien más adecuada.

El General se acercó a donde estaba sentada y se arrodilló ante mí.

—Solo soy un soldado. Antes de eso, solo soy un humano. Si dices que Fredericka no me conviene porque soy un General de la Guardia Real, renunciaré.

Me miró como una bestia mirando a su presa, causando que un escalofrío recorriera mi piel.

Asentí.

Estoy tan avergonzada; pero también me gusta el General y quiero estar con él. Por favor, perdóname por no poder declararlo como lo hiciste tú. Realmente no tengo el coraje para hacerlo. Incluso si era solo la familia y el Príncipe.

—Bien, estoy aliviado —dijo con una sonrisa y me llevó en un suave movimiento.

—Ven, Stephan.

Guió a Stephan para que se sentara al otro lado de padre y me puso en su regazo… como pensé, era un problema por supuesto.

¡General! ¡¿Qué estás haciendo delante de todos?!